Retrato en sangre

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Retrato en sangre
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Una odisea. Una expedición. Una pesadilla que se adentra en el día siguiente… con Retrato en sangre. Otra de las grandes intrigas de John Katzenbach.
Autor(a)(es)(as)John Katzenbach
Editorial:S.A. EDICIONES B
GéneroFicción, Misterio, Thriller, Suspenso
Edición1987
ISBN9788490198841
PaísBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Sitio web
www.johnkatzenbach.com

Retrato en sangre. Un thriller donde la detective Mercedes Barren y la psiquiatra Martin Jeffers se verán envueltas en un asunto aterrador al perseguir a un psicópata desconocido.

Sinopsis

Miami, Nueva Orleans, Kansas City, Omaha, Chicago, Cleveland... Un hombre, una mujer, un coche, una cámara fotográfica...

No es un viaje normal por carretera, pues él se dedica a secuestrar, matar y, después, fotografiar a sus víctimas; ella, a escribir sobre lo ocurrido y asegurarse de que ha plasmado correctamente la historia, porque sabe que luego su captor lo revisará todo.

La detective Mercedes Barren, de la policía de Miami, tiene motivos de sobra para perseguir a ese psicópata desconocido: su sobrina es una de sus presuntas víctimas. También el psiquiatra Martin Jeffers, especialista en delitos sexuales, está interesado en el caso.

El primer sospechoso que encuentran es un fundamentalista islámico, pero pronto descubren que el asunto es más complicado de lo que creían, y que ese islamista nada tiene que ver con el secuestro de la joven.

Sobre la novela

En "Retrato en sangre", la detective de homicidios de Miami Mercedes Barren tiene entre manos la investigación de una serie de asesinatos, todos ellos cometidos sobre mujeres jóvenes; pero esta no es una investigación más: una de las víctimas es su sobrina. Y aunque en un principio todo apunta hacia un sospechoso que ya tienen bajo custodia, el instinto de la detective Barren le dice que el monstruo todavía está suelto. Pero no sólo ella sabe que el asesino todavía está libre, también el psiquiatra Martin Jeffers, especialista en delitos sexuales, se mete de lleno en la investigación del caso, acompañando a Barren en un viaje donde las normas no tienen cabida. Mientras, un hombre recorre en coche el país acompañado de una joven universitaria, un viaje que va dejando una estela de sangre allá por donde pasa, y del cual el asesino necesita dejar constancia fotográfica así como una crónica, una especie de "diario de viaje" que Anne Hampton, secuestrada por el asesino, será la encargada de redactar; y Anne sabe que su propia vida depende de que esta crónica sea tal y como el asesino quiere que sea.

"Retrato en sangre" es una novela escrita con un ritmo algo irregular, pues en algunos momentos de la lectura es rápida e incluso frenética, mientras que en otros pasa a ser más lenta, introspectiva y esto puede causar un poco de desconcierto al lector ya que en mi opinión, la transición entre los ritmos no termina de estar bien encajada, sino que resulta algo cortante y forzada.

La prosa utiliza por John Katzenbach es ágil y directa; un libro donde los diálogos son numerosos, pero no excesivos, pero donde sí que encontramos que el autor ha recurrido en bastantes ocasiones al monólogo interior de los personajes,mediante un estilo libre indirecto, lo que permite que el personaje introduzca sus pensamientos en el discurso del narrador; un narrador omnisciente, conocedor de todo lo que sucede en la novela, tanto en lo referente a la trama como sobre aquello que afecta exterior e interiormente a los personajes, y que traslada toda esta información al lector. Nos enfrentamos a una lectura con una trama bien construida, donde tres hilos argumentales se entremezclan entre sí.

Por una parte vemos la persecución que realizan Mercedes Barren y Martin Jeffers, que intentan cercar al asesino, y será en algunos de estos capítulos donde John Katzenbach introduzca las "sesiones con los niños perdidos", sesiones de terapia de grupo con asesinos en serie de Martin Jeffers, que más tarde se revelarán como fundamentales para la resolución del caso; por otra conoceremos cada uno de los pasos que irá dando el psicópata acompañado de Anne Hampton, asistiendo a cada uno de los crímenes que va cometiendo.

