Oración (Gramática)

Para otros usos de Oración, véase Oración (desambiguación).
Clasificación de la oración
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Concepto:La oración es una unidad del sistema que se realiza en el habla como un enunciado específico. Se clasifica atendiendo a diversos criterios.

Clasificación de la oración . Nomenclatura variada que se emplea para la oración considerando la correspondencia del enunciado con el término oración psicológica, acuñado por Gili y Gaya (Gili y Gaya, 1974) y la denominación oración gramatical para designar la estructura sintáctica en que se produce la relación entre el sujeto y el predicado.

Criterios de clasificación de las oraciones gramaticales

Por la estructura o por el número de miembros oracionales

Según el criterio más difundido, las oraciones gramaticales se clasifican por su estructura o por el número de miembros en bimembres y unimembres. En las primeras aparece explícita la relación de predicación, y pueden identificarse el sujeto y el predicado. En el enunciado El cambio climático amenaza a la humanidad hay un sujeto de quien se habla (el cambio climático) y de él se plantea (amenaza a la humanidad).

Las oraciones unimembres son unidades intencionales, con sentido completo en sí mismas, marcadas por una figura entonacional, cuya estructura no responde a la relación sujeto-predicado. Son expresiones compactas que en muchas ocasiones se relacionan con las funciones expresiva y apelativa del lenguaje, o son respuestas a preguntas: ¡Felicidades!; Antonio, regresa pronto; -¿Cuándo vuelves? -El martes. En estos casos, se hace necesario vincular el fragmento que constituye el enunciado con el texto que lo precede, o con la situación discursiva para suplir la información necesaria para lograr la información necesaria con el objetivo de lograr la comprensión cabal del enunciado.

Clases de oraciones unimembres

1-Las oraciones unimembres nominales están constituidas por sintagmas que tienen como núcleo a un sustantivo (los más frecuentes), a un adjetivo o a un adverbio. Véanse estos ejemplos tomados de cuentos de Onelio Jorge Cardoso:

a) -Todo lo nuevo vale el suplicio, todo lo misterioso por vencer vale siempre un sacrificio.

b) -¡Tonterías! No pasará nunca, no existe.

c) –Mañana llega La Eumelia-aclaró el Isleño. -Mañana, Antonio.

Se incluyen en esta clasificación los grupos exclamativos que se emplean como enunciados independientes: ¡Mal hecho!; ¡Qué calor!; ¡Más despacio! Resulta curiosa la construcción formada por qué de +sustantivos contables en plural, que indica la reacción conativa (sorpresa, satisfacción, desagrado) ante un número elevado: ¡Qué de barcos, qué de barcos! / ¡Qué de negros, qué de negros!.

Finalmente las interjecciones, propias e impropias, también constituyen enunciados independientes que generan oraciones unimembres nominales:

Ay, señor alcalde, vaya con el dolor de oídos que padezco! -se lamentaba una linda Mariposa.

-¡Ah! no sabía.

Como oraciones unimembres nominales aparecen también los vocativos, que funcionan como enunciados, con autonomía sintáctica. Son sintagmas nominales que se usan para dirigirse a alguien, generalmente en solicitud de una respuesta o de una reacción por parte del oyente. En muchos casos se emplean para iniciar una conversación, como una llamada de atención a quien escucha; no deben confundirse con el sujeto de la oración, pues se trata de una unidad independiente. Si se analiza el enunciado: Ven aquí tú primero, tojosa, es posible advertir:

- Aparecen dos oraciones gramaticales, la primera de las cuales (ven aquí tú primero) tiene como sujeto el pronombre personal tú, que presenta un valor enfático.

- La segunda oración (tojosa) es una unidad con la que se llama la atención del interlocutor (vocativo). Aunque desde el punto de vista semántico es correferente del sujeto de la primera oración, sintácticamente pertenecen a oraciones diferentes.

Cuando el vocativo y el sujeto de la oración contigua son entes diferentes, no hay posibilidades de una interpretación errónea: ¡Caramba, compadre cocuyo, que me estoy quedando ciega!- decía la rana.

