Palacio Béquer

Palacio Béquer
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Descripción
Localización:Trinidad, Cuba
Uso inicial:Caso Familiar
Uso actual:Institución turística
Datos de su construcción
Inauguración:1831


Palacio Béquer, o Bécquer. Fue un palacio contruido en la villa de Trinidad por el año 1831 por Don Juan Guillermo Bécquer, un norteamericano asentado en la Ciudad desde finales del siglo XVIII, quien según la tradición, hizo traer un maestro italiano y otro norteamericano para la ejecución de su impresionante obra que ocupó solares donde existieron viviendas muy antiguas de las que no quedó huella alguna.

A inicio del siglo XXI en el sitio estaba ubicada la escuela-taller de la Oficina del Conservador de Trinidad y el valle de los Ingenios. Actualmente las Ruinas del Palacio Bécquer son una institución turistica perteneciente a la estatal Empresa ALDABA, sirviendo como sede del Palacio del Artesano Trinitario o Palacio de los Artesanos.

Historia

Según el padrón de 1967, en la esquina de Real con Desengaño, en el número 7, tuvo sus casas el capitán Antonio de Coimbra, en cuyo solar se fabricó el Palacio Ortiz. Le seguía, en el número 8, la casa de Micaela de Meneses, viuda de Miguel Ponce de León, apellido de más antiguo linaje en la ciudad. La vivienda siguiente en el número 9, correspondía a Eugenia de Herrera, esposa de Pedro LLanes. Y en la esquina de la calle del Rosario, estaba la vivienda número 10 de Manuel Llanes y Josefa Medina. El Palacio de Béquer se construyó en dos solares: uno el de Pedro Llanes y Eugenia Herrera y, el otro, en una parte del de los Ponce de León.

Del solar de Llanes hay referencia desde 1741, cuando impone sobre la plaza. En 1771, su esposa Eugenia Herrera la vende al presbítero Tomás Pérez Venegas y aclara que en dicha transacción está incluida la salida a la calle que baja de la sacristía a la calle de Gutiérrez. Venegas dejó la casa a su ahijada Isabel de Quesada. En 1825, Antonio José Muñoz vende a Bequer la casa de tapias y tejas con el solar en la calle real que hubo por herencia de Isabel de Quesada.

La casa comprada a Muñóz lindaba con la que Béquer había adquirido en 1813 de José Mariano Borrel y Padrón, quien la construyó en 1811 en un solar que heredó de sus tías Jacinta y Barbara Padrón. Béquer la utilizó como su morada durante muchos años. Demuele ambas viviendas y hacia 1831 construye un nuevo edificio que fué considerado como uno de los mejores de su época en el país según Domingo del Monte, el inmueble era notable por la columnata del balcón y la magnifica escalera principal del edificio, que aunque de madera, compite con el mármol por lo exquisito de ella y la osadía de su plan. Por del Monte también conocemos que el proyecto estuvo a cargo de un artifice distinguido de Italia y la ejecución a la responsabilidad de operarios venidos de Estados Unidos. Lamentablemente del Monte no hizo mención al nombre del arquitecto y aunque afirma que era Italiano, vale señalar que en 1830 el constructor norteamericano Guillermo Hagner estaba trabajando en Trinidad en el proyecto de un teatro.

En 1831, Béquer compra a los herederos de Borrel la casa del costado izquierdo, que la vincula al Palacio. Años después adquiere el solar de Real esquina a Rosario, que fuera de Nicado, y la casa del lindero del fondo, por la calle de la Media Luna. Con eso, sus propiedades ocupaban una extensa área de la manzana. Los herederos de Béquer se encontraron seriamente endeudados con la Sociedad Mercantil de Araos y Compañía, la que, en 1873, se adueña del inmueble. En 1909 Miguel de Aroas y Ledesma vende el Palacio Béquer a la sociedad de Rovira y Hermanos, que demolió el suntuoso edificio con la excusa de que estaba ruinoso y la promesa de construir dos viviendas en el solar.

En 1912, Saturnino Sánchez Iznaga presenta una enérgica moción al Ayuntamiento en contra de la demolición del palacio Béquer pero el ayuntamiento no detuvo la destrucción del edificio, pese a que las ordenanzas Municipales aprobadas en 1904 prohibían la demolición de edificio alguno dentro de la ciudad a no ser que, a juicio de peritos amenace ruina y sea posible apuntarlo. En abril de 1913 el concejal Juan Rodríguez da cuenta al Ayuntamiento de la casa conocida por Palacio de Béquer está totalmente destruida y que si mal no recuerda su demolición fue autorizada por haber ofrecido los Señores Rovira que se fabricaran dos casa de planta baja. Rovira y Hermanos es requerida por el Ayuntamiento para que cumpla lo prometido y, en 10 noviembre de 1913, pide le sea concedido un nuevo plazo. El 22 del mismo mes argumenta que la sociedad no está en condiciones de construir por haber gastado el dinero disponible. En 1915, Saturnino Sánchez Iznaga compró a Rovira y Hermanos el solar donde estuvo uno de los edificios más sobresalientes de la ciudad y del país.

Fuente

Libro "Trinidad de Cuba, un don del cielo. Autor: Alicia Garcia Santana 2010.