María Herminia Avellaneda

María Herminia Avellaneda
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Ocupacióndirectora de cine y televisión, productora artística

María Herminia Avellaneda (Pasteur, 3 de noviembre de 1933 - Buenos Aires, 7 de julio de 1997) fue una cineasta, productora y directora argentina de cine y televisión, una de las pioneras del género se desempeñó también como directora artística del canal de televisión ATC en 1984 (el período de recuperación de la democracia en Argentina, tras la sangrienta dictadura cívico-militar argentina).

Síntesis bibliográfica

Al terminar la escuela secundaria se mudó a la ciudad de Buenos Aires a estudiar en el Conservatorio de Arte Dramático, donde estudió arte escénico y debutó como asistente de dirección televisiva de Antonio Cunill Cabanellas en el Canal 7 en el año 1955, además de cursar física en la Universidad de Buenos Aires.

De María Herminia Avellaneda surgieron nuevas, diferentes, cualitativas maneras de encarar la dirección televisiva, a la que dedicó la mayor parte de su tiempo, quizá porque algo deseaba cambiar en el medio mundialmente más atrapante de audiencia. Aunque su labor no quedó en la guía de cámaras de la pantalla chica; pasó a las de cine y a dirigir en escenarios teatrales.

Desde entonces, Avellaneda, aún con su color de pelo natural, castaño, que años más tarde aclaró al rubio cenizo, manejó cámaras como ideas. Que tenía muy claras y siempre en defensa de lo bueno sin caer en esnobismos culturosos. Comprendía el arte, la poesía del artista, el vuelo de los creadores, el talento escondido.

Avellaneda se decía melancólica; se reconocía vacilante. Esas imágenes interiores no se traslucían en su personalidad austera, de rara semi sonrisa y hablar pausado. Puede que su otro don fuera el de desentrañar lo que otros tienen dentro, revelarlo para que todos lo disfruten y sin promoverse descubridora de nada.

Sin prejuicios

Como fue su vida, respetando la libertad con mente de persona libre, e invocando la dignificación de la mujer.

Para fortalecer el mercado televisivo nacional debemos tener una política cultural definida, convicción en los que la planean y los que la ejecutan, y continuidad de trabajo. La televisión no puede ni debe rebajar el nivel cultural, sino que puede contribuir a elevarlo.
María Herminia Avellaneda

Hitos de una vida jalonada por el éxito

Tradujo el mensaje del alma de María Elena Walsh en varios espectáculos, tanto para teatro y cine como para televisión, el último en La cigarra. Comprendió su visión, tan simple y tan elevada, comprensible por niños y por adultos.

Aunque estudió arte escénico María Herminia Avellaneda pasó 42 de sus 63 años detrás de las cámaras, dirigiendo muchos de los programas de ficción más exitosos de la TV argentina. En su haber quedan desde la popular telenovela Rosa de lejos, La señora Ordóñez hasta obras de Eduardo Mallea o de William Shakespeare adaptadas para la pantalla chica y se dio el gusto de concretar proyectos que se diferenciaron de otros programas: supo dar elegancia y sencillez a lo más importante, con el afán de que la gente, el público común, sin etiquetas, lo entendiera. Más que nada, lo sintiera. De tal modo, Avellaneda hizo arte, ayudó al arte y dio perfil artístico a todo programa que emprendió.

Su mano se notó en cada realización, aunque, como se sabe, un director siempre es invisible al espectador. Detrás de las cámaras armonizó literatura con folletines, shows musicales con programas infantiles. Grabó obras de Mallea, Ibsen; se inspiró en Victoria Ocampo; sacó a la luz temperamentos simples y queribles como el de Rosa, la de lejos.

Ella fue la responsable de la puesta en escena de Doña Disparate y Bambuco, en 1959, y de una versión de Romeo y Julieta, con Rodolfo Bebán y Evangelina Salazar, en 1966. También con María Elena Walsh, en 1983, llevó al teatro Canciones para mirar.

Pero la dirección no fue la única ocupación de esta mujer que entró en la vida televisiva por la puerta grande, en su extensa carrera incursionó también en el cine. Filmó Juguemos en el mundo, con guion de María Elena Walsh, en 1971, y luego la versión para cine de Rosa de lejos, en 1980. Además, fuera de su rol de directora ocupó la gerencia artística de ATC en 1984, condujo La cigarra, un ciclo periodístico junto a sus dos grandes amigas, María Elena Walsh y Susana Rinaldi, y llevó al escenario varias obras de teatro.

De todas maneras, su nombre, su apellido y su fama están indiscutiblemente ligados a la televisión, medio en el que también fue nominada numerosas veces para el Martín Fierro. Para la TV, produjo, escribió y dirigió la mayoría de las obras que llevan su sello: desde La señora Ordóñez hasta la última parte de Alta comedia, en 1994, donde dirigió Mi mamá me ama, con Graciela Borges y Las vueltas de la vida, de María Elena Walsh, además de Pasión, una coproducción franco argentina de 66 capítulos que ella misma dirigió, en 1989.

Convencida como estaba que la TV era un buen remedio para la soledad y el silencio, Avellaneda siempre puso el acento en sus personajes y defendió el género de la novela casi como nadie.

Su muerte

La realizadora María Herminia Avellaneda falleció en la madrugada del 7 de julio de 1997, en Buenos Aires, afectada por un cáncer. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de Olivos.

Fuentes