Quilapayún (Grupo musical)

Quilapayún
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Agrupación musical
Quilapayun.jpg
Grupo musical chileno
Datos generales
Origen:Chileno
País:Chile Bandera de Chile Chile
Fecha de Fundación:26 de julio de 1965
Información artística
Género(s):Nueva Canción Chilena, Fusión latinoamericana, Música folclórica
Discografía(s):Canciones folclóricas de América, Por Vietnam,
Director:Eduardo Carrasco Pirard
Miembros fundadores:Eduardo Carrasco, Carlos Quezada, Hernán Gómez, Rubén Escudero, Hugo Lagos, Guillermo García, Ricardo Venegas Carhart, Sebastián Quezada, Ismael Oddó, Ricardo Venegas Santander, Fernando Carrasco.

Quilapayún. Grupo musical chileno, uno de los más representativos de la llamada Nueva Canción Chilena.

Creación

Se creó a finales del año 1965 por un grupo de jóvenes inspirados en la música altiplánica, motivados por el profundo cambio y los sueños por los que se luchaba en aquel momento. Participaron en su fundación tres estudiantes de la Universidad Técnica del Estado: Eduardo Carrasco, Julio Carrasco, y Julio Nehumhauser, a los que se sumó después Patricio Castillo. A lo largo de varias décadas de vida artística, Quilapayún editó más de 25 discos

Integrantes

Quilapayún ha tenido 25 músicos a lo largo de toda su historia. De los tres fundadores originales de la banda en 1965, sólo queda Eduardo Carrasco. De los demás intérpretes, los más antiguos son Patricio Castillo, Carlos Quezada, Rodolfo Parada y Hernán Gómez. Entre los últimos que se han integrado se cuentan Ricardo Venegas Santander, hijo de Ricardo Venegas, otro miembro de la banda activo hasta hoy, así como Sebastián Quezada, hijo de Carlos, y Fernando Carrasco. La historia de la banda está claramente marcada por su exilio en Francia, entre la década de 1970 y 1980, así como por el reencuentro de varios de sus integrantes antiguos (y el ingreso de varios nuevos) que tuvo lugar entre 2002 y 2003. La siguiente cronología sintetiza todo el circuito de músicos que ha tenido Quilapayún entre 1965 y 2011.

