Orencio Miguel Alonso

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Orencio Miguel Alonso
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Orencio Miguel, coleccionista banense director fundador del Museo Indocubano Baní.jpg
Orencio Miguel Alonso
Nacimiento1911
Banes, Holguín, Bandera de Cuba Cuba
Defunción2005
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
OcupaciónHistoriador y arqueólogo
NacionalidadCubana
Lengua de producción literariaEspañol
Lengua maternaEspañol

Orencio Miguel Alonso. Fue un reconocido historiador, coleccionista y precursor de la arqueología en Banes, Holguín, Cuba, con un alto rigor científico, lo que se evidencia en las investigaciones que presentó en eventos nacionales y en la documentación que posee el Museo Indocubano. Realizó excavaciones, por cerca de 50 años, con prestigiosas personalidades de la arqueología de la región y se dotó de métodos científicos, para conformar un estricto inventario y descripción de cada pieza que poseía. Presentó sus resultados de investigaciones en los Congresos Nacionales de Historia. Perteneció a la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey, al grupo Guamá y a la Junta Nacional de Arqueología y Etnología.

Con el triunfo de la Revolución, puso su valiosa colección, que ascendía las 20 mil piezas, al servicio de la población y el Estado, constituyendo el fondo museológico del Museo Indocubano Baní, del cual fue Director - fundador, en 1965 e inició las Jornadas Nacionales de arqueología en Banes, en 1974.

La defensa que protagonizó sobre la importancia de los valores locales para la historia de Cuba, contribuyó en gran medida al reconocimiento de Banes como capital arqueológica y a la formación de un sentimiento de identidad en el banense.

Síntesis biográfica

Nació en el año 1911 en Banes, antigua provincia Oriente.

La riqueza arqueológica del municipio Banes despertó el interés por esa etapa de la historia, en esa materia se destacó Orencio Miguel Alonso, quien fue calificado por Felipe Pichardo Moya[1] como:

"...un entusiasta y digno coleccionista de especímenes indocubanos y reconoció que el banense poseía una de las mejores colecciones de la República..."

Inicio de los estudios arqueológicos

En la década de 1920 interesado ya por los objetos pertenecientes a la cultura aborigen, viajó a la Universidad de La Habana y se relacionó con los profesores y estudiosos de prehistoria e historia natural y continuó buscando y estudiando lo relacionado con la arqueología y la vida de los primeros habitantes. Tuvo conexiones con el Museo Montané y el grupo de antropología. Desde ese momento fue adquiriendo conocimientos sobre el trabajo en el campo de las excavaciones.

Excavaciones arqueológicas

Comenzó a realizar excavaciones arqueológicas en Banes en 1928, práctica que se extendió, bajo su conducción, por un período de alrededor de 50 años. Llegó a examinar residuarios de unos 60 poblados y visitaron unas 200 cuevas.” [2] Acompañó en 1941 a los doctores Carlos García Robiou, de la Universidad de La Habana y a Irving Rouse, de la Universidad de Yale en las excavaciones realizadas en los sitios Aguas Gordas y potrero El Mango.

Su integración a organizaciones académicas y la participación en eventos organizados por estas demuestran su actividad científica. Organizó y fundó los Boys Scouth en Banes y llegó a ser el comisario de dicha organización en Oriente. Fue socio titular de la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey, desde la década de 1930. Perteneció al grupo Guamá.

Carné de socio titular de la Sociedad de Historia Natural

No fue miembro oficial de la Sociedad Espeleológica de Cuba, pero fue amigo de Antonio Núñez Jiménez y colaboró con la asociación. [3] Juntos llevaron a cabo excavaciones en Banes. En mayo de 1945 Núñez Jiménez y otros miembros de la Sociedad Espeleológica, acompañados por Orencio, realizaron durante casi un mes varias excursiones arqueológicas y espeleológicas. Exploraron la caverna de las 400 Rozas, que les resultó de gran significación, así lo señala en su libro 20 años explorando a Cuba. Historia de la sociedad espeleológica de Cuba.[4]

Carné de miembro titular de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología

Reconocieron las grutas de Limones y las del Jobo, investigaron los montículos terreos de la Loma Baní, hallaron hachas petaloides y restos de cerámica. Estudiaron los asentamientos de la Sierra de Yagüajay y visitaron las cuevas de esa serranía.

