Retrato pictórico

Retrato pictórico
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Concepto:Es un género dentro de la pintura donde se pretende representar la apariencia visual del sujeto.

Retrato pictórico. Es un género dentro de la pintura donde se pretende representar la apariencia visual del sujeto, en particular cuando lo que se retrata es un ser humano, aunque también pueden representarse animales. Los retratistas trabajan por encargo, tanto de personas públicas como de particulares, o inspirados por la admiración y el afecto hacia el protagonista y a menudo son documentos de familia o de Estado, así como recuerdos de la persona retratada. Cuando el artista se retrata a sí mismo se trata de un Autorretrato.

Historia

Entre los retratos pintados más antiguos de gente particular, que no fueran reyes ni emperadores, son los retratos funerarios los que han sobrevivido en el clima seco del distrito de Fayum en Egipto.

En la Edad Media, como ocurre con la escultura, no hubo auténticos retratos hasta el surgimiento de una cierta clase burguesa en la Baja Edad Media. El más antiguo retrato fisonómico de la Edad Media se cree que fue el retablo de San Luis de Tolosa que corona al hermano Roberto de Anjou, de Simone Martini (1317).

El Renacimiento supuso una renovación del retrato pintado, renaciendo en este período el retrato privado como tema independiente. Los retratos sobre medallas o medallones se hicieron populares recuperando modelos antiguos desde principios del siglo XIV, como los de Pisanello. En esta época circularon con frecuencia pequeños retratos miniados o pintados, que difundían las imágenes entre las cortes, a menudo con intereses matrimoniales.

Casi todos los grandes maestros se dedicaron al retrato (Piero della Francesca, Antonello da Messina, Sandro Botticelli, Leonardo da Vinci, Ticiano) con la notable excepción de Miguel Ángel que no reprodujo efigies realistas de personajes, salvo, quizá, y con intenciones denigratorias, en el Juicio Final. En Occidente uno de los retratos más famosos es La Gioconda de Leonardo da Vinci, a la que se ha identificado como Lisa Gherardini. En él se alcanzó un extraordinario efecto sicológico, como en las mejores obras de Ticiano.

El autorretrato

En este mismo período se difunde la práctica del autorretrato, primero como elemento en un cuadro de grupo, luego también como sujeto independiente (desde la segunda mitad del siglo XVI).

El autorretrato en miniatura más antiguo que se tenga constancia es el de Nicholas Hilliard de 1575, aunque no fue el primero que creó una imagen de sí mismo. Los primeros autorretratos del arte occidental aparecieron durante el Renacimiento, cuando los artistas pintaban su propia cara entre la muchedumbre, en origen en escenas narrativas. El género del autorretrato fue tomando una importancia creciente después del período clásico.

Durante los períodos barroco y rococó, en los siglos XVII y XVIII, los retratos adquirieron una importancia crucial. Dentro de una sociedad cada vez más dominada por la burguesía, las representaciones de individuos lujosamente vestidos al lado de símbolos de pujanza y de riqueza temporal contribuyeron de manera eficaz a la afirmación de su autoridad. Van Dyck y Rubens destacaron en este género.

En la misma época, el interés creciente por la comprensión de los sentimientos humanos engendra en los artistas el interés por la fisionomía de las emociones. Los impresionistas como Monet, Degas o Renoir utilizan principalmente como modelos a sus familiares y amigos, pintados en pequeños grupos o individuos solos, al aire libre o en taller. Caracterizados por su superficie luminosa y la riqueza de sus colores, estos retratos presentan a menudo un carácter intimista, alejado del retrato oficial.

Los artistas de principios de siglo ampliaron los campos de exploración del retrato, liberándolo de las dificultades de la semejanza visual. Henri Matisse simplificó la línea y los colores para darles toda su fuerza expresiva. Pablo Picasso realizó numerosos retratos, de estilo cubista en las que el modelo es apenas reconocible. El arte del retrato en pintura entró en declive a mediados de siglo, seguramente debido al interés creciente por la abstracción y el arte no figurativo. Más recientemente, sin embargo, el retrato ha conocido un renacimiento.

Retratos por encargos

Con el tiempo se ha representado a los ricos y poderosos. Pero luego se difundió entre la clase media el encargo de retratos de sus familias y colegas. Aún hoy, persiste la pintura de retrato como encargo de gobiernos, corporaciones, asociaciones o individuos.

El retrato tiene una postura ambigua e intermedia; por un lado, representa a una persona hecha a semejanza de Dios, pero por otro lado, al fin y al cabo se trata de glorificar la vanidad de una persona.

Características de un retrato

Un retrato bien ejecutado debe representar la esencia interior del sujeto desde el punto de vista del artista y no sólo la apariencia externa. Los artistas pueden esforzarse por un realismo fotográfico o un parecido impresionista, pero no se trata de una caricatura que pretende revelar el carácter a través de la exageración de los rasgos físicos. El artista en general intenta un retrato representativo, como afirmó Edwuard Bune-Jones

«La única expresión que se puede permitir en la gran retratística es la expresión del carácter y la cualidad moral, no nada temporal, efímero o accidental

y Charles Dickens expresó:

«sólo hay dos clases de retratos pictóricos: el serio y el de la sonrisita»

Representación del protagonista

Se puede representar de cuerpo entero, medio cuerpo, cabeza y hombros o cabeza, así como de perfil, medio vuelto, tres cuartos o de frente, recibiendo la luz de diversas direcciones y quedando en sombra partes diferentes. Ocasionalmente, los artistas han creado retratos con múltiples puntos de vista, como con el Triple retrato de Carlos I efectuado por Anton Van Dyck, incluso existen algunos retratos donde no se ve el rostro del sujeto; ejemplo de ello es Christina's World (1948), de Andrew Wyeth en el que la postura de la muchacha minusválida vuelta de espaldas se integra con la ambientación en la que se encuentra para expresar la interpretación del artista.