2- Las oraciones unimembres impersonales o verbales están constituidas por un sintagma verbal en el que aparecen verbos que carecen de sujeto. En ellas se expresan, por lo común, juicios referidos al estado físico de la naturaleza. Un grupo importante está integrado por los llamados verbos atmosféricos o meteorológicos (llover, tronar, amanecer, entre otros)

Según concepciones antiguas se atribuía la realización del proceso a la acción de fuerzas divinas, o se consideraba al propio fenómeno natural como sujeto desencadenante de la persona y el número (siempre tercera del singular). Estos verbos pueden admitir usos personales o figurados: Le llovieron reprimendas por su mala conducta. La Nueva Gramática de la Lengua española reproduce un ejemplo de Azuela: Amanecí en el cuartel y anochecí a doce leguas de mi pueblo. (RAE, 2009:3062)

También se emplean en las oraciones unimembres impersonales los verbos haber, hacer, ser y estar: Hace días que te estoy buscando; No había dificultades para cumplir la tarea; Es tarde; Ya está oscuro. En ocasiones se constatan incorrecciones en el uso del verbo haber, que es impersonal transitivo y no tiene que concordar con su complemento directo: Hay/Hubo/Había/Habrá un alumno en el pasillo; Hay/hubo/había/habrá cuatro alumnos en el pasillo. Si bien formas como hubieron o habemos son rechazadas y solo persisten en los registros popular y vulgar, algunos hablantes no sienten como incorrectas la forma habían, concordada con el complemento directo.

Clasificación de las oraciones por la actitud del hablante

Según Fernando Lázaro Carreter, en el Diccionario de términos filológicos la modalidad “está constituida por la operación activa del sujeto hablante” (Carreter, 1962: 43). Así el mensaje que un emisor trasmite puede expresar un deseo, un consejo, una orden, una posibilidad, una duda.

  • Las oraciones enunciativas afirmativas, son llamadas también aseverativas, declarativas y hasta indicativas, con ellas el hablante atribuye realidad objetiva a la relación entre sujeto y predicado. Ellas afirman sobre algo, proceso que continuamente realizan los hablantes. Sin embargo, la intención comunicativa dependerá del tipo de texto que se construya por parte del emisor. Es el modo indicativo con el que se logra expresar la afirmación, ya que el hablante intenta comunicar el hecho como real o verídico. Otro elemento formal es el adverbio sí, que es considerado por algunos gramáticos como un morfema de énfasis. Otro adverbio que suele utilizarse es seguramente, exactamente, entre otros. Ej.: La lengua representa una colectividad.
  • Las oraciones enunciativas negativas expresan la falsedad o negación; la inexistencia de la acción del proceso verbal. Son usadas por los hablantes para solicitar que se deje de hacer algo. Desde el punto de vista formal se emplean los pronombres indefinidos nadie, nada, ningún, que convierten el enunciado en negativo. El adverbio de negación más característico es no. Son también adverbios negativos nunca, jamás, tampoco, el último en oraciones como Esto no me gusta nada. El español tiene palabras negativas, correspondientes a los significados 'ninguna persona' (nadie), 'ninguna cosa' (nada), '(en) ningún tiempo' (nunca), sin embargo no existen otras para expresar las negaciones '(en) ningún lugar '(de) ningún modo o '(por) ninguna razón’. Existen sustantivos que refuerzan la negación y significan cosas de poco valor, como bledo, comino, pepino, migaja. Se emplean en todo tipo de discurso para indicar sorpresa, disgusto, pregunta, etc. Ejemplo: ¿No hallaba nunca simpatías en las niñas de su edad?
  • Las oraciones de posibilidad o probabilidad son aquellas en las que el hablante considera que el juicio que emite es solo mental, no se atreve a considerarlo coincidente con la realidad objetiva, por lo que lo expresa como probable y posible, a través de los recursos que la lengua le ofrece. Recuérdese que la posibilidad precede en el tiempo a la realidad de ahí que para el hablante sea necesario el empleo del modo subjuntivo o tiempos hipotéticos del indicativo con los cuales se expresan esas ideas de posibilidad o probabilidad.

