Operación Barba Roja

Operación Barba Roja
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Descripción:
Hecho donde es capturado el primer bandido del Escambray
Líderes:
Milicianos , Fidel Castro Ruz
Ejecutores o responsables del hecho:
Milicianoscubanos


Operación Barba Roja. Hecho histórico ocurrido en la localidad de La Sierrita al inicio de la Revolución donde se capturó al primer Bandido del Escambray, por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz.

Pensamiento representativo

  • "Si una aguja cae en el Escambray, una aguja encontramos". Fidel Castro Ruz.

Bandas contrarrevolucionarias

La Lucha contra bandas contrarrevolucionarias constituyó una de las etapas históricas más importantes de la región montañosa del Escambray. Dividida en dos fases: una inicial, oficialmente conocida como Operación Jaula y la segunda a partir del órgano de Lucha Contra Bandidos (LCB), fundado en 1962 por el entonces Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Juan Almeida Bosques y que llegó a agrupar fuerzas regulares y unos 70 mil milicianos de todo el país.

Hombres sin decoro, financiado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA),alentados y dirigidos por organizaciones contrarrevolucionarias desde dentro y fuera del país, pretendieron en vano levantar una trinchera en esa región abrupta y tradicionalmente olvidada antes del 1959, donde la revolución erigió un valuarte.

¿Por qué Operación Barba Roja?

Han transcurrido más 40 años de la primera captura de bandidos en el Escambray, la que coincidentemente fue dirigida en persona por nuestro comandante en jefe. Se trata de la Operación Barba Roja, denominada así por el aleas del cabecilla de aquella pequeña y efímera banda.

Los hechos tuvieron lugar en la zona de La Sierrita, entonces termino municipal del regional Escambray. Había allí un puesto militar, integrado por 10 soldados al mando del Teniente Orlando Socarrás y el Sargento Orestes Lemes.

Los objetivos económicos del lugar, una bomba de gasolina, un transformador eléctrico y una carpintería, entre otros eran custodiados por los obreros y los milicianos del pueblo.

Diálogo con Mejías

Mejías Mora fue uno de los participantes en la acción. Combatiente del Ejército Rebelde y posteriormente de la Lucha Contra Bandidos. Trabajó durante 26 años como administrador del aserrío de La Sierrita.

En el año 1975 partió a tierras africanas, Angola específicamente, a colaborar con la FAPLA. Después de jubilarse presta servicios voluntarios en la Policía Nacional Revolucionaria(PNR) del pueblo, hace guardias, asesora a sus miembros más jóvenes, entre otras actividades. Según uno de ellos: El Maestro, es aún un combatiente.

Mejías cuenta los hechos con un brillo de emoción en sus ojos , recordando aquel día en que se les apareció el comandante en jefe, venido de la madrugada exponiéndose y preguntando desde el estribo del jeep en que viajaba:

-¿Cuál era la situación?

-Yo estaba pasmado, era la primera vez que veía de cerca de Fidel, lo encontré tan natural, tan enérgico , tan real que me pellizcaba y no lo creía.

Los Hechos

El 7 de septiembre como a las 11:00 pm, llega un individuo armado a la bomba de gasolina, se presenta ante el miliciano, le dice que quiere hacer una denuncia y este lo conduce al cuartel, dónde se encontraban los soldados de guardia: Inocencio Rodríguez y Rafael Figueredo. El hombre viene armado con un M-1.

Inocencio lo interroga de inmediato. El detenido comienza a decir los nombres escuchados durante su estancia en el lugar y a corroborar la ayuda que le habían prestado algunos del pueblo. Con su contribución se identificaron a los colaboradores, que fueron apresados de inmediato. Así quedaba cortado el apoyo que recibían desde La Sierrita.

Se decide entonces avisar a la Capitanía de Cienfuegos. El teniente Socarrás, y el soldado Figueredo salen para allá y no encuentran al capitán José Antonio Borot, uno de los miembros del grupo que atendían la Limpia del Escambray. El problema es que Fidel estaba de visita en Cienfuegos y Borot lo acompañaba.

El comandante en jefe había llegado procedente de Santa Clara, en horas de la tarde del día 7. Aquí visitó los trabajos de la doble vía, el hospital general, el barrio de Gloria (hoy la Juanita) y el distrito Oeste de obras públicas (la actual terminal de ómnibus). Se encontraba a esa hora en el Hotel Jaguas.

Por fin lo encuentran, a Borot no lo dejan subir pero cuando comentan que es un problema de alzados, avisan a Fidel y a sus acompañantes y este lo hace pasar. Le cuentan todo lo que hasta el momento conocían y cuando terminan el comandante les dice: Bueno vayan para La Sierrita y si entran no los dejen salir que vamos para allá.

