Manuel Alarcón

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Manuel Alarcón Reina
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Datos personales
Nombre completoManuel Alarcón Reina
ApodoEl Cobrero, y el Dios de cobre de los orientales
Fecha de nacimiento19 de febrero de 1941
Lugar de nacimientoBartolomé Masó, Granma, Bandera de Cuba Cuba
Fecha de fallecimiento29 de mayo de 1998
Lugar de fallecimientoLa Habana, Bandera de Cuba Cuba
Carrera
DeporteBéisbol
Torneos
Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos y del Caribe

Manuel Alarcón Reina. Pelotero, se especializó como Pitcher. Jugó 7 en Series Nacionales e integró el equipo que ganó oro en los Juegos Panamericanos de Sao Paulo,Bandera de Brasil Brasil, 1963 y el que obtuvo plata en los Juegos Panamericanos de WinnipegBanderacanada.jpg en 1967. Seleccionado por el pueblo entre los 100 mejores atletas cubanos del siglo XX.

Síntesis biográfica

Nació el 19 de febrero de 1941, en la finca el Aguacate, cerca del pueblo de Canabacoa, municipio Bartolomé Masó, en las faldas mismas de la Sierra Maestra, Granma. Desde niño se inclinó por el béisbol, pero no tenía mucho tiempo, pues Nene Cobrero, el padre, era inflexible con el horario de trabajo y Manuel tenía que cumplir con las múltiples obligaciones de un hogar humilde. A la familia la conocían como “los Cobreros”, aunque ni Manuel ni el padre habían vivido en El Cobre —en la provincia de Santiago de Cuba—; pero de allí era el hombre que crió a Nené y a quien Alarcón veía como su abuelo, por tanto, el apodo de “Cobrero” lo acompañó toda la vida, incluso cuando tuvo que alejarse, para siempre, de los terrenos de béisbol. Dedicaba la mayor parte del tiempo libre a la práctica de la Pelota. Empezó a jugar con el equipo de El Palo, que era el barrio donde vivía, pero eran juegos de placer, cosas de muchachos.

Trayectoria deportiva

Comienza a jugar pelota organizada con el equipo del central Sofía, el actual Rodolfo Leyva, que participaba en un campeonato de la Liga Azucarera, al principio mismo de la Revolución. Después de eso jugó pelota intermunicipal, primero en Veguitas, luego con Manzanillo y después con el equipo de Bayamo.

En 1962 en el campeonato regional, tuvo un rendimiento aceptable y su nombre fue incluido en la nómina de lanzadores de Orientales, selección que participaría, junto a otras tres, en la I Serie Nacional de Béisbol. Las cosas no funcionaron bien para Alarcón en la temporada inaugural de las series, porque ganó dos partidos y perdió cuatro; sin embargo, su buena curva convenció a los técnicos quienes lo llamaron para formar parte del equipo cubano que intervendría en los Juegos Centroamericanos de Kingston, en Jamaica. Allí el Cobrero trabajó en dos partidos. Comenzó con un triunfo sobre Venezuela; pero luego cayó en un importante desafío ante República Dominicana y Cuba concluyó en una pésima cuarta posición, por sus tres reveses por el margen de una sola carrera. Un año después el equipo nacional reconquistó el título panamericano, al derrotar de forma muy convincente a Estados Unidos, en el evento desarrollado en Sao Paulo, Brasil. El Cobrero finalizó con marca perfecta 2-0 y un promedio de efectividad de 1,50. Sin dudas Modesto Verdura fue la principal estrella de esos juegos; pero Alarcón también aportó en la corona cubana. La ascendente carrera de Alarcón sufrió un serio retroceso en 1965, porque el jugador fue suspendido todo un año, por problemas disciplinarios. En el tiempo que estuvo fuera de los terrenos, el Cobrero trabajó intensamente en perfeccionar la forma de lanzar y sorprendió a todos con un impresionante movimiento del cuerpo, en el que mostraba su número al bateador y a los fanáticos sentados detrás del plato. Los resultados del entrenamiento de Alarcón fueron inmediatos. Su regreso en la VI Serie, 1966-1967, fue fundamental para que los Orientales de Roberto Ledo llegaran a un play off final ante Industriales.

El año 1967 estuvo marcado por momentos muy tristes para el Cobrero. En los Panamericanos de Winnipeg, Canadá, Cuba y Estados Unidos se enfrentaron en una serie play off para decidir al campeón. Alarcón fue seleccionado por Ledo para abrir el desafío decisivo y realmente estuvo en otra noche espectacular. En ocho innings solo permitió un indiscutible; sin embargo, en el noveno abrió con una base por bolas y minutos más tarde, con las bases llenas, un batazo bien colocado entre primera y segunda base dejó al campo a Cuba. Para la VII Serie Nacional de Béisbol, 1967-1968, los organizadores decidieron ampliar el calendario hasta 99 partidos y Alarcón fue la figura más destacada del torneo. Alarcón lideró el cuerpo de lanzadores de Mineros, ganó 17 partidos y propinó exactamente 200 ponches.

A los 27 años, una hernia discal lo separó del béisbol en la cúspide misma de su carrera y cuando era el rey del departamento de carreras limpias y ponches propinados, de juegos ganados, iniciados y completos. Lejos de los terrenos, Alarcón se dedicó a otra de sus pasiones: el canto. Su voz pudo escucharse en diferentes centros nocturnos de Bayamo, en Granma. El 29 de mayo de 1998, a los 56 años, murió en La Habana Manuel Alarcón, “el Dios del Cobre de los Orientales”.

Orientales contra Industriales

El equipo de la capital cubana, Industriales, buscaba el quinto título consecutivo. Una de las anécdotas más famosas fue cuando anticipó que los santiagueros deberían cerrar la muy famosa calle Trocha, para que por allí pudiera desfilar la célebre comparsa “El Cocuyé”, en la celebración del triunfo sobre Industriales. El domingo 12 de marzo de 1967, en el Estadio Latinoamericano completamente lleno, Alarcón fue casi perfecto y se mantuvo las nueve entradas, sin permitir anotaciones; mientras sus compañeros Agustín Arias y Fermín Laffita se encargaban de impulsar las tres carreras que le dieron a Orientales la primera victoria en las series.

Actuación Internacional

Enlaces externos

Fuentes