Rafael García Herreros

Rafael García Herrero
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Nacimiento9 de enero de 1909,
San José de Cúcuta, Bandera de Colombia Colombia
Fallecimiento24 de noviembre de 1992
Cúcuta, Bandera de Colombia Colombia
NacionalidadColombiana
OcupaciónEscritor, político y periodista
PadresJulio César García Herreros y doña María Unda

Rafael García Herrero. Sacerdote de la Iglesia Católica. Humanista, filósofo, poeta, políglota, escritor, profesor de griego, latín, filosofía y arte, y predicador incansable. Iniciador del programa el Minuto de Dios y del barrio del mismo nombre en Bogotá. Fue fundador de numerosos centros educativos en todo el país y promotor de muchas otras obras sociales.

Síntesis biográfica

Nació el 9 de enero de 1909 en Cúcuta, el tercero de siete hijos del general Julio César García Herreros y doña María Unda, quienes le inculcaron fervorosa piedad y profundo amor patrio.

Estudios

Estudió la primaria en el Colegio de las Hermanas de la Presentación y en el Colegio Provincial, en su ciudad natal, y el bachillerato en el Seminario Menor de Pamplona. Cursó la filosofía y la teología en el Seminario Eudista de Usaquén, Bogotá, entre 1928 y 1934. Posteriormente, perfeccionó sus estudios en filosofía y sociología en Roma (Italia) y Friburgo (Suiza) entre 1950 y 1952.

Trayectoria

Se incorporó a la Congregación de Jesús y María, padres eudistas, en 1932 y el 19 de agosto de 1934 fue ordenado sacerdote, en Bogotá, por el arzobispo Paolo Giobe, nuncio apostólico. En la comunidad ejerció su ministerio presbiteral, primero en la formación de sacerdotes, de 1934 a 1950 y de 1952 a 1954, en los seminarios de Santa Rosa de Osos, Jericó, Mérida (Venezuela), Pamplona, Miranda, Cartagena y Cali, principalmente como profesor de Filosofía y de lenguas clásicas (latín y griego) y después, en la dirección y realización de obras sociales y evangelizadoras.

Fue un sacerdote convencido de su ministerio y enamorado del sacerdocio de Jesucristo, fiel a la Iglesia Católica y atento a las directrices del Magisterio, llamó a los creyentes a vivir de una manera concorde con su fe. En su tarea evangelizadora y de promoción vocacional, el padre desplegó gran actividad literaria con sus “Cuentos”, de los que publicó unos 250 a lo largo de su vida, y muchos otros escritos: obras teatrales, vidas de santos, crónicas, oraciones, páginas espirituales, etc. Reflejó su experiencia mística y su vivencia interior en sus conversaciones, predicaciones, enseñanzas y escritos, recogidos en libros y folletos que han alcanzado varias ediciones, y presentados en la colección de sus “Obras Completas” (han visto la luz 24 tomos, con temas como: “Dios, Jesucristo”, “El Espíritu Santo”, “La Iglesia”, “La Virgen María”, “El cristiano”, “Colombia, la paz, la justicia social”, entre otros). Su primera inquietud siempre fue amar y servir a Dios. Amaba profundamente la Palabra de Dios, que siempre leía y que impregnaba sus predicaciones.

En 1946 comenzó en Cartagena su actividad radial, con el programa “La hora católica”. En 1950 inició, también en Cartagena, el programa radial “El Minuto de Dios”, que transmitió desde Cali en enero de 1952, desde Medellín en septiembre de 1954 y desde Bogotá en diciembre de 1954. En enero de 1955, comenzó la transmisión de “El Minuto de Dios” por televisión, el programa vigente más antiguo de la televisión colombiana, a través del cual durante 38 años habló acerca de Dios, del hombre y de la patria.

Cartagena fue testigo de la devoción del padre García Herreros a la Virgen María, en especial bajo la advocación de la Virgen del Carmen. A él se debe la estatua en mármol de la Virgen del Mar, en la Bahía de Cartagena que, encargada a Italia, fue entronizada en el baluarte de San Lorenzo el 16 de julio de 1958, 25 años después fue trasladada a la bahía, como era la idea original, y el 16 de julio de 1983 el arzobispo Carlos José Ruiseco y el padre García Herreros inauguraron, con una procesión de veleros, el monumento.

