Niccolò Paganini

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Paganini
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NombreNiccolo Paganini
Nacimiento27 de octubre de 1782
Génova, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento27 de mayo de 1840
Niza, Bandera de Italia Italia
NacionalidadItaliana
CiudadaníaItaliana
PadresAntonio Paganini y Teresa Bocciardo

Niccolo Paganini. Violinista, violista, guitarrista y compositor italiano, considerado entre los más famosos virtuosos de su tiempo, reconocido como uno de los mejores violinistas que hayan existido, con oído absoluto y entonación perfecta, técnicas de arco expresivas y nuevos usos de técnicas de Staccato y Pizzicato.

Infancia

Niccolo Paganini fue el hijo de Antonio, un parroquiano que tocaba agradablemente la mandolina y el violín, cuya esposa era amante de la música. Antonio comenzó a enseñarle a Nicolo a tocar la mandolina a los cinco años, y el violín dos años después. Le hacía practicar a su hijo desde la mañana hasta la noche, y cuando la concentración del joven Niccolo vacilaba, su padre lo privaba de su ración de comida. El niño era sostenido por su gentil y profundamente religiosa madre.

A los diez años se presentó en público por primera vez y cuando tenía 13 fue llevado a Parma a estudiar junto al famoso Alessandro Rolla, quien, sin embargo, rechazó a Nicolo diciéndole que ya sabía todo lo que él podía enseñarle. A pesar de ello continuó estudiando composición y aprendió varios trucos sobre oficio de violinista de la mano de viejos instrumentistas; el modo de tocar de Paganini parecía haber sido original, prácticamente desde el comienzo. Su primer concierto lo dio en una iglesia, con una obra de Pleyel.

Adultez

En 1797, Paganini emprendió una gira de conciertos entre Milano, Bolonha, Florencia, Pisa, y Leghorn, demostrando su técnica fenomenal. En esa época, la tiranía de Antonio Paganini sobre su hijo, se le tornó insoportable a Niccolo entonces resolvió liberarse de su padre, alejándose, y comienza a vivir una vida licenciosa, donde se dedicaba al juego e innumerables aventuras amorosas. Y también llegó a abandonar la música para dedicarse a los estudios agronómicos. La hermana de Napoleón, princesa de Lucca, lo nombra director de la Orquesta de la Corte, y el teatro de la Ópera en Toscana. Luego de unos años en Toscana va junto con la princesa a Florencia, donde se instala con su corte.

Y prosigue con su labor de concertista, obteniendo muchos éxitos. Su fama va creciendo en forma agigantada, pero también es acompañada por fábulas sobre su pacto con el Diablo, tan sorprendente era su técnica descomunal, por lo que en muchas ocasiones y en diferentes grupos se le llamaba "El violinista del diablo". Y como a él le divertían esas habladurías, pues alentaba la leyenda. Pero a pesar de ello, él estaba ligado a la Iglesia, donde dio muchos conciertos benéficos.

En 1829, Paganini actúa por fin en Viena, y desde entonces su celebridad no cesa de crecer en las principales ciudades de Europa. Comienza una serie continua de triunfos por Austria, Baviera y Sajonia.

Admiradores de la obra de Paganini

En Viena, los miembros de sus audiencias tomaban asiento dos horas antes de que comenzara la presentación por temor a perder sus lugares. En Leipzig, el afamado profesor de piano Friedrich Wieck, padre de Clara Schumann, anotó en su diario:

"Nunca ha nacido un artista que sea tan magnífico e incomparable como él en tantos géneros".

En Berlín, Mendelssohn escribió a su amigo, el pianista Ignaz Moscheles:

"Su ejecución está más allá de todo concepto ya que jamás se equivoca. Pides demasiado si esperas que te de una descripción de sus interpretaciones. Me tomaría una carta entera hacerlo, pues él es tan original, tan único, que requeriría un análisis exhaustivo el transmitir una impresión de su estilo".