Sin embargo, se trata de una novela que pese a tener altibajos, se puede considerar una buena novela pero con un mal final, y no porque acabe mal, sino porque se precipita tanto y se resuelve en tan pocas páginas, que da la sensación de que el autor tenía ganas de apagar el ordenador y decir "acabé", y es una lástima porque los malos finales pueden arruinar toda una buena lectura.

Opinión

Lidia Casado

Cuanto más leo a Katzenbach, más segura estoy de que se ha propuesto llevar a cabo un estudio concienzudo y hasta diría riguroso sobre la pulsión de matar. Así, en cada libro nos ofrece una visión diferente, una perspectiva distinta, un foco de análisis y reflexión particular. Si en "Un final perfecto" ese foco estaba centrado en las víctimas y su reacción; en "Al calor del verano", en la figura del confidente y en "Causa justa", en el periodista que debe defender o no un caso (todas ellas sin olvidar, claro está, la perspectiva del asesino), en esta novela nos pone frente a las reacciones del universo que rodea tanto a la víctima como al homicida.

De este modo, el autor centra el foco, en esta novela, en dos personajes principales muy interesantes: una detective de policía cuya sobrina (a la que quiere como a una hija) ha sido asesinada y al hermano del homicida. Gracias a ellos Katzenbach hace reflexionar sobre lo que seríamos capaces de hacer por quienes amamos y qué ocurre cuando nos damos cuenta de que esos seres queridos no son tan buena gente como nosotros habíamos imaginado.

De los dos, el personaje del hermano es el que me ha parecido más novedoso e interesante (aunque la detective es una mujer carismática y muy atractiva). El autor le pone en el brete de asimilar lo que su hermano es y de aceptarlo o no. Para colmo, él mismo trabaja en una institución mental con delincuentes y conoce bien el funcionamiento de la mente criminal. Y aún así no ha sabido (o no ha querido, he ahí la cuestión) trenzar los hilos de sus vidas y llegar a la conclusión de que su hermano es un psicópata. Katzenbach reflexiona, así, sobre lo ciegos que estamos a veces para con las personas a las que queremos o que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Además de estos dos personajes, el autor incluye la perspectiva de un curioso asesino, Douglas, que mata por placer, sí, pero que también tiene un objetivo ulterior: llevar a cabo una investigación casi científica sobre la muerte y los segundos que separan la vida y la muerte.

El último eje lo representa la figura del ayudante del asesino por obligación: Douglas secuestra a una chica para que escriba su biografía y complete, desde la perspectiva del homicida y sus reflexiones, ese estudio sobre la muerte que se ha propuesto. Me ha gustado mucho el personaje de Anna aunque creo que se le podría haber sacado mucho más partido, sobre todo al final.

Y, aunque toda la obra me ha gustado mucho y lleva impreso el sello Katzenbach en todas sus páginas (acción, reflexión, dosificación magnífica de la intriga y tensión), el final me ha parecido un poco precipitado y quizá demasiado abierto para casi todos los lectores. Entiendo la intención (o la posible intención) del autor pero me hubiera gustado que hubiera un cierre un poco más reflexivo sobre cada uno de ellos.

En definitiva, Katzenbach nos ofrece, una vez más, una novela ágil y muy interesante que reflexiona sobre cuestiones morales relacionadas con el asesinato, sobre la muerte y sobre el amor y lo que nos mueve a hacer.

Pilar Alonso Márquez

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de adentrarse en esta novela es que se publicó por primera vez en 1987. Sólo así seremos capaces de comprender la ausencia de móviles y tecnología en general y la mención a la guerra de Vietnam, en la trama bastante cercana en el tiempo.

