Licenciamiento del Ejército Libertador

Licenciamiento del Ejército Libertador.
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Ejército Libertador-1895
Fecha:1898
Lugar:Cuba
Descripción:
El gobierno de los Estados Unidos, disolvió el brazo armado de la isla de Cuba para condicionar la intervención militar y su dominio absoluto.
País(es) involucrado(s)
Estados Unidos, Cuba.
Ejecutores o responsables del hecho:
Estados Unidos.

Licenciamiento del Ejército Libertador. Luego del armisticio del 12 de agosto de 1898, entre España y los Estados Unidos, se produce el despido de las tropas cubanas; en ese momento cesa en la práctica la Guerra Hispano Cubano Norteamericana.

Planes para el licenciamiento

El comienzo del azote del hambre en el Ejército Libertador, unido a la imposibilidad de la llegada de refuerzos y ayuda del exterior, producto de los efectos del bloqueo naval impuesto por los Estados Unidos, produjeron que ,inmediatamente, entre los gobernantes y jefes norteamericanos comenzara a materializarse la idea de licenciar a los soldados de las huestes mambisas.

Esta idea fue planteada, por vez primera, por Tomás Estrada Palma, el 11 de agosto de 1898, quien le manifiesta a Perfecto Lacoste, el 3 de septiembre de ese mismo año que:
en cuanto al propósito nuestro de que el Gobierno Provisional de Cuba decrete el licenciamiento de nuestras tropas mediante el pago del último año, alguna esperanza me asiste en virtud de palabras vertidas por el presidente Mckinley de que este encuentre alguna fórmula que sirva para resolver el problema
.

El 11 de septiembre, Gonzalo de Quesada escribió una carta a Elizabeth Camerón, reafirmando su decisión de hacer lo que al gobierno de Estados Unidos deseaba: disolver el Ejército y el gobierno.

Estrategia, política y realidad

El gobierno norteamericano tenía la necesidad de desmembrar las filas del ejército cubano, basándose en que esta era la institución a la cual debían temer al ocupar militarmente la isla y temiendo entablar una lucha contra un fogueado ejército con vasta experiencia de guerra. Otra de sus aspiraciones era descomponer al resto de las autoridades del país, logrando desconocer en sus planes al Consejo de Gobierno.

Utilizando muy sutilmente sus artimañas se dedicaron a buscar otra vía que fuese decidida por los cubanos. Máximo Gómez defendía la idea de que los cubanos debían ser la base del ejército y guardia rural de la futura república como garantía de orden y de independencia, algunos de los integrantes de las filas insurrectas con cierta ingenuidad, sirvieron de abogados a favor de la idea norteamericana. La medida más drástica fue someter al hambre a los libertadores, una prueba fehaciente fueron las medidas tomadas por Leonardo Wood que fungía como gobernador civil en Santiago de Cuba, retiró a los soldados hacia las inmediaciones de la ciudad a trabajar en pequeñas fincas, Por otra parte Lawton que era el jefe civil de la ciudad se aprovechó de cierta simpatía que gozaba entre las filas mambisas para persuadirlas y lograr que entregaran las armas, buscó influencia en Demetrio Castillo Duany y Calixto García. Muchos cubanos se opusieron a esta medida protestando enérgicamente indignados.

Luego de la firma del Tratado de París, comenzaron a tomarse medidas para disolver los órganos representativos del pueblo, desarmar y disolver el Ejército Libertador. Calixto García fue designado para viajar a los Estados Unidos como parte de una comisión para negociar el licenciamiento del ejército, por la carencia de datos acerca de la composición exacta, García, solicitó una cifra de 10 mil pesos por soldado, excluyendo los oficiales. Mackinley, por conveniencia, asignó 3 millones de pesos consignándolo como deuda y además siguió el mismo curso de la guerra: no reconoció el gobierno civil, se entendió de manera aislada con los principales jefes cubanos, dando con esto un paso decisivo para destruir el órgano de dirección de la Revolución.

Fuentes

  • Artículo [en línea]. [1] Documentos. Disponible en:"Librínsula.La Isla de libros". Consultado en: 12 de octubre de 2012.
  • Abdala Pupo, Oscar Luis: La intervención militar norteamericana en la contienda independentista cubana. Editorial Oriente, Santiago de Cuba,1998.
  • Acosta Matos, Eliades: Cien respuestas para un siglo de dudas. Editorial Pablo de La Torriente Brau, La Habana, 1999.
  • Arango Martínez, Felipe: Cronología crítica de la Guerra Hispano Cubano Norteamericana.
  • Placer Cervera, Gustavo:El estreno del imperio. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2005.
  • Roig de Leuchesenring, Emilio: Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos. Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, La Habana , 1950.
  • Rodríguez,Rolando: La forja de una nación,2t,Caja Madrid,España,1999