Mautiatihuel

Mautiatihuel
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Religión o MitologíaMitología aborigen antillana

Mautiatihuel. En la mitología antillana aruaca es un ente cosmogónico, asociado al Sol (en ocasiones también con la Luna), mezclado con mitos y personajes totémicos y animistas, trágicos y contradictorios.

Iconografía

Fue plasmado por los aruacos en ídolos de concha, piedra y hueso con los brazos sobre el pecho portando una ofrenda. Y se singulariza por su tocado, con haces que recuerdan los rayos del sol naciente. En las cavernas se le dibuja en su interior bien como sol radiante o como un siamés: a la vez Sol y Luna.

Mitología

Hijo del alba, cacique de la región del amanecer, nacido en una caverna, cuya simbología alude al antro cósmico de donde salen cada día el Sol y la Luna para deslumbrar la Tierra, y a donde regresan después de su peregrinaje por la bóveda celeste.

Acerca de esta cueva y su cacique cuenta Fray Ramón Pané:[1]

Y también dicen que el Sol y la Luna salieron de una cueva, que está en el país de un cacique llamado Mautiatihuel, la cual cueva se llama Iguanaboina, y ellos la tienen en mucha estimación, y la tienen toda pintada a su modo, sin figura alguna, con muchos follajes y otras cosas semejantes.

Personajes mitológicos asociados

Se relacionan con el Sol los míticos Mácocael, guardián ingenuo y distraído de la cueva de Cacibajagua, y Yahubaba, recogedor de la hierba digo o güeyo. A ambos los castigó por la tardanza en el cumplimiento de sus deberes, así como a otros de sus nocturnos hermanos, a quienes sorprendió fuera de los sagrados recintos, y como castigo los transformó en jobos, el singular árbol que crece silvestre en Cuba.

Cuando se relaciona con la Luna, lo hace con otro protagonista del mito de los amores incestuosos entre hermanos (no carnales, habitantes de una misma aldea), Ese ser mítico, al verse descubierto, huyó avergonzado y se transformó en Luna, conservando la cara manchada por el tizne que su hermana le untara para identificarlo a la luz del día. Al pequeño zunzún dio su hermoso plumaje, pues fue este pájaro quien llevó a su pequeño hijo Hiali, “el que se ha tornado brillante”, para que lo conociera. Al zunzún o pájaro mosca, desde entonces se le llama Guaní, preciada alhaja de oro, plata y cobre.

Referencias

  1. Arrom, Juan J. Relación acerca de las antigüedades de los indios La Habana : Editorial Ciencias Sociales, 1990. p 33.

Fuentes

  • Arrom, Juan J. Relación acerca de las antigüedades de los indios La Habana : Editorial Ciencias Sociales, 1990.
  • Guarch Delmonte, J. M. y Querejeta, Alejandro. Mitología aborigen de Cuba: deidades y personajes. La Habana: Publicigraf, 1992.