Río Níger

Níger
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País(es) que atraviesaBandera de Guinea Guinea, Bandera de Malí Malí, Bandera de Níger Níger, Bandera de la República de Benín Benín y Bandera de Nigeria Nigeria
Longitud4.184 kilómetros
Caudal medio6.000 m³/s
Superficie de la cuenca2.262.000 km²
NacimientoGuinea
DesembocaduraGolfo de Guinea


Río Níger. Situado al este de África, es uno de los ríos más largos de este continente. Nace en Guinea Conakry, después atraviesa los países de Malí, Niger, Benín y Nigeria; aquí desemboca en el golfo de Guinea con un gran delta. Tiene una extención de 4.184 km distancia que lo hace el tercero más largo de África. Es un río navegable y lo convierte en la principal vía de comunicación y transporte, su principal afluente es el Benue. Durante la época medieval, el valle del río Níger constituyó el centro de los imperios africanos de Malí y Songhai. A la pesca y la agricultura, actividades tradicionales de los diversos pueblos ribereños, se han unido en tiempos recientes la producción de energía hidroeléctrica, la extensión de los regadíos y un intenso tráfico fluvial y terrestre.

Características

El Níger es el tercer río de África en longitud, después del Nilo y del Congo. Recorre gran parte del noroeste africano, a lo largo de 4.200 km, y avena una cuenca de 1.890.600 km². Su caudal medio anual en la desembocadura es de 6.100 m3 por segundo. Nace el Níger en el macizo de Fouta Djallon, en Guinea, a una altura de 850 m sobre el nivel del mar y a sólo 200 km del litoral. En esta zona de su curso alto recibe los aportes del Tinkisso, el Mafou, el Milo y el Sankarani, entre otros. Se dirige después hacia el nordeste y penetra en las mesetas graníticas de Malí. Después de pasar por Bamako, Ségou y Sansanding, el río forma un amplio delta interior en el que aparecen varias corrientes y lagunas. En esta región, perteneciente al Sahel, recibe el aporte del Bani. A continuación, tras bañar la ciudad de Tombouctou, el Níger penetra en una zona árida donde la evaporación provoca una gran pérdida de caudal.

Historia

El Níger es el río de los negros, eso se creyó al menos desde la antigüedad, aunque más justicia le hace su nombre de Ghirnigheren, una vieja voz de los nómadas sahelianos que significa río de ríos. Después de todo el Níger fluye a lo largo de 4.200 kilómetros. Pero el Níger es también río de ríos por otras cuestiones y aureolas, empezando por la imponente historia de sus riberas. Imperios enteros subsaharianos se desarrollaron junto a las aguas del Níger. La misma Tombuctú, ciudad que se apareja al Sáhara como la uña a la carne, no es sino una criatura del Níger del que queda a sólo una veintena de kilómetros. Luego están los pueblos ribereños del Níger, las tribus y las costumbres que eso genera en nada menos que cinco países subsaharianos. Sin olvidar que el Níger sirve de espejo, y abrevadero, a una fauna singular: desde los dromedarios hasta los caballos de agua, más conocidos como hipopótamos.

En el occidente de África no hay otro curso fluvial de esa importancia y majestuosidad. Ni siquiera el Río Senegal se puede comparar con el Níger. Pero es que además el Níger riza su propio rizo. ¿Es un río o dos? He ahí un misterio de mayor calado que el de sus fuentes, que eso ya se resolvió en su día. El Níger nace en las montañas de Fouta Djalon, en Guinea, a unos 280 kilómetros del Océano Atlántico. Lo que pasa es que después el Níger tiene un comportamiento hidrológico casi de Guadiana. Tras recorrer un poco Guinea entra con pujanza en Mali, pero se deshace en el gran delta interior que se forma junto a Mopti. Luego, al tocar los márgenes del Sáhara, es como si el Níger entrara en extrañas alteraciones. En la era cuaternaria el río Níger aún discurría más arriba que hoy, en pleno Sáhara, donde formaba la cubeta de Araouane. Con los milenios, las arenas desérticas empezaron a crecer y una de sus victorias consistió en hacer replegar al Níger y hacerlo confluir -y confundir- con el Tilemsi, río que bajaba desde el Adrar des Iforas, un lugar que es uno de los más resecos corazones saharianos. De esa azacanada historia hidrográfica, llena de corrimientos y desapariciones, todavía dan testimonio un curso zigzagueante y dos deltas, uno situado en medio de Malí y otro en Nigeria.

