María Bashkírtseva

María Konstantínovna Bashkírtseva
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Bashkirtseff.jpg
Datos personales
Nacimiento11 de noviembre de 1858
Gavrontsy, Imperio Ruso, Bandera de Rusia Rusia
Fallecimiento31 de octubre de 1884
París, Bandera de Francia Francia
NacionalidadRusa
SeudónimoPauline Orrel
ParejaAlessandro de Larderel
Datos artísticos
ÁreaPintura, escultora, escritora

María Konstantínovna Bashkírtseva. También conocida como Marie Bashkirtseff, fue una escritora famosa por su diario íntimo, pintora y escultora francesa nacida en lo que hoy es Ucrania.

Síntesis biográfica

Nació en Gavrontsi cerca de Poltava, en el seno de una familia noble, crece en el extranjero, viajando con su madre a través de Europa. Hablaba correctamente en francés, inglés e italiano, además del ruso, que era su lengua materna. Su gran sed de conocimientos la conduce a estudiar con pasión los autores clásicos y contemporáneos. Por otra parte, estudia pintura en Francia en la Académie Julian, una de las pocas en Europa que aceptaba estudiantes mujeres (se podía encontrar allí a jóvenes alumnas venidas incluso de los Estados Unidos). Una de sus condiscípulas fue Louise Catherine Breslau, a quien María consideraba como su única rival.

Produjo una obra importante, teniendo en cuenta su breve existencia; sus cuadros más conocidos son Un meeting (representando a niños de los barrios pobres de Paris) y El Atelier Julián (sus compañeras artistas durante el trabajo). Muchas de las obras de Maria Bashkirtseff fueron destruídas durante los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Trayectoria

Escritora

A los 15 años comienza a escribir su diario íntimo, redactado en francés, al que le debe mucho de su celebridad. Sus cartas, sobre todo una correspondencia con Guy de Maupassant, fueron publicadas en 1891. Este intercambio epistolar, tanto como las diferentes ediciones del Diario publicados entre 1887 y 1980, fueron muy edulcoradas por la familia. Una edición fiel y completa (1873 - 1884) del Diario se llevó a la imprenta en 1995 por el « Cercle des amis de Marie Bashkirtseff », en francés, terminándose de imprimir en 2005, sumando 16 volumenes de aproximadamente 300 páginas cada una, transcriptas por Ginette Apostolescu. En 1999 apareció el primer tomo de otra edición, más ambiciosa puesto que incluye precisas anotaciones y comentarios sobre los personajes y la realidad de la época, debido al trabajo de Lucile Le Roy para la editorial L'Âge d'Homme. Esta versión, que abarca unicamente aquello que Bashkirtseff escribió entre 1877 y 1879 ocupa un volumen de 1000 páginas.

Lamentablemente, no ha aparecido ningún otro de los restantes 5 tomos proyectados. Existe una interesante biografía (en francés) publicada por la profesora Colette Cosnier, "Marie Bashkirtseff. Un portrait sans retouches" publicado por la Ed. Pierre Horay, 1985, a través del cual fue posible conocer a la mujer real que exisitía detrás del personaje maquillado, acorde con la moral victoriana de la época, que mostraban las primitivas ediciones.

En 2004 se publicó "Le roman de Marie Bashkirtseff", una novela en francés escrita por Raoul Millé, en la que el autor describe con bastante precisión la vida de la artista y, sobre el final, aventura un posible romance entre Bashkirtseff y Maupassant, sobre el que no existen más que conjeturas, puesto que ninguno de ambos dejaron indicios de haberse encontrado alguna vez . Finalmente, el Círculo de Amigos de Marie Bashkirtseff tiene en proyecto la edición (en francés) de un volumen condensado de los 16 tomos del Diario que ha editado, recopilado por temas, el cual probablemente sea publicado también en español.

Pintora

El arte comienza a interesarle por sobre todas las cosas :

« A los veintidos años, seré célebre o difunta »

, se dice a sí misma. Ella prueba su voz pero los médicos le prohíben el canto. Entonces se vuelca al dibujo y la pintura y, en el atelier del maestro Julian, donde estudia, experimentará decepciones que le hacen sufrir extrañamente, a causa de algún elogio que espera pero que nunca llegará.

