Masacre de Wounded Knee

Masacre de Wounded Knee
Información sobre la plantilla
Masacre de Wounded Knee.png
En 1990, en el centenario, los sioux honraron a los muertos de la Masacre de Wounded Knee
Fecha:29 de diciembre de 1890
Lugar:Wounded Knee Creek
Descripción:
Masacre llevada a cabo por el ejército de Estados Unidos, contra la nación de los Sioux.
Resultado:
Victoria para el gobierno de Estados Unidos.
Consecuencias:
En esta masacre murieron más de trecientos sioux, entre mujeres, niños, ancianos y hombres.
País(es) involucrado(s)
Estados UnidosBandera de los Estados Unidos de América
Ejecutores o responsables del hecho:
Soldados estadounidenses


La masacre de Wounded Knee fue perpetrada por las tropas del Gobierno de Estados Unidos, contra la nación de los sioux para adueñarse de su territorio, y concentrarlos en pequeñas reservas.

Origen

Wounded Knee se llamaba la comunidad de Dakota del Sur perteneciente a la reserva india de Pine Ridge. Fue el lugar donde se produjeron dos conflictos entre los indios estadounidenses y el gobierno de Estados Unidos. A finales de la década de 1880, los sioux comenzaron a practicar una religión basada en las enseñanzas de Wowoka, un profeta paiute que prometía que con la danza de los espíritus los indios recuperarían sus tierras, los antepasados regresarían, desaparecerían los blancos y disfrutarían de un futuro de eterna paz y prosperidad.

Los colonos blancos, por su parte, atemorizados por los rituales, solicitaron la intervención federal. La policía de la reserva creía que el jefe Toro Sentado era el instigador de una inminente rebelión, y le mató cuando se resistió a ser detenido. Sus seguidores huyeron al campamento del jefe Big Foot.

Masacre

El Séptimo Regimiento de Caballería persiguió a los sioux y les llevó a un campamento situado cerca de Wounded Knee. El 29 de diciembre de 1890, sonó un tiro dentro del campamento y el ejército comenzó a disparar. Los soldados mataron a unos 300 sioux, entre mujeres, niños y hombres desarmados, e incluso a una decena de sus compañeros (fuego amigo). Aquellos indios que trataron de escapar a la matanza fueron perseguidos y asesinados.

Los soldados comenzaron a desarmar por la mañana a los de Pie Grande, los cuales acampaban en el llano continuo al otero en que ahora están el monumento y el cementerio. La gente amontonó casi todas las armas de fuego, e incluso los cuchillos, junto al tipi de su jefe enfermo. Había blancos en el cerro y sus alrededores, y también en el sur, al otro lado de la cañada, y el este, a lo largo de Wounded Knee Creek. La partida estaba casi rodeada y los fusiles de carro la apuntaban.

Como algunos no habían entregado sus armas, los soldados registraron los tipís, tirando objetos y tocando todo. Un hombre llamado Pájaro Amarillo estaba con otro delante del tipi donde Pie Grande se hallaba enfermo. Telas blancas los cubrían por completo, con agujeros para mirar, y escondían los fusiles debajo de ellas. Un oficial los cacheó.

Desarmó al otro hombre y pretendió hacer lo mismo con Pájaro Amarillo, el cual se resistió. Luchó con el oficial y, durante la pugna, el arma se disparó y mató al wasichu. Los soldados y algunas personas aseguran que lo hizo voluntariamente; sin embargo, Perro jefe, que asistió al lance, aseguró lo contrarío. En cuanto sonó el disparo, según Perro jefe, un oficial mató a Pie Grande de un tiro, a pesar de que estaba enfermo en el interior del típi.

De pronto nadie supo lo que ocurría, salvo que los soldados hacían fuego y los fusiles de carro diezmaban al pueblo. Muchos perecieron en el mismo sitio en que se encontraban. Las mujeres y los niños corrieron hacia la cañada, ascendiendo en dirección al oeste. Los soldados los cazaban durante la huida. Había únicamente un centenar de guerreros y casi quinientos wasichus. Los bravos se precipitaron al montón de fusiles y cuchillos. Hasta que consiguieron recobrarlos, combatieron al enemigo con las manos desnudas.

Perro jefe vio que Pájaro Amarillo se metía en un tipi con su rifle. Desde él eliminó soldados hasta que su refugio se incendió. Entonces pereció lleno de balas. Entretanto, muchos lakotas, que habían percibido las descargas, llegaban de Pine Ridge. Mujeres, muchachos y niñitos, muertos y heridos, sembraban los lugares por donde habían querido escapar. Los wasichus los habían acosado a lo largo de la cañada y los habían asesinado. A veces estaban amontonados, porque habían intentado acurrucarse en grupo, y algunos estaban aislados; otras veces, pilas de ellos habían sido destrozadas por el impacto de los fusiles de carro.

Oficiales del ejército entierran los cadáveres de los indios.

Dos niños, en la cañada, se habían defendido y habían matado soldados. Los niños estaban solos e ilesos. Eran muy intrépidos. Hombres, mujeres y niños, apilados o separados, cubrían el llano que había en la base del otero en que los wasichus dispusieron sus fusiles de carro, y hacia el oeste, subiendo por la cañada hasta la cumbre, se encontraban cadáveres aislados de mujeres, muchachitos y niños.

Era un agradable día invernal cuando la desgracia sucedió. El sol lucía. Pero cuando los soldados, cumplieron su sucio cometido, se retiraron, comenzó a caer espesa nieve. El viento se suscitó con la noche. Hubo una tremenda ventisca e hizo mucho frío. La nieve se acumuló en la retorcida cañada y la transformó en un largo sepulcro de mujeres, muchachos y niños destrozados, que jamás hicieron daño alguno y que sólo intentaron huir.

De esta manera el Gobierno de Estados Unidos logró ocupar todo el territorio de los indios norteamericanos, y parte de México. Estos fueron recluirlos en pequeñas reservas donde morían de enfermedades traídas por los colonos blancos, y sin prácticamente alimentos.

Segunda masacre

Otro incidente en el mismo lugar dio comienzo el 27 de febrero de 1973, cuando seguidores armados pertenecientes al Movimiento Indio Americano (AIM), tomaron Wounded Knee, exigiendo que el gobierno de Estados Unidos revisara los 371 tratados acordados en el pasado con tribus indias. Agentes federales fueron enviados al lugar y durante los tiroteos dos indios fueron asesinados y gente de ambos bandos resultó herida. El sitio acabó 70 días después, cuando prometieron a los indios que estudiarían sus quejas. Después del encuentro con representantes de la Casa Blanca, la promesa pasó al olvido.

En la actualidad existen reservas donde viven algunas tribus.

Fuentes