Mario Milano

Mario Milano
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El Dr. Mario Milano, su Hijo Mario a la izquierda y Roberto García a su derecha.
NombreMario Milano
Nacimiento1931
Totoras, Bandera de Italia Italia
Residenciaargentina
OcupaciónMédico cirujano torácico

Mario Milano. Fue un destacado cirujano torácico, apasionado por la Cardioestimulación, fue el primero en colocar un marcapaso epicárdico en Rosario, 1965.

Síntesis biográfica

Nació en Totoras en 1931 y allí vivió durante su infancia, recordada siempre con mucho cariño. Se graduó de médico en la Facultad de Medicina en 1955. Desde ese mismo momento ingresó al Servicio de Cirugía Torácica y Cardiovascular del Hospital Italiano, una de las instituciones más prestigiadas del país.

Especialización

Nunca abandonó esa fragua de especialistas en cardiología y cirugía que se diseminaron por todas partes. Hizo cursos de especialización en el Massachusetts General Hospital de Boston, el Methodist Hospital de Houston, el Texas Children's Hospital (1957) y otros, y después regresaba a su viejo Hospital para volcar allí sus experiencias. En esas tierras, además de concurrir a los servicios de Cirugía Torácica y Cardiovascular, estudió el funcionamiento de los equipos de corazón y pulmón artificial, con los doctores Denton Cooley, Michael DeBakey, William Gross y Richard Overholt, pioneros en el mundo en el campo de la cirugía del tórax.

Trayectoria profesional

En 1931 es designado Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, y sucesivamente ocupa numerosos cargos. Fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Río de Janeiro, y de sociedades médicas de Francia y Cuba. También se desempeñó como Director de la Asistencia Pública Municipal, desde donde impulsó el desarrollo del lactario municipal y del instituto antirrábico.

Fue Vicerrector de la Universidad Nacional del Litoral. En 1931 fue relator del tema oficial del IV Congreso Nacional de Medicina y en 1934 presidió el V Congreso Nacional de Medicina. Presidente fundador de la Sociedad de Pediatría de Rosario, a su lado surgieron numerosos discípulos especialistas que brillarían en el medio local y nacional.

Profesor de la Escuela Nacional de Profesoras “Nicolás Avellaneda”, dictaba sus clases con un libro de texto, La flor humana, escrito para adentrar a las jóvenes de entonces en el cuidado del niño. Autor de varios libros de pediatría, su Tratado Argentino de Pediatría, de 3.000 páginas, escrito junto a los especialistas de su época, nacionales y del extranjero, no llegó a ser publicado por su temprano fallecimiento.

Fue Secretario-Tesorero del American College of Chest Physicians en su Capítulo Argentino desde 1971 a 1976, Fellow de dicha entidad y Gobernador del Capítulo Argentino desde 1992 al 2004, y su rol integrador ha sido reconocido unánimemente.

Miembro de la Sociedad de Cardiología de Rosario, fue su Tesorero durante la Presidencia de Florencio Garófalo, y Tesorero también de la Federación Argentina de Cardiología en el período 1982-1983. Con su habitual meticulosidad, manejó las finanzas institucionales de forma impecable, a pesar de las difíciles épocas en que debió desenvolverse.

Fue miembro y miembro honorario de muchas otras sociedades médicas argentinas y europeas que no es el caso mencionar aquí. Merece también recordarse su paso por la docencia universitaria. Destacado en su tarea como Presidente del Círculo Médico de Rosario, cargo que durante 1986 y 1987 honró con una tarea fecunda y de entrega.

Como Director de la Biblioteca del Círculo

Lo recuerdan siempre como "el" Director de la Biblioteca del Círculo, cargo que ejerció entre 1982 y 1985, entre 1988 y 1995, regresando en 2000-2003. Fue durante su larga gestión que la Biblioteca alcanzó su época de oro. Fue el modernizador de la misma, quien gestionó y logró la suscripción de un vastísimo número de revistas, el que firmó convenios con Universidades, Centros de documentación y Bibliotecas nacionales para compartir recursos. Incorporó la Biblioteca electrónica de la National Library of Medicine, el que le dio, en fin, la jerarquía y la complejidad que había perdido para transformarla en la biblioteca más nutrida y jerarquizada de la ciudad. Nunca acudió tanta gente a consultar sus textos.

Fuente