Pierre Valdo

Pierre Valdo o Valdès
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Heresiarca francés. Fundador de los Valdenses. Líder espiritual de los valdenses que predicó la pobreza como medio de llegar a Dios.
NombrePierre Valdo, Valdès o Vaudès
Nacimientoc. 1140
Fallecimientoc. 1217
Otros nombresPierre de Vaux
Ocupaciónreligioso

Pierre Valdo o Valdès.Fundador de los Valdenses. Fue un predicador itinerante, considerado como uno de los precursores de la Reforma Protestante. Impulsó el movimiento cristiano de los Pobres de Lyon, también conocidos como valdenses.

Síntesis biográfica

Nacimiento

Nace en el año c. 1140, se desconoce el lugar de su nacimiento, pero se sabe que se estableció en Lyon Francia y se hizo rico negociando.

Trayectoria profesional

Poco se sabe de su vida. Rico comerciante de Lyon, durante una plaga de hambre, se convirtió a la vida religiosa. Colocó a sus hijas en un convento, renunció a todos sus bienes y agrupó a los pobres de Lyon. Excomulgados éstos por Lucio III (1184), se les unieron los humillados lombardos y a todos ellos se les llamó valdenses. Se diseminaron por toda Europa y Valdo fue su máxima y rígida autoridad.

Son varias las conexiones de la Reforma en España con los Valdenses. Cristianos franceses que se sumaron a las doctrinas protestantes y que todavía aparecen en el Diccionario de la Real Academia como herejes y sectarios. Pronto contaron con discípulos, mártires y predicadores en España; tal y como los historiadores y la novela “La Casa de Doña Costanza”.

En 1173, un amigo íntimo con quien estaba conversando, murió de repente, lo que le produjo temor y ansias de salvación para su alma, por lo que fue a consultar con un sacerdote, que le repitió las palabras de Cristo al Joven rico (Mateo 19:21). Se cree que lo hizo irónicamente, ya que Valdo era uno de los hombres más ricos de la ciudad. Pedro tomó esto literalmente y distribuyó sus bienes en dos fracciones: una parte para los pobres: Valdo dio pan, verdura y carne a todo el que acudió a él en momentos en que una hambruna muy grande asolaba a Francia y Alemania. La otra parte la entregó a dos eclesiásticos para que tradujesen el Nuevo Testamento del latín a la lengua romance que entonces se hablaba hasta la frontera suiza, y envió mensajeros de pueblo en pueblo para que leyeran la Sagrada Escritura a quienes no sabían latín. (Anonymous Chronicle, 1218

Difusión de la Biblia

Para poder distribuir estas porciones de la Biblia, Valdo y sus colaboradores utilizaron tácticas de venta especiales para evitar ser denunciados. Un inquisidor los describe viajando de un pueblo a otro y vendiendo mercaderías para lograr entrar en las casas. Explica que ofrecían joyas, anillos, telas, velos y otros adornos. Cuando les preguntaban si tenían otras joyas, contestaban: “Sí, tenemos joyas más preciosas que estas. Si prometen no denunciarnos, se las mostraremos”, y cuando obtenían esa seguridad, proseguían: “Tenemos una piedra preciosa tan brillante, que su luz permite ver a Dios; y tan radiante que puede encender el amor de Dios en el corazón del que la posee. Estamos hablando en lenguaje figurado, pero lo que decimos es la pura verdad.” Luego extraían de debajo de su ropa alguna parte de la Biblia, la leían, explicaban y vendían a quien la quería.

Predicaciones

Los predicadores itinerantes difundían una religiosidad más viva y más intensa, que se puede resumir en la exigencia de un seguimiento lo más completo posible a los consejos de Jesús en los Evangelios. El número de seguidores de Valdo fue aumentando rápida y vastamente, por su actitud crítica frente a la jerarquía y la importancia que daba a los laicos, impulsando a cada uno a tomar conciencia de su propia fe y dignidad de cristiano (Manselli, 1981).

[[Image: 2utherdenkmal_Petrus_Waldus.jpg |right| Estatua de Pedro Valdo en el memorial de Lutero en Worms,Alemania.

Fue citado por el arzobispo Guichard, que les prohibió predicar. Valdo apeló al papa y compareció con uno de sus colaboradores ante el Concilio de Letrán III en marzo de 1179. El papa Alejandro III le trató amablemente pensando que Valdo y sus seguidores podrían formar una orden monástica más. De vuelta a Lyon, continuaron predicando a pesar de las prohibiciones del arzobispo y el papa. En el año 1181 se lanzó contra ellos una excomunión definitiva, que pudieron eludir durante algunos años. Tras el Concilio de Verona en 1184, donde se condenó explícitamente a los Pobres de Lyon, se vieron obligados a abandonar aquella ciudad y esparcirse por toda Europa (Francia, Italia, España, Alemania, Polonia, Austria, Hungría), difundiendo su doctrina a su paso. Se cree que el número de valdenses en Austria llegó a 80.000 (Varetto, 1938, 123).

Muerte

Pedro Valdo se exilió a Bohemia, en donde terminó sus días en 1217, tras 57 años de obra.

Fuentes

Enlaces externos