Remache

Remache
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Clavo que se hace pasar por un agujero que atraviesa dos o más piezas y después se le conforma la otra cabeza.

Remache. Clavo sin punta, con una cabeza, que se coloca en un agujero hecho a través de dos o más piezas delgadas y al cual se le conforma a presión o por golpes la otra cabeza con el objetivo de que queden unidas permanentemente. En España y otros países se le conoce también como roblón.

Generalidades

Antes de generalizarse la soldadura por arco eléctrico y oxiacetilénica, la unión de las piezas de acero se hacía casi exclusivamente con remaches o tornillos. Esto podía verse en puentes y otras estructuras metálicas, barcos, tanques para líquidos, equipamiento de ferrocarril, etc. Sin embargo, todavía hay muchos mecanismos y piezas metálicas y de plástico en los cuales se produce el remachado, debido a su bajo costo y confiabilidad. Como ejemplos de uniones remachadas actuales, además de para unir planchas y chapas, se pueden señalar las tijeras, los cuchillos, y otros utensilios de uso común.

Son más comunes los remaches de acero, pero para poca carga pueden utilizarse de bronce, cobre, aluminio y otros materiales blandos. Los remaches de diámetro inferior a 10 mm pueden remacharse en frio, y los mayores en caliente.

Ventajas y desventajas

Se trata de un método barato y automatizable, puede usarse para unir piezas de materiales diferentes, es más estético y barato que las uniones atornilladas, y permite uniones ciegas (cuando solo hay acceso a una de las caras). Sin embargo, no es adecuado para piezas de gran espesor, su resistencia es inferior a la de un tornillo, y la unión no es desmontable.

El proceso de remachar

Las fases de la ejecución son varias: primero se trazan y taladran los agujeros, que han de ser de diámetro ligeramente mayores que los del vástago del remache; después se ajustan las piezas entre sí; se introduce el remache en el agujero; y después, por medio de diversos martillazos aplicados perpendicularmente y oblicuamente, se da una primera forma a la cabeza de cierre. La forma definitiva, por lo general redonda, se imprime con una pieza horadada según la forma que va a llevar la cabeza.

Se puede remachar en frío o en caliente; pero ambos sistemas son igualmente trabajosos. Se facilita la operación empleando martillos neumáticos (accionados por medio de aire comprimido) para formar las cabezas de cierre. A nivel industrial se recurre a máquinas especiales de remachar con dispositivos automáticos.

Tipos de remaches

Principales tipos de remaches.

De cabeza plana. Tienen la ventaja de que sobresalen poco, pero la resistencia a la tracción es menor que con los de cabeza troncocónica o semicircular.

De cabeza troncocónica. Sirven para embutirse en un avellanado producido en la pieza, de modo que la cabeza no sobresalga.

De cabeza semicircular. La cabeza forma un montículo. Debido a su mayor sección en la parte limitante con el vástago, tiene una superior resistencia a la tracción.

Remache hueco. El extremo del vástago es hueco para ser conformado rápidamente con un instrumento puntiagudo.

De dos piezas. Una de las piezas tiene un agujero central, donde se introduce la otra pieza, que es cónica y que se sostiene por presión o deformándose su punta al penetrar en el primero.

Remache ciego o pop, con el clavo que sirve para cerrarlo.

Ciego o pop. Es un remache con hueco interior, en el que viene introducido un clavo con cabeza. A diferencia de los remaches comunes, el remache pop puede insertarse por un solo extremo sujetándolo por el clavo y colocando la cabeza en la perforación existente entre las dos superficies a unir (comúnmente placas o láminas). Con una herramienta llamada remachadora se hala el clavo hasta que su cabeza deforma el extremo del remache, fijándolo en la pieza. Al continuar la tensión, el clavo se rompe, quedando terminado el remache.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. La ingeniería agrícola del productor cubano. (Libro en edición). Editorial Infoiima. La Habana, 2015.