Museo Arquidiocesano

Museo Arquidiocesano "Monseñor Enrique Pérez Serantes"
Información sobre la plantilla
Catedral de Santiago.jpg
Museo Arquidiocesano de arte religioso de Santiago de Cuba.
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadSantiago de Cuba
Información general
Inauguración28 de diciembre de 1963
TipoArquidiocesano de arte religioso.
Información visitantes
DirecciónCatedral de Santiago de Cuba, en San Pedro, entre Heredia y San Basilio.
Museo Arquidiocesano de Arte Religioso de Santiago de Cuba.JPG

Museo Arquidiocesano de Arte Religioso de Santiago de Cuba. Museo de arte religioso. Posee en sus coleciones la obra religiosa considerada más antigua en Cuba, el "Santo Ecce Homo".

Ubicación

Se encuentra ubicado en las instalaciones de la Catedral de Santiago de Cuba; en San Pedro, entre Heredia y San Basilio Santiago de Cuba, Cuba.

Historia

Fue fundado el 28 de diciembre de 1963. El museo exhibe piezas correspondientes al arte religioso católico y exhibe una evolución desde sus formas artesanales hasta el arte preciosista, con piezas de alto valor.

Colecciones

Entre las obras pictóricas que se exhiben en el museo, se conserva una valiosa colección de óleos correspondientes a los obispos y arzobispos de Cuba. Entre ellos destacan los correspondientes al primer obispo, el santiaguero Santiago José de Echavarría, y al primer arzobispo, también de Santiago de Cuba, Francisco de Paula Barnada.

Es destacable la presencia en este museo del "Santo Ecce Homo", hecha en Cartagena de Indias en 1610 y considerada la pintura religiosa más antigua en Cuba. También se exhiben: ”La Virgen del Carmen”, pintura de Nicolás de la Escalera; “La Virgen de las Angustias” en técnica del claroscuro, de la escuela española de Rivera y Ribalta; “Ecce Homo”, de la escuela de Murillo; ”Cristo Rey”, de Luis Desangles; y “La Virgen de la Caridad del Cobre”, óleo sobre cartón, del español radicado en La Habana, Víctor Patricio Landaluze. Todas son obras originales.

También se cuenta con una amplia colección de imágenes en busto, mayormente anónimas y hechas con madera policromada y escayola. Entre ellas se encuentran “San Juan Bautista”, de finales del siglo XVII; “Santa María Magdalena penitente”, siglo XVIII; “Santa Eduviges con los pobres”, siglo XVIII; grupo escultórico de la Sagrada Familia, siglo XVIII; “San José”, siglo XIX; y una representación de “Nuestra Señora de la Caridad del Cobre”,llevada a la guerra por los mambises, del siglo XIX.

Se exponen otras piezas de interés tales como la casulla del arzobispo Zubizarreta, bordada en tisú y oro dorado, hecha en París en 1900, con la cual éste coronó canónicamente a la Virgen de la Caridad en Diciembre de 1936. También se exhibe la casulla del Santo Padre Juan Pablo II, ofrecida a la ciudad como regalo después de oficiar la misa celebrada en la Plaza Antonio Maceoen enero de 1998.

Otras muestras importantes son: la colección de báculos de obispos y arzobispos; la colección de crucifijos barrocos, entre los cuales sobresale uno hecho a finales del siglo XVII y sobreviente del incendio de la ciudad de Bayamo. Aún presenta marcas históricas del fuego.

Se conserva el reclinatorio y sede episcopal de San Antonio María Claret, que fue luego utilizado por el Papa Juan Pablo II en 1998. También, varias bulas papales con los nombramientos de Antonio María Claret y fray Valentín Zubizarreta.

El museo exhibe además la urna de dormición y la carroza de la Virgen María, hecha en cedro policromado en pintura dorada en estilo barroco. Los frontales de Valladolid, España, laminados en oro, que se utilizaban en la procesión del Corpus Christi; así como el ara de la capilla del antiguo arzobispado, también tienen su espacio en el museo.

Se exhiben además las actas capitulares que recogían las reuniones del cabildo eclesiástico de Santiago de Cuba. Es destacable la existencia de una colección de partituras originales del notable músico religioso cubano Esteban Salas y del maestro de capilla Juan de Paris.

El museo fue completamente remozado en 1995 y el techo fue reconstruido de acuerdo al original, en cedro cubano.

El Santo Ecce Homo


En relación con la existencia de diferentes devociones religiosas en las villas y ciudades de Cuba, es importante señalar que en Santiago de Cuba una devoción no mariana, el “Santo Ecce Homo”, fue la advocación que dio el sello local y específico a los habitantes de esa villa, e identificó en los primeros siglos coloniales, y durante prolongado tiempo, al criollo santiaguero con la tierra donde había nacido.

La imagen del Ecce Homo (“He aquí el Hombre”) consiste en una tabla de cedro de 18 pulgadas de alto e igual de ancho, y 11 y 9 líneas respectivamente. En ella está pintada una representación de Jesús, de 14 pulgadas.

Francisco Antonio, vecino de Cartagena de Indias y maestro pintor, trajo la tabla a la villa y por orden del cabildo, en 1610, fue colocada como puerta del sagrario del altar mayor de la catedral.

El último miércoles del mes de Agosto de 1611, la imagen se declaró milagrosa, pues se afirma que sudó. Este hecho se repitió, según la leyenda, el mismo día de 1630, y con mayor abundancia en 1643 durante la misa del Espíritu Santo que celebraba el chantre Luyando delante de la pintura. En otra ocasión, cuando estaba oficiando el padre Francisco Guerrero, sacristán mayor de la Iglesia, este afirmó haberle oído repetir tres veces: Ecce Homo. Debido a estos sucesos, los vecinos comenzaron a llamarle a la tabla "Santo Ecce Homo" y se asignó para su celebración el último miércoles del mes de agosto, y por misa, la votiva del Espíritu Santo.

El chantre Luyando le fabricó una capilla que formalizó la veneración de la imagen. Tal fue la veneración, que el ayuntamiento, el gobernador y el cabildo eclesiástico de Santiago de Cuba votaron en 1652, porque fuera obligatorio procurar la mayor solemnidad y asistencia a la fiesta del "Santo Ecce Homo".

Para principios del siglo XVIII aún se conservaba el culto al Ecce Homo. Consta que en 1710, el secretario del cabildo eclesiástico, Fernando Espinoza, emitió una declaración sobre la imagen y la ferviente adoración que se le tenía en la ciudad.

La tradición a este culto quedó bien asentada, e impidió que se perdiera la tradición. No obstante para la segunda mitad del siglo XVIII había perdido importancia; quizás a ello contribuyó el terrible terremoto ocurrido en 1776. Este terremoto destruyó gran parte de la ciudad.

El siglo XIX marcó el fin de la tradición del "Santo Ecce Homo". En la actualidad se exhibe en el Museo Arquidiocesano de la ciudad de Santiago de Cuba.

Fuentes

  • Torres Cuevas, Eduardo y Edelberto Leiva Lajara . Historia de la Iglesia Católica en Cuba.
  • Santiago en mi