Rescate de Sanguily

Rescate del brigadier Sanguily
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Una de las más grandes hazañas militares de la guerra de los diez años, ocurrida en la provincia de Camagüey.
Fecha:8 de octubre de 1871.
Lugar:Potrero de Consuegra, al sur de la ciudad de Puerto Príncipe
Descripción:
El Mayor General Ignacio Agramonte acompañado con 35 de sus mejores mambises se lanza contra una columna española y rescata al brigadier Julio Sanguily
Resultado:
Rescate del brigadier
Consecuencias:
Fue un hecho que levantó el ánimo en el campo cubano en momentos difíciles, motivó prácticamente a todo el mundo(...) una de las más grandes proezas militares en la lucha por la independencia, que despertó incluso la admiración de las fuerzas españolas.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba y Bandera de España España
Líderes:
Ignacio Agramonte, Henry Reeve, Julio sanguily (Brigadier rescatado)
Ejecutores o responsables del hecho:
El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz y 35 de sus más fieles soldados
Organizaciones involucradas:
Ejército Libertador del Camagüey


Rescate del brigadier Sanguily. Esta fue una proeza militar realizada en la primera guerra de independencia cubana conocida como la Guerra de los Diez Años; la misma fue realizada por el Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz y 35 de sus mejores jinetes, el 8 de octubre del año 1871.

Sucesos

Era el amanecer del 8 de octubre de 1871, el día anterior Ignacio Agramonte había acampado con unos 70 hombres de su caballería en el potrero de Consuegra, al sur de la ciudad de Puerto Príncipe, con el propósito de descansar luego de un ajetreado mes de largas y fatigosas jornadas de marchas y contramarchas por toda la zona.

Algunos apoyan la versión en la que se afirma que el Mayor había dado órdenes estrictas a sus soldados, de no abandonar el campamento, por lo que suponen que esto no fue obedecido por el brigadier Julio Sanguily.

General de Brigada Julio Sanguily Garritte

Sin embargo la mayoría de los especialistas en Historia alegan que el brigadier Julio Sanguily, siempre conocido como un disciplinado, valeroso, y alto oficial de confianza de la tropa agramontina, pidió permiso y fue autorizado para visitar, junto a sus escoltas, el rancho-enfermería que se encontraba cerca en la finca Santo Domingo atendido por la villareña Cirila López Quintero, a fin de dejar a 3 enfermos bajo su cuidado, para que le lavaran su ropa, descansar de la marcha y recuperarse de unas heridas.

Eugenio Betancourt Agramonte afirma que:

...fue tal la persitencia, que al fin se le otorgó el permiso y en la mañana del 8 de octubre de 1871 salió del campamento y llegó al rancho de Doña Cirila que era confidente y enfermera de los insurrectos...

Es que Sanguily, quien no hacía mucho había sido herido de gravedad en su pierna izquierda, había quedado bien afectado en la movilidad y uso de la misma de tal manera que precisaba de ayuda para montar a caballo, y había que amarrarlo y también desmontarlo, pero ni así dejaba de combatir, ni de inspirar respeto, afecto y admiración de sus subordinados y de sus superiores.

Según varias versiones, mientras aguardaba por el vestuario y su desayuno, fue atrapado por una patrulla española liderada por el sargento Mont en los montes de Matehuelo, la misma formaba parte de una columna española, que estaba a las órdenes del general Sabas Marín.

Lo sorprendieron y se calcula que dicha fuerza militar era de aproximadamente 120 hombres, aunque algunos relatos hablan de 300 efectivos. Sanguily, auxiliado por su asistente, Luciano Caballero, intentó infructuosamente alejarse del lugar, pero un sargento español logró apresarlo. Con posterioridad fue llevado hasta el Jefe de la columna española, el cual le dirigió algunas preguntas para conocer dónde se hallaban Ignacio y Eduardo Agramonte, pero Sanguily no le respondió.

Luciano Caballero logra escapar

Luciano Caballero, logra alejarse del lugar de los hechos e informa lo sucedido al capitán Federico Diago, ayudante de Agramonte, el cual comunicó la noticia al Mayor. Éste le describió la terrible circunstancia de que la tropa española, al saber la importancia de su prisionero, había emprendido la marcha hacia Puerto Príncipe donde de seguro le harían un rápido consejo de guerra y lo fusilarían de acuerdo con las órdenes y prácticas habituales que aplicaban a los mambises. Agramonte, sin averiguar cuántos eran los enemigos, sino en qué lugar estaban, ensilló su caballo nombrado Mambí y se dirigió a sus 70 soldados:

"Mis amigos, la cuestión está clara. Al brigadier Sanguily lo han hecho prisionero los españoles. Todo el que esté dispuesto a rescatarlo o morir, que dé un paso al frente".

Fuerza militar improvisada

El Mayor improvisa una fuerza de 35 jinetes: a la vanguardia va el capitán norteamericano Henry Reeve, conocido como El Inglesito, con cuatro rifleros de la escolta; el resto quedaba a las órdenes del comandante Manuel Emiliano Agüero, donde también iba Agramonte con sus ayudantes.

Regresó Reeve, quien informó a Ignacio que los españoles, sudorosos y cansados, se arremolinaban a beber agua alrededor del pozo situado en el potrero de la finca "La Esperanza", propiedad de Antonio Torres, muy próximo a la ladera de la loma del lugar. Ante tal situación Agramonte desenvaina su machete y le ordena a sus hombres que es preciso rescatar a Sanguily vivo o muerto o perecer en la demanda.

