Rescate de Carlos Iglesias Fonseca

Rescate de Carlos Iglesias Fonseca
Información sobre la plantilla
Fecha:12 de agosto de 1958
Lugar:San Luis, Santiago de Cuba
Resultado:
Se logró el rescate de Carlos Iglesias Fonseca.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
II Frente Oriental
Organizaciones involucradas:
Ejército Rebelde



Rescate de Carlos Iglesias Fonseca. En el mes de agosto las fuerzas rebeldes pertenecientes al II Frente Oriental Frank País García llevan a cabo la acción más importante de ese mes: rescatar en el puente San Nicolás, ubicado en el Municipio San Luis, Santiago de Cuba al dirigente nacional del M-26-7, conocido como Nicaragua.

Objetivo de la misión

El 12 de agosto 1958 las fuerzas de la compañía “A” llevan a cabo el asalto y toma al tren central Habana-Santiago. El objetivo era rescatar al dirigente nacional del M-26-7 Carlos Iglesias Fonseca (Nicaragua), que sería trasladado desde la prisión El Príncipe, de la Ciudad de la Habana, hasta Santiago de Cuba para comparecer ante el Tribunal de Urgencia donde le celebrarían un segundo juicio.

Proyecto del rescate

El rescate se planeó mediante el asalto al tren. El mismo sería abordado por cuatro milicianos en el poblado de Miranda, a fin de apoyar la operación desde su interior. Como identificación llevarían una cinta roja y negra en las pistolas; la seña y contraseña serían “Frank” y “País”, respectivamente. Con el personal de tres escuadras, al mando del Capitán Tomassevich, se partiría hacia el chucho de San Nicolás, el primero después de la parada de Palmarito de Cauto, allí se cambiaría el chucho para desviar el tren, a fin de obligar al maquinista a detenerlo y en ese momento atacar. Las tres escuadras se situarían ocultas a lo largo de las cunetas, de modo que cuando el tren se detuviera se realizara el ataque simultáneo.

Para contar con un mayor apoyo desde el interior del tren, se decidió que cinco combatientes se adelantaran a tomarlo en Palmarito de Cauto, localizaran el coche donde venía Nicaragua, se le situaran lo más cerca posible y cuando se detuviera el tren y comenzara el combate, actuaran junto a los milicianos para proteger y rescatar a Nicaragua. Los rebeldes subirían a los vagones como pasajeros normales; debían pelarse, afeitarse, vestirse de civiles e irían armados con revólveres. Los combatientes escogidos fueron: Avelino Vallina Fernández, José Mercerón Allen, Manuel Guardia Astorga, Gerardo Bermúdez Carmenaty y Ramón Ochoa Vega.

Acción en el interior del tren

Los soldados que custodiaban el tren, antes de la llegada al lugar de la emboscada, descubrieron a los revolucionarios produciéndose un fuerte tiroteo perdiendo la vida los combatientes: Avelino Vallina, Manuel Guardia Astorga (ambos sanluiseros), José Merceron y Gerardo Bermúdez Carmenaty. Al creer controlada la situación, la soldadesca comenzó a jactarse de la victoria con mayúsculas palabrotas y ademanes de supremo alarde. Uno de los militares que montó en la estación de Martí, ordenó al maquinista arrancar el tren y no detenerlo hasta Santiago de Cuba. El transporte continuó la marcha y al llegar a la altura del chucho de San Nicolás el maquinista se percató de la señal del desvío aminorando la marcha hasta detenerse exactamente donde los revolucionarios habían planificado. A la voz de fuego los rebeldes comienzan a disparar a las ventanillas del tren.

Resultados de la misión

El combate finalizó cuando el último soldado que ofrecía resistencia fue aniquilado. Murieron un total de 11 militares ocupando las armas que traían: dos San Cristóbal, una carabina M-1, cinco Springfield, dos pistolas, nueve revólveres, cananas y abundante parque. Con la valiente y audaz acción se logró rescatar ileso al dirigente revolucionario Carlos Iglesias Fonseca, pero con ella se fue la vida de cinco valerosos combatientes. Al respecto comenta Tomassevich:

“… cuanta razón tenía aquel guerrero de antaño al sentenciar que una victoria sólo es total cuando se regresa a casa con las filas completas…”

Testimonio de Tomassevich acerca de Nicaragua

Sobre esta figura histórica nos comenta Tomassevich en su libro Golpes para el triunfo:

(...) Después de participar en el levantamiento armado y evasión de la cárcel de Boniato, realizados el 30 de noviembre 1956, Nicaragua desplegó una intensa labor clandestina en Santiago de Cuba, hasta el punto de ocupar el cargo de Jefe de Acción del M-26-7, cuando a Frank País lo encarcelaron en los primeros meses de 1957. En mayo de ese año a Nicaragua lo apresaron de nuevo y fue sentenciado a un año de cárcel que cumplió en la Isla de Pinos. En julio 1958 lo trasladaron temporalmente a la prisión El Príncipe, pero su destino final era comparecer ante el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba donde le celebrarían otro juicio.

Fuentes