Miguel Díez de Armendáriz

Miguel Díez de Armendáriz
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Fallecimiento1553
Sigüenza,Bandera de España España

Miguel Díez de Armendáriz. Funcionario colonial español.

Síntesis Biográfica

Su fecha de nacimiento se desconoce, aunque se sabe que murió en Sigüenza en 1551. Fue visitador y juez de residencia en el Nuevo Reino de Granada, donde se le ordenó imponer las Leyes Nuevas de 1542 que suprimían las encomiendas y la esclavitud de los indios. Su actuación como funcionario se ubica en la transición neogranadina entre la conquista y la colonización.

Trayectoria

Se desconoce su biografía hasta que llegó al Nuevo Reino de Granada, pero debió ser hombre de condición humilde, licenciado en leyes en alguna universidad española, quizá en la de Salamanca. El cronista fray Pedro Simón afirmó que debió su nombramiento del Consejo a Domingo de Aguirre, pero indudablemente debió gozar de cierto prestigio profesional, dada la importancia del cometido que se le dio: Implantar las Leyes Nuevas de 1542 en el Nuevo Reino de Granada, tal como los licenciados Tello de Sandoval y Núñez Vela debían hacer en México y Perú, y otros ilustres personajes para los restantes territorios indianos.

Recibió el 22 de marzo de 1544 la orden de visitar y hacer la residencia de las cuatro provincias de Cartagena, Santa Marta, Río San Juan y Popayán, que todavía no integraban lo que pronto sería el Nuevo Reino de Granada, territorios conquistados hacía pocos años.

Llegó a Cartagena a principios de 1544 e inició de inmediato su cometido como juez de residencia, mandado llamar a dicha ciudad al gobernador Pedro de Heredia, que estaba en Antioquia. Le hizo un juicio muy severo, le encontró culpable de varios cargos y le remitió a España para que diera cuenta de sus actuaciones. Asumió provisionalmente la gobernación vacante de Antioquia pero, como no podía cubrirla, nombró provisionalmente para ocuparla a Jorge Robledo, cosa que luego desaprobó la Corona. Robledo tuvo que enfrentarse con Belalcázar, lo que le costó la vida. Tras Cartagena, debía haber emprendido las visitas al Río San Juan y a Popayán, pero Lagasca le pidió posponerlas, ya que necesitaba la ayuda de Sebastián de Belalcázar para dominar la insurrección de los encomenderos ocurrida en el Perú y dirigida por Gonzalo Pizarro a raíz de la publicación de las Leyes Nuevas.

Díez de Armendáriz se limitó a enviar dichas leyes a Sebastián de Belalcázar, para que las publicara en su gobernación. Cuando lo hizo se organizó una enorme polvareda, que logró apaciguar Sebastián de Belalcázar, de acuerdo con los vecinos principales, imponiendo la fórmula del “se acata pero no se cumple”: se decidió suplicar al rey su derogación y suspender entre tanto su aplicación.

Para llevar a España la súplica se comisionó como procurador a Francisco de Rodas, a quien respaldaron todos los cabildos payaneses.

Armendáriz recibió de la Audiencia de Santo Domingo los pleitos pendientes en las regiones que debía visitar (no existía aún audiencia en el nuevo reino y se llevaban desde el tribunal existente en dicha isla). Entre estos estaba la querella que habían hecho Hernán Pérez de Quesada y su hermano Francisco contra el antiguo gobernador don Alonso Luis de Lugo. Los hermanos Pérez de Quesada partieron de Santo Domingo hacia Cartagena, dispuestos a defender su causa, pero murieron a causa de un rayo que cayó en la embarcación que les transportaba.