La historia está muy en la línea de otras obras del autor, capaz de desmenuzar la mente de cualquiera de sus protagonistas con una facilidad pasmosa. En este caso todos los personajes, los buenos y los malos, parecen vivir siempre obsesionados por su pasado, anclados en sus recuerdos, que afloran continuamente a la superficie de un modo enfermizo, como si fuesen incapaces de seguir avanzando. Ese comportamiento es especialmente evidente en la detective Barren, y el recurso resulta en ocasiones un poco abusivo.

Lo más destacado de la novela es la relación del asesino con su última víctima, una joven a la que ha escogido para que escriba su biografía y que le va a acompañar durante un viaje por los lugares que tienen cierta importancia para él. Violencia y miedo se convierten en las armas que utiliza para doblegar la voluntad de la chica, que desarrolla cierto síndrome de Estocolmo y cuya mente es manipulada una y otra vez para adaptarse a las exigencias de su captor.

Esta novela no está a la altura de, por ejemplo, "Juicio final" o, sobre todo, "El psicoanalista", para mí su mejor novela, pero mantiene la tensión y la intriga en todo momento, demostrando una vez más su conocimiento de la mente humana y del crimen en general.

Sobre el autor

John Katzenbach posee una larga trayectoria como periodista especializado en temas judiciales, trabajo que ha compaginado con la escritura. Ha sido reportero de la corte criminal para The Miami Herald y The Miami News; también ha trabajado para la revista Herald Tropic y los periódicos The New York Times, The Washington Post y The Philadelphia Inquirer.

Con El psicoanalista sorprendió al mundo con un thriller tan impactante que, además de convertirse en un best seller inmediato, elevó a su autor a la categoría de maestro del suspense psicológico. No en vano, el New York Times califica a Katzenbach como «un experto en la exploración de las mentes desviadas». Un «autor extraordinario construyendo mundos», añade el Washington Post Book World.

Es autor de La guerra de Hart (libro), La historia del loco (libro), Al calor del verano (libro), El hombre equivocado (libro), Juicio final (libro), Retrato en sangre (libro), La sombra (libro), Juegos de ingenio (libro) y El profesor (libro), todas ellas publicadas en Ediciones B. Su última obra es Un final perfecto.

En esta novela, John Katzenbach nos introduce en una historia con un argumento que parte de una perspectiva distinta, ya que prácticamente desde el principio los lectores conoceremos la identidad del asesino, y con ello, iremos conociendo sus pensamientos, la inquietante personalidad de un psicópata que se ha dedicado a perfeccionar su método criminal a lo largo de los años. Iremos desgranando a los personajes que persiguen al tiempo que desgranamos a los que son perseguidos. Una temática, la de los asesinos en serie, narcisistas y que se creen por encima del bien y del mal que cada día tenemos más presente en la sociedad occidental. No sabemos si es por el ritmo o el estilo de vida, pero existe una progresiva "despersonalización" hacia una mayor "cosificación" dando más importancia a lo que se posee, a lo material, que a quien tenemos al lado, a los que nos rodean; pero lo cierto, y quizás todavía más inquietante es la imposibilidad de identificarles dentro de la sociedad hasta que no dan rienda suelta a sus instintos y desatan el terror, y aún así, resulta tremendamente complejo dar con ellos, pues son capaces de mimetizarse por completo con el resto y aparentar ser ciudadanos completamente normales.

Sobre la Editorial

Ediciones B ha publicado en sus diferentes sellos la totalidad de las novelas de John Kaztenbach. No es un viaje normal: él se dedica a secuestrar, matar y, después, a fotografiar a sus víctimas; ella, a escribir sobre lo ocurrido, pues luego su captor lo revisará todo… Tanto la detective Mercedes Barren como el psiquiatra Martin Jeffers, especialista en delitos sexuales, tienen motivos de sobra para perseguir a este peligroso psicópata. John Katzenbach posee una larga trayectoria como periodista especializado en temas judiciales. Con El psicoanalista sorprendió al mundo con un thriller impactante.

Fuentes