Molinos Checos

Molinos Checos
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Molinos Checos . Hace un siglo se oía por tierras checas un rítmico golpeteo de ruedas dentadas, ese sonido procedente de los molinos, elementos esenciales de la comunidad no turbaba la paz del campo, sino que relazaba su atmósfera idílica.

Historia de los molinos

La molienda es casi tan antigua como la agricultura. En los pueblos checos abundan más los de agua, conocidos como aceña. Como en el resto de Europa central, en esta región se construyeron grandes redes de estanques, canales, compuertas para regular el movimiento del agua: los estanques la recogían, los canales las conducían hasta la aceña y las compuertas graduaban el flujo. Algunos canales medían menos de 20 metros de largo, mientras que otros superaban el kilómetro y accionaban varios molinos a su paso.

El molinero y sus ayudantes

Hace cien años, el techo y las paredes de piedra resguardaban la maquinaria constituían también el hogar del molinero y los suyos. Los lugareños solían dirigirse a este operario con un título respetuoso y no era difícil identificarlo pues llevaba un singular atuendo: pantalones blancos enrollados, sombrero bajo ribeteado con piel de oveja y cierto tipo de zapatillas. El hombre tenía que ser fuerte pues el trabajo era arduo. Solo hay que pensar en los costales de harina que alzaba y cargaba a lo largo de su vida. Tenía una profesión mu respetada que generalmente se trasmitía de padres a hijos. El molino mantenía ocupada a toda la familia, aun así, no era raro que hubiera que contratar trabajadores permanentes o temporales. Estos últimos eran molineros itinerantes con experiencia que, en los períodos de mayor movimiento ayudaban en varios molinos a cambio de comida y techo. Solía encargarse del lugar el maestro molinero, trabajador muy valorado y capacitado. Lo ayudaba un joven conocedor del oficio que tenía a su cargo la maquinaria y demostraba si pericia elaborando harina de buena calidad. Luego estaba el aprendiz, muchacho avispado al que no dejaban distraerse, pues únicamente llegaría a dominar el oficio si no perdía de vista a los operarios veteranos.

Las piedras del Molino

Había dos piedras una superior llamada hoy volandera y la que iba debajo denominada solera. Esta última estaba fija, mientras que la primera giraba para triturar el grano que pasaba entre ambas. En sus orígenes eran de roca dura pero más tarde se elaboraron con piedras trituradas unidas con cloruro de magnesio, además había unas ruedas dentadas fabricadas de madera muy dura. Requerían un constructor experto pues seguían un diseño complejo y tenían que engranar bien. Estas ruedas colocadas de forma que aumentaran la velocidad de rotación del resto de la maquinaria eran las que producían el traqueteo mencionado al principio.

Los molineros y el folklore checo

Aunque muchos molineros eran honrados y rectos, otros eran codiciosos, dominantes y engañadores por ello algunas canciones se mofan de ellos de sus familias mientras que otras lo halaban y catalogan a sus ayudantes de buenos maridos. Hay tonadas que hablan de las inundaciones, la amenaza más frecuente -después del fuego-para el molino y su encargado. Eran lo molineros itinerantes quienes se encargaban de propagar las tonadas y claro está adornarlas. Hasta el día de hoy se oye un refrán checo: Los relatos se cuentan, y el agua corre. Con estas palabras se da a entender que la historia o noticia se pudiera haber exagerado.

Los molinos en la actualidad

Con el paso del tiempo, los molineros fueron quedándose sin trabajo pues se modernizaron las instalaciones y se abandonó la maquinaria hidráulica en favor de la eléctrica. Unos pocos trataron de mantener a toda costa su tradicional forma de vida de modo que algunas aceñas siguieron utilizándose hasta después de la II Guerra Mundial. Sin embargo el año 1948 marcó el fin del operario más perseverante. Se nacionalizaron los molinos y la mayoría de ellos dejaron de funcionar y comenzaron a deteriorarse. Los molinos industriales de la actualidad ya no tienen el encanto del pasado, Ahora suelen utilizar maquinaria moderna controlada electrónicamente. En vez de piedras la mayoría emplea rodillos de acero. Aun así el aspecto rústico de las viejas construcciones sigue atrayendo a quien busca un ambiente tranquilo y lírico, así como al turista amante de la cultura y la historia. Debido a su encanto un número considerable de molinos se han convertido en centros recreativos. Al visitar una de estas construcciones restauradas nos imaginamos al molinero de hace un siglo realizando sus labores. Oímos caer el agua mientras va dando vueltas la noria.

Fuentes