En otras ocasiones el sujeto puede estar vestido o desnudo; dentro de casa o en exterior; de pie, sentado, reclinado; incluso montado a caballo (retrato ecuestre). Las pinturas de retrato pueden ser de individuos, parejas, padres e hijos, familias, o grupos de colegas («retrato de grupo»). Pueden crearse en medios diversos entre ellos óleo, acuarela, tinta y pluma, lápiz, carboncillo, pastel y técnica mixta. Los artistas pueden emplear una amplia paleta de colores, como En la terraza de Renoir (1881) o limitarse a casi blanco y negro, como en el retrato que Gilbert Stuart hizo de George Washington en 1796.

Estado de ánimo del modelo

Tener en cuenta las expectativas y el estado de ánimo del modelo es una seria preocupación para el retratista pues la fidelidad del retrato respecto a la apariencia del modelo, los artistas suelen tener un enfoque coherente por ejemplo los clientes que buscaban a Joshua Reynolds sabían exactamente que el resultado sería halagador, mientras que los modelos de Thomas Eakins esperarían un retrato realista. Algunos retratados tienen fuertes preferencias, otros dejan que el artista decida por completo. Es famoso Oliver Cromwell por haber exigido que su retrato mostrase

«todas estas asperezas, granos y verrugas y todo lo que véis en mi, de otro modo nunca pagaré un penique por él»

Después de hacer que el modelo esté cómodo y animándole a que adopte una pose natural, el artista estudia al sujeto, buscando entre las posibles expresiones faciales, aquella que satisface su concepto de la esencia del modelo. La postura del sujeto también se considera con cuidado para revelar su estado emocional y físico, lo mismo que ocurre con la vestimenta. Para mantener al modelo implicado y motivado, el artista hábil a menudo mantendrá un comportamiento y conversación agradables. Élisabeth Vigée-Lebrun aconsejaba a los compañeros artistas que elogiaran a las mujeres y su apariencia para obtener su cooperación en el posado.

Éxito en la ejecución

Para tener éxito en la ejecución de un retrato es esencial dominar la anatomía humana. Los rostros humanos son asimétricos y un retratista habilidoso reproduce esto con sutiles diferencias entre la izquierda y la derecha. Los artistas tienen que conocer los huesos que quedan debajo y la estructura del tejido para hacer un retrato convincente. Para composiciones complejas, el artista haría primero un esbozo completo, con lápiz, tinta, carboncillo o al óleo, lo que es particularmente útil si es limitado el tiempo de que dispone el modelo para posar. La forma general, entonces con un parecido aproximado, se esboza sobre el lienzo en lápiz, carboncillo u óleo fino. En muchos casos, el rostro se completa primero, y el resto después. En los talleres de muchos de los grandes retratistas, el maestro haría sólo la cabeza o las manos, mientras que la ropa y el fondo se completarían por los aprendices principales. Había incluso especialistas de exterior que trataban temas específicos como la ropa y sus dobleces, como Joseph van Aken.

El uso de elementos simbólicos colocados alrededor del modelo (incluyendo signos, ajuar doméstico, animales y plantas) se usó a menudo para presentar codificado en la pintura el carácter religioso o moral del sujeto, o con símbolos representando la ocupación del modelo, sus intereses o su estatus social. El fondo puede ser totalmente negro y sin contenido o toda una escena que sitúa al modelo en su medio social o recreativo.

Tipos de retrato

Con la utilización del lenguaje cinematográfico se puede hablar de tipos de retrato según el tipo de plano.

  • Plano entero (PE): también conocido como Plano Figura, encuadra la figura entera del personaje a fotografiar, desde los pies a la cabeza.
  • Tres cuartos o Plano americano (PA): también denominado 3/4 (tres cuartos) o plano medio largo, recorta la figura por la rodilla aproximadamente. Es ideal para encuadrar en la fotografía a varias personas interactuando.
  • Plano medio (PM): recorta el cuerpo en la fotografía a la altura de la cintura. Es la distancia adecuada para mostrar la realidad entre dos sujetos, como en el caso de las entrevistas.
  • Busto o Plano medio corto (PMC): captaría el cuerpo desde la cabeza hasta la mitad del pecho. Este plano permite aislar en la fotografía una sola figura dentro de un recuadro, descontextualizándola de su entorno para concentrar en ella la máxima atención.
  • Primer plano (PP): recogería el rostro y los hombros. Este tipo de plano, al igual que el Plano detalle y el Primerísimo primer plano, se corresponde con una distancia íntima, ya que sirve para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje.
  • Primerísimo primer plano (PPP): capta el rostro desde la base del mentón hasta la punta de su cabeza. También dota de gran significado a la imagen.
  • Plano detalle (PD): recoge una pequeña parte de un cuerpo u objeto. En esta parte se concentra la máxima capacidad expresiva, y los gestos se intensifican por la distancia tan mínima entre cámara y sujeto/objeto. Sirve para enfatizar algún elemento de esa realidad.
  • Autorretrato
  • Fotografía

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Fuente