Programa El Hombre y la Biosfera

Programa el Hombre y la Biosfera
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Tipo de programaCientífico
Creación1972
CreadorUNESCO

Programa el Hombre y la Biosfera. Conocido por sus siglas MAB (Man and The Biosphere). Programa Científico Intergubernamental que busca establecer bases científicas para cimentar a largo plazo el mejoramiento de las relaciones entre las personas y el ambiente. El programa propone una agenda de investigación interdisciplinaria y de fomento de la capacidad centrada en las dimensiones ecológicas, sociales y económicas de la pérdida de la biodiversidad y su reducción. Como parte de sus actividades se encuentra la investigación, formación, supervisión y educación sobre la biodiversidad, así como la ejecución de proyectos piloto sobre la búsqueda de la compensación y el equilibrio entre la responsabilidad de mantener la naturaleza y conservar la biodiversidad y la necesidad humana de utilizar los recursos naturales para mejorar el bienestar social y económico de las poblaciones. La ejecución del trabajo interdisciplinario del MAB en el terreno se basa en la Red Mundial de Reservas de Biosfera y en redes temáticas y asociaciones que favorecen el intercambio de conocimientos, la investigación y el seguimiento, la educación y la formación, y la toma de decisiones participativa.

Historia

El programa se inició en 1972 con la finalidad de establecer la base, dentro de las ciencias naturales y sociales, para la utilización racional y la conservación de los recursos de la biosfera y para mejorar la relación global entre las personas y el medio ambiente. El rasgo distintivo del programa es su enfoque global e interdisciplinario. El examen del impacto humano en un ecosistema determinado - es decir, la interrelación entre las personas y el medio ambiente - exige estudiar las ciencias naturales (por ejemplo, la climatología, la biología, la edafología y la silvicultura) y las ciencias sociales (por ejemplo, la economía, la geografía y la sociología). De ahí, el nombre del programa: El hombre y la biosfera.

Adopta un enfoque ecológico centrado en los ecosistemas de montaña, en las tierras áridas o en los bosques tropicales húmedos. Poco después de que se iniciara a principios de abril de 1973, se reunió en Salzburgo (Austria) un grupo de expertos para analizar «el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas de montaña y de la tundra». Su cometido consistía en elaborar el contenido científico de proyectos que deberían proponerse en el marco del programa MAB. El grupo recomendó que se estudiaran los siguientes factores [1]:

  • Asentamientos humanos en zonas de altitud elevada;
  • Efectos de diferentes usos de la tierra sobre los ecosistemas de montaña;
  • Efectos de la tecnología en gran escala en los ecosistemas de montaña;

Repercusiones del turismo y de las actividades de esparcimiento en los ecosistemas de montaña.

Ese mismo año se reunió en Lillehammer (Noruega), unos meses más tarde, un grupo de trabajo para determinar con mayor precisión el alcance, los objetivos, las metodologías y los posibles resultados de estudios en las esferas en las que se reconoció que existían problemas [2]. Esta reunión permitió determinar más claramente una serie de problemas temáticos y regionales que debían ser estudiados, a saber:

  • El desarrollo de los recursos y los asentamientos humanos en las zonas montañosas tropicales de gran altitud (es decir, por encima de los 2 500 m y entre las latitudes 30° N y 30° S), incluidos los Andes tropicales, las cordilleras montañosas del Asia sudoriental y las tierras altas del África oriental y Etiopía;
  • El turismo, la tecnología y la utilización de la tierra en las tierras montañosas templadas de las latitudes medias (aproximadamente, entre las latitudes 30-60° N y S) donde existen el invierno y el verano claramente diferenciados;
  • Los problemas relativos al aprovechamiento de la tierra en los ecosistemas de montaña de altitud elevada y de la tundra, con especial atención al pastoreo, el desarrollo industrial y las actividades de esparcimiento.

