Mario Calvino

Mario Calvino
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Agrónomo italiano
Nacimiento26 de marzo de 1875
ciudad de San Remo,
provincia de Imperia,
región de Liguria,
Italia Bandera de Italia
Fallecimiento25 de octubre de 1951 (76 años)
ciudad de San Remo,
provincia de Imperia,
región de Liguria,
Italia Bandera de Italia
NacionalidadItaliana
CiudadaníaItaliana
OcupaciónDirector de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas (1917 a 1924)
TítuloIngeniero en Ciencias Agrícolas
PredecesorJosiah T. Crawley
CónyugeEva Mameli
HijosÍtalo Calvino (escritor, 1923-1985)

Mario Calvino (San Remo, 26 de marzo de 1875) fue el cuarto director de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas (1917 a 1924), en la actualidad INIFAT (Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt).

Fue padre del escritor Ítalo Calvino (1923-1985), quien nació en Santiago de Las Vegas cuando su padre era director allí.

Síntesis biográfica

Infancia

La niñez y juventud transcurrieron bajo la mirada y el ejemplo de su padre Juan Bernardo, comprometido social y políticamente con los ideales de Giuseppe Mazzini en las luchas para mejorar las condiciones de vida poco favorables de los agricultores en aquellas zonas del norte de Italia. Empieza así su interés hacia las bellezas naturales, los trabajos en el campo y el amor al estudio, en sentido más general. Termina con notas de máxima puntuación en la Facultad Agraria de Pisa y es publicada su tesis de doctorado sobre la agricultura en el territorio de San Remo.

Juventud

A los 26 años, se convierte en director de la Cátedra Ambulante de Agricultura en la provincia de Imperia. Comienza de este modo su larga, generosa y firme vida de trabajo, cargada de metas e iniciativas en variados aspectos de la agricultura. Pronto se convence de que, a las actividades científicas hay que relacionarlas con aquellas concretas de enseñanza y divulgación dirigidas a los campesinos. Debido a esto funda en 1901 la revista La Agricultura en Liguria, que dirige hasta 1908, cuando de imprevisto decide dejar su tierra natal para empezar una nueva experiencia en México.

Al presentar su revista a los amigos agricultores escribe:

La fe en la agricultura arde continua en nosotros y como fuego sagrado nos calienta e ilumina. Es de ella que nos sostenemos enérgicos sobre la brecha destructora de la oscura ignorancia y de los antiguos prejuicios, contra los cuales nosotros abrimos nuestra cruenta guerra.
Mario Calvino

A finales de 1908 ocurre en su vida un hecho inesperado: casualmente en San Remo conoce al embajador mexicano en Washington (Estados Unidos), quien, de viaje por Italia, al percatarse del valor de aquel científico italiano y saber de las necesidades de México en mejorar el estado de su agricultura, le propone la dirección de la División de Horticultura de la Estación Agrícola Central en ese país. Posteriormente, el 31 de diciembre de 1908, en el número 168 de la revista La Agricultura en Liguria, informa su partida a México, donde comenzaría una nueva etapa de su vida, llena de desafíos y logros.

Trayectoria laboral

A los dos años de estar en México, ingresa también como profesor en la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria. Desde 1909, orienta sus actividades hacia la experimentación de nuevos cultivos y a divulgar los conocimientos ya conocidos o adquiridos. Fundamental resulta su labor para que se creen pronto «campos agrícolas experimentales» en varios territorios y estados de la República.

El agrónomo italiano llega a La Habana a solicitud de las más altas autoridades políticas cubanas. Su nombre se había extendido a toda América Central y la invitación provino de Eugenio Sánchez Agramonte, secretario de Agricultura, e indirectamente del propio presidente, Mario García Menocal. Desde su arribo, se le nombra director de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas y delegado de la Secretaría de Agricultura, con autoridad en todo el país. Entonces, la agricultura cubana estaba muy atrasada y en malas condiciones.