  • EDUARDO CARRASCO PIRARD. Fundador del conjunto en 1965 y Director del conjunto hasta nuestros días. Ejecutante de quena, vientos y poseedor de una de las voces características del grupo. Paralelamente ha desarrollado una destacada carrera como filósofo. Dentro del conjunto ha sido el compositor más frutifero, destacando temas como “El canto de la cuculí” o ”Vals de Colombes”.
  • CARLOS QUEZADA SALAS. Integrante del conjunto desde 1966. Percusionista y tenor, oriundo de Puente Alto, es uno de los aportes más sobresalientes en la vida del Quilapayún, al ser el sostén rítmico en las percusiones como por su impresionante calidad vocal.
  • HERNAN GOMEZ LARENAS. Músico, con estudios de ingeniería, donde conoce a Guillermo Oddó. Ingresa en 1968 para reemplazar a Julio Carrasco, asumiendo la interpretación del charango, aunque también toca guitarra zampoña. Ha aportado con textos como “Fiesta en la cocha”, “Cueca autobiográfica” y “Patria de multitudes”.
  • RUBEN ESCUDERO PINTO. Musico e Ingeniero. Se integra a Quilapayún en 1971 en reemplazo de Patricio Castillo. Participó en el grupo en su época más exitosa en Chile y también en la más política, Se mantuvo hasta los primeros meses posteriores al exilio, en 1974. En el año 2003 se reintegra al conjunto, aportando en el charango y la guitarra.
  • HUGO LAGOS VASQUEZ. Músico y compositor. Se integra a los talleres de Quilapayún, lo que le permite en 1972 sumarse al conjunto. En el Quilapayún asume principalmente la ejecución de la quena, de la guitarra y otros instrumentos como el tiple. Durante el exilio asoman sus composiciones para el grupo, especialmente instrumentales o musicalizaciones, como “Ventolera”, “Ronda del ausente”.
  • GUILLERMO GARCIA CAMPOS. Tenor y guitarrista. Fue integrante de los talleres de Quilapayún y tras el golpe militar, en 1974 viajo a Francia a integrarse al grupo. En el grupo toca preferentemente la guitarra y las percusiones, aunque su rol más destacado es el de solista. Su voz ha quedado registrada en temas como “Te recuerdo Amanda”, la segunda versión de “Vamos mujer”, “La primavera” y “Soledad”.
  • RICARDO VENEGAS CARHART. Músico y geólogo, participó de los Talleres Quilapayún y en 1978 viaja a Francia para continuar su relación con el Quilapayún, reemplazando a Eduardo Carrasco, quien decide dejar el escenario para dedicarse a la dirección y composición. Uno de sus aportes al conjunto es la introducción del bajo eléctrico, además destaca en los duos de quenas con Hugo Lagos.
  • ISMAEL ODDO MENDEZ. Músico y actor. Hijo del recordado Willy Oddo, se une a principios del 2003 a Quilapayún, en un emotivo reemplazo de su padre. Se desempeña en las zampoñas, guitarras y teclado. Además ha aportado en los arreglos y la composición en el último disco del conjunto.
  • SEBASTIAN QUEZADA. Músico. Hijo de Carlos Quezada. Medalla de oro del conservatorio de Versalles en percusión clásica. Profesor de percusiones y cantos afrocubanos. Se une oficialmente al conjunto Quilapayún a principios de 2005. Ha aportado composiciones al conjunto como “Rumba por la paz”.

Meta

Su meta era hacer algo nuevo que se saliera de lo común. Querían una imagen más fuerte que la de grupos tradicionales como Cuncumén, y más auténtica que la de conjuntos neofolclóricos. Buscaron un nombre indígena que tuviera acento en la última sílaba y se les ocurrió Quilapayún, que en araucano significa "tres barbas" El grupo quería reivindicar los valores de la cultura autóctona latinoamericana y compenetrarse con los problemas del pueblo y la clase trabajadora, para que contaran con un medio de expresión cultural. En general sus inicios fueron bastante difíciles, pues ninguno de sus integrantes poseía profundos conocimientos musicales. En sus primeros momentos, la formación contó con la colaboración de Ángel Parra, quien participó en los arreglos musicales de sus primeras canciones Pronto quedarían definidos los rasgos que los caracterizarían: ponchos negros, barbas e instrumentos del altiplano. Su repertorio comprendía la amplia variedad de la música latinoamericana; la música del altiplano ocupaba un lugar central en sus interpretaciones. Entre los instrumentos andinos utilizados destacan el charango, la quena y la zampoña, mezclados con la clásica guitarra y el bombo

