Quinta de los Molinos (La Habana)

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Quinta de los Molinos
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La Quinta de los Molinos es una institución Monumento Nacional situado en La Habana (hasta el 2010, Ciudad de la Habana), Cuba. Durante el período colonial esa fue la residencia de los Capitanes Generales y del Generalísimo Máximo Gómez. En ella se haya ubicado el Jardín Botánico de La Habana y el Museo Máximo Gómez.

Ubicación y extensión territorial

La extensión original de esa residencia superaba al actual territorio que ocupa, pues se extendía al norte hasta aproximadamente la locación de la Universidad de la Habana; al noroeste hasta el actual Hospital Calixto García, fundado originalmente con el nombre de Alfonso VIII, en 1896; al oeste hasta la actual calle G, incluyendo el Castillo del Príncipe; al sur hasta la avenida Salvador Allende y al este hasta la calle Infanta.

Historia

La locación adquiere el nombre Quinta de los Molinos, debido a la antigua existencia de dos molinos utilizados para moler tabaco y obtener rapé. El tabaco era de mucha demanda a finales del siglo XVIII, en toda Europa, y en particular en España. Los molinos eran propiedad de Martín de Aróstegui, presidente de la Real Factoría de Tabaco perteneciente al rey español, de ahí su nombre. Este nombre apareció en el Archivo Nacional de Cuba en 1850, y se ha mantenido hasta la actualidad. Antes de 1850 fue conocido como Jardín de Tacón, según aparece en un plano de 1843 y en una placa de mármol, encustrada en la pared de un viejo edificio del lugar.

Residencia de los Capitanes Generales en la Quinta de los Molinos en las décadas de 1850-1870

Esos molinos funcionaron hasta la segunda mitad del siglo XIX, movidos por la fuerza del agua de la llamada Zanja Real, primer acueducto con el que contó La Habana. Su construcción se inició en 1592, y fueron terminados tras 27 años de trabajo. Muy cerca de la Catedral de La Habana se encuentra el Callejón del Chorro, cuyo nombre viene de su antiguo uso. Originalmente la de La Catedral se llamaba Plaza de la Ciénaga, ya que era allí donde los habaneros acudían a abastecerse de agua, traída por la Zanja Real.

El Chorro, como también se conocía a la Zanja Real, de más 11 km de largo, partía del Río Almendares y traía agua a La Habana atravesando la calle Zanja, que lleva ese nombre en honor a la misma. Este primer acueducto fue dejado de usar cuando ante el creciente desarrollo de la ciudad, el gobierno español se vió obligado a buscar otra solución para el abastecimento de agua a la ciudad, creándose en 1835, el acueducto de Fernando VII y el de Albear en 1858; los cuales se unieron en 1878.

Jardín botánico

A partir de 1820 se realizaron algunas investigaciones y estudios sobre plantas y animales de la zona, por Felipe Poey Aloy. Al desaparecer los molinos del rey, se fundó en este lugar el Jardín Botánico de La Habana, a la par de la construcción de la casa de descanso de los Capitanes Generales. El Jardín Botánico fue trasladado hacia ese lugar, desde el área que actualmente comprende el Parque de la Fraternidad Americana y el sur del Capitolio Nacional, donde se había fundado en 1817 el primer Jardín Botánico.

El herbario del antiguo Jardín Botánico de la Habana, fue el núcleo del cual se partió, para buscar el desarrollo acelerado de la colecta botánica en el país. Álvaro Reinoso realizó muchos de sus experimentos, por tener muchas parcelas dedicadas al cultivo de caña de azúcar. La Universidad de la Habana se hizo cargo de ese lugar entre 1850 y 1871, momento en que pasó a manos del gobierno español por 8 años.

Pasado este período, el gobierno español devolvió a la Universidad este terreno, estableciéndose en este lugar la Escuela de Botánica, la cual compartía su terreno de estudio con la Escuela de la Segunda Enseñanza.

En 1906 ese jardín fue inscrito como sitio de referencia importante en el Sistema Mundial de Jardines Botánicos. En ese lugar fue declarada en el año 1936, la mariposa, como flor nacional de Cuba.

Residencia del Generalísimo Máximo Gómez y del Ejército Libertador

Al final de la Guerra de Independencia en Cuba, con la derrota de España y en ausencia de la representación del pueblo cubano, se firmó el 10 de diciembre, el Tratado de París. Terminada formalmente la guerra, el presidente de la República de Cuba en Armas, Bartolomé Masó, reunió a la Asamblea de Representantes de Santa Cruz del Sur, y renunció a su cargo. La Asamblea se trasladó para La Habana, a la casa número 819 de la Calzada del Cerro.

Recibimiento a Gómez

El 24 de febrero de 1899 hizo su entrada en La Habana el Generalísimo Máximo Gómez, proveniente de la región central del país. El alcalde de la ciudad, Perfecto Lacoste, dispuso entonces que el cuartel general del Ejército Libertador y de su Generalísimo, se establecieran en la Quinta de los Molinos, debido a la gran extensión del terreno. Allí Máximo Gómez fue recibido por una población con desmedido entusiasmo, y que lo vitoreó y lo aclamó a su paso.

Las discrepancias entre Gómez y el Consejo de Gobierno venían desde antes de la Asamblea de La Yaya, efectuada en Camagüey, en 1897. En dicho encuentro se redactó una constitución, en la cual se suprimió el cargo de general en jefe. Esto fue fruto de las primeras contradicciones, pues Gómez ocupaba ese cargo anteriormente.

En junio de 1989 se estableció allí la Oficina de Licenciamiento del Ejército Libertador, al mando de la cual estaba entonces el polaco Carlos Roloff. Algunas fuentes citan a la Quinta de los Molinos como la última residencia de Gómez, antes de morir el 17 de junio de 1905.

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Fuentes