La idea de que un hecho sea posible o probable en el pasado o en el futuro se expresa por medio del futuro hipotético. Si la posibilidad se enuncia en pretérito del indicativo, entonces empleamos el antefuturo del indicativo o el antepretérito del subjuntivo. La posibilidad en el presente y en el futuro también se expresa con los futuros simples y compuestos del indicativo, ya que designan fundamentalmente hechos venideros y en sentido artístico, metafórico, expresan la probabilidad:

Existe en el español recursos lingüísticos con las cuales se puede expresar las ideas de posibilidad o probabilidad: probablemente, posiblemente; asimismo los verbos modales: poder, deber y la locución deber de +infinitivo. Por ejemplo: Podrían aniquilarse los soñadores.

  • Las oraciones exhortativas o imperativas expresan un ruego, mandato, consejo del que habla, solicitud de algo, es decir, con estas oraciones se expresa toda la gama comprendida entre el ruego y el mandato, con ellas el hablante insta a la ejecución de un proceso. Con ellas se solicitan por lo general acciones u omisiones, es decir comportamientos sujetos a la voluntad de los individuos.

Se emplea el modo imperativo y, aunque se ha planteado que con él se expresan las dos únicas personas (tú, vosotros y vosotras) propias de este modo, sin embargo, también se emplean sujetos que muestran rasgos de segunda persona gramatical (tú, vos, vosotros) o segunda del discurso (usted, ustedes), pero además pueden tener sujetos en tercera persona distintos de usted/ ustedes o incluso de primera del plural. También pueden ser construidas utilizando el presente de indicativo, así como el futuro de este mismo modo.

En el plano sintáctico se puede señalar que los sujetos de las oraciones imperativas poseen siempre rasgos de segunda persona, sean del singular o del plural.

Un rasgo que diferencia a las exhortativas de las imperativas es que las primeras se construyen con formas de subjuntivo y se usan para incitar a la acción. Aunque puedan utilizarse para dar órdenes no contienen verbos en modo imperativo.

En estas oraciones puede aparecer en algún caso el sujeto en primera persona, esto será posible cuando la primera persona del plural comprende al hablante y también al oyente o se construye con pronombres enclíticos. Otra de las formas de expresar una orden es a través de las construcciones a + infinitivos. Con este tipo de construcción se solicitan o se ordenan acciones diversas propias del habla coloquial: ¡A comer!; ¡A estudiar! De igual forma esta estructura suele usarse para exhortar con vehemencia a las personas para que ejecuten determinada actividad, a menudo placenteras: ¡A bailar, a bailar!

Por su carácter sintético, el mandato puede expresarse en oraciones unimembres: ¡Adelante!, así también puede usarse palabras interjectivas que encierran por sí solas todo el carácter imperativo. ¡Arriba!

Este tipo de oraciones predomina en textos en los que el hablante suele dar indicaciones y orientaciones, sobre todo en las instrucciones que se ofrecen para el uso de determinados equipo o en manuales.

  • Las oraciones desiderativas u optativas se forman con verbos en subjuntivo y expresan deseos del hablante, por tanto, son actos verbales que pueden dirigirse o no a un destinatario: Con ellas se expresa el deseo de que se realice un hecho.

Las que constituyen exclamaciones con las que se expresan deseos emplean como forma de expresión, por regla general, el presente del subjuntivo ya que con el deseo expresado se puede considerar realizable. Es frecuente que también se use el copretérito del indicativo cuando el deseo que se expone es no realizable, casi imposible. Se construyen también con formas subjuntivas sin subordinación, con ellas el hablante se dirigen a seres ausentes. Desde lo formal pueden ir encabezadas por las formas verbales muera y viva seguidos de un grupo nominal. Otro rasgo formal es que pueden ser construidas con un verbo no subordinado en subjuntivo y generalmente un sujeto de tercera persona, en las que se expresa con vehemencia algún deseo del hablante.

