Radiotelescopio SKA

Radiotelescopio SKA
Información sobre la plantilla
Radiotelescopio SKA.jpg
Concepto:El Square Kilometer Array (SKA) “Conjunto de un Kilómetro Cuadrado”, se prevee sea el Radiotelescopio más grande del mundo.

El Radiotelescopio SKA, estudiará las entrañas del espacio ofreciendo nuevas pistas sobre la creación del universo y, quién sabe, incluso podría detectar vida alienígena. Sudáfrica y Australia son los paises con mayores posibilidades de contar con la sede del telescopio más potente del mundo. albergando un enorme complejo conocido como el Square Kilometre Array (SKA), que será 50 veces más sensible y 10.000 veces más rápido que cualquier otro telescopio en el planeta.

Los científicos que participan en el proyecto SKA, son lo más selecto del ámbito de la ciencia y la ingeniería en su campo. En el proyecto participan dos continentes y buena parte de otros dos, como China, Australia, Canadá, Estados Unidos, Europa e India.

El inicio de la construcción del SKA está programado para 2016, y las primeras observaciones podrían empezar a realizarse en 2019, aunque no estará totalmente operativo hasta 2024.

Construccion y funcionamiento

El Square Kilometer Array es un proyecto científico internacional en su diseño y construcción se encuentran trabajando 67 organizaciones en veinte países. El telescopio estará integrado por 3.000 antenas parabólicas, de 15 metros de diámetro cada una, que formarán un único instrumento gigante, distribuido sobre una superficie de 3.000 kilómetros. La mitad de las antenas estarán ubicadas en una zona central de 5 km de ancho. El resto se extenderá en cinco «brazos espirales» cuidadosamente alineados estirándose cada vez más y extendiéndose sobre un área que excede los 3.000 km. En conjunto, la superficie de todas las antenas será de un kilómetro cuadrado; de ahí el nombre del telescopio: Alcance de un Kilometro Cuadrado (SKA por sus siglas en inglés). Todas las antenas estarán combinadas para detectar ondas de radio que penetran la atmósfera de la Tierra, emitidas por estrellas, galaxias y cuásares. Otros dos tipos de receptores de radio, antenas de apertura y de alcance, se combinarán con las parabólicas para tener una cobertura de frecuencia continua de 70 MHz a 10 GHz. Cada plato de telescopio estará complementado por matrices de apertura de alta, media y baja frecuencia, capaces de observar más de una parte del cielo a la vez, dotadas además de un amplísimo campo de visión.

Aspectos principales del Proyecto SKA

  • El SKA-bajo cubrirá un rango de frecuencia de aproximadamente 0.07 a 0.3 GHz; así el componente de frecuencia baja de este programa investigará el universo inicial y las fuentes transitorias.
  • El SKA-medio, cubrirá un rango de frecuencia de aproximadamente 0.5 GHz a 3 GHz o superior; su componente de frecuencia media permitirá que sea esencialmente un instrumento para explorar la evolución de las galaxias, la energía oscura, las fuentes transitorias y el campo de gravedad fuerte. Finalmente,
  • El SKA-alto contempla un rango de frecuencia de entre 3 GHz a 25-50 GHz o mayor, siendo fundamentalmente un instrumento importante para explorar la formación de estrellas y planetas, la gravedad fuerte y la posible existencia de inteligencia extraterrestre.


El futuro del radiotelescopio SKA

Los astrónomos podrán aprovechar este proyecto en una etapa de «ciencia inicial» a partir del año 2015, en tanto que las investigaciones del SKA a frecuencias sobre los 10GHz comenzarían más allá del año 2020. El SKA supone una gran mejora frente a esos otros telescopios, pues funciona en una gama más amplia de frecuencias y sus instrumentos serán hasta 50 veces más sensibles. Además podrá escanear el cielo unas 10.000 veces más rápido. Gracias a que las estaciones receptoras se extenderán a una distancia de 3.000 km del núcleo central, será capaz de proporcionar las imágenes de mayor resolución hasta la fecha en la astronomía. Para dar una idea de su potencia, el complejo sería capaz de detectar un radar de aeropuerto ubicado en un planeta que esté a 50 años luz de distancia, y recopilará tal volumen de información cósmica que para procesarla se necesitaría construir un superordenador con una capacidad equivalente a mil millones de computadoras.

La misión del SKA

Este telescopio tiene como misión abordar una amplia gama de preguntas de la astrofísica, la física fundamental, la cosmología y la física de partículas. Será capaz de sondear partes aún inexploradas del universo distante. Gracias a este instrumento, los astrónomos serán capaces de examinar los límites de la relatividad general, en aquellos casos en los que la teoría parece no poder ofrecer respuestas claras, tales como el comportamiento del espacio-tiempo en regiones muy curvadas del espacio. El SKA permitirá crear el mapa más preciso y completo del universo. Observando la estructura del cosmos a gran escala se pueden determinar los procesos de formación y crecimiento de galaxias. Un conocimiento más preciso de la evolución cósmica mostraría claramente cuáles son los efectos de la misteriosa energía oscura. Será capaz de llenar el vacío de la llamada «edad oscura», sobre la que apenas se sabe nada y que comprende entre 300.000 años después del Bing Bang, cuando aparecen las galaxias más jóvenes. Al observar la distribución de gas primordial, el SKA podrá ver cómo se iluminó poco a poco el universo al formarse las estrellas y galaxias. Uno de los objetivos primordiales es observar el pasado: hacer un mapa de las primeras estructuras creadas cuando el universo era aún muy joven.

Mediante la cartografía de los efectos del magnetismo en la radiación de galaxias muy distantes, el SKA revelará el papel que ha desempeñado en la evolución del universo. También podrá observar otros planetas capaces de albergar vida. Los astrobiólogos utilizarán el SKA para identificar aminoácidos, las moléculas que forman las proteínas, mediante la identificación de las líneas espectrales en frecuencias específicas, impulsando la búsqueda de exoplanetas y de inteligencia extraterrestre. Está siendo considerado como el equivalente astronómico del Gran Colisionador de Hadrones, al ofrecer nuevas pistas sobre la formación del universo y es tan poderoso que incluso podría detectar vida extraterrestre.


Fuentes