Muerte de Leopoldito Martínez

Muerte de Leopoldito Martínez
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Lugar:Bandera de Cuba Cuba


Muerte de Leopoldito Martínez . Lamentable hecho acometido por las bandas contrarrevolucionarias.

Antecedentes

Desde abril de 1962, con el apoyo del llamado Frente de Liberación Nacional (FLN), Osmín Gorrín Vega, autotitulado “Capitán Roberto”; Daniel Faustino Cardo Reyes (“El Indio”), como segundo al mando; un suministro y enlace con el exterior; y quince efectivos más, se alzaron en Jaruco, en La Habana.

El 8 de mayo de 1962 el campamento fue visitado por un sujeto de procedencia norteamericana acompañado de un individuo llamado Eugenio Medina [1] y dos intérpretes. Tomaron fotografías del lugar y de los hombres armados y se marcharon.

Según registros secretos desclasificados [2] por la CIA el Frente de Liberación Nacional (FLN) era una organización no “política” ubicada en Miami siendo un movimiento “izquierdista” compuesto principalmente de ex hombres del (anterior) ejército cubano. Se catalogan como "excepcionalmente nacionalistas” con representación en México, Costa Rica, Panamá y Venezuela. Como principio básico tienen “establecer una unión nacional para derrocar a Castro”. Se oponen al Consejo Revolucionario Cubano (CRC) [3] pero respaldan a José Miró Cardona [4] como presidente potencial en el exilio. Miembro del FULN [5] que se hizo socio posteriormente de P - GCC. [6]

Fueron líderes de este movimiento contrarrevolucionario, en Estados Unidos, el Dr. Aureliano Sánchez Arango; Eusebio Mujal Barniol; Antonio Fernández Macho; Armando García Sifredo; Dr. Ramón Pérez Veitia; María Ramos; Félix Hernández Tellaeche; Dr. Humberto Núñez; Dr. Orlando Bosch; Dr. Ovidio Mañalich; Dr. Luis Pons; Dr. Ernesto Azua; Dr. Fausto Watermann; Raúl Martínez Araras; José Piñeiro; Dr. Rafael Inclán de Guas. En Cuba: Arturo Hernández Tellaheche, [7] ex cabeza de ULN, [8] en prisión; Avelino López; "Cuco" Suarez, Jefe del FLN en Cuba. En Venezuela: Rafael González.

El F.L.N afirma haber tenido éxito infiltrándose en la fuerza de milicias de Cuba; también en adquirir (para su organización) algunos militantes desilusionados (del Gobierno revolucionario, procomunista). Dicen haber logrado un poco de trabajo clandestino en Cuba, sin especificar qué tipo (de trabajo clandestino) según se informa. “Todavía tienen contactos con algunos elementos en Cuba. En abril de 1962, no participó pero respaldaron el intento de constituir un gobierno cubano en exilio. [9] En Cuba el FLN hizo y distribuyó 12000 brazaletes según se informa y también emite tarjetas de admisión a miembros.”

El presidente de Guatemala Ydigoras Fuentes autorizó el entrenamiento en Guatemala de 5000 tropas cubanas anticastristas en la Finca La Helvetia en Retalhuleu; cedió estos campos de entrenamiento a los expedicionarios a cambio de las promesas que el gobierno del presidente norteamericano John F. Kennedy le formuló, según él mismo confesó más tarde: dinero contante y sonante, [10] y un aumento de la cuota guatemalteca de azúcar en el mercado de los Estados Unidos. [11] También hizo disponibles pistas aéreas en el área de Petén [12] para facilitar la invasión norteamericana de 1961 a la Bahía de Cochinos (Invasión de Playa Girón) en Cuba.

El 18 de mayo de 1962, el sargento Rómulo Padrón Díaz, [13] jefe de la Unidad del Departamento de Orden Público (DOP) de Jaruco, recibió una información remitida por la unidad de El Cotorro (La Habana) en la que se circulaba a José Acosta Márquez (“Joseíto Mazo”), quien se había evadido cuando las autoridades procedían a registrar el auto en que viajaba. Padrón Díaz designó a un grupo de combatientes para que investigaran, los que no tardaron en ubicar al fugitivo en la casa del anteriormente mencionado Eugenio Medina, pariente de otro individuo que residía en la finca San Luis, en Jaruco y que desde hacía tiempo colaboraba con los alzados.

