Meningioma

Meningioma
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Concepto:Un meningioma es un tumor de crecimiento lento usualmente benigno, que procede de las meninges del cerebro o de la médula espinal.

Meningioma.Es en general, un tumor benigno de crecimiento lento que procede de las meninges del sistema nervioso central (SNC). La denominación de meningioma deriva, por tanto, del concepto médico de “meninge”. Las meninges cubren como si se trataran de fundas protectoras la médula espinal, el cerebro (“meninge blanda” o leptomeninge) y revisten las fosas craneales (“meninge dura” o duramadre). Los meningiomas se hallan sobre todo en la parte interna de la duramadre y pueden también pueden crecer, por ejemplo, en el canal de la médula espinal. Rodeados de una cápsula van empujando lentamente con su crecimiento los tejidos vecinos, sin formar en ellos metástasis. Las variantes malignas de los meningiomas que forman metástasis son, por el contrario, muy raras.

Descripción

Los meningiomas son, por regla general, benignos y de crecimiento lento, desarrollan solo unos pocos síntomas de enfermedad, y a menudo, solo después de años. El meningioma se detecta, por ello, con frecuencia casualmente en el marco de otros exámenes.

Bajo el microscopio pueden distinguirse diferentes tipos de meningiomas. Para el pronóstico, lo importante es la clasificación del tumor: más del 85% de los meningiomas entran dentro de la clasificación de la OMS de tumores cerebrales del tipo I, es decir, que crecen muy lentamente y no manifiestan síntomas durante mucho tiempo. Un 10% de los meningiomas entran dentro de grado II de la clasificación de la OMS. Un meningioma de este grupo también se denomina meningioma atípico. Por el contrario, los meningiomas más raros del grado III según la clasificación de la OMS tienen un curso maligno. El nombre que le dan los facultativos a estos tumores es el de meningiomas anaplásicos.

Además de los diferentes meningiomas, también pueden aparecer varios focos (“meningiomatosis”) o un crecimiento difuso. En pacientes con varios focos tumorales, normalmente suele existir también una enfermedad hereditaria: la neurofibromatosis de tipo 2 (enfermedad de Recklinghausen) que puede provocar tumores benignos y tumores malignos.

Incidencia

El meningioma es uno de los tumores más frecuentes del cerebro. La incidencia es un 50% más alta en las mujeres que en los hombres. Se han demostrado receptores hormonales para la progesterona en meningiomas. Esto explicaría la mayor incidencia en mujeres.

El 1,5 % de los meningiomas se diagnostican en edad pediátrica y está relacionada en un 25% de los casos con la enfermedad de von Recklinghausen.

Prácticamente el 30% de todos los tumores del interior del cráneo pertenece a esta clase. Anualmente suelen producirse aproximadamente 6 casos por cada 100.000 habitantes. Con la edad aumenta el riesgo de padecer meningioma. Los meningiomas aparecen sobre todo a partir de los 50 años.

Causas

Las causas de un meningioma no están claras. Un meningioma aparece cuando un cierto tipo de células de la leptomeninge que cubre el cerebro, degenera y crece excesivamente. La causa sigue siendo un enigma. Lo que sí parece seguro es que los niños que deben someterse a una radioterapia por una enfermedad oncológica, tiene un mayor riesgo de desarrollar un tumor cerebral, especialmente maligno. Los factores genéticos no solo juegan un papel importante en el marco de una neurofibromatosis de tipo 2. Una pérdida de material hereditario (cromosoma 22) parece estar a menudo relacionada de forma llamativa con los meningiomas. Por el contrario, no hay ninguna relación entre el tumor de las meninges y una lesión craneal (trauma craneal).

Síntomas

En el caso de un meningioma, los síntomas se diferencian entre sí significativamente, dependiendo del lugar donde se halla el tumor. Si el meningioma crece, por ejemplo, en el canal de la médula espinal, las molestias aparecen cuando el tumor presiona o aplasta raíces nerviosas o la propia médula espinal. El margen va desde la parestesia (desórdenes sensoriales) pasando por limitaciones en los movimientos de brazos y piernas hasta una posibleu parálisis. En caso de meningioma en el cerebro, especialmente en el área de los hemisferios, los síntomas son más raros o se manifiestan más tarde. Si el tumor crece, por ejemplo, en la zona del tronco cerebral, presionará más rápidamente estructuras importantes del cerebro debido al poco espacio existentes. Con frecuencia aparecen dolor de cabeza, ataques epilépticos, trastornos visuales y del habla. En ocasiones llama la atención, especialmente a los familiares, que la personalidad del afectado ha cambiado. Precisamente en pacientes más ancianos puede confundirse con demencia (por ejemplo, alzhéimer) o depresión. Si el meningioma se halla en la bóveda craneal, la consecuencia puede ser un mayor crecimiento del hueso (hiperostosis), con lo que puede apreciarse un “chichón”.

