Libro del Amduat

Libro del Amduat
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Amduat Hora5.jpg
Representación del paso de la barca solar por el inframundo durante la quinta hora de la noche en la tumba de Tutmosis III
Nombre original:El Libro de lo que está en el Inframundo
Nombre nativo:tȝ mḏȝt jmjt dwȝt
Categoría:Texto teológico
Idioma:Egipcio medio
Origen:Imperio Nuevo
Lugar:Bandera de Egipto Egipto


El Libro del Amduat es un texto religioso del Antiguo Egipto que data del Imperio Nuevo. Su nombre egipcio es tȝ mḏȝt jmjt dwȝt (ta medyat imit duat), que significa "El Libro de lo que está en el Inframundo" o también "El Libro de la Cámara Secreta", aunque este término se aplicaba, de forma general, a otras obras funerarias, relativas al mundo subterráneo. Describe el recorrido de Ra durante las doce horas de la noche por el mundo subterráneo de los muertos, renaciendo al amanecer y tras vencer todos los peligros con los que se enfrenta en su viaje, en forma de Jepri. Representa el primer intento de dar a conocer, de forma detallada, la cartografía del más allá (tiene como antecedente el "Libro de los Dos Caminos", de los Textos de los Sarcófagos), con el fin de orientar al difunto rey y asegurar su renacimiento. Junto al Libro de las Puertas y al Libro de las Cavernas forma el corpus funerario de las tumbas reales de las dinastías XVIII y XIX (Imperio Nuevo), y se ha encontrado inscrito además en un papiro del Louvre y dos tumbas particulares, la del visir Useramón (Dinastía XVIII) y la de Pedamenope (Dinastía XXVI).

Versiones y localización

Existen dos versiones de la obra, la extensa y la reducida. Esta última sólo incluye textos, mientras que la extensa, la más representada, está acompañada de numerosas ilustraciones. Cualquiera de sus dos versiones se encuentran representadas total o parcialmente en tumbas reales de la dinastía XVIII y sobre todo de la XIX dinastía y en algunas tumbas de nobles del Imperio Nuevo. En la tumba del visir Useramón, de época de Tutmosis III, aparece la segunda redacción más antigua de la versión extensa y la más antigua de la reducida. Posteriormente, durante el Período Tardío, en un intento de remarcar el proceso de renacimiento, se representaron las horas novena a duodécima en sarcófagos y papiros de algunos particulares.

Estructura

El calendario egipcio dividía cada día en veinticuatro horas, doce correspondientes al período de luz solar, en las que Ra surcaba el cielo en su barca diurna, y doce relativas al más allá, cuando el Sol atravesaba las regiones oscuras de la Duat en la barca nocturna. El Libro del Amduat establece las doce divisiones correspondientes a las doce horas nocturnas, dando una descripción de cada una de estas. La estructura es muy similar a los otros dos texos de literatura funeraria real del Imperio Nuevo, el Libro de las Puertas y el Libro de las Cavernas, pero aquí el Sol no tiene que atravesar ninguna puerta. Cada una de las divisiones está representada en tres registros, excepto la primera hora que incluye un cuarto registro adicional.

Registro central

El central comprende el recorrido de la barca por el río del Duat, asimilado al Nilo, aunque sólo en la segunda y tercera horas discurre por el agua; en el resto aparece sobre un pequeño rectángulo que representa el agua. Sólo es remolcada en las horas cuarta, quinta, octava y duodécima.

Dioses acompañantes

Ra en su forma de Auf, "Las Carnes", remolcado en su barca junto a su séquito por el inframundo.

A diferencia de los otros textos, en los que la representación de la barca es siempre la misma, en el Libro del Amduat puede variar según las horas. El séquito que la acompaña, normalmente, está formado por Upuaut, Sia, La Señora de la Barca, La Carne de Ra (Auf-Ra), representado con cabeza de carnero como símbolo del Ba, Horus de las Alabanzas, El Toro de la Verdad, El Vigía, Hu y el Guía de la Barca. Hay excepciones, como en la segunda hora, en la que aparecen Isis y Neftis como dos serpientes. En algunas, como la primera, la proa de la barca está cubierta por una esterilla de juncos, y a partir de la segunda, tanto la proa como la popa acaban en flores de loto, excepto en la cuarta y quinta que terminan con una cabeza de serpiente. La imagen típica de una serpiente rodeando al dios sólo aparece desde la séptima división.

