Puente de Mostar

Puente de Mostar
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PuenteMostar.jpg
PaísBosnia y Herzegovina
Longitud29 m
TipoCultural

El Puente de Mostar, denominado Puente Viejo o Stari Most. Es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia y forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Este puente fue construido en el siglo XVI y siempre se ha considerado como uno de los símbolos de la sociedad multiétnica de Bosnia y ha cobrado más importancia si cabe después de la guerra.

Historia

El puente de Mostar, en Bosnia, siempre ha sido considerado todo un símbolo por servir de unión entre las dos culturas en que está dividida la ciudad, con los católicos croatas al oeste y los musulmanes al este del río Neretva. Al comienzo del conflicto bélico en Mostar, croatas y musulmanes se aliaron para expulsar a los serbios, pero una vez conseguido este objetivo, se declaró una nueva lucha entre musulmanes y croatas por tomar el poder de la ciudad. Durante la guerra, el puente fue destruido, derrumbándose así todo un símbolo de la convivencia entre culturas, de la que la ciudad había sido siempre un claro ejemplo.

El puente, símbolo clave en la reconciliación de ambas culturas tras la finalización del conflicto en 1995, fue reconstruido con fondos de la UNESCO e inaugurado en el 2004, contribuyendo así a que la convivencia entre culturas vuelva poco a poco a ser el ejemplo que constituía antes del conflicto. En 2005 fue declarado sitio Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En la actualidad se ha conseguido que la circulación de personas sea libre de un lado al otro de la ciudad, con independencia de su procedencia étnica, si bien permanecen ciertos resentimientos que tardarán probablemente muchos años en desaparecer.

Una de las tradiciones arraigadas en la ciudad de Mostar es la de saltar al río Neretva desde lo alto del Puente. Los jóvenes de uno y otro lado del río suelen competir en la ejecución de unos saltos que por la altura (27 metros!!) cortan la respiración a los no iniciados.

Características

El puente tiene una anchura de 4 metros y una longitud de 30, y tiene una torre en cada lado, la Torre Halebija y la Torre Tara, que fueron añadidas en el siglo XVII. Cada año miles de personas se acercan hasta este lugar para disfrutar de la belleza de la ciudad y del puente, ambos Patrimonio de la Humanidad, y también para ver con sus propios ojos los restos de la guerra.

Costo del proyecto

El costo total del proyecto asciende a 15,4 millones de dólares, financiados con un crédito de cuatro millones de dólares concedido por el Banco Mundial y donaciones de Italia, los Países Bajos, Croacia y Turquía. La Unión Europea y el gobierno de Francia suministraron asistencia técnica. Por su parte, el ayuntamiento de Mostar aportó una contribución de dos millones de dólares.

Inauguración del puente

El Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura (en representación del sistema de Naciones Unidas) y el Presidente del Colegio Presidencial de Bosnia y Herzegovina, Sulejman Tihic, inaugurarán el 23 de julio en Mostar el Puente Viejo reconstruido de esta ciudad en presencia de una decena de jefes de Estado de la región y de varias personalidades de la escena política europea. Destruido en 1993 durante la guerra que asoló Bosnia y Herzegovina, el Puente Viejo (Stari Most) era el emblema por antonomasia de la ciudad. Tras las obras de reconstrucción, que han durado 11 años, el Puente Viejo se convierte ahora en un símbolo de la reconciliación y la solidaridad humanas.

El Puente Viejo de Mostar se desplomó en las aguas del río Neretva el 9 de noviembre de 1993, tras haber recibido el impacto de numerosos proyectiles de gran calibre. Era un ataque al corazón mismo de una ciudad que perdió a numerosos habitantes durante la guerra. De hecho, Mostar se identificaba tanto con el puente que hasta le debía su nombre, ya que “most” significa puente en las lenguas vernáculas. Desde que el arquitecto otomano Mimar Hajredin, discípulo del célebre Sinan, culminó su construcción tras diez años de obras (1557-1566), el puente –apodado “el Viejo” por los vecinos de la ciudad– había resistido con éxito a toda suerte de calamidades, invasiones, guerras y terremotos.

“Cuando un puente se rompe, suele quedar una especie de muñón en una u otra orilla. Al principio, todos creíamos que se había desplomado por entero sin dejar rastro, arrastrando consigo parte de las rocas, de las torres de piedra que se erguían dominándolo y de la tierra misma de Herzegovina. Luego, vimos que de uno y otro lado lo sostenían auténticas cicatrices sangrantes y palpitantes”. Así describe la destrucción del Puente Viejo el escritor Predrag Matvejevitch –nacido en Mostar en 1932 de padre ruso ucraniano y madre croata– que siempre ha proclamado con vehemencia su “impureza étnica”.1

Flanqueado por dos torres fortificadas–la Halebija, en la margen derecha del río, y la Tara, en la izquierda– el puente tenía una sola arcada abovedada de 30 metros de largo por 4 de ancho, construida con 456 bloques de piedra caliza.