Con la finalidad de que se pudieran comparar los métodos y los resultados de los estudios, el grupo de trabajo de Lillehammer identificó requisitos mínimos de investigación, tanto por lo que se refiere a las ciencias naturales (por ejemplo, la climatología y la edafología) como a las ciencias sociales (por ejemplo, la sociología y la economía). Se consideró de importancia crucial que fuera posible comparar los resultados de los estudios regionales sobre las zonas de montaña con los de otros lugares en un contexto internacional.

Las variables que se identificaron para su estudio en las zonas de montaña pueden parecer obvias y simplistas (por ejemplo, la temperatura del aire, las precipitaciones y la velocidad del viento en los estudios climáticos). No obstante, se llevó a cabo un esfuerzo notable para alcanzar un acuerdo internacional sobre la adopción de una metodología uniforme y coherente para la investigación de los ecosistemas de montaña en el marco de un programa científico intergubernamental. Desde el punto de vista conceptual, la elaboración de ese catalogo de requisitos mínimos de investigación fue un importante paso adelante en la investigación internacional conjunta. Como corolario de ese proceso se llevó a cabo un gran número de estudios de casos a escala mundial en el marco del programa MAB, particularmente en los Andes y en los Alpes.

Reservas de Biosfera

A comienzos de los años noventa, se inició una nueva fase del programa como consecuencia de la decisión de su órgano rector, el Consejo Internacional de Coordinación del MAB. Las tres orientaciones principales fueron:

  • El fortalecimiento de la capacidad científica
  • La investigación sobre la diversidad biológica y los procesos ecológicos
  • El fomento de la Red mundial de reservas de biosfera

La última iniciativa fue especialmente fructífera pues ya existen 352 reservas de biosfera en 87 países, más del 40 por ciento de las cuales están situadas en regiones montañosas.

La ordenación de las reservas de biosfera se encamina a demostrar que la conservación medioambiental puede servir para aumentar el desarrollo sostenible basado en los resultados de la investigación científica y en la participación de la población local [3]. Esto se lleva a cabo mediante un sistema específico de utilización de la tierra que toma en consideración las características topográficas, biológicas, económicas y socioculturales de cada lugar.

Factor cultural

En su esfuerzo por adoptar nuevos enfoques en la conservación del medio ambiente, el programa ha introducido recientemente una iniciativa para basar la conservación del medio ambiente en creencias y valores culturales tradicionales.

La mayor parte de las culturas del mundo reconocen la existencia de lugares sagrados naturales. Algunas montañas o colinas tienen una connotación sagrada o un significado espiritual y el acceso a esos lugares está muchas veces prohibido o restringido a un cierto tipo de personas, como los sacerdotes y peregrinos. En consecuencia, en esos lugares se conserva a menudo una gran diversidad de especies animales y vegetales, que contrasta fuertemente con la degradación e incluso el agotamiento de las zonas circundantes.

Se puede considerar a los lugares sagrados como reservas genéticas vegetales y santuarios de la fauna silvestre, ya que en ellos se prohibe la recolección de plantas y la caza. Los lugares sagrados ofrecen una valiosa información a los investigadores del medio ambiente, dado que pueden servir como lugares indicadores de la vegetación natural potencial. Además, las especies de los lugares sagrados son nativas (a veces incluso endémicas) y están bien adaptadas a las condiciones climáticas y edáficas locales.

Al basar la conservación del medio ambiente en creencias y valores culturales tradicionales, esta iniciativa ofrece también oportunidades de investigación interdisciplinaria a los científicos ambientalistas y a los antropólogos, lo que contribuye a salvar las distancias existentes entre la ciencia natural y la cultura en general.

Referencias

Fuentes

  • El programa El hombre y la biosfera de la UNESCO en las zonas de montaña. Disponible en:FAO. Consultado el 19 de junio de 2017.
  • Programa sobre el Hombre y la Biosfera . Disponible en:UNESCO. Consultado el 19 de junio de 2017.