La obra de la conocida artista ucraniana se conserva ahora en los museos de muchos países del mundo. En Niza (Francia) incluso hay toda una sala dedicada a sus cuadros. Es curioso que en el palacio de Luxemburgo, en Paris, junto a la escultura simbólica Inmortalidad (Immortalité), donde se pueden leer los nombres de conocidos personajes franceses, se encuentra también el de ella.

Los cuadros de Bashkirtseva retratan el mundo de las afueras de París, el de sirvientas, trabajadoras y niños sin hogar. Después de su muerte, algunas de sus obras fueron adquiridas por museos, otras se han quedado en el Louvre. Hoy en día es inusual encontrar obras originales de Bashkirtseva, porque la mayoría de ellas fueron destruidas en la Segunda Guerra Mundial.

Muerte

Falleció de tuberculosis a los 25 años, el 31 de octubre de 1884.

Algunos meses antes de la muerte, entreviendo, a pesar de las negaciones de su entorno, que estaba irremisiblemente condenada por la enfermedad, acomete la relectura de su Diario, esas páginas que había escrito día a día, muy libremente, muy francamente, y que constituyen su historia.

Redactado en principio sólo para ella misma, agrega entonces una suerte de intruducción en mayo de 1884 :

« Si fuese a morir así, súbitamente, tal vez no conocería el peligro, me lo ocultarían... y no quedaría nada de mí... nada... ¡nada!... como si no huniese existido jamás... Si no vivo lo suficiente para ser ilustre, este diario será interesante; siempre es curiosa la vida de una mujer, día a día, como si nadie en el mundo debiera leerla pero también con la intención de ser leída. »

En el siguiente mes de octubre -el mes en el que mueren los tísicos - habría de descansar en un ataúd forrado de seda blanca.

Fue sepultada en el Cementerio de Passy en Paris. Su tumba, una pequeña capilla de estilo ruso diseñada por Emile, arquitecto y hermano de su amigo el pintor Jules Bastien-Lepage reproduce en su interior el estudio de la artista en proporciones reales, ha sido declarado Monumento histórico.

Los hombres en su vida

Las primeras páginas de su Diario dan testimonio de un amor platónico pero exacerbado por el duque William Douglas Hamilton. Su primer flirteo había sido, a los doce años, el argentino Remigio González Moreno (el primogénito de la familia que dio nombre al pueblo que lleva su apellido en medio de la pampa argentina). Más tarde coqueteará con Emile d’Audiffret, dueño del castillo que dominaba su barrio en Niza (en 1878, un par de años más tarde, este nizardo emprenderá un periplo alrededor del mundo que dejará plasmado en un interesante diario de viaje reeditado en 2004). En Italia sostendrá una fogosa aventura con el conde Pietro Antonelli, sobrino de Giacomo Antonelli, el cardenal más poderoso de Roma (y quien, años más adelante, será un destacado diplomático en África), un frustrado proyecto de matrimonio con el conde Alessandro de Larderel y rechazará al conde Vincenzo Bruschetti, que le resultaba repelente.

Su Diario

La vida de María Bashkirtseff debía ser breve, ella tenía muy bien el presentimiento de una catástrofe próxima, que se pronto dio a analizar, a fijar, a desarrollar de una manera aguda todos sus sentimientos. Su selección comienza con largos e insignificantes detalles, después, poco a poco, el tono cambia, la lectura deviene desgarradora, y esa confesión femenina, en su sinceridad, exhibe un alma al desnudo : las confesiones, los deseos, las agitaciones, las ambiciones grabadas de la humanidad más verdadera, sin nada de afectación ni convecionalismos. El estilo es a menudo impertinente, audaz, con términos familiares de un singular sabor, y que exponen bien la educación recibida, un tanto desordenada, través de una infancia sacudida por los viajes, la frecuentación de ambientes cosmopolitas, la excentricidad de una existencia nómade. En esos desplazamientos perpetuos, de los cuales disfrutaban numerosas familias rusas, el alma de la pequeña eslava recibe impresiones múltiples que la maduran y la complican.

