Mosca frutera

Mosca frutera
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El insecto adulto es muy semejante a las moscas domésticas, pero se caracteriza por poseer una coloración bronceada y a las transparentes con dibujos que semejan encajes
Otros nombresBicho de san Juan
Clasificación Científica
Nombre científicoAnastrepha mombinpraeoptans Sein
Reino:Animalia
Orden:Diptera
Familia:Trypetidae

Mosca frutera. Este insecto conocido como mosca frutera o bicho de san Juan, pertenece a la familia Trypetidae; orden Diptera y su nombre científico es Anastrepha mombinpraeoptans Sein.

Descripción

El insecto adulto es muy semejante a las moscas domésticas, pero se caracteriza por poseer una coloración bronceada y a las transparentes con dibujos que semejan encajes. El abdomen de la hembra es casi triangular, y el ovopositor se prolonga como un tubo.

Reproducción

Este insecto se reproduce sexualmente y es una especie ovípara, que pone sus huevos a una profundidad de 2 mm debajo del epicarpo y para lo cual utiliza el ovopositor que le sirva para taladrar los frutos. A las pocas horas de la puesta, ocurre la eclosión de los huevos, del os que salen larvas ápodas amarillas, cuyo aparato bucal presenta una ganchitos negros; en este estado miden de 8 a 9 mm. Esta fase biológica tiene una duración corta en relación con la maduración de la fruta.

La pupa se desarrolla en el interior de la tierra, para lo cual la larva, una vez terminado su desarrollo, perfora el fruto antes de que concluya dicha fase biológica y cae al suelo, en el que se entierra a una profundidad de 2.5 a 5 cm. Allí se transforma en una pupa similar a un barrilito y cuya coloración va del marrón al pardo rojizo. Posteriormente aparece el adulto, tras haber transcurrido un lapso de 12 a 23 días, en dependencia de los factores ecológicos y de la época del año. El imago necesita para completar su maduración sexual, un período de 3 a 4 días después de los cuales se aparean.

Lesiones

Los frutos son atacados por la larva de este insecto en ciertos períodos, y puede llegar a devastar la mayor parte de la cosecha, ya que aparece en el suelo una cantidad considerable de frutos completamente perforados y en estado de putrefacción, a consecuencia de la cantidad tan grande de larvas que tienen en su interior. Las pérdidas que causan las larvas en el guayabo son considerables, pues atacan rápidamente el mesocarpo del fruto, hasta llegar a las semillas, donde se incrementa la actividad de estos organismos.

Las variedades de guayaba de mesocarpo grueso y de pocas semillas, son poco atacadas por este insecto; sin embargo, la guayaba cotorrera es fuertemente atacada.

Fuentes