Mario Calvino (señalado con el 3) y un grupo de visitantes; entre ellos, el presidente Mario García Menocal (1) y el ministro de Agricultura Eugenio Sánchez Agramonte (2)

Trayectoria científica

En Calvino se ponen muchas esperanzas, como puede leerse claramente en esta carta que García Menocal escribe al recién llegado:

Quiero ver si usted logra que este árbol, ahora en tan malas condiciones y poco apreciado por quienes de él esperan frutos, recobre lozanía y produzca lo que el país tiene razón de esperar. Aquí le doy un machete para probarlo. Sépalo manejar bien. Tiene usted la oportunidad para hacer algo bueno en Cuba.

Honra su alto empeño trabajando fuertemente desde el primer día en organizar la Estación y promover las actividades que dependen de ella. Los informes de Calvino sobre las actividades desarrolladas y los resultados conseguidos quedan en el Archivo del INIFAT como pruebas de una gran labor, que llevó a cabo con el esfuerzo y la colaboración del personal de la Estación, además de los propios campesinos, quienes se incorporaron paulatinamente a las tareas experimentales.

Publicaciones

En su largo viaje por la agricultura mexicana, Calvino publica también una serie de circulares o boletines de la Estación Agrícola Central, así como volúmenes monográficos, algunos de los cuales mantienen cierta utilidad hoy día. Fue capaz de difundir sus conocimientos de una manera amplia y rápida, involucrando a los alumnos de la Escuela Nacional y a los propios campesinos, pasando de la teoría a la práctica con mucha naturalidad. Un hombre de gran entusiasmo y energía que de haber estado México en una situación tan agitada como lo estaba entre 1910 y 1920, probablemente hubiese permanecido allá un tiempo más largo.

Aportes

De enorme interés para Cuba son los proyectos de introducción o reintroducción de aquellos productos agrícolas de gran empleo en la alimentación nacional y que se estaban importando masivamente; entre otros, el maíz, el arroz y los frijoles. Además, Calvino propone la introducción de nuevos productos para la alimentación humana y del ganado: el sorgo, la soya, la hierba elefante, nuevas cucurbitáceas, así como nuevos sistemas de cultivo del tomate. Trabaja mucho en la selección de otras variedades de caña de azúcar y de papa. Sugiere la creación de industrias procesadoras de productos agrícolas.

Tampoco aquí Calvino descuida el binomio experimentación-divulgación. Su actividad didáctica es amplia y a diferentes niveles. A lo largo del país, se crean cátedras ambulantes de Agricultura, así como granjas-escuelas dirigidas a los campesinos. Para un público más amplio, imparte conferencias y escribe artículos en los periódicos; por ejemplo, en la página dominical dedicada a la agricultura en el Heraldo de Cuba, a partir de 1922; en la Revista de Agricultura, Comercio y Trabajo, y en Chaparra Agrícola. Al mundo de los profesionales se dirigen los boletines y las circulares de la Estación Experimental Agronómica. En 1920 aparece también el importante Tratado sobre la multiplicación de las plantas, que Calvino publica en Santiago de las Vegas.

Luego de dejar a Santiago de las Vegas en manos de su amigo Gonzalo Martínez Fortún, a finales de 1924 empieza con todo su entusiasmo otra relevante tarea en Cuba: dirigir la Estación Experimental y Escuela Agrícola Chaparra, dedicada al estudio de la caña de azúcar. Tan pronto comienza a trabajar con la pasión y el ímpetu de siempre, desde Italia le llega inesperadamente el nombramiento de director de la Estación Experimental de Floricultura y Aclimatación de San Remo, su ciudad natal.

Calvino no duda en aceptar una oportunidad tan irrepetible y decide regresar a su patria, llevándose en el corazón tan magníficos recuerdos de sus años caribeños.

De regreso a San Remo, desde 1924 dirigió la Estación Experimental de Floricultura hasta 1950. En esa larga etapa final de su vida profesional, él aprovecha plenamente su vasta experiencia en México y Cuba para introducir especies y variedades de vegetales de los trópicos.

Muerte

Muere en su tierra natal, San Remo, el 25 de octubre de 1951. Con su existencia ejemplar, supo unir a Italia con dos países geográficamente tan lejanos, como México y Cuba.

Fuentes