Marcelino Champagnat

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Religión o Mitologíacatólica
Día celebración6 de junio
Fecha de canonización18 de abril de 1999
País o región de origenLyon,Francia


Marcelino Champagnat nació en Lyon (Francia), en los comienzos de la revolución francesa, en 1789, y falleció contando cincuenta y un años, el seis de Junio de 1840. Fundó la Orden de los Hermanitos de María, o Maristas de la Enseñanza.

Su madre afirmó con llaneza que «lo eduqué, como a mis otros nueve hijos, con sencillez y lejos de los caprichos; le enseñé a hablar y a rezar». En el interior de esta afirmación se descubre la claridad de ideas y la vida recta de su buena madre; debió influir muy notablemente en su calidad de vida cristiana y ello estaba en los planes de Dios ya que nació en unos tiempos nada favorables para la coherencia de la fe.

Es admirable que una persona que no sabía ni leer ni escribir llegara a ser todo un modelo educativo.

Serias dificultades con los estudios

Como le habían anunciado el Papá y el tío, los estudios le resultaron sumamente difíciles y estuvo a punto de ser echado del seminario por sus bajas notas en los exámenes, Pero su buena conducta y el hacerse repetir las clases por unos buenos amigos, le permitieron poder seguir estudiando para el sacerdocio En el seminario tenía otro compañero que, como él, tenia menos memoria y menos aptitud para los estudios que los demás, pero los dos sobresalían en piedad y en buena conducta y esto les iba a ser inmensamente útil en la vida. El compañero de Marcelino se llamaba Juan María Vianney, que después fue el Santo Cura de Ars, famoso en todo el mundo. Poco antes de recibir la ordenación sacerdotal, él y otros 12 compañeros hicieron el propósito de fundar una Comunidad religiosa que propagara la devoción a la Stma. Virgen y fueron en peregrinación a un santuario mariano a encomendar esta gracia. Marcelino logrará cumplir este buen deseo de sus compañeros.

Ordenación y primeros oficios

En 1816 fue ordenado sacerdote y lo nombraron como coadjutor o vicario de un sacerdote anciano en un pueblecito donde los hombres pasaban sus ratos libres en las cantinas y tomando licor, y la juventud en bailaderos nada santos. La ignorancia religiosa era sumamente grande. Marcelino se dedicó con toda su alma a tratar de acabar con las borracheras y los bailaderos y a procurar instruir a sus fieles lo mejor posible en la religión, Como tenía una especial cualidad para atraer a la juventud, pronto se vio rodeado de muchos jóvenes que deseaban ser instruidos en la religión. Y hasta tal punto les gustaba su clase de catequesis, que antes de que abrieran la iglesia a las seis de la mañana, ya estaban allí esperando en la puerta para entrar a escucharle.

Fundador

Marcelino era todavía muy joven, apenas tenía 27 años, y ya resultó fundandor de una nueva comunidad. Era de elevada estatura, robusto, de carácter enérgico y amable a la vez. Alto en su aspecto físico y gigante en la virtud. Le había consagrado su sacerdocio a la Virgen María y en una de sus visitas al Santuario Mariano de la Fourviere, recibió la inspiración de dedicarse a fundar una congregación religiosa dedicada a enseñar catecismo a los niños y a propagar la devoción a Nuestra Señora. Esto sucedió en 1816, y una placa en dicho santuario recuerda este importante acontecimiento,

La causa inmediata

Lo que movió inmediatamente a Marcelino a fundar la Comunidad de Hermanos Maristas fue que al visitar a un joven enfermo se dio cuenta de que aquel pobre muchacho ignoraba totalmente la religión. Se puso a pensar que en ese mismo estado debían estar miles y miles de jóvenes, por falta de maestros que les enseñaran el catecismo, Lo preparó a bien morir, y se propuso buscar compañeros que le ayudaran a instruir cristianamente a la juventud.

Humildes comienzos

El 2 de Enero de 1817 empezó la nueva comunidad de Hermanos Maristas en una casita que era una verdadera Cueva de Belén por su pobreza. Sus jóvenes compañeros se dedicaban a estudiar religión y a cultivar un campo para conseguir su subsistencia. El santo los formaba estrictamente en pobreza, castidad y obediencia, para que luego fueran verdaderos apóstoles.

Admirable expansión

Pronto empezaron a llegar peticiones de maestros de religión para parroquias y más parroquias, Marcelino enviaba a los que ya tenía mejor preparados, y la casa se les volvía a llenar de aspirantes. Siempre tenía más peticiones de parroquias para enviarles hermanos catequistas, que jóvenes ya preparados para ser enviados. Y como su casa se llenó hasta el extremo, él mismo se dedicó a ayudar a sus novicios y aprovechando sus conocimientos de albañilería, a ensanchar el edificio.

Su método de enseñanza

Ante todo, las labores de sus religiosos estaban todas dirigidas a hacer conocer y amar más a Dios y a nuestra religión. El método empleado era el de la más exquisita caridad con todos. Marcelino no podía olvidar como una vez un profesor públicamente puso un sobrenombre humillante a un alumno y entonces los compañeros de ese pobre muchacho empezaron a humillarlo hasta desesperarlo. Por eso prohibió rotundamente todo trato humillante para con los alumnos. Quitó los castigos físicos y deprimentes. Le dio mucha importancia al canto como medio de hacer más alegre y más eficaz la catequesis. Fue precursor de la escuela activa, en la cual los alumnos participan positivamente en las clases. Cada religioso debía dedicar una hora por día a prepararse en catequesis y en pedagogía para saber enseñar lo mejor posible.

Devoción Mariana

La quinta esencia de la pedagogía de San Marcelino era su gran devoción a la Virgen Santísima. Repetía a sus religiosos: "Todo en honor de Jesús, pero por medio de María . Todo por María, para llevar hacia Jesús". Y les decía, "Nuestra Comunidad pertenece por completo a Nuestra Señora la Madre de Dios. Nuestras actividades deben de estar dirigidas a hacerla amar, estimar y glorificar. Inculquemos su devoción a nuestros jóvenes, y así los llevaremos más fácilmente hacia Jesucristo".

Muerte joven

Marcelino murió muy joven, apenas de 51 años el 6 de Junio de 1840. Los últimos 15 años había sufrido de una gastritis aguda, y un cáncer al estómago le ocasionó la muerte. Al morir dejaba 40 casas de Hermanos Maristas. Ahora sus religiosos son más de 6,000 en 870 colegios, en muy diversos países. Beatificado el 29 de mayo de 1955 por el Papa Pío XII Canonizado por su Santidad Juan Pablo II el 18 de Abril de 1999 por el Papa Juan Pablo II. En esa ocasión el Papa resaltó su fe inquebrantable así como su fidelidad a Cristo «incluso en las dificultades, en medio de un mundo que con frecuencia había perdido el sentido de Dios». «San Marcelino anunció el Evangelio con un corazón ardiente. Mostró sensibilidad a las necesidades espirituales y educativas de su época, especialmente a la ignorancia religiosa y al abandono que experimentaba particularmente la juventud».

Fuentes

Catholic.net

Biografía de Marcelino Hampagnat

Marcelino Champagnat