Cuando los combatientes llegaron al lugar se encontraron al alzado Pedro A. González Rodríguez acompañado de dos mujeres, los detuvieron y se prepararon para conducirlos a la unidad, pero detectaron a un grupo de sospechosos en los alrededores y mandaron a buscar a su jefe. Al poco rato llegó Padrón Díaz y decidió trasladar a los detenidos, pero la banda se encontraba emboscada a unos quinientos metros, con el propósito de rescatar al alzado.

Cuando aparecieron sus objetivos, abrieron fuego sobre ellos, le dieron muerte al sargento del DOP y le provocaron heridas graves al miliciano Justo Díaz Pérez Michelena que lo acompañaba. [14] Después los alzados huyeron y se dispersaron. Las Fuerzas Armadas arreciaron su persecución y, ante tanta presión, Gorrín Vega, el jefe de la banda, se vio obligado a buscar refugio en otra zona.

El 28 de mayo fue fuertemente batida la banda de Gorrín Vega, pero lograron escapar cuatro elementos, entre ellos el cabecilla, que decidió trasladarse a la capital con el propósito de contactar con sus jefes a fin de definir el nuevo lugar donde operarían. Cuando se encontraba en una reunión conspirativa fue detenido.

Como resultado de las operaciones militares que se desencadenaron contra esta banda, durante el mes de mayo fueron detenidos quince hombres entre ellos el cabecilla, los alzados y sus principales colaboradores. Posteriormente se llevó a cabo un programa de rehabilitación [15] con algunos de estos alzados y sus colaboradores.

Fin de la Banda del “Indio”

En Jaruco se había continuado desarrollando un foco de alzados que llegó a ser uno de los más importantes de toda esta provincia, y estuvo encabezado por Daniel Faustino Cardo Reyes (El Indio), quien había logrado agrupar a algunos de sus seguidores en los alrededores de las Escaleras de Jaruco. Su núcleo central llegó a ser destruido, pero lograron escapar algunos hombres que fueron a parar a otras bandas.

Con el fin de eliminar toda ayuda a “El Indio” y dejar como única vía de escape la de los elementos del MDC [16] sobre los cuales había un buen control por ‘parte de la Seguridad del Estado, se procedió a la neutralización de los principales colaboradores en San José de las Lajas, en Río Blanco, Melena del Sur, Bejucal y San Antonio de las Vegas.

En diciembre de 1959 había sido fundado legalmente en [[La Habana[[ El Movimiento Demócrata Cristiano (MDC) por un grupo de jóvenes conservadores católicos encabezados por el profesor de leyes de la Universidad de Villanueva José Ignacio Rasco, este movimiento participó por muy breve tiempo en el debate público que sucedió al triunfo revolucionario. Fue la primera organización política legal que rompió abiertamente con la Revolución. En mayo de 1960 el Movimiento Demócrata Cristiano anunció su disolución como entidad legal y pasó a la clandestinidad como organización contrarrevolucionaria.

Algunos estudiosos del tema plantean que el Movimiento Demócrata Cristiano fue una de las ramificaciones del clero católico dedicado a la política: “... Del mismo forman parte también... Miguel Uria (hijo del General Uria) y Laureano Batista (un hijo de Agustín Batista, dueño del Trust Co. of Cuba). También colaboran numerosos profesores de la Universidad de Villanueva…Existe una labor activa por parte del clero por fortalecer su militancia, en especial por parte de la Orden Jesuita...Su vinculación con elementos batistianos proviene de los jesuitas (incluyendo la ACU), que constituye parte importante de su núcleo dirigente...” [17]

El MDC organizó las siguientes actividades contrarrevolucionarias:

  • Actos en los Colegios La Salle, Belén y Villanueva, alentando y organizando a los jóvenes, cuyas familias habían sido afectadas por las leyes revolucionarias, hijos de burgueses, cuya ideología, también burguesa, defendía sus intereses clasistas.
  • Intentaron sacar una manifestación contrarrevolucionaria desde esta universidad religiosa. Fue un acto en gran escala, participaron algunos curas norteamericanos como Edward McCarthy.
  • Materializaron un acto contrarrevolucionario en San José de Las Lajas el 19 de marzo de 1961, en el que hubo varios heridos,
  • La procesión-manifestación llevada a cabo el 31 de marzo, día de viernes santo, poco tiempo antes de la invasión mercenaria.
  • Provocación falangista de grandes proporciones el día 16 de septiembre de 1961 (pudiera ser el 11 de septiembre) en honor a la Virgen de la Caridad.

El MDC también apoyó infiltraciones y dirigió a redes de espionaje, como el caso de Pepín Navarro, cronista deportivo que declaró al llegar a Miami, que mandaba mensajes en claves a través de las emisoras radiales.

