Lucrecia González Consuegra
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Lucrecia González Consuegra. Poetisa espirituana del Siglo XIX que colaboró en prosa y verso en diferentes periódicos y revistas de Sancti Spíritus y de otros lugares. Su trabajo en torno a la mujer la presenta como precursora consciente del movimiento feminista del país. Su obra Canto a Cuba fue una explosión de idealidad patriótica frente a las negruras de la colonia la cual le dio renombre. Mantuvo una amistad con José Martí y otras figuras del Partido Revolucionario Cubano. Mujer que sirvió a la Patria aún cuando contaba con una edad avanzada.
Sumario
Biografía
Infancia y juventud
En el período de la Tregua Fecunda (1879-1895) emergió en la antigua villa de Sancti Spíritus la interesante figura de la poesía Lucrecia González Consuegra. Nació en esa ciudad el 18 de octubre de 1848. Procedente de una familia mestiza de humilde condición. De carácter altivo y vehemente, logró formarse una cultura básicamente autodidacta que condicionó su amor a las letras, su patriotismo y a los afanes por la superación de la raza negra, la mujer cubana y la independencia nacional.
Labor como poetisa
Muchos de los cantos eran de tendencia y sabor eminentemente patrióticos. No fue una poetisa a la perfección, pero si fue con toda seguridad una discantora fecunda, inspirada y armoniosa. Fue fundadora y directora del periódico “La Armonía”, escribió varias obras y después de todo aquel movimiento de las letras en que descolló con tanto éxito y renombre se retiró a su feliz hogar colaborando en prosa y verso de vez en cuando en “El Fénix” y otros.
Algunos títulos de sus poemas
- Minerva
- Álbum de las damas
- El recuerdo
- A mi pensamiento
- Meditación
- Lágrimas
- En dónde
- A mi madre
- Al cielo de Cuba
Actividad revolucionaria
Cuando solo contaba con 20 años de edad, establece relaciones con el patriota espirituano José Rafael Estrada quien a su vez la presenta a Honorato del Castillo y comienza a colaborar con la junta revolucionaria de Sancti Spíritus fundada en diciembre de 1868, cuando la región espirituana entró en la Guerra de los Diez Años. La labor de Lucrecia estuvo centrada en el acercamiento de los espirituanos en torno de las ideas independentistas. Tarea para la que estaba dotada según su talento, rectitud y especial discreción. En 1879, cuando José Martí y Juan Gualberto Gómez inician los preparativos de la Guerra Chiquita, tienen en Lucrecia una firme colaboradora que desde el centro de la Isla apoya el nuevo movimiento armado.
Amistad con José Martí
En 1879 cuando José Martí y Juan Gualberto Gómez emprenden faenas que culminarían en el estallido de la Guerra Chiquita y que se determinan que ambos sean deportados, Lucrecia es la encargada de mantener el fuego sagrado y antes de que el 95 llenara nuestras montañas de mártires y combatientes vuelve a relacionarse con Martí, quien la hizo su auxiliar en Sancti Spíritus a donde le escribía periódicamente. Sus trabajos fueron tan trascendentales y acabados que Martí la distinguió tanto que hubo que mandarle desde Tampa a la señora Rosalía Cabrera para que le informara hasta dónde y cómo había que servirle a la Revolución. Advertidas sus actividades y abierta su correspondencia, enterró las cartas del forjador del Manifiesto de Montecristi. Las mismas se perdieron para siempre al ser sepultadas por la poetisa en las raíces de una mata de coco que existía en el patio de su casa.
Muerte
Su deceso ocurrió en 1929.
Fuentes
- Fernández Morera, Antonio. Galería de espirituanos ilustres.
- Vitrales. Suplemento cultural del Periódico Escambray de Sancti Spíritus. Año VII, primer trimestre, 1993.