El joven Chopin oyó a Paganini en Warsaw en 1829 y se sintió obligado a conmemorar el evento mediante la escritura de una pequeña pieza, Souvenir de Paganini. El joven de 19 años, Robert Schumann, entonces un infeliz estudiante de derecho en Heidelberg, viajó hasta Frankfurt para escucharlo y decidió, particularmente por el resultado de dicha experiencia, dedicarse de lleno a la música.

Luego transcribió para el piano 12 de los Caprichos de Paganini y nombró una sección El Carnaval, una de sus obras maestras para piano solo, en honor a Niccolo. Rossini, Donizetti, Franz Liszt, Delacroix, George Sand y muchos otros famosos profesionales del arte asistieron a su debut musical en París hacia 1831, y fueron deslumbrados por su música y su estilo interpretativo.

Además de los músicos nombrados anteriormente, fueron admiradores de Paganini, compositores como Johannes Brahms, Berlioz, Meyerbeer, del que se dice que lo siguió por toda Europa para intentar descubrir su secreto para ser el ejecutante de pasajes imposibles. Las enfermedades le hacían a Paganini imposible dar conciertos. En 1827, contrajo una infección en la laringe. Ignorando la enfermedad, continuó sus viajes.

Leyendas y éxitos de Paganini

Nicolo Paganini

Las leyendas sobre el autor se esparcieron velozmente. Una de ellas contaba que había aprendido a tocar el violín durante sus largos años en prisión (por haber asesinado a otro amante de su amante), y otra hacía referencia a un misterioso pacto con el diablo, la cual, según algunos, era la causa de su aparentemente, perfecta ejecución. Por unos años, Paganini animó y manipuló hábilmente esos absurdos cuentos, pero con el tiempo se hartó de todos ellos, y los negó; sin embargo continuaron arraigados en la conciencia de su público.

Durante los años de su gran éxito fue criticado por avaro, pero los hechos desmienten esta calumnia: sus frecuentes presentaciones por caridad, su insistencia por tomar completa responsabilidad humana y financiera sobre los hijos que tuvo con una de sus amantes, y su regalo de 20.000 francos al poco apreciado Berlioz para la composición de Harold en Italia, son sólo algunos de los ejemplos de extrema generosidad por su parte. Se ponía su nombre a ropas, alimentos, cajas de cigarrillos, etc.

Etapa final de la vida de Paganini

El dueño del violín comenzó a dar señales de esclerosis en 1833. Su aspecto demacrado, su largo cabello, su delgadez, sus ojos penetrantes, labios finos, hizo que se agigantaran las habladurías terribles sobre su posible pacto diabólico. Es más, estaban convencidos de que su padre era el mismo Mefistófeles, y fue obligado a publicar cartas de su madre, para comprobar que era hijo de seres humanos, pero, la gente cuando se cruzaba con él se hacía la señal de la cruz.

A los cuarenta años, Paganini, comenzó a viajar por Europa, y llegaba a los conciertos, cubierto por un manto negro, en un carruaje llevado por 4 caballos negros, y en muchas ocasiones, demoraba en entrar al escenario, apareciendo súbitamente.

Para mejor, era capaz de tocar a una velocidad espectacular, 12 notas por segundo, e innovó en la técnica de la memorización ya que los músicos en ese tiempo, leían las partituras.

Durante su vida, lo acompañó un violín Guarnieri, que le fue obsequiado por un admirador, en Liorna que actualmente se encuentra depositado en la Sala Rossa del Palacio Municipal de Génova. A causa de las leyendas sobre él, no se permitió que lo enterraran en lugar santo, a pesar de las súplicas que su hijo Aquiles le hizo al Papa, éste no respondió.

Niccolo Paganini, ha sido una figura que dificilmente se pueda repetir, pues en él se conjugan el violinista virtusosísimo, y compositor de dificultosas obras, pero además llenas de una belleza y pasión inigualables.

Referencias