La entonación con la cual se producen o emiten las oraciones desiderativas es unas veces el mismo de las oraciones exclamativas., sin embargo no siempre estas oraciones aparecen en el discurso con dicha entonación, lo que sucede sobre todo cuando constituyen fórmulas acuñadas. Las oraciones encabezadas por el pronombre interrogativo quién más el pretérito o antepretérito del subjuntivo también se consideran oraciones desiderativas. Otro rasgo formal es la presencia de ojalá o así, cuando este término encabeza estas oraciones la forma verbal suele estar conjugada en el modo subjuntivo, es usado, en el caso de ojalá, con esta expresión, aunque la idea puede referirse a un pasado, el emisor sigue expresando a través de ella vivos deseos en relación con algo.

  • Las oraciones interrogativas: Con ellas el hablante expresa que ignora algo y que quiere saberlo, es decir existe una duda y se quiere dilucidar y para ello se dirige al oyente o varios oyentes con ánimo de que la respuesta ayude a esclarecerla.

En las interrogativas el que habla o formula la pregunta vacila entre la conformidad y la discrepancia del predicado con el sujeto y manifiesta su perplejidad consultando su juicio a otra persona por medio de una pregunta. Su función fundamental es solicitar información. Un elemento que las distingue es la entonación especial. La mayoría de estas oraciones se caracterizan por la inflexión final ascendente o circunfleja de su curva de entonación, con lo que se da a conocer que la oración no completa el pensamiento y se espera que la respuesta lo complete. Tienen rasgos tan propios que no permiten confundirse con las demás: la entonación, los pronombres, adjetivos, adverbios o locuciones interrogativas y por la inversión en el orden de las palabras.

Se distinguen en dos grupos: las directas o indirectas: las directas constituyen enunciados interrogativos; las indirectas son una variedad de las subordinadas sustantivas. Las directas se dividen a su vez en dos grupos: las totales (generales) o disyuntivas y parciales o determinantes.

Las totales se suelen llamar también disyuntivas, ya que presentan implícita o explícitamente dos o más opciones entre las que el oyente debe elegir; es decir, cuando se pregunta sobre todo el contenido de la oración, sobre la verdad y la falsedad del juicio, la respuesta es general. La pregunta que se realiza va dirigida a saber si es cierta la relación entre el sujeto y predicado. La respuesta que se espera es sí o no, que además puede ir reforzada por la repetición del verbo o de algún medio que recalque la afirmación o la negación. En las generales el verbo ocupa el primer lugar en la oración, esto demuestra que el interés del que habla recae sobre él. Las interrogativas parciales o determinantes se llaman así porque se introducen con pronombres, adjetivos o adverbios que proporcionan la incógnita que debe ser satisfecha en la respuesta. En estas oraciones la duda no recae sobre el predicado mismo de la oración, sino sobre el sujeto y sus cualidades o sobre cualquier elemento de la oración. Se pregunta por lo que falta, por medio de los pronombres, adjetivos o adverbios interrogativos, los cuales se colocan al inicio de la oración. Las oraciones dubitativas pueden formularse como interrogativas y esto permite reforzar la duda que se tiene ante algo.

  • Las oraciones dubitativas son aquellas que suponen un hecho verbal como dudoso. El modo que se emplea para lograr expresar esa duda es el subjuntivo y en ocasiones también el indicativo. En ellas el hablante utiliza los adverbios de duda, tales como: acaso, tal vez, quizás, etcétera, más la forma verbal en subjuntivo. Estos recursos le permiten diferenciarse de las oraciones de posibilidad, pero además los verbos en modo subjuntivo aumentan el sentido dubitativo de la oración, mientras que con el modo indicativo la idea de duda se siente más atenuada. Esto último ocurre con los verbos en presente y futuro, siempre acompañado de los adverbios.

La duda acentuada se acentúa con el antepresente de subjuntivo. De usarse el antepresente del indicativo la duda, como se explicó anteriormente se atenúa, por ejemplo.

Los adverbios de duda juegan un papel importantísimo en este tipo de oración. La existencia de ellos es lo que permite el reconocimiento por parte del que escucha y del propio hablante de la idea de duda, de no aparecer estas expresiones o adverbios se pudiera decir que se está frente a oraciones de posibilidad.