Trayectoria

Empezaron actuando en peñas folclóricas y en diversos festivales de canción popular. En 1966 fueron invitados a participar en el primer festival nacional de folclore "Chile Múltiple". Organizado por la municipalidad de Viña del Mar, se celebró en el casino de dicha ciudad. Los Quilapayún interpretaron tres temas: La paloma, original del grupo; El pueblo de Ángel Parra y Quilapayún, tema instrumental de creación original del cual no se conserva ninguna grabación Uno de los momentos más significativos en la carrera de los Quilapayún se produjo cuando Víctor Jara se incorporó al grupo como director artístico. El cantante definió la definitiva estampa que presentarían los Quilapayún en sus actuaciones: una determinada posición escénica en que los contrastes visuales y sus característicos ponchos negros serían su sello particular Con Víctor Jara, Quilapayún ganó en 1966] el más importante festival de la canción folclórica chilena, organizado por uno de los principales centros de difusión del movimiento folclórico en Chile: Chile ríe y canta. Gracias a esta organización, Quilapayún se escuchó por primera vez en los medios de difusión y participó en las giras que Chile ríe y canta organizaba por todo el país. Al mismo tiempo editaron el disco Canciones folclóricas de América, del que destacan los temas Mare-Mare, Coneji y Tururururu. La voz tenor estaba a cargo del gran Julio Nehumhauser, y destacaban también las voces de los hermanos Carrasco. El 1967 se retiró del conjunto Julio Nehumhauser, y entró en su lugar Carlos Quezada; además, se integró en el grupo Willy Oddó, una de las voces más queridas por los seguidores 1968 editaron, bajo el sello Dicap (de las juventudes Comunistas), el elepé Por Vietnam, con Víctor Jara como director artístico. En este disco dejaron de lado los textos triviales que contaban amoríos de campesinos o relataban bellezas costumbristas, y pusieron mayor énfasis en lo social. Enmarcado en un momento histórico como fue la Guerra de Vietnam, aprovecharon la oportunidad para crear temas de denuncia ante las desigualdades que se vivían no sólo en Chile sino en el mundo de los años 60. En este trabajo destacaron temas como Que la tortilla se vuelva (dedicada a la guerra civil española), Canción fúnebre para el Che, (en memoria del guerrillero), Canto a la Pampa, La Zamba del riego y Los pueblos americanos. A finales de ese año se retiró Julio Carrasco e ingresaron Rodolfo Parada y Hernán Gómez, que dieron a la formación su tinte sonoro característico hasta 1971. Ese año se sumaron a los trabajos Rubén Escudero, Hugo Lagos y Guillermo García. Posteriormente, en el exilio, se retiraron Pato Castillo y Rubén Escudero, pero se incorporó con fuerza Ricardo Venegas. En los años 80 se unió al grupo Patricio Wang, y a mediados de la década se retiraron Eduardo Carrasco y Willy Oddó. El año 1992 fue clave para los Quilapayún; terminado el exilio, sus integrantes se vieron en la disyuntiva de volver o permanecer en Francia. Carlos Quezada y Ricardo Venegas optaron por retirarse. Cuando pocos apostaban por una nueva propuesta, se les unió Daniel Valladares y regresó a la formación Pato Castillo, lo que dio un nuevo impulso al grupo a comienzos del 2000.

Exilio

Quilapayún se encontraba en gira por Europa cuando ocurre el Golpe de Estado de Augusto Pinochet. De hecho, el 15 de septiembre cantaron en el Olympia de París, convirtiéndose en el primer artista chileno que se presenta en tan distinguido escenario. Ocurrido el golpe, permanecen en Francia y comienzan su exilio que se prolongaría de manera indefinida. Rápidamente se vuelven artistas centrales en los actos de solidaridad con la causa socialista chilena y graban nuevos discos de denuncia de la situación del país. Sin embargo, a fines de los ’70 el conjunto reformula su planteamiento entre el arte y la política y, junto con su marginación del Partido Comunista y relación con el pintor surrealista chileno Roberto Matta, levantan su compromiso con “La revolución y las estrellas” que les genera un fuerte desarraigo con la izquierda chilena. En esta segunda etapa en el exilio alcanzan altos grados de desarrollo musical, primero por el trabajo de taller desarrollado al interior del grupo y posteriormente por la colaboración con músicos doctos como Gustavo Becerra, Juan Orrego Salas y la incorporación al grupo del entonces joven compositor chileno Patricio Wang.

Retorno

Después que se permitió el reingreso al país de la casi totalidad de los exiliados, Quilapayún vuelve a Chile a ser parte del apoyo a la oposición en el plebiscito de 1988 y, poco después, realiza una gira por el país a comienzos de 1989. Luego de estas presentaciones, el director Eduardo Carrasco regresa a Chile junto con Willy Oddó, lo que permite a Rodolfo Parada tomar a cargo la dirección en dupla con Patricio Wang.


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