Plutarco Elías Calles

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Plutarco Elias Calles
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Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
1 de diciembre de 1924 - 30 de noviembre de 1928
PredecesorÁlvaro Obregón
SucesorEmilio Portes Gil
Secretario de Hacienda y Crédito Público
1933 - 1934
PredecesorAlberto José Pani Arteaga
SucesorMarte Rodolfo Gómez
Secretario de Guerra y Marina
1931 - 1932
PredecesorJoaquín Amaro Domínguez
SucesorAbelardo L. Rodríguez
Secretario de Educación Pública
1929 - 1929
PredecesorEzequiel Padilla Peñaloza‎
SucesorJoaquín Amaro Domínguez
Secretario de Gobernación
1920 - 1923
PredecesorJosé Inocente Lugo
SucesorGilberto Valenzuela
Datos Personales
NombreFrancisco Plutarco Elías Campuzano
Nacimiento25 de septiembre en 1877
Guaymas, Sonora, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento19 de octubre de 1945
Ciudad de México, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Alma materUniversidad de Guadalajara
OcupaciónMaestro y militar
Partido políticoPartido Revolucionario Institucional
CónyugeNatalia Chacón
Leonor Llorente

Plutarco Elias Calles. Pedagogo, militar y político, jefe máximo de la Revolución mexicana quien se desempeñó como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos de 1924 a 1928; figura clave en la historia de México.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació en Guaymas, Sonora el 25 de septiembre de 1877. Hijo de un burócrata alcohólico venido a menos, su madre murió cuando tenía tres años y quedó bajo la tutela de sus tíos maternos en Hermosillo. Trabajó como cantinero, administrador de un hotel en Guaymas, en un molino en Fronteras, periodista, y maestro e inspector de escuelas. En 1911 fue nombrado comisario de Agua Prieta, donde sofocó un levantamiento magonista.

En 1912 se sumó a las fuerzas revolucionarias en el gobierno de Francisco I. Madero para enfrentar la rebelión de Pascual Orozco. A la caída de Madero, en 1913 se unió al constitucionalismo encabezado por Venustiano Carranza y estuvo bajo el mando de Álvaro Obregón. Al finalizar la lucha contra Victoriano Huerta, enfrentó con éxito los ataques de Francisco Villa a Sonora, desde Agua Prieta.

Labor política y militar

En septiembre de 1911 su tío político, el gobernador José María Maytorena, lo nombró comisario. Durante su cargo, Calles se encargó de mantener el orden, administrar justicia y de la aduana. «El Viejo», como le decían sus amigos, se encargó de reorganizar la cárcel, asignó un edificio a la comisaría, creó un centro escolar e impartió sentencias a los rebeldes.

Los cónsules del gobierno de Francisco I. Madero en Douglas lo acusaron ante Maytorena de conspirar contra el régimen, pero el gobernador continuó apoyándolo. En 1912 Calles enfrentó con éxito la rebelión encabezada por Pascual Orozco. Ante el golpe de Estado de Victoriano Huerta y el asesinato del presidente Madero, Calles envió un telegrama al gobernador Maytorena en el que lo invitaba a levantarse en armas. Acto seguido, instaló a su esposa e hijos en Nogales y se dedicó al reclutamiento de voluntarios en Douglas.

El 5 de marzo de 1913 Calles entró a México al mando de un pequeño grupo de soldados dispuestos a la lucha. Inmediatamente se relacionó con otros jefes revolucionarios, entre ellos: Manuel M. Diéguez, Pedro F. Bracamontes y Esteban Baca Calderón. Asimismo, participó en la redacción y firma del Plan de Nacozari firmado el 12 de marzo de ese año, donde se desconocía el gobierno de Huerta.

