Mascarilla mortuoria de Frank País García

Mascarilla mortuoria de Frank País García
Información sobre la plantilla
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Fecha:31 de julio de 1957
Lugar:Cementerio de Santa Ifigenia
Líderes:
Movimiento 26 de Julio
Ejecutores o responsables del hecho:
Olga Maidique

Mascarilla mortuoria de Frank País García. Retrato escultórico en yeso realizado al héroe de la clandestinidad después de su muerte.

Antecedentes

En la tarde del 30 de julio de 1957 fueron ultimados a balazos Frank País García y Raúl Pujol Arencibia, en la calle San Germán y Callejón del Muro convirtiéndose en uno de los hechos más trascendentales de la guerra revolucionaria. La muerte de estos jóvenes conmovió al pueblo santiaguero y especialmente a sus compañeros de lucha, quienes se dieron cita en la calle San Basilio No. 404 en la residencia del combatiente clandestino Miguel Duque de Estrada. Entre ellos se encontraban Vilma Espín y René Ramos Latour, este último habló de la ne­cesidad de hacerle un entierro que se hiciera sentir en la ciudad y dijo además que era ineludible hacerle al líder clandestino una mascarilla.

Elaboración de la Mascarilla

Se buscó a la escultora Olga Maidique Patricio, que vivía en San Basilio esquina a Carnicería, quien planteó no disponer del yeso. Apremiaba buscar los materiales impres­cindibles y se le da esa misión a Sonia Martínez Riera y Silvia Duque de Estrada Riera, quienes tuvieron la responsabilidad de conseguir los recursos para la inolvidable obra que se quería realizar.

Ambas se dirigieron al Cementerio Santa Ifigenia momentos antes de que partiera el entierro, con el objetivo de llegar entre las primeras personas que acompañarían al héroe. No estaban tal vez cons­cientes de que escribían una memorable hazaña para nuestra historia. Silvia refiere de este momento:

"Nos fuimos a pie, por el camino se nos iba botando el aceite, no obstante llegamos con material suficiente para la tarea encomendada."

El cementerio fue escenario de una gran conmoción, ondulaban banderas rojas y negras símbolos del Movimiento 26 de Julio bajo las protesta de oposición por la autopsia que se pretendía realizar a Frank.

La escultora Maidique pidió un recipiente para comenzar su labor, se le ofreció una pequeña palangana que se hallaba en el lugar y procedió a preparar el material, eran aproximadamente la seis y unos minutos de la tarde del día 31 de julio.

La artista fue aplicando el yeso sobre el rostro sin vida de héroe, que se mostraba sereno como si estuvie­ra dormido, esto facilitó la réplica de su cara inerte. Al extraer el molde, quedaron prendidos al yeso los pelos de las cejas, pestañas, fosas nasales, bigote y cabeza, así como restos de la piel del rostro, que ya despedía mal olor por la descomposición del cadáver, el molde fue envuelto en el cartucho donde ha­bían llevado el yeso y fue sacado sobre el vientre, por debajo de la falda de Sonia Martínez.

Valor artístico

Desde el punto de vista artístico, la mascarilla es un retrato escultórico que permite identificar rápidamente al joven revolucionario. Se logró con bastante limpieza y fidelidad, aun cuando algunos artistas plásticos opinan que el rostro de Frank era muy difícil de trabajar porque tenía los pómulos salientes, la barbilla con cierta reducción respecto al labio y la frente más aguda. No obstante, la obra refleja sus rasgos más significativos y naturales, como la serenidad de su rostro, cualidad de su carácter que lo acompañó siempre, incluso en los momentos más difíciles.

Dimensiones

Consta 30 cm de largo por 17 cm de ancho, 16 cm de profundidad, y pesa 2 kilogramos.

Descripción

Frente amplia , nariz perfilada, boca entre abierta dejando asomar dientes superiores, labios medio grueso, ojos cerrados, pómulos salientes algunos cabellos en cráneo, cejas y bigotes.

Sitios por donde transitó la mascarilla

En el trayecto hacia la casa, las jóvenes, que se habían separado de la escultora, coinciden con esta en el ómnibus, el olor fuerte que despedía el molde las inquietaba, pero el recorrido transcurrió en calma, excepto por el nerviosismo que las embargaba ante el temor de ser descubiertas y fracasar en el empeño.

Olga Maidique se dirigió a su casa y los comba­tientes, a la de Miguel Ángel, donde se encontraban varios compañeros de lucha, entre ellos René Ramos Latour, Agustín Navarrete, Taras Domitro, Agustín Molina.

A partir de ese momento la mascarilla período transitó por tres casas: primero se mantuvo en la de Miguel Ángel, quien la ocultó debajo de la máquina del refrigerador. Pa­sado el tiempo, como el lugar no ofrecía seguridad, fue trasladada a la vivienda de Mercedes Adriana, que radicaba en la calle San Carlos entre Carnicería y San Félix, y quien ha referido:

“Durante el período en que estuvo en San Carlos fue visitada por algunos combatientes, entre ellos Asela de los Santos. Cierto día, el vecino Antonio Morales Carrillo comenzó a hacer indagaciones, como por ejemplo, si ella era familia de Miguel Ángel, entre otras preguntas que resultaron indiscretas y sospe­chosas, y Mercedes le contestó que sí, pero que no mantenían buenas relaciones. Este incidente alarmó a los combatientes y, ante el temor de ser descubierta, la mascarilla fue retirada del lugar por Silvia Duque y Sonia Martínez”.

Finalmente la mascarilla fue ocultada en la escalera que iba al sótano de la casa de Miguel Angel, allí permaneció hasta el triunfo revolucionario y al constituirse el Museo Casa Frank País, el 30 de noviembre de 1964, pasó a formar parte de su colección y de la exposición permanente.

Miguel Ángel custodió el molde, sacó varias copias, de esto narró Silvia:

"Papá se empeñó en sacar réplicas con la misma técnica del vaciado en yeso, pero so­bre un escudo una de ellas se la entregó a Doña Rosario".

El escultor santiaguero Luis Mariano Frómeta Es­calante, realizó también algunas réplicas en bronce a partir de la mascarilla que conservaba Doña Rosario García, las cuales se han entregado a instituciones como el Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau y el Museo de Caimanera, en Guantánamo, así como a diferentes personalidades, entre las que se encuentra Armando Hart Dávalos, y representantes de Polonia y Checoslovaquia , una de ellas de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Objeto museable

Está ubicada en el lugar que la une al hecho histórico de la muerte de Frank, pues se encuentra en la habitación donde se produjo por algunas horas el velorio del jefe clandestino (sala 10 del Museo).

Fuentes

  • Portuondo Yolanda: La clandestinidad tuvo un nombre: David. Editora Política/La Habana,1988
  • Revista de la Sociedad Cultural José Martí No.32/2011: María Esther Mora Abad, La mascarilla mortuoria de Frank País García/ Mortuoria Frank País.
  • Documnetos de Archivo de la Casa Museo Frank País García.