Sobre las 2:00 am regresan a Socarrás y Figueredo con la noticia de que Fidel venía a dirigir la operación. Estuvimos esperando sin que pasara nada hasta las 4:00 am, hora en que llegó con unos cuantos hombres. Era ya el 8 de septiembre de 1960. Se establece un diálogo entre Fidel y el cabo Ramón Hernández Placencia, conocido por “el abuelo” por ser el más viejo de la tropa.

- Fidel: ¿Cómo es el lugar? ¿Dónde están? ¿Quién es el que mejor conoce la zona?

- Abuelo: Inocencio es el mejor que conoce la zona.

- Inocencio: A esta hora ya esa gente “voló”. Comandante.

- Fidel: No, esa gente está ahí y no van a salir hasta que no amanezca. Hay que cortarles la retirada por la retaguardia.

Arrancaron por el camino de la retaguardia, que era el más largo (siete u ocho kilómetros aproximadamente). Iban Humberto Valladares, Benito López Torres, Inocencio Rodríguez, Ángel Díaz (La vieja) y Mejías, todos armados con Garand. Fueron hasta Monforte, que está como a dos kilómetros y medio de La Sierrita, en jeep, el resto del camino lo hicieron a pie.

Fidel, con el cabo “Abuelo” de guía y el resto de los compañeros, fueron por la parte delantera, y llegaron los dos grupos al mismo tiempo a la casa donde estaban los bandidos. Los sorprendieron. Hubo dos heridos, ex-casquitos de la tiranía de Batista, nada grave. Se nombraban Oscar Pérez Martínez y Jesús Azpiru López. La operación fue un éxito. El Comandante le quitó una pistola a uno de los tipos aquellos y se la dio al cabo “Abuelo”, por ser más veterano del grupo.

Eran tres, y el cabecilla Alberto Walsh Ríos, alias Barba Roja, un excombatiente del Ejército Rebelde, insistía en que él andaba en busca de rescatar a su hermano Sinesio, connotado bandido, y que ellos no eran “alzados”, pero al Fidel preguntarle que hacían el resto de sus compañeros se derrumbó.

Los colaboradores con el enemigo

Los vecinos del lugar que ayudaron a los alzados, recibieron como castigo, impuesto por Fidel, llevar a los heridos en hamacas hasta donde entraran los jeeps.
Al poco tiempo se cogió a Sinesio Walsh, quién fue fusilado por los crímenes y desmanes cometidos en la zona donde operaba.

Era un traidor y por eso la pena era doble, al hermano lo condenaron a 30 años. Fue allí conversando luego con la gente, que confundida y sumida aun en la ignorancia, habían ayudado inconscientemente a estos elementos, donde Fidel dijera, por primera vez, porque luego lo hizo públicamente, la histórica frase: “Si una aguja cae en el Escambray, una aguja encontramos.”

En la noche del propio 8 de septiembre, en la clausura del Primer Congreso Extraordinario Revolucionario de la industria Calzado, Tenería y sus anexos, Fidel pronunciaría públicamente esta frase y tocaba el tema de los “alzados” en el Escambray.

Anécdota sobre Fidel contada por Mejías

Recuerda que Fidel insistía mucho en que tuviéramos cuidado con los niños que estaban dentro de la casa, eran unos cuantos. Cuando se armó la cosa había una gritería del cará; gritaba la mujer de la casa, los chiquillos, sonaban las ráfagas, pero el que más se oía era Fidel repitiendo: ¡Cuidado con los niños!. Y se podía apreciar muy claramente su preocupación de que los niños de la casa no salieran lastimados.

Sin lugar para bandidos

El sitio donde tuvo lugar el hecho histórico, se aprecia muy bien en la cumbre desde La Sierrita. Estas montañas, formadas hacen hace más de 60 millones de años (según estudios Geológicos), tienen y tendrán un solo dueño y no habrá lugar allí para bandidos.

Ni la abrupta geografía, ni la inexperiencia de muchos milicianos que en ella participaron, impidieron que estas crápulas fueran expulsadas definitivamente de estas lomas, donde a tan temprana edad de la revolución comenzaba a verse las profundas transformaciones de que posteriormente sería objeto.

Por alcanzar el sueño de estas conquistas se batieron un día los miembros de la Lucha Contra Bandidos, campesinos en su mayoría, contra aquellos que pretendían impedírselo y es la razón por la que se hicieron invencibles.

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Fuente

  • Operación Barba Roja. Mensuario Montañés, Año 2000, Periódico 5 de Septiembre, Cienfuegos.