En la página del 3 de julio de 1876 se puede leer :

« Este pobre Diario que contiene todas estas aspiraciones hacia la luz, todos estos impulsos habrán deconsiderarse como arranques de un genio aprisionado si el final fuese coronado por el éxito, ¡pero serán vistos como delirios vanidosos de una criatura banal si termino enmoheciéndome eternamente! ¡Casarme y tener hijos! ¡Pero cada lavandera puede hacer otro tanto! A no ser que encuentre un hombre civilizado y lúcido o débil y enamorado. Pero ¿qué es lo que yo quiero ? Vosotros lo sabéis bien. ¡Yo quiero la gloria! No es este Diario el que me la otorgará. Este Diario no será publicado más que después de mi muerte, porque yo estoy aquí demasiado desnuda para mostrarme en vida. Por otra parte, no será más que el complemento de una vida ilustre. »

Se siente uno sacudido por esta preocupación obsesiva de María por dejar algo detrás de ella : se debate contra el fantasma de la nada; creyente y mística a su manera, ella tiene en una fe curiosa en ella misma, que es otra cosa más que el orgullo. Su existencia se expone en esas páginas de un extraño poder evocador, con mil puerilidades confusas desde la infancia, de inclinaciones hacia la más grande ambición. Jamás dudó sobre su condición de criatura de elite. Se sabe atractiva y es feliz de serlo : dirige al cielo plegarias ingenuas por la conservación de su belleza y por el esplendor de su voz, porque ella sueña ser una cantante ilustre, tener la multitud a sus pies. Sella con Dios y con la Virgen ingenuos pactos prometiendo, a cambio de los triunfos mundanos que ella ambiciona, limosnas y peregrinajes. Tiene también, como verdadera rusa que es, todo un mundo de supersticiones; una vez, ve la luna nueva con el ojo izquierdo y eso la alarma. Sorprendida ella misma de los contrastes de su naturaleza, se pregunta seriamente si no tendrá dos corazones.

Después, en medio de viajes entre Paris, Niza, Roma y el dominio familiar en el interior de Ucrania, aparece el relato de un arrebato de jovencita. Se cree sinceramente prendada de un hombre que no presta casi ninguna atención a esa niña que ella es, y, en su sensibilidad refinada, ella se ve devastada y reclama la muerte. Ella necesita de preocupaciones que mantengan la actividad de su espíritu: se entusiasma con la idea de reconciliar a sus padres y de seducir a su padre, de quien posee una imagen amedrantadora.

Sin embargo, el arte comienza a interesarle por sobre todas las cosas :

« A los veintidos años, seré célebre o difunta »

, se dice a sí misma. Ella prueba su voz pero los médicos le prohíben el canto. Entonces se vuelca al dibujo y la pintura y, en el atelier del maestro Julian, donde estudia, experimentará decepciones que le hacen sufrir extrañamente, a causa de algún elogio que espera pero que nunca llegará. Se desconsuela de no ser más que una mujer. Por otra parte se siente sacudida, en su admiración por todo aquello que es elevado, por las pequeñas realidades de la vida : « Es una naturaleza desafortunada la mía : yo querría una armonía exquisita en todos los detalles de la existencia. A menudo, las cosas que pasan por elegantes o atractivas me chocan por yo no sé que falta de arte, de gracia particular... ¿Naderías? Todo es relativo, y si una espina nos hiere tanto como un puñal, ¿qué es lo que los sabios tienen para decir?».

Tiene caprichos absurdos ante los cuales es necesario inclinarse. En compañía de una amiga, ingresa, bajo un falso nombre, a una sociedad por los derechos femeninos. Ella rinde culto a ciertas personalidades políticas o literarias. Tiene, por sobre todo, terror a lo trivial. Después, un dolor sordo interrumpe de golpe sus sueños de gloria y entonces exclama: « ¡Que me dejen todavía diez años más! ». Termina confesando que se aburre en este mundo y por aborrecer la solemnidad estirada de ciertos salones, tiene deseos de manifestarse republicana. Tiene amistades un tanto de salón, ausentes de lealtad y de franqueza, y traza algunos retratos de un sabor vivo y audaz de esos personajes de París.