La experiencia comunicativa y el interés por la restauración de los valores cristianos en el país lo llevaron a fundar una emisora en Bogotá y a desarrollar el trabajo de “El Minuto de Dios” a través de los medios de comunicación social. En 1987, con la bendición del señor Cardenal Mario Revollo, salió al aire la Emisora Minuto de Dios, “una emisora para la gloria de Jesucristo”, con programación cultural y evangelizadora, que fue la semilla de nuevas emisoras. De 1955 a 1958, el padre García Herreros fue director de la Revista Cathedra, para sacerdotes.

En 1955 inició la atención a los pobres, la erradicación de tugurios y la construcción de viviendas, en Bogotá. En 1956 comenzó el barrio Minuto de Dios, al que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consideró modelo de erradicación de la pobreza. Evangelizador y catequista, buscó que el barrio fuera una comunidad cristiana organizada, solidaria y progresista, erigida como parroquia San Juan Eudes en 1965, por decreto del señor Cardenal Luis Concha. El padre García Herreros fue nombrado párroco, servicio que desempeñó hasta su muerte. Desde allí ejerció un liderazgo espiritual que se extendió por toda Colombia, impulsando la Renovación Carismática de la Iglesia Católica en el país. Propició la realización de retiros para sacerdotes, concilios de jóvenes, congresos de evangelización y conformación de grupos y comunidades de oración. En la parroquia florecieron diversos movimientos apostólicos, como cursillos de cristiandad, grupos neocatecumenales y, sobre todo, la Renovación Católica Carismática.

Dotado de sensibilidad ante la belleza, creó, en 1966, el Museo de Arte Contemporáneo, con el propósito de apoyar a artistas jóvenes y hacer accesible el arte y la cultura a personas y familias de todos los estratos sociales. En 1971 se construyó el Teatro Minuto de Dios, de manera que el barrio se fue convirtiendo en una ciudadela educativa y cultural, “maqueta de la futura Colombia, proyecto de una ciudad ideal”.

Rafael Garcia Herreros

En 1958, se obtuvo la personería jurídica de la Corporación El Minuto de Dios, como entidad sin ánimo de lucro, comprometida en el desarrollo integral de la persona humana y de las comunidades marginadas, que ha podido proveer 70 mil viviendas, nuevas o mejoradas, beneficiando a unos 350.000 habitantes, es decir, el equivalente a un municipio intermedio de Colombia. Esta labor se extendió por todo el país, especialmente ante desastres naturales: en 1983, en la reconstrucción de Popayán, en 1985, lideró la respuesta de los colombianos por la tragedia de Armero: construcción y desarrollo social en Lérida, Guayabal y Chinchiná, en 1987, ante los deslizamientos en Villa Tina (Medellín) se construyó el barrio Héctor Abad Gómez; en 1989 se inauguró el Barrio de las Reinas, en Cartagena; etc. El Minuto de Dios hizo presencia, además, en Managua en 1972 y en Guatemala, en 1976, luego de los terremotos en esas ciudades.

Los programas de vivienda y organización comunitaria y los proyectos de atención en desastres se siguen desarrollando en El Minuto de Dios, complementados con programas de atención a población vulnerable, capacitación para el trabajo, asesoría en creación de microempresas, microcréditos, etc.

En 1956, inició la fundación de escuelas en la periferia de Bogotá, en 1958 fundó el Colegio Minuto de Dios, que ha dado lugar a la creación de 18 colegios y siete jardines infantiles, en diversas ciudades del país, que hoy atienden cerca de 25.000 estudiantes. En 1988 fundó la Corporación Universitaria Minuto de Dios para formar profesionales competentes, éticos y socialmente responsables, que actualmente tiene presencia en 42 municipios de Colombia y brinda educación a más de 75.000 alumnos, con programas técnicos, tecnológicos, profesionales y de posgrado. A ellos se suman otros cursos de educación no formal que ofrece El Minuto de Dios, de manera que son más de cien mil personas las beneficiadas con programas de educación.