Registros superior e inferior

Los otros dos registros, el superior y el inferior, describen las orillas del río y en ellos aparecen los seres que las habitan y textos descriptivos.

Contenido

Sarcófago de Tutmosis III.

Generalmente, las ideas cosmogónicas representadas en el Libro del Amduat son las asociadas al viejo sistema heliopolitano, modificadas de modo que respondan al sistema tebano con el creciente dominio de Amón-Ra durante el Imperio Nuevo. En él se confirma la primacía de la creación de Ra por sí mismo como Jepri. Es significativo que en el segundo registro de la hora duodécima Ra es remolcado a través del cuerpo de una serpiente y "sale de su boca, naciendo en su forma de Jepri y de los dioses que están en su barca"[1]. Por esto, como el creador crea su nueva forma emergente de Jepri, también crea las formas de los otros dioses de su tripulación como manifestaciones de sí mismo. Posiblemente tuvo lugar el mismo tipo de creación, por multiplicación de sus formas, cuando él creó la Enéada, aunque en el primer registro de la quinta hora parece decir que tal creación de formas tuvo lugar después de la creación de sus cuerpos: "Respirad, Oh Enéada de dioses, que vinísteis a la existencia de mi carne cuando vuestras formas aún no estaban creadas"[2].

La comparación del renacimiento de Ra con el proceso de nacimiento del escarabajo cuando empuja su huevo se menciona en el primer registro de la décima hora donde se dice que los dioses de la caverna del oeste ("donde Jepri descansa con Ra") están bajo la forma y nacimiento de Jepri cuando él lleva su huevo hacia esta ciudad para salir después por el horizonte oriental del firmamento. Formas de serpiente como Nehebkau ("El Proveedor de Formas") fueron importantes en las etapas más tempranas de la creación y tal importancia queda reflejada a lo largo de este libro, particularmente en las últimas horas de la noche que preceden al renacimiento del Sol.

Continuando con su autogeneración, el dios primigenio creó a los dioses y a la humanidad. Tal papel de la creación se refleja en esta obra mediante contínuas referencias a su regalo de vida y aliento a todos los dioses y espíritus del Duat. Por ejemplo, en el tercer registro de la segunda hora, los dioses que ya han confirmado su señorío de tiempo, mostrándole con rasgos de vejez, se dice que "viven por medio de la voz de este Gran Dios. Sus gargantas respiran cuando él les llama y les asigna sus deberes"[3]. Claramente la doctrina de la palabra creadora, que forma parte del sistema heliopolitano bajo la forma de las divinidades Hu y Sia como Mandato y Concepto personificados, es evidente en la revivificación temporal de los dioses del inframundo cuando oyen la voz de Ra cada noche. Clagett da importancia al hecho de que Sia y Hu acompañen al dios solar como parte de la tripulación de su barca, sustituyendo a Heka (la Magia) por Hu en una ocasión. La importancia de las invocaciones mágicas se acentúa en el segundo registro de la hora séptima donde se dice que la barca solar "es remolcada por las invocaciones mágicas de Isis y del Mago Mayor"[4]. Pero aquí no se alude tanto a las palabras creadoras como a las destructoras, puesto que el propósito de la magia de Isis y del Mago Mayor es rechazar a la serpiente Neha-her o a la serpiente Apofis.

El Abismo preexistente del que el Gran Dios vino, por sí mismo, a la existencia, acecha por todas partes del mundo inferior en este libro y es considerado como un peligro constante para el dios creador. De forma parecida, las criaturas del Abismo, las no existentes, se dice, en el tercer registro de la hora tercera, que son aniquiladas por los dioses de esa hora y son las no existentes quienes viven en unas "Casas del Lugar de Aniquilación".

Cosmogonía

Se deduciría claramente del Amduat que el concepto de nacimiento y muerte de los dioses ha sido elaborado significativamente más allá de:

  1. La primera idea heliopolitana de generaciones sucesivas de dioses, comenzando con Atum, luego siguiendo con sus hijos Shu y Tefnut, luego Gueb y Nut, seguidos de sus hijos Osiris, Isis, Seth y Neftis y finalmente Horus, el hijo de Osiris e Isis: en total, cinco generaciones; y
  1. La muerte de Osiris y su resurrección en el Duat. Ahora vemos mencionado en esta obra no sólo el cadáver de Osiris (segundo registro de la quinta hora), sino también el de Sokar y el del mismo Jepri. En la quinta hora vemos la cabeza de Sokar sobresaliendo de su enterramiento como montículo piramidal de arena, mientras que el cuerpo de Jepri "en carne y hueso" se menciona en el segundo registro de la quinta hora. Realmente, el dios solar, cuando viaja como la "Carne de Ra", es un cadáver, aunque muy poderoso y capaz de efectuar su propio renacimiento.