En febrero de 1913 el gobernador José María Maytorena pidió licencia por seis meses al Congreso estatal para ausentarse e ir a combatir a Victoriano Huerta. Dejó en su lugar a Ignacio L. Pesqueira y marchó a Estados Unidos, donde conversó con el Secretario de Estado William Bryan acerca de su oposición a reconocer a Huerta como presidente. Casi al final de su licencia, regresó a Sonora y Venustiano Carranza le autorizó para que en agosto reasumiera la gubernatura del estado; Maytorena reclamó el mando militar y los jefes del movimiento se negaron. En los salones de la Presidencia Municipal de Cananea se reunieron Ignacio Bonillas, Calles, Ignacio Pesqueira, Manuel M. Diéguez y varios diputados locales para buscar la forma en que Maytorena no reasumiera la gubernatura.

Venustiano Carranza, mentor político de Elías Calles.

La conspiración se hizo saber y Maytorena detuvo a Pesqueira, destituyó a Calles como jefe de armas en Nogales y a Bonillas como prefecto de Arizpe. Calles se negó a dejar su cargo; Bonillas y Pesqueira se exiliaron en Estados Unidos. Diéguez fue reincorporado al ejército y Obregón estuvo al mando del mismo, mientras Maytorena fue aceptado como gobernador de Sonora bajo el entendimiento de que se desempeñaría como tal hasta el momento adecuado para prescindir de él. Carranza llegó a Sonora a mediados de septiembre de 1913.

Para octubre, la relación entre Maytorena y Carranza parecía romperse. La ruptura definitiva se consolidó cuando Carranza nombró a Ignacio Pesqueira secretario de Guerra. El 1 de diciembre Calles fue ascendido a coronel; Carranza le tenía particular aprecio y confianza. En marzo de 1914 Calles fue designado comandante militar de la plaza de Hermosillo y jefe de las fuerzas fijas de Sonora, tiempo en el cual se dedicó a reducir el poder de Maytorena y éste, en reciprocidad, con el apoyo de jefes yanquis hostiliza a Calles hasta provocar su repliegue al norte del estado. En septiembre de 1914 Maytorena y su compadre Francisco Villa rompen relaciones con el gobierno de Venustiano Carranza.

A fines del mes, Calles regresó a Sonora y pasó por Agua Prieta, donde saludó por última vez a su padre, que murió tres años después. El 1 de octubre se inició en Nacozari el inminente enfrentamiento entre las tropas de Calles y Maytorena. Los maytorenistas, con 10 mil hombres y los yaquis peleando a su favor; sitiaron Nacozari por 107 días. Calles y Benjamín Hill resistieron con 800 hombres hasta que resultaron victoriosos. Calles, en ese entonces general brigadier, permanece en Agua Prieta adiestrando brigadas y vigilando las acciones de las tropas de Maytorena en 1915.

Presidencia

Tomó posesión del cargo a las 12:00 horas del 1 de diciembre de 1924 en el flamante Stadium Nacional, como se le conocía antes al estadio construido en los terrenos del antiguo Panteón de la Piedad; en una ceremonia a la que asistieron más de cuarenta mil personas. Al acto le siguió una recepción que continuó toda la noche frente a la casa de Calles en la calle Marsella número 21.

Siendo presidente electo se enfrentó con los problemas del país resultantes de los anteriores movimientos sociales y políticos. Obligó a la alta oficialidad a revalidar su grado y modernizó y profesionalizó las fuerzas armadas. Promovió la legislación agraria, de irrigación y de crédito para el campo. Fundó los bancos Ejidal y Agrícola. Reestructuró la escuela de Chapingo y la de Medicina Veterinaria. Estableció escuelas rurales y mantuvo en funcionamiento las Misiones Rurales con técnicos agrícolas. Destinó capital a la construcción de presas y nuevos caminos. Repartió más de 3 millones de hectáreas a 300 mil campesinos. Promulgó las leyes reglamentarias de los artículos 4° y 123°, normando las relaciones laborales; tuteló la sindicalización; expidió la Ley General de Pensiones Civiles a favor de los empleados federales y estimuló la creación y funcionamiento de cooperativas. Respaldó al movimiento obrero mediante la Confederación Regional Obrera Mexicana y el Partido Laborista. Nombró a Luis N. Morones, jefe de ambos agrupamientos, como secretario de Industria, Comercio y Trabajo.