A juicio de Núñez Jiménez, en el Potrero El Porvenir (Yagüajay) descubrieron el más importante material arqueológico: varias cazuelas completas, hachas, gubias, percutores, asas de cazuelas, cuentas de collares, etc. [5] En esa misma zona arqueológica descubrieron una cueva que bautizaron con el nombre de Juan Claro, en su interior encontraron un esqueleto, cuyo cráneo deformado indicaba la identidad con la cultura taina. [6]

Orencio en la Universidad de la Florida en Gainesville

Orencio integró la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, de la cual fue miembro correspondiente en el año 1946 y ya para 1952 era miembro titular. El formar parte activa de esta Junta, según lo acreditan los carnés, lo autorizaban por Decreto Presidencial No 3630, para efectuar exploraciones, intervenir en las que se estuvieran realizando, colectar objetos arqueológicos o históricos. [7]

En la revista Arqueología y Etnología, entre 1948 a 1951, se corrobora la cantidad de excavaciones realizadas por Orencio cada año, y los resultados de las mismas. En 1947 concentró sus investigaciones en la cueva 400 Rozas, allí encontró restos óseos humanos, empotrados en el suelo de una de sus galerías. [8]

En 1948 la Junta Nacional de Arqueología y Etnología reconoció que:

"Orencio excavó dos nuevos montículos, que produjeron material de alfarería, algunas hachas petaloides, majaderos y otros objetos de menor importancia. [9] En ese año el banense descubrió cuatro nuevos sitios, en todos se reportan residuarios de alfarería, hachas petaloides, olivas, conchas talladas, majadores, etc. [10] "

En 1949, junto a integrantes del grupo Guamá, investigó dos nuevos sitios: Piedra Picada y Los Cateyes. También excavaron en Bruno Arriba, completando su reconocimiento pues ya él con Irving Rouse habían iniciado su estudio. [11] Los tres sitios corresponden al período cultural indocubano más desarrollado, el de los agricultores ceramistas, así lo confirman los objetos encontrados, obtuvieron alfarería con distintos tipos de adornos.

Las excavaciones que Orencio llevó a cabo en 1950 fueron en Mulas, Potrero El Mango y Loma Baní. Estas le aportaron una gran cantidad de objetos. En el Potrero El Mango encontró un esqueleto, que lamentablemente se deterioró por las intensas lluvias. [12] En ese período consolidó su labor de promoción de la cultura aborigen, pues desarrolló numerosas charlas sobre el tema en distintas escuelas de Banes y visitó sitios arqueológicos con los alumnos. Hizo exposiciones públicas, no solo en el municipio sino que llevó una colección al Museo de la Universidad de la Florida en Gainesville. [13]

Excavar con prestigiosas personalidades de la arqueología de la región y los intercambios con otros investigadores como José Agustín García Castañeda, que al igual que él se interesaban por divulgar la historia de los objetos que atesoraban, le permitió dotarse de métodos científicos, y hacer un estricto inventario, catalogación y descripción de cada una de las piezas que poseía.

Muerte

Falleció en el año 2005 en Estados Unidos.

Resultados de Investigaciones arqueológicas

Los resultados de sus excavaciones fueron presentados en los Congresos Nacionales de Historia, ya que participó desde el segundo hasta el noveno, ininterrumpidamente. En el tercero presentó Fases constructivas del hacha petaloide, y en el sexto expuso dos trabajos: Descubrimiento y excavación de un montículo funeral en el potrero El Porvenir y Objetos raros de la cultura taína encontrados en el cacicato de Baní. En el séptimo explicó el reporte de El primer ídolo precolombino en oro encontrado en Cuba. Además de ser publicados en la revista de Arqueología y Etnología.[14]

Idolo de Oro

Fases constructivas del hacha petaloide fue el primer estudio sobre ese tema realizado por un arqueólogo cubano. [15]En el hace un análisis del sistema, que supone debieron utilizar los aborígenes, para construir las hachas petaloides, partiendo de los exámenes realizados a las encontradas en distintos sitios arqueológicos. [16]

Orencio junto a otros participantes en el Séptimo Congreso Nacional de Historia

La ponencia Objetos raros de la cultura taína encontrados en el cacicato de Baní, expone las particularidades de varias vasijas de barro, así como las que pertenecen al sitio El Porvenir, que evidencian el contacto indohispánico. De igual modo, hace alusión a varios ídolos, tanto femeninos como masculinos, todos confeccionados con barro cocido, la mayoría encontrados en el sitio arqueológico de Rio Seco 14.

En 1948 presentó el reporte, titulado El primer ídolo precolombino en oro encontrado en Cuba, en el cual afirmaba que era el primer ídolo de oro encontrado en Cuba:

«Fundido en oro de 10 kilates, mide de altura 48 milimetros y de 8 adarmes de peso, representa una mujer desnuda, de pie, y sujetando entre sus manos una pequeña vasija del mismo metal y a la altura del vientre. La cabeza está adornada con tres penachos a modo de plumas estilizadas y de las orejas sobresalen dos discos en forma de espira de caracol. La cara, nariz, ojos y boca de este ejemplar, son muy semejantes a los que se encuentran a los que se encuentran en los objetos de cerámica, concha, huesos y piedra de la región. En la porción del tórax sobresalen dos pechos desnudos, finalizan las piernas del ídolo con pies sin dedos y las piernas en forma de nódulos. Esta pieza es una de las más valiosas que atesora este emblemático museo, su controvertida procedencia lo dota, sin dudas, de un simbolismo mágico.»

