Operación Marte

Para otros usos de este término, véase Operación Marte (desambiguación).
Operación Marte
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Baracoa giron.jpg
Buques de la Marina de Guerra Norteamericana
Fecha:15 de abril de 1961
Lugar:Baracoa, Guantánamo
Descripción:
Operación que pretendía una invasión mercenaria por la zona de Baracoa en la madrugada del día 15 de abril de 1961 de manera que comenzaran sus acciones simultáneamente con el primer golpe aéreo mercenario, para atraer así la atención del mando cubano y distraerlo de la otra dirección principal, Bahía de Cochinos, donde se efectuaría la invasión por Playa Girón 30 horas después.
Líderes:
Comandante Eddy Suñol


Operación Marte. Nombre con el que la historia recoge los hechos ocurridos en la madrugada del día 15 de abril de 1961 en la ciudad de Baracoa, en la que un grupo de mercenarias dirigidos por La Agencia Central de Inteligencia (CIA), pretendieron desembarcar y tomar la ciudad. De este modo distraerían la atención del mando cubano y apoyar el desembarco que debía ocurrir días mas tardes por la Bahía de Cochinos.

La invasión

En la antigua región de Baracoa sobraban ejemplos de desembarcos que contaron con el apoyo de los pobladores: el arribo de los Maceo, Flor Crombet y sus hombres por Duaba, y el de Martí, Gómez y otros patriotas por Playita de Cajobabo, ambos durante la gesta independentista de 1895.

La Primada de Cuba, con esos antecedentes, su exuberante Geografía y el aislamiento con respecto al resto del país, podía funcionar muy bien su plan. Y eso fue lo que tuvo en cuenta la Agencia Central de Inteligencia (CIA) cuando orquestó una invasión mercenaria por las costas de Baracoa, prevista para el amanecer del 15 de abril de 1961.

La maquinaria diversionista yanqui echó a andar con la pretensión de aniquilar a la entonces joven Revolución Cubana. Así fue como la Primera Villa de Cuba, en los días difíciles de abril de 1961, mostró la estirpe de su pueblo.

Un elegrafista que trabajaba en la marina percibió una señal no usual e informó al mando, ubicado en El Castillo. El desembarco estaba planificado para la madrugada, de manera que comenzaran sus acciones simultáneamente con el primer golpe aéreo mercenario, para atraer así la atención del mando cubano y distraerlo de la otra dirección principal, Bahía de Cochinos, que tendría lugar 30 horas después.

El día antes un grupo de barcos, en misión de la CIA, se acercó a las inmediaciones de la ciudad. Al frente venía el traidor Higinio, Díaz Añe, «Nino». La mayor parte de los buques pertenecían a la Marina de Guerra norteamericana, para proyectar la imagen de una expedición de mayores proporciones.

Todavía no se sabía que en la acción intervendría una fuerza élite que recibió preparación en una instalación naval en Belle Chase, Louisiana, para cumplir misiones especiales. Estaba compuesta por 160 hombres que gozaban de la mayor confianza de la CIA y venían cínicamente vestidos con el uniforme del Ejército Rebelde.

Propósito

El propósito era desembarcar para apoderarse del territorio, desde el que simularían un ataque de las tropas cubanas contra la ilegal Base Naval de Guantánamo. Con esa acción pretendían obligar definitivamente al Gobierno de turno de la Casa Blanca a intervenir en el conflicto que se crearía con la invasión mercenaria.

La aspiración era convertir a Oriente en un segundo Escambray, escenario de la encarnizada lucha contra bandidos. Esa idea tenía como fundamento que existían elementos inescrupulosos y apátridas que pudieran apoyarlos.

Entre julio de 1960 y el 13 de abril de 1961 se desplegaron actividades encubiertas, como el desembarco de 27 mercenarios y tres norteamericanos en Bahía de Navas, entre Moa y Baracoa, quienes fueron capturados días después por las fuerzas del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Indicios del desembarco

Con los primeros indicios del desembarco, las fuerzas cubanas en Baracoa comenzaron a distribuir las armas. Parte de la población, especialmente niños, ancianos y mujeres, fueron evacuados en las montañas El Paraíso, Las Minas y Sabanilla.

Los pobladores de Baracoa tuvieron durante varias horas a los barcos mercenarios frente a sus costas, por lo que la movilización fue masiva. La orden era que si tomaban la ciudad se entregarían sus cenizas. También se colocaron sacos de arena a lo largo del litoral y cuando se apagaron las luces, los de tierra divisaron los barcos y a la vez los agresores se llevaron la sorpresa de que los estaban esperando, pero no precisamente de la forma en que calcularon.

Al calar los barcos frente a las costas, los invasores percibieron la sólida defensa de las tropas cubanas. El comandante Eddy Suñol estuvo al frente del Batallón 80 de las Milicias Revolucionarias, al cual se sumaron los 400 milicianos baracoenses. Juntos hicieron de la antigua Ciudad Primada un bastión que resultó después disuasivo para los asustadizos mercenarios que pretendían desembarcar. El miedo pudo más que su esmerada preparación y se retiraron cobardemente.

No se les permitió regresar a la Florida, sino que fueron llevados a las instalaciones militares norteamericanas en la Isla de Vieques, Puerto Rico. En Miami, como burla, esta acción fue bautizada años más tarde como «Bojeo a Cuba».

Fuentes