Viendo el visitador que los pleitos retrasaban su marcha a la ciudad de Santa Fe, donde había muchos problemas pendientes, envió a ella a su sobrino Pedro de Ursúa, para que actuara como gobernador interino. Ursúa viajó a Santa Fe en compañía del obispo fray Martín de Calatayud, Suárez Rendón y algunos vecinos importantes del reino y al llegar se vio envuelto en los bandos enfrentados. Armendáriz no arribó a Santa Fe hasta noviembre de 1546, después de haber estado año y medio en Cartagena. El 1 de enero de 1547 pregonó las Leyes Nuevas y se produjo el alboroto usual. Los vecinos del reino decidieron igualmente nombrar procuradores para que fueran a España a suplicar su derogación.

Afortunadamente el emperador suprimió la cláusula que prohibía otorgar las encomiendas en segunda vida, con lo que los ánimos se apaciguaron. Armendáriz se enfrentó luego al gran problema de la concesión de las encomiendas, que resolvió ratificando las otorgadas por Jiménez de Quesada (que las había quitado Alonso Luis de Lugo), con lo que surgieron muchas animadversiones hacia su persona.

Expediciones

Envió algunas expediciones descubridoras importantes. Una, a la Sierra Nevada de Santa Marta (donde se decía que había oro aluvional), mandada por su sobrino Ursúa y Ortún Velasco. Pasó al territorio Guane y fundó la ciudad de Pamplona, en tierra de chitareros, el 1 de noviembre de 1549. Apareció el oro aluvional y Ursúa dejó bien organizada la ciudad, que gobernó durante un año. Otra expedición se dirigió a los indios pantágoras, bajo el mando del capitán Francisco Muñoz Pedroso. Cruzó el Río Magdalena y llegó a las llanuras donde luego se erigió la ciudad de Mariquita. Incluso trasmontó la cordillera hacia los nacimientos de los ríos Guarinó y La Miel, tierras antioqueñas a donde había enviado otra expedición Belalcázar. Finalmente Armendáriz prestó la ayuda que pudo a Lagasca, a quien envió cien soldados de caballería, que se unieron a otros doscientos de Sebastián de Belalcázar. Fueron fundamentales en la pacificación del Perú.

Fundación de la Real Audiencia de Santa Fe

Por cédula de 17 de julio de 1549 se fundó la Real Audiencia de Santa Fe, lo que significó la creación de una unidad jurídico-administrativa propia, desvinculada de los restantes territorios indianos. El visitador Armendáriz declinó en ella su mando al año siguiente. Poco después llegó a la capital e licenciado Alonso de Zurita, encargado de efectuar su juicio de residencia, ya que muchos neogranadinos se habían quejado en Santo Domingo de las actuaciones del visitador. El juicio fue muy duro, aunque no se le encontraron delitos muy graves, así que Armendáriz decidió viajar a Santo Domingo para reclamar. Bajó a la costa y se embarcó en Santa Marta rumbo a la Española. Llevaba solo seis mil pesos, que era todo su caudal. Por temor de que se los robaran en Santo Domingo se los entregó al piloto de la nave, Tomé Laserna, para que se los guardara y se los entregara luego en España.

Regreso a Cartagena

Al llegar a dicha isla recibió orden de volver a Cartagena y permanecer en este puerto hasta que se completase la residencia. El antiguo visitador tuvo que regresar a Cartagena sin dinero y permanecer un tiempo viviendo prácticamente de la caridad publica. Terminada la residencia, emprendió viaje a España para apelar. El piloto Laserna se había gastado todo su dinero y hasta se había metido a fraile en un convento de Granada. Armendáriz estuvo algunos años en la Corte, donde según el cronista Simón estuvo “viviendo en la angostura que vive el que no lleva recurso e bolsa”. Finalmente se hizo sacerdote y ganó por oposición una canonjía en la Iglesia de Sigüenza, donde pasó sus últimos años hasta su muerte.

Carta de Diez de Armendáriz al Rey

Carta de Diez de Armendáriz al Rey, sobre su actuación en el Nuevo Reino como juez de residencia (13 de febrero de 1547)... Ver Texto Completo.

Muerte

Falleció en el año 1553.

Fuentes