Raúl Podio Saborit
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Raúl Podio Saborit. Destacado joven revolucionario. Ejemplo de valor y entrega incondicional a la revolución, que formó parte del Movimiento 26 de julio.
Sumario
Síntesis biográfica
Inicios
Nacío el 18 de enero de 1938 en Media Luna, municipio costero perteneciente a la oriental provincia cubana de Granma, en el seno de una familia humilde. Era hijo de Miguel Ángel Podio Calaña y de Evangelina Saborit. Comenzó sus primeros estudios en una escuela rural en el barrio de Sitio Viejo en Vicana Arriba, donde se mantuvo hasta los 7 años de edad cuando su padre lo lleva a vivir al casco urbano de Media Luna. En este sitio continua sus estudios en la escuela primaria superior Carlos Manuel de Céspedes – hoy “Rafael María de Mendive” – alcanzando allí el octavo grado.
Muy joven tiene que comenzar a trabajar, como sucedía con muchos jóvenes en aquellos tiempos, para palear la difícil situación económica. Así comienza a trabajar como dependiente en una tienda que pertenecía a Ramón Fonseca, rico arrocero y propietario de diversos recursos. Por su elevada y probada responsabilidad, el dueño de ese comercio le da el encargo de trasladar mercancías para las tiendas de la zona del campo.
Labor revolucionaria
Cuando estalla la lucha insurreccional en la Sierra Maestra y comienzan a realizarse acciones orientadas y dirigidas por el Movimiento 26 de julio, Raúl se integra en sus filas y se dedica a apoyar dichas acciones. Estas actividades las realiza con cierta facilidad pues el trabajo que en ese momento desempeñaba así se lo permitía, además del coraje y la personalidad que poseía.
En coordinación con Ileana Rodés, compañera de trabajo y dirigente del Movimiento 26 de julio, participa intensamente en la lucha clandestina; efectuando la quema de cañaverales, haciendo estallar bombas y petardos, trasladando ropa, mensajes, comida y medicinas para la Sierra. Actuaba en Media Luna y en otros puntos de la geografía del Golfo de Guacanayabo.
Debido a su participación en muchas de las acciones revolucionarias es perseguido por las bandas de Masferrer, al punto de resultar un peligro para su vida, por lo que la dirección del movimiento decide su traslado hacia la Sierra Maestra. Así, se incorpora a la guerrilla el 9 de julio de 1957, en la Columna I dirigida por el propio Fidel. Una vez en la Sierra Maestra, estuvo presente en los combates de Jibacoa y Pino del Agua, bajo las órdenes del Che. Su accionar es reconocido en las zonas de Campechuela, Media Luna, Niquero y Pilón, siendo uno de los cuatro hombres que comandan los pelotones que ponen el cerco a Quevedo durante el combate de El Jigüe.
Combatió junto a guerrilleros destacados como Camilo Cienfuegos, Crecencio Pérez, Fernando Basante e Ignacio Pérez, tomando el lugar de éste último desde su muerte. En todo momento dio muestras de una valentía sin límites.
Acerca de su muerte
El 26 de diciembre de 1958 la tropa que se encontraba bajo su mando, contactó con una numerosa columna dirigida por el sanguinario Sosa Blanco en la zona de Rejondones de Báguanos. Raúl se acerca peligrosamente a una tanqueta enemiga, sus compañeros le advierten pero él no hace caso y hasta los increpa. Se establece feroz combate y una ráfaga de la ametralladora de la tanqueta artillada, hace impacto en su cuerpo hiriéndolo de gravedad.
Sus compañeros se arrastran hasta él con el ánimo de rescatarlo, él les pide que lo maten para no caer prisionero y que se retiren, pero sus soldados no lo abandonan. Lo cargan para sacarlo de la balacera pero, cargado sobre los hombros de un compañero, otra ráfaga de la ametralladora lo impacta. Su cuerpo acumuló 6 impactos. Así, muy grave, lo sacan del área del combate y tratan de llevarlo para el hospital pero éste estaba tomado por las tropas de ejército batistiano. Es mediodía. Lo montan en un jeep para trasladarlo hasta Tacajó pero el jeep está descompuesto y tienen que esperar a que se arregle. Raúl se desangra. Por fin el jeep arranca y es trasladado al hospital de Tacajó a donde llegan al atardecer. Ya casi de noche buscan al médico y lo suben a la mesa de operaciones. Antes de iniciar la operación fallece desangrado por todos los impactos de bala recibidos.
Al morir no había cumplido los 22 años y ya ostentaba los grados de Capitán del Ejército Rebelde. En esos mismos momentos, en su natal Media Luna, las tropas del ejército batistiano huían y su querido pueblo se liberaba. La alegría invadía a los medialuneros que desconocían la terrible pérdida de su querido capitán rebelde.
Años después, en 1986, Fidel visitó a Media Luna. En el museo había una foto de Raúl. Cuando el Comandante se detuvo frente a ella le dijo a quienes lo atendía: “No me digan quien es; yo lo recuerdo, ese era un muchacho muy valiente que se llamaba Raúl Podio”. Así como Fidel lo recuerda después de tantos años, su pueblo no lo olvida y su biografía sirve para que las nuevas generaciones sigan el ejemplo de entrega y valor que él dejó.
Fuentes
- Museo municipal Media Luna.
- Documentos del Archivo Histórico.
