Marie Theresse Holmes Walsh

Marie Theresse Holmes Walsh
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Nacimiento17 de septiembre de 1876
Filadelfia, Pensilvania, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
NacionalidadEstadounidense

Marie Theresse Holmes Walsh. Madre de Antonio Guiteras Holmes, líder revolucionario cubano que se destacó durante la revolución de 1930.

Síntesis biográfica

Nació en Filadelfia el 17 de septiembre de 1876 y fue la primera de los Holmes que no nació en Boston.

Era de estatura pequeña, cinco pies tres pulgadas y bien formada. Al terminar la segunda enseñanza, estudió Derecho en una firma de abogados de Filadelfia. Gustaba de la música selecta y tocaba el piano. Amaba la literatura clásica inglesa y norteamericana, en particular las obras de Shakespeare y la buena poesía. Era aficionada a leer libros de Historia. Hablaba correctamente el alemán, algo de francés y, posteriormente, aprendió español. Cultivaba las artes plásticas, y llegó a ser una pintora con dominio de la técnica, como lo demuestra los retratos que hizo de su hijo.

Esta mujer rubia de ojos grises, frente despejada, y facciones finas y regulares, amó profundamente a sus hijos. Hizo cuanto estuvo a su alcance para educarles en la mejor forma posible, y les transmitió sus gustos, principios y aptitudes.

Dotada de gran entereza de carácter, valiente, firme y decidida, odiaba la mentira y la componenda, pues estimaba eran signos de cobardía. Dulce, alegre, dinámica y trabajadora, rigió su vida por severos principios éticos. Progresista, liberal, careció de prejuicios raciales y simpatizó con la lucha de los pueblos latinoamericanos contra el imperialismo de su país natal, lo que no le impidió amar mucho a su patria y a su pueblo.

Familiares

Fueron sus padres James Holmes Calder y Margaret Walsh O’Boyle. La familia materna de Marie Theresse era irlandesa. Tío suyo lo fue John Walsh, uno de los adalides de la independencia de Irlanda, famoso por su participación en los combates callejeros contra los ocupantes ingleses, sus actividades clandestinas en Dublín, y su fuga de la cárcel colonialista, prólogo de una odisea en una endeble embarcación a través del Mar de Irlanda.

Margaret Walsh, a su vez, se había visto obligada a emigrar a Filadelfia para escapar a la tenaz persecución de las autoridades británicas, por su participación en el movimiento independentista. Durante el resto de su vida continuó pendiente de los altibajos de la lucha de los patriotas irlandeses, cooperó en todo lo que pudo a su causa, asistió regularmente a mítines y actos en Filadelfia, convirtió su hogar en centro de actividades de sus compatriotas exiliados, hizo propaganda, aportó y recaudó dinero, etcétera.

A sus nietos, en particular a Toni, los arrullaba cantándole canciones revolucionarias de la verde Erin. Cuando crecieron, en lugar de las habituales historietas infantiles les contaba, una y otra vez, hechos y anécdotas de la gesta de su patria. A Toni, a los siete u ocho años de edad, lo deslumbraba narrándole las proezas del tío abuelo John Walsh, las formas de organización y los métodos de lucha de los insurrectos.

Fuentes

  • Tabares del Real, José A. Guiteras. Editorial Ciencias Sociales.