Compara este ídolo con otros similares pertenecientes a las culturas mesoamericanas y suramericanas. El arqueólogo banense al evaluar la procedencia de esta pieza se plantea varias interrogantes como: la llegada de otros grupos humanos con diferente cultura y le enseñaron a los pobladores de esta zona el trabajo en oro; pudo haber sido el resultado del intercambio con los habitantes del continente; e incluso se pregunta si es autóctono. Esto le motivó solicitar el criterio de especialistas, en quienes prevalece la hipótesis de que proviene del norte de Suramérica, probablemente de Colombia. [17]

En el Octavo Congreso Nacional de Historia, Orencio fue el relator de la mesa de la sección primera de prehistoria. En dicho evento presentó una espátula vómica tallada en una costilla de manatí, un curioso y único ejemplar para Cuba de asa de vasija con movimiento.[18] y el ídolo de oro, que ya lo había presentado en el congreso anterior, pero esta vez sería examinado por otros arqueólogos como el profesor J. M. Cruxent, director del Museo de Ciencias de Caracas.

Director-fundador del Museo Indocubano Baní

Museo Indocubano Baní

Después del triunfo de la Revolución, en 1965, Celia Sánchez Manduley le encargó al capitán Antonio Núñez Jiménez y al Dr. José Manuel Guarch del Monte, la misión de tantear las potencialidades existentes en el país, para la creación de museos arqueológicos. Por supuesto, la importante colección del banense fue valorada de inmediato.

Orencio puso sus más de 20 mil piezas, al servicio de la población y el Estado, constituyendo el fondo museológico del Museo Indocubano Baní, del cual fue el Director – fundador. En entrevistas realizadas al banense siempre destacó con orgullo, que:

«el museo era un ilustrativo monumento a la cultura indocubana.” [19]

Fue iniciador de las Jornadas Nacionales de Arqueología, que han tenido como sede esta institución desde el año 1974. La primera edición estuvo dedicada a reconocer la obra de Orencio Miguel Alonso y al 9no aniversario de fundado el Museo. Ese evento contó con la participación de importantes arqueólogos cubanos, miembros de la dirección nacional de museos y monumentos, y de la Academia de Ciencias de Cuba. [20]

Referencias bibliográficas

Fuentes

  • Fuente Dra. C. Yurisay Pérez Nakao, historiadora de Banes y Lic. Mariela Eva Hernández Ortiz, Directora del Museo Indocubano Baní.
  • El Museo Baní, en: Mujeres. La Habana, 4 de abril de 1975.
  • Gómez Iglesias, David J. y Marlene Martínez Pupo. Holguín coleccionismo y museos, Editorial La Mezquita. Holguín, 2011.
  • Miguel Alonso, Orencio: Fases constructivas del hacha petaloide, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año I, Época II, No. 3, noviembre 1946, pp. 5 - 10.
  • ________: “Descubrimiento y excavación de un montículo funeral en el potrero El Porvenir, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año IV, Época II, No. 8-9, enero diciembre 1949, pp. 176 194.
  • ________: “El primer ídolo de oro precolombino encontrado en Cuba, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año VII, Época II, No. 13 - 14, enero - diciembre 1951, pp. 158 - 165.
  • Morales Patiño, Oswaldo: Arqueología cubana, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año III, Época II, No. 6 - 7, enero diciembre 1948, pp. 5 36.
  • ________: Arqueología cubana, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año IV, Época II, No. 8 - 9, enero diciembre 1949, pp. 5 48.
  • ________: Arqueología cubana, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año V, Época II, No. 10 - 11, enero diciembre 1950, pp. 5 33.
  • ________: Arqueología cubana, en: Arqueología y Etnología. La Habana. Año VII, Época II, No. 13 - 14, enero diciembre 1951, pp. 8 35.
  • Núñez Jiménez, Antonio: 20 años explorando a Cuba. Historia de la sociedad espeleológica de Cuba, [sce], La Habana, 1961.
  • Pichardo Moya, Felipe: Caverna, costa y meseta, editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1990.
  • Tabío, Ernesto y Estrella Rey: Prehistoria de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985.
  • Documentos que forman parte del archivo particular de su sobrino Ángel Alcalde Miguel (Kike), cuyas fotocopias conserva la Lic. Mariela Eva Hernández Ortiz, Dtra. Del Museo Indocubano Baní.
  • Conversación telefónica con Ángel Graña, el 30 de agosto de 2022, a las 10. 56 am.