Su preocupación por las clases marginadas y menos favorecidas del país hizo que en 1963 entrara a La Motilonia e iniciara el trabajo de cristianización y civilización de los indígenas Bari. Éste y otros esfuerzos evolucionaron hasta la creación de la Fundación de Asesorías para el Sector Rural – Fundases, que provee tecnología limpia para la mejora de la producción agrícola y ganadera, la purificación de aguas y la protección del medio ambiente. Por otra parte, el padre García Herreros apoyó la creación de la Fundación Eudes, que atiende a personas que viven con VIH y Sida.

El padre Rafael se comprometió en los procesos de paz realizados en Colombia. Visitó, en compañía de miembros del gobierno, La Uribe, en 1985. Colaboró en la entrega de Pablo Escobar a las autoridades. Y se comprometió en la liberación de varios secuestrados, entre ellos Maruja Pachón y Francisco Santos. Ese proceso minó su salud, lo que indudablemente apresuró su muerte. El sufrimiento de los colombianos presos en cárceles extranjeras lo llevó a trabajar, en la última etapa de su vida, por su repatriación.

Se caracterizó siempre por ser un hombre creativo, innovador, y por hacerlo todo en el nombre del Señor. Empleó la inventiva especialmente para buscar alternativas de solución en la erradicación de la pobreza. En 1961 ideó y realizó el primer Banquete del Millón, “la cena más rica y más pobre del mundo”, para obtener recursos y financiar las obras sociales, evento que se instituyó en Colombia y se sigue celebrando. A lo largo de los años realizó campañas para invitar a los católicos y a los colombianos en general a ejercer la responsabilidad social con sus compatriotas necesitados.

Pobre y generoso, vivió siempre en sencillez y austeridad, como puede observarse en los artículos de su uso personal. Por sus manos pasó mucho dinero, del cual no reservó nada para sí. Vivió siempre la caridad, en el desprendimiento de las cosas materiales en favor de los otros y en su compromiso por ayudar a las personas y por transformar las estructuras sociales, aplicando la doctrina social de la Iglesia Católica.

Muerte

El padre García Herreros falleció en la casa cural del Minuto de Dios, en Bogotá, en la noche del 24 de noviembre de 1992, mientras en el Hotel Tequendama se celebraba el 32º Banquete del Millón.

El testimonio sacerdotal de su vida fue siempre intachable y su recuerdo perdura en el corazón de sus hermanos de comunidad, de sus discípulos, de los habitantes del barrio, de las familias beneficiadas a través de los programas que realizó y también en el corazón de los colaboradores y los benefactores de la obra que inició.

Reconocimientos

A lo largo de su vida, recibió muchos reconocimientos y condecoraciones, entre ellos la Cruz de Boyacá y la Cruz de San Carlos, de la Presidencia de la República y la Orden Civil al Mérito “Ciudad de Bogotá”, de la Alcaldía Mayor de Bogotá. En varias ocasiones, especialmente en 1991.

En 1982, el presidente de la república, Belisario Betancur, le donó el Premio Príncipe de Asturias que le había sido entregado por el gobierno español, al Minuto de Dios, en noviembre de 1986, el presidente Virgilio Barco le otorgó la Orden Nacional en el grado de Gran Cruz.

El 20 de agosto de 2009, en el marco de la 22ª Feria del Libro que se realizó en Corferias, la organización El Minuto de Dios celebró los 100 años del natalicio del padre García-Herreros, a través del lanzamiento de 19 obras inéditas, y la reedición de su libro biográfico “Una vida y una obra”; todos escritos por el padre Diego Jaramillo Cuartas, actual presidente de esta entidad sin ánimo de lucro.

Premios

Su nombre fue postulado para el Premio Nóbel de la Paz. Al recibir de la Televisora Nacional, en 1956, el “Nemqueteba de Oro”, expresó:

“Lo único que ambiciono es un modesto premio a los ojos de Dios”.

En 1987 recibió el Premio Nacional de Solidaridad, el 28 de abril de 1988 el Premio Derechos Humanos, entregado por la organización judía B'nai B'rith, y en 1990 el premio Comunica, otorgado por la Congregación Mariana y la Corporación Prensa, Cine, Radio y Televisión (Precirte).

Fuentes