Marsopa
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Marsopas. Son pequeños cetáceos emparentados con la familia de las ballenas y los Delfines, sin embargo son muy diferentes a estos últimos, aunque es muy común llamar Marsopa a cualquier delfín pequeño, especialmente por los marineros y los pescadores. En todo caso, la diferencia más obvia entre ambos es que las marsopas tienen dientes aplanados, muy distintos a los dientes cónicos de los delfines.
Sumario
Características
La marsopa es más pequeña que un delfín pero más robusta, su cuerpo es redondo, y con capas de grasa que ayudan a mantenerlos aislados, incluso en aguas extremadamente frías. Tienen una cola delgada detrás de ellos, un hocico redondo y una pequeña boca con entre 16 y 28 dientes pequeños pero afilados, en la parte superior e inferior de la mandíbula.
Generalmente son de color marrón o gris oscuro, aunque su parte inferior es de color crema o bronceado ligero. Este tipo coloración les permite mezclarse tanto desde la parte superior del agua como desde el fondo de la misma. Al nacer miden de 67 a 85 cm de longitud, los machos pueden medir hasta 6 pies de largo, y pesar alrededor 134 libras, las hembras son más pesadas con alrededor de 167 libras.
Alimentación
Se alimenta principalmente de pequeños peces como arenques, merluza, salmón, bacalao y calamar. Los más pequeños también se alimentan de krill entre el destete y la época en que inician el consumo de pescado. Comen durante varias horas al día, ya que necesitan mucha comida para prosperar, por lo general consumen alrededor del 8% de su peso corporal cada día.
Reproducción
Las marsopas pueden estar listas para el apareamiento entre las edades de 3 y 4 años. Los machos a menudo compiten por el derecho a aparearse con una hembra determinada. Después del apareamiento, la pareja volverá a su propia rutina de vida. El período de gestación dura unos 11 meses y al nacer se alimentarán de la leche del cuerpo de la madre durante los primeros 8 meses, aunque se quedarán con su madre durante más de un año. Las hembras marsopas sólo se aparean cada dos años, de manera que pueden cuidar de sus crías del año anterior. Los machos de marsopa tienen un marcado desarrollo de los testículos, que puede llegar a constituir hasta el 6% de su peso corporal durante la temporada de apareamiento. El apareamiento se produce entre finales del verano y principios de otoño. Pueden llegar a vivir hasta trece años.
Hábitat y Distribución
Las marsopas, divididas en seis especies, viven en todos los océanos, especialmente cerca de las costas, siendo la especie más conocida la marsopa del puerto, que puede ser encontrada en los mares del hemisferio norte. La Marsopa Espinosa (Phocoena spinipinnis) es la única especie de cetáceo perteneciente a la Familia Phocoenidae que habita exclusivamente aguas templadas de las costas de Sudamérica, siendo endémica de la región. Su distribución comprende en el Pacífico desde Bahía de Paita, Perú, hasta Tierra del Fuego. En el Atlántico se encuentra desde San Pablo, Brasil, hasta el Cabo de Hornos. Son animales huidizos que nadan rápidamente casi sin alterar la superficie del agua. Se distinguen principalmente por su aleta dorsal dirigida hacia atrás y situada en el tercio posterior del cuerpo que no sobrepasa los 6 cm de alto, es frecuente que pasen completamente desapercibidas.
Comportamiento
La marsopa es tímida y a menudo irá en otra dirección si entra en contacto con personas u otras formas de vida acuática. Hacen sonidos fuertes al respirar en la superficie. Pueden vivir solos, con otro, o en pequeños grupos, esto a menudo depende de la ubicación y la disponibilidad de alimentos. En algunos casos, simplemente hay muchos de ellos en un lugar compartiendo alguna fuente de alimento, lo que puede parecer un grupo grande, sin embargo, después del festín todos se irán por caminos separados.
Amenazas
Las orcas y los tiburones se alimentan de las marsopas que viven en los puertos, es decir son algunos de sus depredadores. En muchas partes de su área de distribución a menudo las poblaciones de marsopas se enredan con las redes de pesca, es el cetáceo más frecuentemente atrapado. Son al parecer muy sensibles al ruido y otros impactos humanos en las zonas más urbanas. También el tráfico de embarcaciones, la cacería, la pérdida de hábitat, la contaminación química y sonora, pueden ser factores de riesgos para la extinción de ellas.