Diagnóstico

Para el diagnóstico del meningioma, como para todos los tumores cerebrales, son muy importantes los métodos de diagnóstico por imágenes como la tomografía computerizada (TC o TAC) y la tomografía por resonancia magnética (TRM). Un examen con un medio de contraste es casi siempre necesario puesto que este resalta la imagen del tumor de forma moderada a fuerte. En casos menos comunes, es necesaria una angiografía. Este examen hace visibles los vasos sanguíneos. El médico en ejercicio puede utilizar este método para insertar un catéterP dentro de los vasos sanguíneos para interrumpir el flujo antes de operar el tumor generalmente bien irrigado. Si el médico reconoce en las imágenes de TC y TRM un tumor con una estructura bien delimitada que toca la superficie más ancha de las meninges, es muy probable que se trate de un meningioma. Este diagnóstico es obvio si además el borde de la meninge está típicamente inflamada en la superficie de contacto. Más raramente se hallan pequeñas calcificaciones en el tumor (los denominados cuerpos de psamoma). Son la consecuencia de procesos de degradación en el tejido del tumor.

Tratamiento

El tratamiento del meningioma dependerá de las molestias, del tamaño y del tipo de tumor. Un meningioma muy pequeño y que no provoca síntomas, no necesita normalmente tratamiento por su carácter benigno y lento crecimiento. Basta con esperar y comprobar con exámenes de seguimiento regulares, cómo se desarrolla el meningioma.

En los meningiomas del grado I-II según la clasificación de la OMS y con síntomas de enfermedad, el neurocirujano extirpa el tumor quirúrgicamente. Si fuera posible, deberá extirpar todo el tumor. La operación depende sobre todo de la edad y del estado general del afectado, de sus molestias y del tamaño, lugar y crecimiento del tumor. En caso de un meningioma que sangra mucho, puede ser útil en ocasiones, introducir un catéter dentro de los vasos sanguíneos que abastecen el tumor antes de la intervención. De este modo, pueden evitarse grandes pérdidas de sangre durante la intervención. Los meningiomas de grado III y los meningiomas benignos no extirpados completamente (tumor residual grande) requieren una radioterapia (adicional). Los tumores pequeños con un diámetro máximo de tres centímetros son adecuados para una sesión única de radioterapia, la denominada radiocirugía con un acelerador lineal o con un bisturí de rayos gamma (“gamma knife”). Esta posibilidad terapéutica se ofrece sobre todo cuando el meningioma crece en una zona no favorable. La radiocirugía es también una alternativa en caso de recidivas grandes (meningioma recurrente tras tratamiento) y en enfermos con un riesgo quirúrgico muy elevado.

El tratamiento medicamentoso, por ejemplo, con hormonas o citostáticos (quimioterapia) no entra dentro del tratamiento estándar de los meningiomas.

Evolución

En la mayoría de los casos la evolución de un meningioma es buena. A menudo basta una observación a largo plazo. Si fuera necesaria una intervención quirúrgica, por ejemplo, cuando aparecen síntomas, el pronóstico es favorable en caso de meningioma. En aproximadamente el 13%de los tumores (los denominados meningiomas atípicos y anaplásicos) el pronóstico es desfavorable.

El tumor puede reproducirse tras una extirpación completa (recidiva). Por ello, tras el tratamiento del meningioma son necesarios exámenes de seguimiento a largo plazo. El primer control tras la intervención quirúrgica suele tener lugar a los tres meses. Si no se detecta tumor residual, los controles de seguimiento tendrán lugar al año siguiente, así como dos y cinco años después.

Prevención

No se conocen medidas generales para prevenir un meningioma. Por regla general deben evitarse radiaciones innecesarias (sobre todo en niños) y productos químicos.

Un estilo de vida saludable, una alimentación variada y pobre en grasas, renunciar al tabaco y al alcohol, practicar ejercicio físico y favorecer y cuidar el sistema inmunitario puede ayudar a reducir el riesgo general de enfermedades.

Fuente

  • Meningioma: reporte de casos [1]. Consultado: 21 de juniuo del 2019