Marco Aurelio

Marco Aurelio
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Emperador romano
NombreMarco Aurelio Antonino
Nacimiento20 de abril del 121
Roma, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento17 de marzo del 180
Viena, Bandera de Austria Austria
Causa de la muertePeste
Otros nombresMarco Annio Vero (nombre original)
OcupaciónEmperador y filósofo
TítuloEmperador romano
PredecesorAntonino Pío
Sucesorsu hijo Cómodo
Obras destacadasPensamientos

Marco Aurelio (121-180). Emperador y filósofo estoico, gobernó el Imperio Romano desde el 161 hasta el 180. Durante su reinado se produjeron frecuentes guerras y epidemias, redujo los impuestos y fundó escuelas, hospitales y orfanatos para ayudar a las clases más pobres.

Biografía

Marco Aurelio, cuyo nombre original era Marco Annio Vero, nació en Roma el 20 de abril del año 121. Sobrino por matrimonio de Antonino Pío, más tarde emperador.

Perteneciente a una gens española, ya de niño llamó la atención del emperador Adriano , quien quedó admirado por su ingenua franqueza y su inteligencia, y ordenó a Antonino Pío que lo adoptara el cual después de acceder al poder en el 138, adoptó a su sobrino y le asoció al poder quedándole destinado el imperio.

Estudió retórica griega y latina con Herodes Ático y Marco Cornelio Frontón, el cual desde entonces habría de ser su amigo y consejero espiritual. Seducido por el estoicismo, vistió muy pronto el manto de filósofo en el 133. César en el 139 y cónsul en el 140 y 145, en este último año se casó con su prima Faustina la joven, hija de Antonino Pío.

Los veintitrés años que duró el reinado de Antonino Pío se cuentan entre los más prósperos del imperio, pero tras su muerte en el año 161, Marco Aurelio fue nombrado emperador, año en el que asoció al trono a su hermano por adopción Lucio Aurelio Vero (fallecido en el 169), se abrió un período enormemente conflictivo para el imperio, que se vio sacudido por los ataques de los bárbaros, revueltas populares y varias epidemias. A la serie ininterrumpida de guerras y calamidades que tuvo que soportar, el emperador opuso su serenidad y su fuerza moral.

Reinado

Durante su reinado libró guerras defensivas en las fronteras del norte y del este del Imperio. Sus legiones contuvieron la invasión parta de Siria en el 166, pero de nuevo Roma se vio obligada a luchar en el 167 contra las tribus germanas en la frontera Rin-Danubio. Marco Aurelio regresó a Roma, de forma intermitente, durante la campaña germana, para realizar reformas legales y administrativas. Aunque estaba preocupado, en particular, por el bienestar público e incluso vendió sus posesiones personales para mitigar los efectos del hambre y la peste en el Imperio.

En su relación con los cristianos, adoptó la misma actitud que Trajano, que evitaba la persecución pero reprimía las manifestaciones públicas de su fe y castigaba a los fieles que, tras ser denunciados, se negaban a celebrar el culto de la religión ancestral. Sin embargo, esa actitud obedecía menos a una voluntad erradicadora que a la opinión extremadamente severa que le merecían su proselitismo y sus prácticas rituales. De hecho, los cristianos nunca lo incluyeron en su lista de perseguidores.

Como emperador, a pesar de su temperamento pacífico y su preocupación por la economía, se vio obligado a concertar empréstitos forzosos y a desprenderse de parte del patrimonio imperial ante la urgente necesidad de constituir un ejército de esclavos, gladiadores, extranjeros y fugitivos, con el que hacer frente a la presión de los bárbaros; así, rechazó a los germanos hasta más allá del Danubio en el 168, venció a los partos y les arrebató parte de Mesopotamia en el 161 y sometió a marcomanos en el 172, cuadros en el 174 y sármatas en el 175).

Tras la paz general del 175 y la ocupación de una franja de seguridad al norte del Danubio, admitió en el imperio, por primera vez, a bárbaros como colonos y soldados. Sin embargo, una revuelta en el norte de Italia determinó que proscribiera por un tiempo esa práctica.

En el 176 regresó a la frontera norte, esperando extender los límites del noreste del Imperio hasta el río Vístula.

Quebrantada la paz por los bárbaros en el 177, Marco Aurelio emprendió una nueva campaña, en el curso de la cual sucumbió a la peste que desde el 166 asolaba el imperio, que pasó a regir su hijo Cómodo.

Muerte

Murió de peste en Vindobona (ahora Viena) el 17 de marzo del 180, en pleno curso de la invasión. Su hijo y sucesor, Cómodo, abandonó su plan.

Logros y contribuciones

En política interior Marco Aurelio defendió a las clases menos pudientes, para quienes fundó escuelas, orfanatos y hospitales, y alivió la carga de los impuestos. También intentó humanizar las leyes penales y el trato que los amos daban a sus esclavos. Además, reforzó la centralización de la administración imperial y, aunque devolvió la importancia al Senado, incrementó la autoridad imperial.

Sus escritos

Su estilo, es influido sin duda por los maestros estoicos, sin embargo, carece de la dureza dogmática de Epícteto, de quien adoptó el elogio de la libertad humana, o del tono docto y académico de Séneca. Por el contrario, sus textos denotan un tono muy personal, ya que parten de una reflexión íntima y crítica, y acusan una tendencia a transformar la doctrina en un constante examen de conciencia.

Como filósofo, su gran legado es la obra "Pensamientos", un compendio en doce libros de preceptos morales escritos en griego mientras desarrollaba sus últimas campañas militares, resultado de las meditaciones morales que ya al final de su vida, fue dejando por escrito, sin seguir un plan estricto o preestablecido.

La obra es un manifiesto importante de la filosofía del estoicismo, en el que revela su creencia de que la vida moral conduce a la tranquilidad. Subraya las virtudes del saber, la justicia, la fortaleza y la moderación.

la obra se basa en una serie de reflexiones inspiradas por su experiencia cotidiana y deja traslucir la influencia estoica, en particular la de Epicteto. Su visión del hombre es pesimista, pues considera que sus pasiones son el factor principal de la corrupción del mundo, por lo que aconseja perseguir tan sólo aquellos fines que dependan de uno mismo. Es ilustrativo el hecho de que se inspirara tanto en un esclavo como había sido Epicteto y que detestara el poder despótico al que él mismo denominó, irónicamente, «cesarizar».

Véase también

Fuentes