Arrastrada así por todas las cosas, ella se agota en excesos de trabajo. Aspira a una celebridad que ve verdaderamente posible, aunque se muestre siempre severa consigo misma, y aunque las alabanzas huecas la ofendan. Ella contempla su nombre desde el punto de vista de la gloria: «¡María Bashkirtseff! ¿Qué es lo que sugiere?... Suena como algo extraño, atormentado, no es que no prometa un cierto resplandor: tiene una cierta prestancia, ruido, orgullo, pero es entrecortado y confuso.» Sin embargo, la enfermedad es despiadada: parece expiar cada uno de sus éxitos. Con terror, percibe que oye cada vez menos. Se dice «derribada por los oídos». Y los nervios son sobreexcitados de una manera extrema: «Mi trabajo sufre por eso, yo pinto todo estando devorada por aprehensiones quiméricas. Me imagino cantidades de horrores. Me ocurre de despertar sobresaltada y de ir al otro lado del jardín, como una loca.» Entonces la sobrecoge la prisa por acumular las máximas sensaciones posibles: «Me parece que nadie ama todo tanto como yo: artes, música, pintura, libros, mundo, vestidos, lujo, ruido, calma, risa, tristeza, melancolía, bromas, humor, frío, sol... adoro y admiro todo... Todo se presenta para mi bajo aspectos interesantes o sublimes: yo querría verlo todo, tenerlo todo, abrazarlo todo, confundirme con todo...» Y constantemente ahora, el pensamiento de la muerte se entremezcla con sus sueños.

Ella debe dejar de escribir, en efecto, pocos días después de haber esbozado estas líneas. Jules Bastien-Lepage, su amigo predilecto, moribundo él mismo, viene a hacerle una última visita. María Bashkirtseff está acostada en su salón: para que Bastien-Lepage pueda verla su hermano Emile lo ha transportado como a un niño. María tiene en su prima Dina una devoción similar. Y una misma palabra se les escapa a ambos; es un grito de artistas desolados: «¡Ah! ¡Poder pintar todavía!» Y es sobre esta palabra que se termina, bruscamente interrumpido por la agonía, el Diario de María Bashkirtseff.

La obra de la conocida artista ucraniana se conserva ahora en los museos de muchos países del mundo. En Niza (Francia) incluso hay toda una sala dedicada a sus cuadros. Es curioso que en el palacio de Luxemburgo, en Paris, junto a la escultura simbólica Inmortalidad (Immortalité), donde se pueden leer los nombres de conocidos personajes franceses, se encuentra también el de la ucraniana María Bashkirtseva. ¿Cómo se pudo ganar la ucraniana tal honor?

Tras haber venido a Francia en su juventud, María comenzó a dominar el arte. Su talento lo notaron en seguida. Ganó muchas medallas y premios, las revistas y periódicos franceses estaban encantados con ella. Su arte lo valoraban mucho Anatole France y Émile Zola. De modo que, la ucraniana se convirtió en una figura importante del arte francés.

Obras

  • Retrato de su prima Dina (futura condesa de Toulouse-Lautrec), 1833 (Museo d'Orsay, Paris)
  • Le Meeting, 1884 (Museo d'Orsay, Paris)
  • Portrait de jeune femme, 1884, pastel (Museo d'Orsay, Paris)
  • La Douleur de Nausicaa, escultura en bronce (Museo d'Orsay, Paris)
  • Autorretrato con paleta, 1882, (Museo de Bellas Artes de Niza)

Diario

  • Mon journal, Cercle des Amis de Marie Bashkirtseff, F. Paillard, Abbeville:
  • 11/1/1873 - 10/8/1873. 1995. ISBN 2-9509213-0-2.
  • 11/8/1873 - 1/1/1874. 1996. ISBN 2-9509213-1-0.
  • 2/1/1874 - 4/7/1874. 1997. ISBN 2-9509213-2-9.
  • 5/7/1874 - 2/4/1875. 1998. ISBN 2-9509213-3-7.
  • 2/4/1875 - 25/9/1875. 1999. ISBN 2-9509213-4-5.
  • 26/9/1875 - 23/1/1876. 1999. ISBN 2-9509213-5-3.

•10/5/1876 - 16/8/1876. 2001. ISBN 2-9509213-8-8.

  • 17/8/1876 - 3/2/1877. 2001. ISBN 2-9509213-2-9.
  • 24/2/1877 - 25/9/1877. 2002. ISBN 2-9509213-9-6.
  • 6/9/1877 - 22/6/1878. 2003. ISBN 2-9518398-0-4.
  • Journal 1877-1879, L'Âge d'Homme. 1999. ISBN 2-8251-1107-4.
  • Extraits, Mercure de France, Paris. 2000. ISBN 2-7152-2196-7.

Fuente

  • [1]. Disponible en [http//www.esacademic.com] Consultado: 14 de junio del 2017
  • [2]. Disponible en [http:// www.bashkirtseff.com] Consultado: 14 de junio del 2017