Revista Mil

Revista Mil
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Director(ar):Dr. José Ángel Treserra
Fecha de Fundación1 de abril de 1943
PaísCuba, Bandera de Cuba Cuba
IdiomaEspañol

Revista Mil urbana. Revista que en los años 1940 al 1950 influyó en el fortalecimiento de la conciencia de identidad matancera a través de las dimensiones cognitivas, afectivas y conductuales, partiendo de los elementos que refleja como contenidos identitarios, permitiendo conocer los elementos heredados que animaron a los matanceros de aquella época a revitalizar su identidad, su sentimiento de autoestima, y a proyectarse como comunidad hacia el futuro.

Reseña histórica

La revista Mil urbana salió a la luz el 1 de abril de 1943 como órgano del Patronato Municipal Pro Calles de Matanzas, el cual había sido creado el 23 de octubrede 1941 para reconstruir –y en muchos casos construir– las calles de Matanzas, pues 40 años de mala administración pública tenían a la ciudad en un estado deplorable. Por eso el mayor peso de su contenido está en divulgar la labor del Patronato, proyectar la revitalización urbana de Matanzas, explicar de modo transparente el uso de los fondos y concienciar a los ciudadanos con respecto a su responsabilidad. Esto hace que la revista Mil manifieste una voluntad muy marcada de elevar la autoestima del matancero y su conciencia ciudadana a través de la información sobre su pasado, sus rincones, sus personalidades; en fin, sobre su historia, mostrando y valorando al mismo tiempo, cómo continúa esa tradición en el presente. El 82% del contenido de la revista está dedicado a la ciudad de Matanzas y tiene la finalidad señalada.

La revista se mantuvo hasta enero de 1949 y fue dirigida hasta finales de 1945 por el Dr. José Ángel Treserra, Historiador de la Ciudad, quien publicó magníficos trabajos sobre diversos aspectos de la historia de Matanzas y también de Cuba. Repartida de modo gratuito entre los miembros de la Trinchera de los MIL[1], no fue el interés económico el que movió a la excelencia de sus artículos, sino el afán de que la población conociera sus raíces, se sintiera orgullosa de ellas y actuara en consecuencia.

Contenidos identitarios

Los contenidos identitarios de la revista tanto en la información gráfica como en la escrita pueden agruparse en cuatro categorías que según su orden de importancia son: Lugares, Personalidades, Hechos e Instituciones. Hay otros referentes al ambiente de la ciudad que se expresan en la poesía y no se corresponden con esos indicadores.

Lugares

Ocupan el primer plano de la información que la revista brinda sobre la ciudad. Para su estudio se subdividieron en urbanísticos, arquitectónicos y geográficos o naturales.

Urbanísticos

Tratándose de una revista que se propone defender los intereses urbanos de la ciudad, son estos sitios los más presentes en la publicación y según su frecuencia de aparición, sobresalen en ellos:

  • Las calles: Estos espacios imprescindibles en una ciudad, ligados entrañablemente a la vida de sus habitantes no sólo en la actividad cotidiana; sino también en el recuerdo de la calle en que se creció, en que se jugó, en que se ha sido feliz, son también el objeto principal del trabajo del Patronato Pro Calles. Ocupan con toda propiedad el primer lugar de los sitios urbanísticos y lo hace fundamentalmente a través de las fotografías, que muestran el estado de deterioro de calles y aceras y el resultado final, después de su reconstrucción.
  • Vistas de la ciudad: Ese espacio donde transcurre la vida del hombre, tan pequeña y tan grande, todo un mundo en sí misma, aparece en vistas panorámicas, aéreas, parciales, tanto en fotos y grabados como en artículos descriptivos y en la poesía. Las vistas que más destacan son aquellas en las que se puede contemplar, desde las alturas, la bahía, el Yumurí, el Puente de la Concordia y parte de Versalles.
  • Puente de la Concordia: En la Ciudad de los Puentes, este es el único que es tratado en la revista de modo particular, tanto en pinturas y grabados del siglo XIX como en fotos y artículos documentadísimos sobre su construcción; pero no se limita a hacer historia, sino que se preocupa por su estado de conservación, da la voz de alarma sobre su deterioro, critica a las autoridades por su negligencia, mueve al estado de opinión atacando al sentimiento de todos:
    “Que no se diga, para afrenta nuestra, que no hemos sabido conservar en Plena República, lo que la Colonia nos legara”[2]

El Puente de la Concordia ha mantenido su significación para los matanceros a lo largo de más de un siglo, de un modo tal, que en estos días ha quedado constituido en el símbolo de la ciudad.

