Pacifismo

Pacifismo
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Concepto:Según la RAE, es el conjunto de doctrinas encaminadas a mantener la paz entre las naciones.

Pacifismo. (del latín “pacificus”: pacífico, conciliador). Corriente burguesa liberal que se manifiesta a favor de la paz. Los pacifistas preconizan la aplicación de métodos pasivos para la conservación de la paz, rechazan las acciones revolucionarias de las masas como medio de defenderla, consideran que lo más importante para evitar guerra estriba en condenar su carácter “pecaminoso”, inmoral.

Introducción

El pacifismo incluye variantes absolutas y doctrinarias y otras más generales y prácticas. Los pacifistas absolutos se oponen a todas las guerras y a cualquier forma de violencia; los pacifistas relativos asumen ciertas posturas respecto a los conflictos y las clases de violencia hacia los que manifiestan su oposición y crítica. La mayoría de los pacifistas absolutos ponen de relieve la inmoralidad de la muerte de una persona a manos de otra. La filosofía del pacifismo se basó a lo largo de la historia en la moral, la voluntad divina o la conveniencia económica y social. El término en sí no se hizo popular hasta comienzos del siglo XX.

Objetivos Pacifistas

La figura de Mohandas Karamchand Gandhi, conocido entre sus compatriotas indios como Mahatma (en sánscrito, 'alma grande'), es un inconfundible símbolo del pacifismo mundial, agigantado tras su asesinato cometido el 30 de enero de 1948.

En el intento por prevenir la guerra, los pacifistas han de conseguir cuatro objetivos primordiales: establecer un clima favorable a la paz, reducir o eliminar las causas potenciales de conflicto inherentes a la competencia económica, a la ambición de poder y al miedo a la dominación extranjera, deben poner en marcha formas de solucionar los conflictos, tales como procedimientos de mediación, arbitraje y juicio, y, por último, han de encontrar mecanismos para garantizar el cumplimiento de las decisiones adoptadas. Se han propuesto varias formas diferentes de conseguir estos fines.

Pacifismo Absoluto

Los miembros de algunos grupos religiosos, como los de la Iglesia menonita y los cuáqueros, creen que pueden lograr que los agresores adopten comportamientos pacíficos dando ejemplo de conducta solidaria y no violenta. Esta actitud está recogida en el Nuevo Testamento en el sermón de la Montaña, pero es mucho más antigua que el cristianismo: su origen puede encontrarse en las enseñanzas de Buda, Confucio y otros filósofos orientales. El pacifismo absoluto preconiza que sus seguidores serán capaces de mantener su valentía moral cuando se enfrenten a una agresión o a una provocación, y que influirán en los agresores al devolverles bien a cambio de mal. Sin embargo, este pacifismo nunca ha tenido un éxito completo. Aunque los primitivos cristianos observaron esta actitud durante varias generaciones, su oposición sin compromisos al uso de la fuerza desapareció cuando la Iglesia se alió con Estado romano en el siglo IV. Un postulador contemporáneo del pacifismo absoluto se declarará generalmente objetor de conciencia cuando deba realizar el servicio militar.

Pacifismo Relativo

Los pacifistas menos absolutos siguen otros códigos de conducta. Algunos rechazan el uso de la fuerza y propugnan la persuasión moral, pero también fomentan la resistencia pasiva para conseguir sus objetivos. Dos ejemplos de este comportamiento son la resistencia contra el Gobierno británico en la India durante el siglo XX, y la desobediencia civil de los estadounidenses por los derechos civiles. Los críticos de esta visión argumentan que incluso la resistencia pasiva provoca frustración, resentimiento y una mayor opresión por parte del agresor. Muchos pacifistas piensan que sólo es posible mantener la paz mediante una disposición a usar la fuerza en algunas circunstancias normalmente caracterizadas como defensivas. Una de estas concepciones permite la defensa armada frente a un ataque, pero no ayudar a otros países que sean atacados. La teoría de la seguridad colectiva propone una alianza defensiva de naciones amantes de la paz frente a las que la rompan. Si se desea que esta opción no degenere en un mero sistema de alianzas rivales, debe establecerse alguna maquinaria internacional que sea capaz de arbitrar y de imponer sus decisiones. Por tanto, los partidarios de esta teoría han defendido todas las organizaciones internacionales, como el Tribunal permanente de arbitraje, la Sociedad de Naciones y la Organización de las Naciones Unidas.

Historia

Aunque los movimientos organizados por la paz no se crearon hasta el siglo XIX, la búsqueda de formas de prevenir la guerra empezó con el auge de las ciudades-estado al final de la edad media. En el siglo XIV Dante Alighieri propuso un imperio mundial para acabar con la guerra; en el siglo XV Jorge de Poděbrad, Rey de Bohemia, postuló un parlamento internacional; en el siglo XVI Enrique IV de Francia defendió una postura similar; en el siglo XVII el cuáquero inglés William Penn escribió Un ensayo para la paz presente y futura de Europa (1694); y en el siglo XVIII el escritor francés Charles Irénée Castel, conocido como el Abate de Saint-Pierre, influyó en los lectores de su tiempo con sus propuestas para asegurar la paz perpetua que más tarde fueron desarrolladas por Immanuel Kant. La primera organización pacifista de la historia fue fundada en Nueva York en 1815 por el comerciante norteamericano David Low Dodge; otra fue organizada en Massachusetts ese mismo año por el teólogo Noah Worcester. Ambas fueron incorporadas a la Sociedad Americana para la Paz fundada por el pacifista William Ladd en 1828. Más avanzado el siglo se establecieron diversas sociedades pacifistas en los países europeos. En 1848 el lingüista estadounidense Elihu Burritt fundó la Liga de la Fraternidad Universal con filiales de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Holanda. Sin embargo, estos primeros grupos idealistas no formularon ningún plan específico para prevenir la guerra.

Pacifismo Contemporáneo

Después de la I Guerra Mundial, las esperanzas de muchos pacifistas de conseguir una defensa colectiva estaban puestas en la recién creada Sociedad de Naciones. Esta organización se hallaba, sin embargo, débilmente estructurada y no proporcionaba ningún medio efectivo de prevenir la guerra. Hacia 1941, la mayor parte de los países del mundo estaban envueltos en la II Guerra Mundial. Ésta fue seguida a su vez por la fundación de la ONU que poseía un mecanismo más complejo para mantener la paz. Subsisten muchas organizaciones pacifistas internacionales. El impulso más grande dado al pacifismo contemporáneo ha sido el desarrollo y empleo de las armas nucleares en las postrimerías de la II Guerra Mundial. Enfrentados con la posibilidad de una contienda nuclear total, muchas personas que no se habían comprometido anteriormente se unieron a los pacifistas para lograr la prohibición de fabricar armas nucleares, el cese de las pruebas de estas armas, y el desarme de las naciones que las poseyeran. Hacia el final de la década de 1960 y comienzos de la de 1970, la guerra en el Sureste asiático suscitó la oposición de millones de personas en todo el mundo. Estaba claro, sin embargo, que la mayoría no se habrían opuesto a una contienda que consideraran justificada, como fue la II Guerra Mundial.

Fuentes