Pedro María Rodríguez

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Pedro María Rodríquez Rodríquez
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NombrePedro María Rodríquez Rodríquez
Nacimiento2 de diciembre de 1938
Taguasco, Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento24 de octubre de 1957
Finca Venturosa del Mulato, Zaza del Medio, Taguasco, Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinato
ResidenciaTaguasco
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Pedro María Rodríquez Rodríquez. Combatiente revolucionario cubano, natural de Zaza del Medio, Taguasco. Participó activamente en la lucha clandestina realizando diversas actividades, es siempre recordado por sus valeros actos.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nace el 2 de diciembre de 1938 en Taguasco. Ya con 17 años el joven se había graduado en la antigua escuela técnica industrial de Rancho Boyeros, hoy "Julio Antonio Mella", y en 1955 comienza a laborar como empleado en la Fábrica de Pinturas "Klipper", función que simultáneamente con otra de auxiliar químico en la "Esso Standard Oil". Su espíritu combativo, inquieto y preocupado por los destinos propios lo llevó a despreciar su posición en ambas empresas, hoy en manos del pueblo trabajador.

Trayectoria como combatiente

Sus inquietudes revolucionarias le valieron un puesto de lucha dentro del Movimiento 26 de Julio, en el que posteriormente ingresara. En los grupos de acción y sabotaje que integrara el valeroso taguasquense desplegó una efectiva labor.

En 1957, perseguido ya por los órganos de la dictadura, decide regresar a su natal Taguasco, desde donde planeaba marchar hacia la Sierra Maestra para integrarse a la lucha guerrillera. No concediéndose nunca un minuto de descanso, Pedro llevó a Taguasco materiales para preparar cápsulas de fósforo vivo con el propósito de realizar las acciones de sabotaje que fueron posibles antes de partir hacia las lomas.

El 23 de octubre de 1957, Pedro María Rodríguez realizó su última acción de sabotaje contra el régimen batistiano. Se produjo esta en la oficina del correo local. Inadvertidamente, el revolucionario taguasquense había sido observado por el encargado de dicha oficina, un empleado de apellido Medina (Anito Medina) forjándose así el eslabón inicial de la cadena de ocurrencias que culminaría en uno de los más brutales crímenes que aborda la historia de la tiranía batistiana. El teniente Pascual Cuellar Nodal, jefe del puesto de Taguasco, conocía minutos después de la acción la confidencia de Medina.

Muerte

Tan pronto tuvo noticias del sabotaje por el delator Medina, el teniente Cuellar salió en persecución de Pedrito. Este, ajeno a la delación, fue aprehendido en la finca de su padre, desde donde los esbirros pretendieron llevarlo al cuartel. Fue a mitad de trayecto, que la soledad del camino y la ausencia de testigos daba rienda suelta a la "bravura" del esbirro, este conminó al joven revolucionario a que le entregara el nombre de sus compañeros.

Valientemente, ignorando las amenazas del esbirro, Pedrito rechazó la deshonrosa proposición, siendo brutalmente golpeado por el oficial. Por el efecto de los golpes el muchacho cayó de la cabalgadura en que era conducido al pueblo. Lejos estaba el esbirro de imaginar que así aceleraba su propio fin. Pedrito, al incorporarse, esgrimía en su diestra una pistola que todo el tiempo llevaba oculta en espera de una oportunidad como la que el propio Cuellar le dio. Resueltamente, el joven revolucionario disparó, alcanzando en la frente al esbirro.

El escolta del oficial un soldado de apellido Quintero, disparó su arma contra Pedrito quien a pesar de haber sido gravemente herido pudo repeler la agresión.

Totalmente ajeno a los hechos, el doctor Jorge Ruiz Ramirez y el chofer Agapito Moya también fueron víctimas de los verdugos batistianos. El primero, por su viril actitud al tomar bajo su custodia, como médico, el cuerpo casi sin vida del joven revolucionario; el segundo en humanitario gesto al ofrecer su automóvil para el traslado del herido. No hubo respeto para el hombre herido. El auto fue interceptado por efectivos de la capitanía de Sancti Spíritus antes que pudiera llegar hasta el centro médico de la localidad.

El jefe del puesto, Capitán Ramón Mirabal ordenó entonces la indiscriminada matanza. En Zaza del Medio, los tiraron en el cementerio. Varios compañeros los recogieron. Pedro fue velado en el local del Sindicato de Torcedores. Ese día 24 de octubre de 1957, en la Finca "Venturosa del Mulato", en Zaza del Medio.

tres nuevos nombres ingresaron la larga lista de mártires patrios. Hoy, granjas, escuelas, industrias, Comités de Defensa de la Revolución, llevan sus nombres.

Anécdotas

Sobre Pedrito, la maestra de Santa Rosa dice: Noches anteriores a que lo fueran a buscar, quemó la escuela de La Mulata, y continúa: esa noche pensaba quemar la escuela de Santa Rosa pero como yo vivía allí con tres hijos pequeños y una de brazos, no lo hizo. Una hermana que yo tengo en La Habana, ella conocía de sus actividades ya que le entregaba los pomos vacíos de penicillin que el utilizaba en la preparación de las cápsulas de fósforo vivo y el día que salió de La Habana pasó por su casa a recoger los pomos y le dijo voy para la Sierra pero primero voy a pasar por Taguasco a levantar el Movimiento que está flojo. Su hermano menor conocía donde ocultaba al lado de la loma en una casita de terneros los pomos con los explosivos y que entre sus propósitos estaba matar al teniente Cuellar. La maestra continúa: tenía buena puntería se pasaba el día cazando o tirando tiros, el día que se lo llevaban preso al pasar por la escuela yo formaba a los alumnos e izaba la bandera y le dijo a los alumnos delante de Quintero, muchachos cuiden esa bandera, después que fue herido lo trajeron a la escuela me pidió un papel y un lápiz y escribió un nombre de mujer y una dirección de La Habana, el papel ante el miedo lo desaparecí, al montarlo en el jeep de la maestra de Santa Julia que lo trajo para Taguasco, tuve que calzarlo con la colchoneta de la niña.

Izaira Castro expresa: Cuando los tiraron en el cementerio de Zaza sus cuerpos sin vidas, varios compañeros los recogieron. Pedro María fue velado en el local del Sindicato de Torcedores y en desafío a sus asesinos se le iba a poner el uniforme verde olivo, pero los guardias obligaron su entierro antes de lo previsto... su tumba siempre se mantuvo limpia y con flores como rebeldía

Fuentes