Durante su gobierno se construyó la carretera México-Puebla y se iniciaron la México-Acapulco y la México-Pachuca; se terminó el ferrocarril de Sudpacífico; se reorganizó el servicio postal, inaugurándose la primera línea aérea de correo (México-Tuxpan-Tampico); se estableció la comunicación telefónica con Estados Unidos y Gran Bretaña y se realizaron leyes sobre comunicaciones. Se inició el gravamen de los ingresos personales, los giros de comercio, industria, agricultura y finanzas. Se creó la Comisión Nacional Bancaria, se expidió la Ley General de Instituciones de Crédito y se fundó el Banco de México, única institución autorizada para emitir moneda.

También se inicia la llamada Guerra Cristera, debido a que el gobierno comenzó a instigar a la Iglesia Católica. Entonces el clero católico realizó una campaña contra diversas normas legales, por lo que Calles expulsó a los sacerdotes extranjeros y cerró locales religiosos, provocando una respuesta violenta por parte de la jerarquía eclesiástica con el apoyo del papa Pío XI. La guerra cristera no acabó hasta 1929. Calles rechazó las presiones de Whasington contra el artículo 27° Constitucional que reivindicaba la propiedad originaria de la nación sobre sus tierras y aguas.

En 1927 reformó la Constitución para que Obregón volviera a la presidencia, lo cual provocó protestas que fueron sofocadas mediante la violencia. Ejecutó a los generales Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano. Álvaro Obregón fue electo presidente en 1928. Unos días después de la elección es asesinado en "La Bombilla" por José de León Toral. Fue preciso convocar a nuevas elecciones, designándose entre tanto un presidente interino; Emilio Portes Gil fue nombrado presidente interino por el Congreso de la Unión.

Política exterior

Uno de los principales puntos de discordia entre Estados Unidos y México era el petróleo. Calles rápidamente rechazó los Tratados de Bucareli de 1923, pactados entre Estados Unidos y México y signados durante la presidencia de Álvaro Obregón; y comenzó a redactar una nueva ley sobre el petróleo que cumpliera estrictamente y con apego al artículo 27 de la Constitución.

El problema del petróleo se deriva del artículo 27 de la Constitución Mexicana, que volvió a retomar una antigua ley novohispana donde se establece que todo lo que esté en tierras mexicanas es propiedad del Gobierno Federal. El lenguaje del artículo 27 trataba la posesión del petróleo de Estados Unidos y las compañías petroleras de Europa, especialmente si el artículo fuera aplicado retroactivamente. La Suprema Corte dictaminó que los campos de propiedad extranjera no pueden ser embargados, siempre y cuando estuvieran en funcionamiento antes de que la Constitución de 1917 entrara en vigor.

Los Tratados de Bucareli establecieron que México estaría de acuerdo con respectar las decisiones de la Suprema Corte a cambio del reconocimiento oficial de Washington hacia la presidencia de Álvaro Obregón. La reacción del gobierno de Estados Unidos ante la intención de Calles de hacer aplicar el artículo 27, fue inmediata. El embajador estadounidense en México, James Rockwell Sheffield llamó a Calles comunista, y el Secretario de Estado Frank Billings Kellogg emitió una amenaza contra México el 12 de junio de 1925.

Calles nunca se consideró asimismo como comunista, pero consideraba la revolución como una forma de gobernar más que una posición ideológica. La opinión pública en los Estados Unidos se tornó en contra de la política mexicana cuando la primera embajada de la Unión Soviética, nunca antes establecida, se instauró en México; ocasión en la que el embajador de dicha dependencia señaló que “ningún país muestra más similitudes que la Unión Soviética y México”. Después de esto, algunos miembros del gobierno de Estados Unidos, comenzando por Sheffield, consideraron que México era el segundo país bolchevique en la Tierra; y comenzaron a referirse a él como “Soviet México”.