En este último país se produce lo único cierto del Níger, su despedida. Brass, uno de los islotes del delta nigeriano, es una especie de barquita de papel en medio de una apoteosis de agua dulce que pugna en vano contra el Atlántico. Es el canto del cisne del gran río tras un derroche de vida y leguas lamiendo mesetas y arenales, inundando una y otra vez los arrozales. Y pocos ríos, desde luego, pueden presumir de cuello como el Níger. Entre Niafounké y Gao el río forma una inmensa joroba de camello, así le dicen, que aún representa el punto más exótico de paisajes y gentes de todo el recorrido fluvial. Muchas son las maneras de disfrutar en el río Níger, aunque siempre conviene ir con ojo. El joven explorador inglés Christian Velten pretendía hacer un documental sobre el río al hilo del mapa de Mungo Park. Christian desapareció en Malí en febrero de 2003 y no se sabe nada de él. Dos veteranos detectives de Sussex (Reino Unido) acaban de ser enviados en busca del joven. ¿Lo mataron para robarle, se ahogó, se ha perdido en el desierto...?

Otra vez resuenan las historias fatídicas de Mungo Park, Laing y otros pioneros que murieron en el empeño de conocer los mejores secretos malianos. El Níger pasa por Guinea, Malí, República de Níger, Benín y Nigeria, y eso supone un mundo de pueblos y culturas distintas. Ciñéndonos a Malí, donde el Níger casi siempre es navegable (al menos desde Koulikoro, el puerto a 57 kilómetros al norte de la capital, Bamako), el río da pábulo a muchas historias y pie para intensos viajes. A lo largo del río se pueden ir conociendo gentes y territorios ubicados en los viejos reinos sahelianos, Ségou, Kaarta, Songhaï. Los mandingas, con sus dos grandes divisiones étnicas, malinké y bambara, constituyen la columna vertebral de Malí. Luego hay pueblos de origen sudanés (en torno del 20 por ciento de la población), como los sarakolé, songhaï, dogon, bozo...

Todo eso se traduce en ríos de costumbres distintas, en 15 lenguas muy diferenciadas, en paisajes no tan monótonos como se podría pensar por la abundancia de caña fístula y de arrozales en las riberas. Un crucero por el Níger, por grande o pequeño que sea, permite captar la alternancia de ambientes del África Occidental. Por un lado, la planicie herbosa, desconsideramente ancha y aplastada contra un cielo lechoso. Por otro lado, todas las variantes de la sequedad hasta llegar a su apoteosis sahariana en Tombuctú y Gao. Ése ya es el mundo de los turbantes, de los moros, los tuaregs, gentes seminómadas que llevan puñal, si no espada, al cinto. Las armas reclaman una ascendencia española que se remonta al siglo XV, cuando la expulsión de los moriscos. Tras pasar por Marraquech algunos llegaron a Tombuctú y otros se aposentaron en Gao. Ismael Didié, oscuro de piel como cualquier otro maliano, mantiene lo español a su manera.

Es el custodio de una valiosa biblioteca en Tombuctú, con más de 3.000 manuscritos que tratan temas de Al Andalus y que están escritos en aljamiado. El aljamiado, español escrito en caracteres árabes, merece atención retrospectiva. Propició el recuerdo del idioma en medio del desierto. Algunos andalusíes recriados en el Sáhara lanzaban esos mensajes aljamiados, como si fuesen botellas abandonadas en un mar de arena, el que rodea Tombuctú. Todavía en el siglo XIX Tombuctú era la ciudad que más apetecía encontrar a los europeos, pero para eso había que embarcarse y había que bajar por el Níger. El comandante francés Raffenel en su magnífico Pays des Nègres (1856) escribe: «Los ríos son los caminos naturales de África, las arterias de ese gran cuerpo y su función es llevar la vida». La diferencia entre los ríos africanos y las arterias del cuerpo humano es acaso, para Raffenel, que los primeros no llevan la vida, o la sangre, del corazón a las extremidades, sino al contrario. Aparte, lo que dio desde la antigüedad grandes quebraderos de cabeza a geógrafos y exploradores fue saber si el Níger discurría hacia el Este o hacia el Oeste.

Hidrografía

La red hidrográfica es pobre a causa de la sequía, que domina la mayor parte del país.