  • Proyectos del Bosque de Matanzas y de la Vía Blanca: El primero de ellos, que nunca pudo realizarse, intentaba sanear la zona pantanosa que abarca varios cuadras desde el Puente de la Concordia hasta el actual Parque Watkin y crear como sitio de recreo y esparcimiento, el Bosque del Yumurí. El segundo estudiaba la forma más beneficiosa en que la Vía Blanca atravesara Matanzas y salvara el paso sobre el río Canímar, que en aquella época se hacía mediante el arcaico sistema de bongo y andarivel, igual que en los siglos anteriores y trataba de lograr propuestas concretas y factibles que fueran elevadas al Congreso por los Representantes de Matanzas.
  • Otros sitios urbanísticos: El barrio de Versalles, cuyas vistas son muy comunes en la publicación, el Parque Matanzas (hoy René Fraga), la Plaza de la Vigía y el Parque de la Libertad, son los otros lugares significativos expuestos por la revista.

Arquitectónicos

En la mayoría de los casos se trata de los edificios de la Compañía Panificadora, el Café Baquedano, la destilería de Yucayo y el Banco Núñez, que aparecen en dibujos propagandísticos de un carácter muy peculiar. A diferencia del típico anuncio comercial –que sólo trata de vender un producto– aquí no se oferta un artículo, sino que se presenta un edificio y su entorno: el río San Juan, su puente, la Calzada de Tirry y otros elementos urbanos. Por su elegancia, ubicación y hasta por su significado económico, estas construcciones forman parte del pasaje cotidiano y de la identidad del matancero.

Los otros sitios arquitectónicos, que sin ningún tipo de propaganda, ocupan un lugar significativo en el contenido identitario que la revista refleja, son la Catedral y la llamada Casa del Conde de Jibacoa.

Geográficos o naturales

Por ser las cuestiones urbanísticas el centro de interés de la revista, los sitios naturales ocupan el último peldaño en esta categoría; pero eso no significa que no estén suficientemente presentes, y los datos que arrojan sobre el sentimiento de identidad y de pertenencia son totalmente válidos. Según el peso que tienen como contenido identitario, se pueden ordenar de la siguiente forma:

  • Los ríos: En su conjunto y cada uno de ellos individualmente, son los sitios que ocupan un lugar relevante y se hacen presentes, sobre todo, en la poesía. Las referencias al San Juan y al Yumurí son totalmente espontáneas y fiel reflejo del sentimiento interior; pero la revista da una mayor información del Canímar, que históricamente no ha sido el más presente en el pensamiento y afecto del matancero, quizás por su lejanía del centro de la ciudad. Hay toda una finalidad al llamar la atención sobre este río, el papel que jugó en la prehistoria de Matanzas, los asentamientos aborígenes en sus márgenes, los puentes infructuosamente construidos... ; se quiere movilizar a todas las fuerzas sociales y presionar sobre las autoridades gubernamentales para lograr la construcción del puente sobre el Canímar.
  • Las Cuevas de Bellamar: Únicas en Cuba por sus características, admirables por la belleza de sus formas caprichosas y sus colores, por su inmensidad, porque es un regalo de la naturaleza a Matanzas, este sitio llena de orgullo a los habitantes de la ciudad por poseer un tesoro semejante y así aparece en la publicación. Junto a las descripciones realizadas por autores del siglo XIX como Eusebio Guiteras y José V. Betancourt, aparecen las opiniones de la actualidad y se mueve a la acción:
    "las Cuevas de Bellamar pertenecen a La Jarcia, deben ser expropiadas, puestas al servicio de la comunidad y abiertas al turismo nacional y extranjero, y de modo gratuito a los estudiantes de las escuelas públicas
  • El Abra del Yumurí: Aparece preferentemente en fotografías y poemas, aunque está presente también en algún artículo. Despierta una emoción particular en el matancero no sólo de mediados del siglo XX, pues desde la centuria anterior fue elegido como representación de la ciudad, lo que se puede apreciar, durante años, en el periódico La Aurora.
  • El Valle del Yumurí: Intimamente vinculado con el sitio anterior, es un elemento natural muy presente en la poesía, que despierta sentimientos de belleza y paz.
  • Otros lugares naturales: La bahía, el Pan de Matanzas, La Cumbre (Versalles), Monserrat y Los Molinos, en ese orden, son los otros elementos del entorno geográfico que tienen un contenido identitario significativo según su frecuencia de aparición. La bahía y el Pan de Matanzas se hacen presentes de modo particular en la poesía.