El terror entre los españoles

Julio Sanguily iba atado a la cabalgadura de un sargento y estaba vestido con uniforme español, para evitar que sus compañeros lo tomaran por enemigo gritó ¡Viva Cuba Libre! y trató de dirigirse al bando cubano, ante lo que el suboficial que lo custodiaba lo hirió disparándole en una mano. Cuando se aprestaba a rematarlo, fue ultimado por un oportuno machetazo mambí, mientras que al brigadier lo sacaron los bravos insurrectos del campo enemigo en la grupa de un caballo.

Literalmente los mambises entraron por el frente de la columna española y salieron por el otro extremo con Sanguily. Tras de ellos quedó una diezmada y desmoralizada tropa que los cuadriplicaba y a la que le hicieron 11 bajas mortales y capturaron decenas de caballos, monturas, una tienda de campaña y una buena cantidad de proyectiles, revólveres y sables. Agramonte, muy emocionado, al ver que se había logrado el objetivo estrechó fuertemente en sus brazos a su amigo Sanguily y le dijo:

“Julio te dije que el día menos pensado ibas a caer en poder de los españoles, pero no creí que fuera tan pronto”.

Esta brillante acción es ejemplo de capacidad organizativa, coraje y valentía de El Mayor. El propio Agramonte comento sobre la acción de rescate:

"Salí con ellos logrando alcanzar al enemigo en la finca de Antonio Torres, cargué por la retaguardia el arma blanca y los nuestros sin vacilar ante el número ni ante la persistencia del enemigo, se arrojaron impetuosamente sobre él, lo derrotaron y recuperamos al Brigadier Sanguily y cinco prisioneros más. Nuestra persecución les siguió a larga distancia hasta dispersarles por completo. El enemigo dejó once cadáveres. (...) Mis soldados no pelearon como hombres: ¡Lucharon como fieras!."

Palabras de Fidel

Monumento en recordatorio de la gloriosa epopeya librada por Agramonte y sus hombres en el rescate del Brigadier Sanguily.

El Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en el centenario de la caída en combate de El Mayor destacó la significación histórica del Rescate del brigadier Sanguily:

"Ha pasado a la historia como una de las más extraordinarias acciones de armas; un hecho que levantó el ánimo en el campo cubano en momentos difíciles, que electrizó prácticamente a todo el mundo(...) sobradamente conocido por todos los cubanos, esta fue sin dudas una de las más grandes proezas que se escribieron en nuestras luchas por la independencia, y ha pasado a ser un hecho de arma proverbial, que en aquel entonces despertó incluso la admiración de las fuerzas españolas."

Comentarios de algunos historiadores y otras personalidades sobre dicha epopeya

  • Apóstol José Martí.
“Cayó sobre la columna Ignacio Agramonte, atravesó por ella a escape con sus treinta hombres, arrancó a Julio Sanguily de la silla de un sargento… entre el resto de la columna los jinetes rápidos como el instante”
  • Historiador Gerardo Castellanos.
En esta hora ocurrió el episodio más brillante, (...) por su belleza marcial y precisión, librado en todos los anales de nuestras guerras, que es mucho otorgar”
  • Historiador J.E Casasús
“hizo variar fundamentalmente la estrategia española que, en lo adelante, organizó columnas fuertes (…); y (…) levantó la moral del ejército cubano, porque acreditó (…) el alto grado de su poder ofensivo”.
  • Historiador Gustavo Sed Nieves
“las circunstancias (…) exigían un hecho de armas que evidenciaran el resurgimiento del orden y la disciplina en las huestes insurrectas camagüeyanas sometidas, durante casi un año, a la continua ofensiva desplegada por el alto mando militar español”.
  • Historiador Ricardo Muñoz Gutiérrez
Además del rescate a un compañero de armas, un derroche de espiritualidad, de compromiso con la Patria, el rescate del brigadier Julio Sanguily ha pasado a la historia (...) como pauta del compromiso del jefe con el subordinado a quien no puede dejar abandonado aunque en ello le vaya la vida”

Algunas creaciones artísticas que perpetúan y glorifican la inigualable carga al machete

  • Marcha Al Rescate

Compuesta por la hija de Agramonte, Herminia Agramonte Simoni.

  • Novela Generales y Doctores

Del escritor Carlos Loveira.

Los versos del poeta Rubén Martínez Villena sobre el Rescate de Sanguily ilustran con orgullo la hazaña.

Marchaba lento el escuadrón riflero:
ciento veinte soldados de la España
que llevaban, cual prueba de su saña,
a Sanguily, baldado y prisionero.
Y en un grupo forjado por Hornero,
treinta y cinco elegidos de la hazaña,
alumbraron el valle y la montaña
al resplandor fulmíneo del acero.
Alzóse un yaguarama reluciente,
se oyó un grito de mando prepotente
y un semidios, formado en el combate,
ordenando una carga de locura,
marchó con sus leones al rescate
¡y se llevó al cautivo en la montura!

Fuentes Bibliográficas

  • Fernández Espert, Ángel Avelino. Artículo El Rescate de Sanguily.
  • Casasús, J.E. Vida de Ignacio Agramonte.
  • Muñoz Gutiérrez, Ricardo. Artículo Agramonte, la virtud de cambiar para servir mejor.
  • Nuestra Historia, Software Educativo Colección Multisaber.
  • Historia de Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana,2002.
  • Valores humanos. Cubanos de todos los tiempos, publicado por la Editorial Capitán San Luis.
  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510 - 1898). Tomo II Acciones Combativas. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2014. Página 113.
  • García González, Luís. Investigación inédita. Tomado de la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial Martí.

Véase también

Fuentes