El Puente Viejo fue destruido por su valor simbólico, el mismo valor por el que la UNESCO se comprometió a reconstruirlo: “Nuestra presencia en Mostar obedece al propósito de insuflar de nuevo vida a un patrimonio excepcional que, tras haber sido tomado como objetivo de destrucción, debe convertirse en signo de concordia y reconocimiento, y en símbolo poderoso de una identidad plural cimentada en la confianza mutua”, explica el Director General, Koichiro Matsuura.

El 10 de marzo de 1994, apenas cuatro meses después de la destrucción del puente, cuando Bosnia y Herzegovina estaba todavía sumida de lleno en la guerra, la UNESCO hizo un primer llamamiento en favor de la reconstrucción del monumento, y en junio de ese mismo año envió una misión de expertos que propuso la adopción de medidas de emergencia.

El Acuerdo de Dayton, firmado en diciembre de 1995, propuso un marco global para llevar la paz a Bosnia y Herzegovina y estableció una Comisión para la Preservación de los Monumentos Nacionales, encomendando al Director General de la UNESCO la responsabilidad de nombrar a dos de sus cinco miembros, entre ellos a su presidente.

El 13 de julio de 1998, la UNESCO, el Banco Mundial y el municipio de Mostar hicieron un llamamiento conjunto en pro de la reconstrucción del Puente Viejo, al que respondieron favorablemente cinco países donantes –Croacia, Francia, Italia, Países Bajos y Turquía– así como el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa.

El Banco Mundial se encargó de la parte financiera del proyecto, el Ayuntamiento de Mostar supervisó la gestión y el reparto de los fondos, en tanto que la UNESCO se encargaba de la coordinación técnica y científica necesaria.

A tal efecto, la Organización nombró en octubre de 1998 un Comité Internacional de Expertos para que velara por la organización y calidad de las obras de reconstrucción del Puente Viejo y de rehabilitación del casco antiguo de Mostar.

El Puente Viejo se ha reconstruido con materiales locales –piedra de los tipos tenelija y bretcha extraída de canteras de los alrededores de la ciudad– y con métodos e instrumentos tradicionales como dovelas, lañas y espigas. Tras dos años de investigaciones científicas y arqueológicas, las obras de reconstrucción dieron comienzo el 7 de junio de 2001, en presencia de los presidentes de Bosnia y Herzegovina e Italia. El 14 de abril de 2003 se puso la primera piedra de la arcada, en presencia de una multitud de vecinos de Mostar. La reconstrucción terminó en abril de 2004.

Además, la UNESCO ha llevado a cabo otros proyectos importantes en Mostar: la restauración de la mezquita de Tabacica (financiada por Arabia Saudí, con una ayuda de 200.000 dólares); la elaboración de un plan de salvaguardia del centro histórico de la ciudad con una ayuda de 230.000 dólares suministrada por Italia; la restauración del puente Kriva Ćuprija, gracias a una financiación de 100.000 dólares del Gran Ducado de Luxemburgo; y la restauración de los antiguos baños turcos de Mostar, a la que Francia ha contribuido con una suma de 150.000 dólares. Estos dos últimos se inaugurarán también el 23 de julio, en presencia del ministro francés de Relaciones Exteriores, Michel Barnier.

El 23 de julio se congregarán para la inauguración del Puente Viejo restaurado los jefes de Estado de Europa Sudoriental, entre los que figurarán los presidentes de todas las repúblicas de la ex Yugoslavia. Estas personalidades ya tuvieron la oportunidad de reunirse una primera vez en Ohrid (ex República yugoslava de Macedonia) con motivo del Foro sobre el “Diálogo entre Civilizaciones” organizado bajo los auspicios de la UNESCO, que tuvo lugar en agosto de 2003. Fue en el transcurso de ese evento cuando Dragan Čović –que encabezaba por entonces el Colegio Presidencial de Bosnia y Herzegovina– invitó a todos sus homólogos a asistir a la inauguración del puente. La presencia de todos esos jefes de Estado refrenda el compromiso que contrajeron en Ohrid para actuar en nombre de “una nueva era en la que el diálogo, el entendimiento y la reconciliación han de sustituir las turbulencias de la historia”.

Fuentes