  • Las oraciones exclamativas son unidades de predicación. Expresan la ponderación de alguna magnitud extrema. Con ellas se expresan los sentimientos del que habla, la expresión de la emoción particular que las motiva.

Desde el plano formal se caracterizan por determinados rasgos fonéticos, tales como: refuerzo de la articulación de los sonidos, si los sentimientos que se exponen son dominados por la tensión, el placer o la excitación, relajamiento de la articulación cuando los sentimientos que predominan son distensivos; aumento de intensidad y cantidad de sílabas fuertes y en las palabras sentidas como expresivas; desarrollo de la entonación por encima o por debajo del tono medio del que habla, de manera que el oyente perciba que no es la entonación habitual; peculiares movimientos de la curva de entonación, en dependencia de los sentimientos que se expresen. Todos estos rasgos se pueden acentuar o retardar en dependencia del hablante, del contexto, de su intención.

Otras oraciones exclamativas se construyen con pronombres, adverbios o grupos sintácticos exclamativos. Estas últimas oraciones se denominan exclamativas parciales, por similitud con las construcciones interrogativas análogas. Se caracterizan gramaticalmente por el uso de recursos fonéticos o sintácticos, y a menudo por la conjunción de ambos, así como por el empleo de los signos ortográficos de admiración. De igual forma se clasifican en exclamativas parciales, igualmente pueden ser consideradas directas o indirectas. Cabe aclarar que las exclamativas indirectas son siempre parciales. En estas oraciones se pondera el valor extremo de algo, sentido así por el hablante, pero no se solicita la identificación de ningún elemento. Desde el punto de vista formal puede agregarse que los grupos exclamativos formados pueden construirse con qué + sustantivo o grupo nominal. La presencia de qué + un sustantivo o grupo nominal no especifican en sí mismos la propiedad en relación con la cual se expresa la sorpresa, contrariedad o la reacción emotiva que la exclamación pone de manifiesto en cada caso particular. Son aptos para este uso exclamativo los pronombres: qué, cuánto, cómo, cuán. Los demás pronombres no admiten este uso.

Como se puede apreciar este tipo de oración no es considerada especial, pues cualquier oración, ya sea desiderativa, imperativa puede hacer un predominio de elementos afectivos o emocionales.

Clasificación de la oración por la estructura del SV o por la naturaleza del predicado

El SV es la estructura lingüística, constituida por un verbo o por una expresión compleja que funciona como predicado de la oración; cuya composición depende de la intención comunicativa del hablante y la actitud subjetiva del interlocutor ante el enunciado. Clases de predicado: Si lo que se dice del sujeto es una cualidad o clasificación, se está en presencia de un predicado nominal; y si se expresa de él un comportamiento, es decir, una acción, proceso o estado, se trata de un predicado verbal. El predicado nominal tiene como núcleo un sustantivo o un adjetivo, producto de una transferencia: los verbos copulativos, ser y estar, sirven como transpositores.

Ya se conoce que existen dos tipos de sintagma verbal: el atributivo y el predicativo. El primero se caracteriza por tener un verbo copulativo o atributivo; en el segundo caso, el centro léxico es un verbo predicativo que puede o no aparecer acompañado de complementos. Teniendo en cuenta la presencia de uno u otro tipo de verbo en cada uno de ellos, se clasifican las oraciones en atributivas y predicativas.

Se les llama atributivas a las oraciones que se construyen con predicados nominales. Ellos expresan cualidades del sujeto o la clase a la que pertenecen, y se caracterizan, en sentido general, por poseer un centro léxico que no coincide con su núcleo formal. La particularidad esencial de estas estructuras “(…) consiste en presentar un núcleo de escasa conmutación como es ser y estar y un término adyacente que llamamos atributo, pero que léxicamente es el centro del predicado”. (Porro, 1982: 83)

Cuando el atributo es un adjetivo o una expresión equivalente, el predicado nominal califica al sujeto. Por ejemplo, en el siguiente texto descriptivo:

Entre los negros criollos de esta dotación se destacan Jacinto y Faría. Ella es joven, fuerte para el trabajo, entusiasta para la vida y dulce para el amor. Él, corpulento, sereno, valiente, leal, inteligente. Es un líder nato. En África, en la tribu de los suyos, hubiera sido un jefe indiscutible, un gran guerrero o el médico brujo…