(Esta región del río Níger recibe el nombre de Níger útil)

Geografía

El río Niger está situado al este de África, es uno de los ríos más las largos de África. Nace en Guinea Conakry, después atraviesa los países de Malí, Niger, Benín y Nigeria; aquí desemboca en el golfo de Guinea con un gran delta. Tiene 4.184 km. con lo que es el tercero más largo de África. Es un río navegable y lo convierte en la principal vía de comunicación y tranporte, su principal afluente es el Benue.

Se ha descubierto que a la altura del Níger, en su lado occidental, existe un pequeño pueblo que podría tener miles de años, se teme que las grandes ganancias podían proporcionar tal cantidad de petróleo que podía causar conflictos nacionales. Níger tiene un terreno más fuerte en la zona desértica del norte. El clima el río Níger es una zona de las más cálidas y soleadas de la Tierra. Su clima clima es principalmente desértico y extrema-damente seco.

Economía

Es importante mencionar que el mayor uso que se le da a este río es comercial, convirtiéndose en la principal vía de comunicación y transporte, además del intercambio de mercadería entre los países de la zona. En cuanto al nombre del río, existe la interrogante sobre si tiene origen latino de la palabra niger o si viene de la frase de origen Tuareg “gher n gheren” (“río de ríos”). En su historia, el Río Níger le causo varios problemas por muchos siglos a grandes exploradores de Europa, quienes llegaron a considerarlo la principal arteria del Lago Chad e incluso como las míticas fuentes del Nilo. Los mismos exploradores lo catalogaron como ilógico e incomprensible gracias a que no conocían su recorrido y lo confundían con los antes mencionados.

Local boat along niger river por Erwin Bolwidt (El Rabbit) No fue hasta 1786 cuando el escocés Mungo Park le dio el valor que merecía y lo mencionó por primera vez en su libro de viajes “Travels in the interior of Africa”, aún así, tuvieron que pasar varios años para que los exploradores se enteren que desembocaba en el Golfo de Guinea. A las orillas del Río Níger un aproximado de veinte etnias han podido sobrevivir gracias a sus aguas y la comunicación que pueden tener entre ellas. Entre las etnias que ahí habitan están los sorho, songay, los malinké o wangara y los ogoni. Un dato para tener en cuenta, el caudal del río presenta crecidas en la temporada de otoño, para volver al canal mínimo entre la primavera y el verano.

Yacimiento de petróleo

En la actualidad se ha descubierto que a la altura de Níger, en el lado occidental, existe un pueblo que podría tener miles de años de antigüedad, pero en la misma zona, existe un enorme yacimiento de petróleo, lo que ha provocado problemas para este pueblo, que podría ser erradicado. A su favor han intervenido organizaciones benéficas mundiales, pero se teme que las grandes ganancias que podría deparar tal cantidad de petróleo originen conflictos de ideales. El lecho del río Níger en su parte alta se está hundiendo año tras año. Investigadores del IRD y sus contrapartes acaban de describir este fenómeno, que se opone a la idea establecida de un enarenamiento del río. Este descenso se debe a la excesiva extracción de arena y grava utilizada para la extensión urbana, en particular de Bamako, y para las grandes transformaciones de los alrededores (presas, etc.). En la actualidad, el hundimiento anual del lecho sería aproximadamente de varios centímetros.

Reducción de las tierras arables, desestabilización de los puentes y otras transformaciones, reducción del nivel del río y dificultad de acceso al agua, reducción de la productividad pesquera… son tantas las consecuencias de esta explotación masiva e incontrolada. En los próximos años, la construcción de nuevas obras sobre el Níger hace temer una aceleración del fenómeno. Los medios de comunicación, como algunas organizaciones nacionales o regionales denuncian regularmente el peligro de enarenamiento del río Níger. Pero si, más abajo de su Delta interior, el río se somete efectivamente a la progresión de cordones dunarios bajo el efecto de la dinámica eólica, el fenómeno no se comprueba en su curso superior. Por el contrario, los trabajos de investigación realizados desde 2007 por hidrólogos del IRD y sus contrapartes ( 1) acaban de revelar que la parte alta del lecho del Níger se está hundiendo, al menos en la zona maliense. Los testimonios de residentes, la evolución de la curva de calibración ( 2) de la estación hidrométrica de Koulikoro - una de las más antiguas del África Occidental - así como las observaciones topográficas sacan a la luz un descenso del borde.