El debate sobre la nueva ley de petróleo ocurrió en 1925, con los intereses de Estados Unidos opuestos a todas las iniciativas. En 1926, la nueva ley fue promulgada. En enero de 1927 el gobierno de Calles canceló los permisos de las compañías petroleras que no cumplieran y respetaran la ley. Habla sobre la guerra circulada por el presidente de Estados Unidos y en las páginas editoriales del New York Times.

México consiguió evitar la guerra a través de una serie de maniobras diplomáticas. Poco después, una línea telefónica directa fue establecida entre Calles y el presidente Calvin Coolidge, y el embajador estadounidense en México, James Sheffield, fue remplazado por Dwight Morrow. Otra fuente de conflicto con los Estados Unidos era que México apoyó a los liberales en la guerra civil de Nicaragua, mientras ellos apoyaban al grupo conservador. Este conflicto finalizó cuando ambos países firmaron un tratado en el que se permite a cada uno apoyar al bando que consideren más democrático.

En el exilio

La noche del 9 de abril de 1936, veinte militares y ocho policías armados entraron en la hacienda de Santa Bárbara, residencia de Calles. Mientras se encontraba reposando en su cama leyendo “Mi Lucha”, el libro de Adolf Hitler; le comunicaron que Cárdenas le ordenaba prepararse para salir del país a las siete de la mañana. El 10 de abril fue conducido al Puerto Central Aéreo, donde en compañía de otros activos callistas, Luis L. León, Luis N. Morones y Melchor Ortega; abordó un aeroplano que lo llevó al exilio en Estados Unidos.

Calles permaneció los cinco años de su destierro en San Diego, California; acompañado de su hija Hortensia Elías Calles de Torreblanca. Se establecieron en una casa de dos pisos ubicada en el número 1212 de la calle Upas. Durante los veranos, como Calles gustaba de ir a la playa, alquilaban un domicilio en la calle Del Mar, aledaño del lujoso barrio residencial La Jolla, donde permanecían por tres meses todos los años que duró el destierro.

Calles frecuentaba dos veces por día las playas californianas. Aunque melancólico, en California visitaba asiduamente granjas, ranchos y cultivos y paseaba entre huertas y jardines. Se mantenía enterado de lo acontecido en México, en el exilio se frecuentó varias veces con José Vasconcelos, con quien en el pasado había tenido diferencias políticas y limaron asperezas.

Regreso a México

En marzo de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el presidente Manuel Ávila Camacho lo invitó a regresar a México. En el mes de septiembre, Calles apareció en el balcón de Palacio Nacional flaqueado por el presidente Ávila Camacho, y los ex presidentes Ortiz Rubio, Rodríguez, Cárdenas, Portes Gil y De la Huerta. Sus últimos cuatro años de vida los pasó en su quinta Las Palmas, en Cuernavaca; donde se dedicó a la horticultura y a la jardinería. Plantó flores y árboles frutales, y marcaba personalmente los bulbos.

Para 1945 Calles comenzó a sentir molestias de hígado. A mediados del mes de septiembre, su médico de cabecera decidió prepararlo para otra intervención quirúrgica; donde le inyectaban más de dos millones y medio de unidades de penicilina. Todas sus visitas le recomendaron trasladarse a Rochester para la operación, pero Calles se negó. Por ninguna circunstancia deseaba dejar México otra vez. Calles fue internado en el Sanatorio Lady Cowdray de la ciudad de México, donde fue operado por el doctor Abraham Ayala González. El 12 de octubre le detectaron la formación de adherencias en el tubo de secreciones del hígado, como consecuencia de la operación que se había hecho doce años antes. Pese a esta complicación y del mal estado colédoco, por trombosis, salió bien de la operación y, durante una semana, pareció recuperarse satisfactoriamente.

Muerte

Una semana después de su operación, Calles presentó inesperadamente una hemorragia masiva, atribuida a una lesión de la arteria mesentérica. Francisco Plutarco Elías Campuzano fallecía el 19 de octubre de 1945 a las 14:40 horas. El cortejo fúnebre salió de las calles de Guadalajara, residencia de su hija Hortensia y su yerno Fernando Torreblanca, rumbo al panteón de Dolores, donde se llevó a cabo el entierro.

Fuentes