En esencia, los predicados nominales suelen llevar un verbo copulativo, llamado así porque actúa de nexo, cópula o puente entre el sujeto y lo que de él se dice, o sea, entre el atributo y el sustantivo núcleo del sujeto. Esto es posible, ya que en ellos ha ocurrido un profundo proceso de gramaticalización, en el que contrariamente al de lexicalización, se reduce la significación lexical en palabras que se convierten en signos de sustancia léxica mínima. Puede ocurrir que el predicado sea una cualidad del sujeto, por ejemplo: la casa es alta, mi amigo está enfermo.

En la oración atributiva el predicado se expresa esencialmente con un nombre, adjetivo o sustantivo, expresan cualidades del sujeto; le atribuyen conceptos adjetivos, los cuales pueden designarse por medio de:

  • un adjetivo propiamente dicho (Pedro es alto);
  • un sustantivo, que puede ser pensado como un conjunto de cualidades, o como un concepto unitario dentro del cual se clasifica el sujeto (Pedro es médico);
  • una frase adjetiva cualquiera (Pedro es de Madrid; Pedro es el que sabes);
  • un adverbio adjetivado (Pedro es así);
  • un pronombre (Pedro es aquel)

Los verbos ser y estar, que emplea nuestro idioma en esta clase de oraciones, se llaman copulativos porque su misión en ellas se reduce a servir de nexo entre el sujeto y el predicado sin que añadan nada al significado de la oración. Su empleo ha ido extendiéndose históricamente por asimilación de las oraciones atributivas a las predicativas, y porque permiten la expresión temporal: Juan era, es, fue, será sabio, en esencia, constituyen el núcleo formal de la oración gramatical por cuanto portan los morfemas gramaticales y establecen la concordancia con el núcleo del sujeto.

Ser y estar, de acuerdo con la intención comunicativa, también pueden funcionar como predicativos y como auxiliares en determinados contextos. Ser aparece usado muchas veces en el sentido originario de existir, afectarse, ocurrir, suceder:

Todo indica que fue en la Península donde nació el sueño de transformar su vida en un maravilloso poema, al desear fundir su existencia predestinada de hombre, de artista y de político en la epopeya emancipadora del pueblo cubano, que era una y la misma cosa. // Es que no me gusta gritarlo delante de todo el mundo.

«Ser y «estar» como verbos no copulativos. No siempre son copulativos los verbos de que ahora tratamos. (A veces ser recobra su significado primitivo de existir, efectuarse, ocurrir, suceder v. gr.: Eso será si yo quiero; Los pocos sabios que en el mundo han sido; Tal señora no es en el mundo; Mañana seré contigo. Al significado de existir, ocurrir, suceder, responden las frases usuales sea lo que sea, o lo que fuere, sea como sea, fuere lo que fuere, fuese como fuese, etc. También el subjuntivo-imperativo (Sea!) concesivo u aprobatorio, y algunas expresiones desiderativas como ¡Así sea! Con que enunciativo se construyen oraciones del tipo: Es que no quiero; Es que trataban de otro asunto; Es que sería inoportuna, Era que les parecía mal; Sea que triunfe o que no...; Quizá fuese que estaba de mal humor. Con ellas indicamos réplica, oposición o contrariedad. En tono de pregunta, ¿Es que…? tiende a convertirse en una fórmula interrogativa fija: ¿Es que te has enterado ya? Pueden usarse otros tiempos del verbo ser (¿Será que…? ¿Sería que…? ¿Era que…?); pero es fuerte la tendencia moderna de inmovilizar estas preguntas en el presente ¿Es que…? p. ej. ¿Era que no les habían dejado entrar? ¿Es que estaba enfadado? La fórmula invariable ¿Es que…? es usual en la lengua hablada, tanto en España como en América, tratándose de preguntas generales, pero siempre con matiz de sorpresa o réplica.

El verbo estar mantiene a menudo su significación originaria, no copulativa de permanencia o presencia: No está en casa; Estuve ayer en el teatro; La Sierra de Guadarrama está al norte de Madrid.

