Premio Justo de Lara

Premio Justo de Lara
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Premio amejor artículo o crónica presentado durante el año
PaísBandera de Cuba Cuba
Primera entrega1934

Premio Justo de Lara. Premio excepcional, primero de ese carácter en Cuba, creado por la tienda El Encanto. Otorgado entre 1934 y 1957, constituye uno de los antecedentes más importante en certámenes periodísticos cubanos; sin embargo, actualmente es casi desconocido en el gremio. Honra la memoria de José de Armas y Cárdenas ilustre periodista, literato y políglota, conocedor profundo de las letras inglesas, y estudioso de la obra de Miguel de Cervantes. Desde muy joven adoptó el seudónimo de Justo de Lara para suscribir su amplia producción periodística y literaria.

Historia

Conferido entre 1934 y 1957 por la firma comercial El Encanto sin tener en cuenta la filiación política al mejor artículo o crónica presentado durante el año fue, además, el premio de más larga vida antes de 1959.

El jurado estaba integrado por el director del Instituto Nacional de Cultura, presidente del jurado, así como un representante de la Sociedad Económica Amigos del País, la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, el Colegio Nacional de Periodistas y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana.

Entre los mismos no figuró ningún periodista profesional, a excepción del que el año anterior hubiera recibido el premio. Esto trajo disímiles críticas, sin embargo, todos los fallos del jurado (excepto en 1935) fueron por unanimidad y tuvieron gran acogida de la prensa.

La entrega del premio tenía sentido patriótico, puesto que se hacía cada 24 de febrero, en homenaje al reinicio de nuestra gesta libertaria. El estímulo consistía en 1 000 pesos y la publicación de los trabajos en diversos diarios del país.

Algunos ganadores

El primero de los galardonados fue Jorge Mañach (1934) Entre los ganadores aparecen algunos con una trayectoria también como escritores, incluidos Mirta Aguirre (la única mujer que recibió el premio en una sociedad eminentemente machista), Gastón Baquero y Lisandro Otero. Raúl Roa (único en ganarlo más de una vez en 1955 y 1957).

Los ganadores solían residir en La Habana y publicar en los medios de más alcance y prestigio, como Bohemia, Diario de la Marina, El Mundo, Tiempo, El País y Hoy. Solo en una ocasión el premiado rompió esa especie de regla no escrita. Se trató de Luis Pichardo Loret de Mola, quien publicó su trabajo «La calle, el monstruo moderno» en el diario El Camagüeyano en 1951, un año en el que también recibió el grado de Caballero de la Orden de Mérito Carlos Manuel de Céspedes.

Luis Amado Blanco, uno de los periodistas más notables de Cuba en el siglo XX, Eladio Secades, Ramón Vas­con­ce­los, Miguel de Marcos, Sergio Carbó y Raúl Maestri fueron también de los galardonados.

En la historia del Justo de Lara solo se le concedió a un autor post mortem y fue a Pablo de la Torriente Brau.

Fuente