Retrato de Ginebra de Benci

Retrato de Ginebra de Benci
Información sobre la plantilla
Ginevra de' Benct.jpg
Pintura al temple y óleo sobre tabla de Leonardo da Vinci
Datos Generales
Autor(es):Leonardo da Vinci
Año:1476.
Datos de la Pintura o dibujo
Estilo pictórico:Renacimiento
Técnica:Oleo sobre tabla
Dimensiones:38,8 cm X 36,7 cm cm
Localización:Galería Nacional de Arte (Washington), Washington D. C.,Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Retrato de Ginebra de Benci es un cuadro de Leonardo Da Vinci de 1474-1476 es un óleo sobre tabla (madera de álamo). Mide 38,8 cm. de alto y 36,7 cm. de ancho. Se encuentra sutuado en la Galería Nacional de Arte (Washington), Washington D. C., Estados Unidos desde 1967

Historia

Esta chica con cara de pocos amigos, que mira hacia el espectador con aire displicente, es Ginevra de’ Benci, hija de un rico banquero florentino del siglo XV. Tiene el honor de ser uno de los primeros retratos renacentistas en los que la figura no está colocada de perfil estricto, sino de tres cuartos (Leonardo era un modernillo al que le gustaba romper moldes). En origen, el retrato era más alargado e incluía las manos de la protagonista pero esta parte inferior debió dañarse y la cortaron para dejarlo tal y como está ahora. Cuando pintó este retrato, Leonardo aún era un artista poco conocido, recién salido del taller de su maestro Andrea del Verrocchio. ¿Quién se lo encargó y por qué motivo? Hay un par de hipótesis vigentes. En aquella época, la gente no encargaba retratos así como así. Eran objetos de lujo que solo podían permitirse los más acomodados y que se reservaban exclusivamente para ocasiones especiales. En una sociedad en la que las Gioconda.es no tenían ni voz ni voto, la única “ocasión especial” en la vida de una chica era su matrimonio. Sabemos que Ginevra se casó en 1474 con un tal Luigi Niccolini y quizás Leonardo pintó el retrato para conmemorar su compromiso, que no la boda. En los retratos de boda renacentistas, el cuadro del hombre siempre se colocaba a la izquierda y el de la mujer a la derecha, con los rostros de perfil mirándose mutuamente. En este caso, Ginevra mira hacia la derecha y a pesar de que la chica parece un poco borde es poco probable que Leonardo la pintase dándole la espalda a su marido.

Reconstrucción hipotética del retrato y comparación con la Gioconda

Otra opción es que el cuadro sea un encargo de alguno de los admiradores platónicos de Ginevra, que tenía muchos y muy variados. Esta práctica no estaba mal vista. Una chica de buena familia podía dejarse querer por muchos hombres distintos, siempre que sus admiradores se limitasen a mandarle poemas y cartas amorosas no comprometidas y que tuviesen las manos quietas. El candidato más probable es Bernardo Bembo, embajador veneciano en Florencia. El arbusto que vemos detrás Ginevra es un enebro o junípero, “ginepro” en italiano, símbolo de la virtud de la chica y que también hace alusión a su nombre. En la parte de atrás de la tabla, aparece pintado el emblema de Ginevra (podéis verlo en la imagenes), que consiste en una ramita de enebro enmarcada por una corona de laurel y de palma, con una inscripción que relaciona la virtud de la joven con su belleza, “Virtutem forma decorat” . Tanto la palma como el laurel también formaban parte del emblema de Bernardo Bembo. Pero hay algo más que relaciona el retrato de Ginevra con este personaje. Gracias a la fotografía infrarroja, se ha descubierto una primera inscripción, oculta bajo la capa de pintura que vemos ahora, que da la casualidad que es el eslogan que utilizaba Bembo en su emblema: “Virtus et honor”. Quizás el pobre admirador, viendo que la chica estaba fuera de su alcance, se tuvo que conformar con encargar este retrato a Leonardo para tener el rostro de su amada colgado en la pared de su casa.

Descripción y estilo

La mujer está representada en un busto de tres cuartos, girada a la derecha. Se sabe que la pintura fue cortada, en un tiempo no especificado, por al menos un tercio en la parte inferior, cortando las manos que probablemente fueron dañadas. Originalmente, las proporciones del retrato no tenían que ser muy diferentes de las de la Mona Lisa

Reverso del retrato

Las manos tenían que estar en una posición emblemática, como en los retratos más famosos de Leonardo y, según algunos testimonios de la época, tenían que parecerse a los de la dama del ramo de Verrocchio. Hay un estudio en la Biblioteca Real del Castillo de Windsor. Ginevra usa un vestido con un cuello cerrado por cordones y una camisa blanca y muy fina; del cuello cuelga una bufanda negra que enmarca el pecho y los hombros. El peinado es típico del último cuarto del siglo XV en Florencia, con el pelo recogido en la nuca dejando algunos rizos libres para enmarcar la frente. Este es el mismo peinado usado por ejemplo por Giovanna Tornabuoni, tanto que Vasari intercambió a las dos muchachas en los frescos de Ghirlandaio en la capilla principal de Santa Maria Novella. Inusual es la falta de accesorios y joyas que fueron testigos de la riqueza de la familia: quizás fue la misma mujer que pidió ser retratada de esa manera, rompiendo con la tradición de los retratos de la alta burguesía.

Es evidente la comparación del artista con la pintura flamenca, que intentó emular en la delicada luminiscencia del cabello y en el colorismo analítico. La sombra del enebro realza el resplandor expresivo de la cara de la mujer, cuyos delicados matices también se obtuvieron con el característico toque directo de las yemas de los dedos. El color del peinado evoluciona en el del vestido y el fondo del paisaje, de acuerdo con un continuo cromático que atestigua la habilidad ganadora en el uso del sello marrón-marrón en varios tonos.

A lo lejos se abre un paisaje con todos los elementos queridos por el pintor: espejos de agua, campanarios y torres afiladas, montañas. Todo se trata con tonos de azul según las reglas de la perspectiva aérea. La configuración al aire libre es muy inusual, especialmente para un retrato

Fuentes