Religiones palmirenas, nabateas y nordarábigas
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Religiones palmirenas, nabateas y nordarábigas. Estas creencias son la de pueblos semíticos, más o menos sedentarios, existentes en Palestina y Siria durante la época helenísta, romana y bizantina.
Sumario
Historia
Palmira, gran ciudad comercial colocada al borde del desierto sirio, se llama en árabe Tadmur. De gran antigüedad, el emperador Aureliano la destruye en 263 d.JC. Su capital es Petra, situada al sudeste del Mar Muerto. Los árabes que de aquí se tratan son los existentes en el sur de Siria, Transjordania y la Arabia septentrional.
El culto a El o Ilah, que solo se mantiene entre los nómadas, sufren diversas influencias foráneas, en especial la de las deidades babilónicas en Palmira (Nergal-Hércules- y Nebo-Apolo). Los dioses palmirenos más típicos se llaman Bel y Baalshamín: el primero es señor del firmamento estrellado y el segundo de los cielos en general; Malakbel, divinidad solar y la fecundidad; Yarhibol, dios de la justicia, y del Sol y las fuentes; Aglibol, deidad de la Luna entre otros.
Costumbres
Además de los santuarios que incluían un terreno sacro, hay los templos propiamente dichos, consistentes en una cella, destinada al dios, mientras el resto del edificio sigue estilos arquitectónicos variables (grecorromanos, iranio). A ellos puede agregarse el betilo, piedra erecta que representaba la divinidad. No hay sacerdotes propiamente dichos. Hacen las veces de ellos, entre los árabes, el jefe de la tribu o del clan, y el adivino; muy poco se sabe del sacerdocio entre los palmirenos y los nabateos aunque se conserva el nombre de algunas categorías y se tiene, en el caso de los primeros, una noción de su indumentaria.
Las manifestaciones más notables y mejor conocidas incluyen las procesiones y el banquete ritual. Aquellas consisten en dar vueltas alrededor del santuario antes del sacrificio o, en Palmira, el transporte del ídolo en unas angarillas o en un receptáculo puesto en los lomos de un camello. El banquete ritual, en el que se interviene por invitación explícita, se celebra con los comensales tendidos en lechos o banquetas de piedras, en salas especiales o jardines, según se colige en las inscripciones descubiertas.
Creencias
Los árabes preislámicos creen en la supervivencia tras la muerte, en la que el individuo se convierte en una sombra sin consistencia. Sobre las tumbas se erige una estela o un montón de piedras, que quizás represente la personalidad del muerto. Hay en Palmira sepulcros en forma de torres de varios pisos, que carecen de carácter representativo del individuo: solo tienen valor conmemorativo. Los cadáveres se introducen en ella en las hileras de nichos practicados en las paredes. Otras veces las torres son macizas y los cuerpos se entierran en la base.
Fuentes
- Maravillas del saber (1977). 6.ed. Barcelona : CREDSA. t.3