En la madrugada del 3 de mayo de 1963, como parte de una operación de la Seguridad del Estado para capturara Daniel Faustino Cardo Reyes “El Indio” cabecilla de alzados, fueron detenidos varios colaboradores pertenecientes a las organizaciones MDC, M-30-11 [18], Frente Obrero Anticomunista Cubano (FOAC) y Ejército de Liberación-Unión Cubana de Acción Liberadora (ELUCAL).

Ante esta acción de los Órganos de la Seguridad del Estado, “El Indio” se sintió asediado y huyó hacia La Habana, donde se hospedó en una casa de huéspedes. Allí se le comenzó a controlar, lo que permitió que fuera detenido el 1 de junio de 1963 en el barrio de Atarés, en el Cerro y con ello fuera descabezado el ELUCAL.

La banda del “Indio” quedó entonces bajo las órdenes de Daniel Faustino Cardo Reyes (El Indio) y se trasladó hacia San José de las Lajas, después a Melena del Sur y finalmente a San Antonio de las Vegas, donde ya se encontraban alzados Ángel Eduardo Falcón Monterrey (Aldo) y un hermano de Medardo Pérez Pérez (El Pelú), entre otros.

El asesinato de Leopoldito Martínez

El 9 de enero de 1963, cerca de la medianoche, los bandidos Daniel Faustino Cardo Reyes, Lucas Carlos Gil Medina (“Barba de Oro”), Medardo Pérez (El Pelú), Ángel Eduardo Falcón Monterrey (“Aldo”) y Raúl Ramírez González, apoyados por algunos colaboradores, asaltaron la finca Añil, en el barrio de Dolores, San Antonio de las Vegas. El campesino Agapito González Montanaro, quien se encontraba durmiendo en el interior de su casa, escuchó una fuerte explosión y un penetrante olor a gasolina. La vivienda había sido incendiada. Alarmado saltó de la cama, se vistió y tomó su escopeta de caza. Al salir para tratar de poner a salvo sus pertenencias, fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora que lo hirió gravemente. Fue recogido por su esposa y su hija, quienes lograron trasladarlo hacia San Antonio de las Vegas, donde le prestaron los primeros auxilios.

A unos quinientos metros del lugar, en un granero propiedad de Leopoldo Martínez Hernández, en la finca Añilito, se originó un intenso fuego cuando otro grupo de alzados lanzó una botella de gasolina contra el techo de guano.

A consecuencia de los disparos que se habían escuchado por el otro incendio, Martínez Hernández se dirigió hacia donde estaban ocurriendo los hechos. En su casa quedaron su esposa Rogelia Rodríguez Padrón y sus dos hijos, María Antonia, de dieciséis años, y Leopoldito, de once, quien subió al techo del granero para intentar apagar el fuego, pero los bandidos dispararon sobre él y lo hirieron de gravedad.

Luego de la confusión y los disparos Leopoldito fue trasladado de inmediato al Hospital Calixto García, en la capital, donde fue sometido con urgencia a una intervención quirúrgica; pero las heridas eran demasiado graves y falleció.

Captura de los asesinos

En zonas rurales de La Habana continuaba la persecución de otras bandas. A mediados de marzo del 1963, la banda de Sergio Sosa Hernández (El Chino) [19] se ocultó en la Finca La Culebra, en Jaruco, y entró en contacto con sus colaboradores. Aquí el cabecilla tomó la decisión de asaltar la granja cañera “Enrique Hart” para robarse las armas con que se custodiaba la instalación. Después se trasladaron para la Finca Echevarría, ubicada en una elevación, a unos dos kilómetros del pueblo, pero cerca de las cuatro de la mañana del 17 de marzo fuerzas de Lucha contra Bandidos (LCB), bajo el mando del comandante Arsenio García Dávila, [20] la ubicaron y le tendieron un cerco.

A las ocho de la mañana comenzó la operación y fueron heridos Medardo Pérez Pérez (El Pelú) y Lucas Carlos Gil Medina (Barba de Oro). En esta acción fueron detenidos los hermanos Sergio y Ramón María Sosa Hernández.

Los cabecillas Sosa Hernández y Gil Medina, responsables del asesinato del niño Leopoldito Martínez, fueron juzgados públicamente en San Antonio de las Vegas. Inmediatamente después del juicio se produjo una manifestación de apoyo popular a la Revolución y de repudio por los asesinatos cometidos.

Los asesinos de Leopoldito Martínez fueron fusilados posteriormente, así se saldaba la deuda con la familia de este niño y otras tantas personas que sufrieron los daños y desmanes de estos bandidos y contrarrevolucionarios.

Referencias

Bibliografías