Ser y estar, tanto en su significado propio como en su uso copulativo, admiten a veces construcciones seudorreflejas, lo mismo que otros verbos intransitivos (irse, morirse, etc.), por ejemplo en las fórmulas tradicionales con que empiezan los cuentos: Érase, o érase que se era; « Érase un hombre a una nariz pegado» Asno se es de la cuna a la mortaja»

Con estar, el uso seudorreflejo es algo más frecuente: Te estarás en casa todo el día; Me estuve junto a la lumbre; Los viejos (de la aldea se estaban al sol la tarde entera. Estarse significa que el sujeto permanece voluntariamente en una situación, posición o estado. En las oraciones predicativas, el sujeto participa en un proceso-acción, fenómeno, estado, transformación que se realiza, bien por voluntad del agente (oración activa), bien actuando él de una manera receptiva (oración pasiva).

Resulta oportuno destacar que la utilización de las oraciones atributivas y predicativas, está muy relacionada con la intención comunicativa del hablante, así como el empleo de las formas elocutivas.

Criterio de clasificación de la oración psicológica

La oración psicológica se clasifica atendiendo a la aparición en ella de una o más oraciones gramaticales. Esta es la razón por la cual puede ser simple o compuesta.

La oración simple es aquella que está formada por una oración gramatical.

La oración compuesta es aquella que está formada por más de una oración gramatical y puede clasificarse de manera diferente, según los nexos que entre ellas aparecen.

Tratamiento metodológico de las clases de oraciones

Funcionalidad textual de las oraciones bimembres y unimembres

A la hora de impartir este contenido, debe priorizarse la ejercitación, debe partirse del concepto de oración como unidad mínima de comunicación.

En el caso de las oraciones bimembres, desde el punto de vista formal, ha de insistirse en su ejemplificación a partir de las diferentes construcciones en que pueden presentarse, entiéndase la posición del sujeto ya sea al inicio, en el medio o al final de la oración y las de sujeto omitido.

En cuanto a las oraciones unimembres, es preciso señalar que, aunque en la enseñanza media se aboga por el análisis de estas entendidas como la compactación o fusión de los dos miembros en uno; este criterio resulta incongruente, pues, al decir de Carratalá, estas oraciones tienen un solo miembro lingüístico, que se completa extralingüísticamente por la situación el contexto; de ahí que presenten la estructura de un sintagma nominal o la de un sintagma verbal suficientes para expresar un mensaje con sentido completo, en dependencia del contexto.

Al abordarse el estudio de las oraciones unimembres nominales (grupos exclamativos, el vocativo y la interjección), deben aprovecharse fundamentalmente los textos en los que predomine el diálogo como forma elocutiva, teniendo en cuenta que están presentes las funciones apelativa y expresiva del lenguaje. En ellos, la relación frontal entre los interlocutores propicia el empleo de medios extralingüísticos que tienen de apoyo la comunicación; por otra parte, la información pragmática que comparten emisor y receptor permite que algunos enunciados, al parecer truncos, cumplan su cometido como unidades de comunicación.

En el diálogo literario, que intenta reproducir el diálogo real, se encuentran con frecuencia ejemplos de este tipo de oraciones.

En textos publicitarios, la imagen gráfica reviste especial importancia en la transmisión del mensaje, y las expresiones lingüísticas tienden a ser más compactas (sintagmas nominales de diferente extensión): Una taza de café en la ladera de una montaña, se erige en símbolo que refuerza el mensaje escrito: Café Turquino; exquisito y competitivo; una caja de jugo de frutas y un vaso lleno de dicha bebida se ofrecen como: Lo mejor, naturalmente.

Los textos científicos cuentan con una pobre frecuencia de oraciones unimembres (prevalecen las bimembres), dado que en ellas predomina la función referencial, exenta de la emotividad o de la improvisación, que pueden dar origen a oraciones compactas. Es posible encontrar, a lo sumo, oraciones unimembres impersonales, fundamentalmente con el verbo haber; pero hay una enorme diferencia entre esta expresión involuntaria del sentimiento y aquel otro tipo de normas de comunicación de ideas que es el habla.

