Antonio Menéndez Peláez

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Antonio Menéndez Peláez
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NombreAntonio Menéndez Peláez
Nacimiento4 de diciembre de 1902
España Bandera de España España
Fallecimiento29 de diciembre de 1937
Cali Bandera de Colombia Colombia
Causa de la muerteAccidente aereo
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
OcupaciónPiloto
TítuloPiloto aviador
CónyugeOfelia García Brugueras
HijosAntonio Menéndez García

Antonio Menéndez Peláez. Fue el primer cubano en realizar la hazaña de sobrevolar el Océano Atlántico en el año 1936, desde Camaguey hasta Sevilla, España, en un avión monomotor de cabina abierta.

Síntesis biográfica

Sus inicios

Nace el 4 de diciembre del 1902 en Santa Eulalia de Riveras, Asturias, España. Menéndez Peláez era naturalizado cubano, y emigró a Cuba acompañando a su padre a los 14 años de edad, radicándose en la provincia de Cienfuegos, en el centro de la isla.

Inicios como piloto

Amante de la mecánica, por medios propios se trasladó a los Estados Unidos y en un curso de seis meses obtuvo el título de piloto aviador. Posteriormente compró un pequeño avión en el que se trasladó hasta Cienfuegos, donde inauguró un servicio de Taxi Aéreo en el año 1929.

Hazañas

Tras la caída del dictador Gerardo Machado en 1933, Antonio Menéndez Peláez entró en el Cuerpo de Aviación de la Marina de Guerra de Cuba. Propuso a sus superiores un vuelo-respuesta al que en ese mismo año habían realizado los pilotos españoles Mariano Barberán y Joaquín Collar entre Sevilla y Camagüey, sin escala, y a bordo del legendario Cuatro Vientos, cruzando el Atlántico por su lado más ancho según la ruta de Colón.

Aprobado el vuelo, partió de Camagüey, con un despegue en 17 segundos presenciado por diez mil personas el domingo 12 de enero de 1936, y resultó el breve prólogo de una hazaña que concluiría en Tablada, Sevilla, a las 5:25 p.m. del 14 de febrero. Hizo el viaje a bordo del avión bautizado como 4 de Septiembre; un monoplano Lockheed Sirius 88 transformado en monoplaza.

Este acontecimiento se considera una de las páginas más gloriosas en la historia de la aviación cubana. Menéndez lo realizó completamente solo (recorrió más de 7000 millas, en 9 etapas y empleó para ello 33 días, 10 horas y 20 minutos; a razón de unas 115 millas por hora y en un tiempo total de vuelo de 61 horas). Fue de esta forma el primer aviador de habla hispana en cruzar el océano Atlántico en dirección al naciente. La travesía más peligrosa, la oceánica, la realizó desde la ciudad brasileña de Natal hasta Dakar, capital de Senegal, al norte de África.

Cuenta el periodista Ciro Bianchi que ¨sobre el Atlántico, el teniente Menéndez Peláez encontró vientos fuertes y mal tiempo, lo que lo obligó a volar, en muchas ocasiones, a escasa altura sobre el agua. Como no llevaba radio a bordo, debió confiar en su pericia como navegante y tomó de referencia los barcos en ruta que avistaba desde su aparato. Consiguió aterrizar en Bathhurst, Senegal, después de haber recorrido 3 160 kilómetros sobre el océano. Desde Bathhurst voló el cubano al cabo Yuby, en el antiguo Sahara español, el 12 de febrero, y dos días después llegó por fin a Sevilla para tomar tierra en el aeropuerto militar de Tablada, desde donde, tres años antes, había partido el Cuatro Vientos en su histórico viaje a Camagüey. (...) En Madrid, como antes en Sevilla, fue saludado con los mayores honores. Lo recibió el Ministro de Estado y otras importantes autoridades civiles y militares. El Ministro de Guerra y el Director General de Aeronáutica asistieron a la comida con que lo congratuló el Aero Club español y hubo chinchín de copas en la embajada de Cuba. Las fuerzas armadas españolas lo condecoraron con la Cruz del Mérito Militar y la Cruz del Mérito Naval y el Ejército cubano le anunció desde La Habana su ascenso a primer teniente.¨

Culminada la proeza, por decisión del gobierno cubano regresó a la Isla a bordo del buque de la Marina española Cristóbal Colón y fue recibido con un multitudinario acto a su llegada al Centro Asturiano de La Habana, donde recibió entre otras distinciones el ascenso a primer teniente y la Orden Carlos Manuel de Céspedes, la más alta que otorgaba el país en aquella época.

No es esta la única hazaña protagonizada por Menéndez Peláez. El 11 de noviembre de 1937 inicia el vuelo auspiciado por la Sociedad Columbista Panamericana Pro Faro Colón (participan tres aviones cubanos con el nombre Niña, Pinta y Santa María y uno dominicano, Colón), con 53 etapas planificadas. Menéndez Peláez piloteaba el Santa María y le acompañaba el mecánico Manuel Naranjo y Ruy de Lugo Viñas, cronista oficial del vuelo.

Vida matrimonial

Menéndez contrajo nupcias con una bella joven cumanayagüense: Ofelia García Brugueras 19201984, el día 3 de abril de 1937. Se cuenta que fueron muy felices y que el único fruto de aquel gran amor lo fue Antonio Menéndez García, conocido por sus coterráneos como el gallego Menéndez.

Muerte

El 29 de diciembre de 1937, a pocos minutos después de elevarse la Escuadrilla Panamericana desde el aeródromo de Cali, Colombia sufrió un espantoso accidente cuando recorría la América Nuestra, en la ciudad de Cali, Colombia, precipitándose a tierra, envueltos en llamas, los tres aviones cubanos, muriendo en el avión Santa María, Antonio Menéndez Pélaez y sus dos acompañantes y otros cuatro cubanos en los otros dos aviones. Perecieron al verse encajonados por el mal tiempo entre las montañas al poco tiempo de despegar.

La llegada de sus restos a Cuba constituyó un impresionante acto de duelo nacional. A sus exequias acudieron, el entonces presidente de la República, altos funcionarios del Estado y Gobierno, así como representantes del cuerpo diplomático acreditados en Cuba. Su cadáver y el de sus compañeros de expedición fueron expuestos en el Salón de los Pasos Perdidos del Capitolio Nacional y se le rindieron altos honores militares para hacer posteriormente inhumados en el Panteón de las Fuerzas Armadas del Cementerio de Colón. Por sus hazañas, Menéndez Peláez recibió las más altas condecoraciones tanto en Cuba como en España, su tierra natal.

Enlaces externos

Fuentes

  • Revista Internacional Cubana Sol y Son No 116- No 5- 2009
  • Bianchi, Ciro: Un héroe olvidado. En: Juventud Rebelde.