Esta hendidura en el lecho del río está vinculada a la extracción excesiva de arena y grava que sirve de material de construcción, en particular, para la extensión urbana de Bamako. De hecho, la población de la capital maliense se ha más que multiplicado por diez en medio siglo, pasando de 130.000 habitantes en 1960, a 1 millón en 1998, luego a 1.800.000 en 2009. El crecimiento de las superficies construidas entre 1986 y 1996 es de cerca de 3700 hectáreas. Más de 60 zonas de extracción y de almacenamiento, las más importantes, están hoy en actividad a lo largo de Níger sobre 150 km cerca de Bamako, empleando por lo menos a 15.000 personas en el sector, según el Sindicato Nacional de los Transportistas de Carreteras Urbanos e Interurbanos de Malí. La posibilidad de exportar la arena y la grava extraídas por las carreteras y pistas cercanas al río Níger facilitó el desarrollo de esta actividad.

En período de estiaje, cuando las riberas arenosas emergen, camiones volquetes efectúan extracciones por cargamento directo, manual o mecanizado. Pero el principal método de explotación, aplicado todo el año, es realizado por los "pescadores de arena", que extraen el material a la mano, a menudo en apnea y a profundidades que pueden alcanzar los tres metros. Luego, la arena y la grava son transportadas en pinazas, barcos de una capacidad de 2 a 3 m³ a tracción humana o a motor, hasta los principales puertos de almacenamiento: Djoliba, Kalaban Koro, Koulikoro. Distintas investigaciones (recuento de camiones, importaciones de cemento…) muestran que entre 15 y 20 millones de m³ de material habrían sido extraídos del río del 2000 al 2006 entre Kangaba y Koulikoro, parte alta y baja de la aglomeración de Bamako. ¡Es decir una extracción anual de carácter pluricentimétrico! La contribución en sedimentos disminuye

A estas extracciones se añade una reducción de las contribuciones sedimentarias vinculada a la presencia de presas en la parte alta de la capital, verdaderas “trampas de sedimentos”, de presas y carreteras. Todas estas transformaciones obstaculizan el recorrido del agua, dificultan o frenan las corrientes. Tienen un impacto en el régimen hidrológico del Níger y por lo tanto en los flujos de materia sólida de los afluentes del río. Así pues, con la presa hidroeléctrica de Sélingué sobre el Sankarani, puesta en servicio en 1982 cerca de la frontera guineana, cerca de un cuarto de la cuenca vertiente ya no participa en la alimentación en sedimentos del río. Ahora bien, esta contribución es ya naturalmente muy escasa debido a una vegetación densa (bosque seco y sabana enarbolada), una baja densidad de población y como consecuencia una tendencia moderada a la tala, que limita la precipitación.

Consecuencias ecológicas y agrícolas

Las extracciones realizadas en las riberas y en los llanos de desbordamiento tienen un costo ecológico y también agrícola importante, amputando buenas tierras arables. Socavando y recortando se puede también poner en peligro obras magníficas como puentes, presas, “muelles”. Desde el punto de vista hidrológico, la excavación del lecho implica, a igual caudal, un descenso de la línea de agua del río.

De allí una menor frecuencia de los desbordamientos en los llanos aluviales a largo plazo, también con consecuencias importantes en términos de agricultura, una disminución de la recarga de las capas freáticas y un acceso más difícil al agua de bombeo en los estiajes. En términos de ecología, las prácticas de extracción de arena y grava aumentan la turbiedad de las aguas y perturban las poblaciones de peces. Implican de esta manera fuertes repercusiones sobre la productividad pesquera. Por otra parte, el recurso en arena, de explotación económicamente fácil, no es inagotable. Tarde o temprano, el sector de la construcción tendrá que tomar en cuenta estos datos.

El impacto de los profundos cambios de la morfología del Níger superior en cuanto al recurso piscícola y la agricultura – y más de manera general en cuanto al ecosistema fluvial - son inquietantes, especialmente en un país como Malí cuyos recursos económicos son escasos. La expansión urbana que no se detiene y la próxima construcción de nuevas transformaciones sobre el Níger superior – entre las cuales la presa de Fomi en Guinea, el reservorio tres veces más grande al de Sélingué - hace temer una aceleración del fenómeno.

Fuentes