Por el contrario, los textos poéticos, con su gran carga de subjetividad, ofrecen amplio campo para el empleo de oraciones unimembres: No música tenaz, no me hables del cielo/…Si del día penoso a casa vuelvo…/ ¿Casa dije? ¡No hay casa en tierra ajena! ; Alza, oh pueblo, el escudo/porque es gran cosa esta vida.

Funcionalidad textual de las oraciones por la actitud hablante

En el tratamiento de estas oraciones deben atenderse aspectos fundamentales como: la modalidad, los medios léxicos, los medios gramaticales, los signos de puntuación y la entonación. Por otra parte, es preciso diseñar actividades prácticas en las que el alumno parta de situaciones de la vida cotidiana donde necesita expresar una acción como algo real, como una orden, mandato o exhortación. Todo este accionar didáctico posibilita sistematizar el estudio de otros contenidos relacionados con el verbo, como son: el modo y el tiempo.

En sentido general existe consenso al clasificar estas oraciones, pues la mayoría de los investigadores coincide en la determinación de sus tipos; solo existe desacuerdo al considerar las oraciones exclamativas como un grupo independiente: unos defienden esta posición, pero otros no al considerar que cualquier tipo de oración puede tener matiz exclamativo. Con este segundo enfoque se trabaja este contenido gramatical en la enseñanza media.

Funcionalidad textual de las oraciones por la estructura del SV

Al trabajarse este contenido en los diferentes grados, es necesario insistir en las sutiles diferencias entre los copulativos «ser» y «estar, pues el empleo de uno y otro verbo responde a unos de los rasgos más destacados de la lengua española. No debe desatenderse que las gramáticas más autorizadas se limitan a decir que ser atribuye cualidades consideradas como permanentes, en tanto que estar las considera como transitorias o accidentales. La explicación no es equivocada, pero es insuficiente, porque no siempre son claramente perceptibles los límites entre lo permanente y lo transitorio; por ejemplo: ser guapa y estar guapa; es algo forzada para distinguir entre ser alto y estar alto aplicado a un joven; y es absolutamente contradictoria cuando tratamos de darnos cuenta de por qué ciertas cualidades tan permanentes como las representadas por los adjetivos vivo y muerto se atribuyen precisamente con estar y no con ser. Por lo tanto, se recomienda apuntar las siguientes diferencias:

SER: Atiende a la esencia del fenómeno, da la cualidad en su permanencia, no exige la percepción sensible.

ESTAR: Atiende a lo contingente, accesorio o adquirido, da la cualidad como resultado de su proceso, perfectiva, exige la percepción sensible.

Por otra parte, en ocasiones se restringe el empleo de ser y estar, solamente a las oraciones atributivas, lo cual resulta incorrecto, pues de esta manera se limita el uso de estos verbos en las oraciones predicativas.

Asimismo sucede con lo referido a la presencia de complementos verbales en el primer grupo de oraciones, ya que erróneamente se considera que estas no los admiten, cuando realmente, excepto el directo, sí son capaces de aceptarlos.

Otro elemento atendible es el que se refiere al predicado nominal, en el que solo se identifica el núcleo léxico o semántico y se desdeña el valor del núcleo formal, pues porta los morfemas de número y persona, a través de los cuales se establece la concordancia con el sujeto a la vez que sirve de apoyo a los complementos verbales.

Véase también

Fuentes

  • Carratalá Ernesto. Morfosintaxis del castellano actual. Manuales. Labor Universitaria, [s.p.i].
  • Gili Gaya, Samuel. Curso Superior de Sintaxis Española. La Habana. Editorial Pueblo y Educación, 1973.
  • Gramática Española Contemporánea: de la gramática de la lengua a la gramática del discurso, tomo III. Alicia Toledo Costa… [et. al] (Libro de texto en proceso editorial).
  • MINED. Español-Literatura, Programas de 7mo., 8vo., 9no. grados. Ed. Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 2003.
  • ______. Español-Literatura, 7mo., 8vo., 9no., grados, libros de texto. Ed. Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 2001.