Simbolismo

Seguramente es de interés el que, en este renacimiento, Ra deja trás de sí su "Imagen de Carne" momificada, apoyada en el límite final de la duodécima hora. Además, los cadáveres de los numerosos dioses anónimos que residen en las regiones del inframundo yacen inertes hasta que reviven por un tiempo mediante la voz de Ra cuando él les habla. En el primer registro de la quinta hora, el mismo Gran Dios confirma la muerte de los dioses diciendo: "Qué bello es el gran camino dentro de la tierra, el camino a la tumba y lugar de descanso de mis dioses"[2], y el verdadero nombre de la ciudad de la octava hora "Sarcófago de sus Dioses" es una evidencia más de la existencia de cadáveres divinos. Presumiblemente estos dioses que viven en el Duat y que tienen cadáveres se distinguen, de alguna forma, de los dioses que viven en el cielo, los dioses-estrellas. Tales dioses son arengados por Horus en el tercer registro de la séptima hora, donde les dice: "Que vuestra carne esté en condiciones, que vuestras formas vengan a la existencia, para que podáis descansar en vuestras estrellas"[4]. Pero incluso aquí hay implícita una forma de resurrección de los cadáveres.

La doctrina de los nombres secretos y formas de los dioses se refleja también brevemente en este libro, cuando los dioses que se sientan sobre sus signos jeroglíficos de ropaje en el tercer registro de la octava hora se dice que son así: "como las formas secretas de Horus, el heredero de Osiris"[5]. En la novena hora las formas y creaciones o trasformaciones (ḫprw) parecen mostrar un tipo de existencia incorpórea y separada, ya que la ciudad de la novena región es llamada "La que Brota de Formas, la que Vive para las Transformaciones". De forma similar, la puerta de la décima hora es llamada "Grande de Creaciones (o Transformaciones), La que Lleva las Formas". Las imágenes de los dioses, presumiblemente sus estatuas o representaciones, se mencionan constantemente a través de la obra y obviamente tienen un significado especial dentro del punto de vista egipcio de los dioses. Mientras que no pueden conocerse las formas secretas de los dioses, se puede al menos percibir sus imágenes, aunque el significado de las imágenes o su verdadera naturaleza no es cognoscible.

Como en el caso de los seres humanos que tienen bȝw (bau) o almas que les permiten, después de la muerte, abandonar sus cuerpos, ir y volver, así también los dioses y espíritus muertos del Duat, en este libro, tienen además tales personalidades espirituales y realmente los bau están incluidos en la lista de seres del índice de contenidos introductorio, cuya localización en el mundo inferior va a ser descrita en la obra.

Referencias

  1. López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat, Duodécima Hora. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2011.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/12/.
  2. 2,0 2,1 López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat, Quinta Hora. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2011.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/05/.
  3. López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat, Segunda Hora. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2011.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/02/.
  4. 4,0 4,1 López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat, Séptima Hora. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2011.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/07/.
  5. López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat, Octava Hora. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2011.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/08/.

Fuentes

  • Bucher, Paul. Les textes des tombes de Thoutmosis III et d'Aménophis II. Mémoires publiés par les membres de l'Institut français d'archéologie orientale. Vol XL. Cairo, 1932.
  • Clagett, Marshall. Ancient Egyptian Science. Vol I. American Philolophical Society. Philadelphia 1989.
  • Hornung, Erik. Das Amduat : Die Schrift des Verborgenen Raumes. Ägyptologische Abhandlungen. Vol. 7, 13), 3 Parts (Wiesbaden, 1963, 1967).
  • López, Francisco y Thode, Rosa. El Libro del Amduat. La Tierra de los Faraones. [En línea] [Citado el: 24 de Mayo de 2007.] http://www.egiptologia.org/textos/amduat/
  • Piankoff, Alexandre. The Tomb of Ramesses VI. Egyptian Religious Texts and Representations (Bollingen Series, 40, 1 and 2). 2 Bde. New York: Pantheon, 1954.
  • Pirenne, Jacques. Historia del Antiguo Egipto. Editorial Océano, Barcelona, 2002.