Resulta necesario destacar la importancia que tienen los lugares naturales o urbanísticos relacionados con el Yumurí: el propio río, el abra, el valle, el puente que lo cruza, los paisajes a lo largo de su recorrido hasta desembocar en la bahía, el estado de deterioro urbano de sus alrededores, el proyecto de crear allí el Bosque de Matanzas. El Yumurí y su entorno –más aún el urbano– es la zona de la ciudad que más aparece en la revista y con un sentimiento de afecto y de preocupación.

Personalidades

En los contenidos identitarios que presenta la revista, las personalidades matanceras destacadas ocupan el segundo lugar. Aquí sólo se hace referencia a las que aparecen de modo relevante a través de los artículos y en menor medida, de fotografías y poemas. Los perfiles registrados, en orden de importancia, son:

  • Literatos: La figura emblemática del sentimiento de identidad matancera en el campo de la literatura es, indiscutiblemente, José Jacinto Milanés. Se brinda información no sólo de su vida y su obra; sino que se hace tema de la realidad presente al exigir al Presidente de la República los $20 000 asignados por la Ley Milanés dictada por su Centenario (1914) para levantar un monumento al poeta. A Matanzas le asiste el derecho, como cuna de Milanés, de ostentar dicho monumento.

Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), fusilado por las autoridades españolas en la llamada Conspiración de la Escalera, ocupa el segundo lugar entre los literatos que forman parte del sentimiento de identidad matancera, y es también relevante, Miguel Teurbe Tolón, en su doble condición de poeta y patriota. Se puede constatar que en la literatura son los poetas –y en estos poetas concretos, en su vida o en su obra está presente el espíritu de libertad– los que han pasado a formar parte del sentimiento de identidad matancera.

  • Educadores: Antonio Guiteras, profesor del famoso colegio La Empresa, del siglo XIX, es la figura que aparece con mayor relieve en una serie de artículos. Más cercanos en el tiempo, el destacado maestro Antonio Luis Moreno y una figura no tan conocida: Manuel Valdés. Este ilustre pedagogo que desarrolló su magisterio en La Habana y fue un apóstol de la educación popular y el primer maestro honrado con el premio Luz y Caballero, fue rescatado por Treserra para la historia, pues es hijo de esta ciudad.
  • Personalidades relacionadas con la historia: En un mismo plano se encuentran el bibliógrafo, erudito y patriota Carlos Trelles, el patriota Tello Lamar y el primer historiador de la ciudad, Pedro Antonio Alfonso. Se puede apreciar que aunque la publicación exhibe magníficos trabajos sobre personalidades destacadísimas en la historia de Cuba, como combatientes por la independencia –entre los que se encuentra el dedicado a Domingo Mujica (Jovellanos)– , no corresponden a la ciudad de Matanzas.
  • Artistas: La única figura relevantemente destacada en el campo artístico es la de José White, enfatizando su formación y su estancia en Matanzas. En un grado menor aparecen también tres pintores matanceros contemporáneos a la revista: Francisco Coro Marrodán, Rafael Soriano y Alberto Tarascó.
  • Científicos y tecnólogos: La personalidad con mayores valoraciones en esta esfera está cargada de un fuerte sentimiento de identidad con la ciudad, no por ella en sí, sino por su obra. Se trata del arquitecto español Pedro Celestino del Pandal[3] ...artífice del Puente de la Concordia y relacionado de una u otra forma con una serie de construcciones como el antiguo Parque Cervantes, la actual Calzada del General Betancourt, el puente de hierro sobre el San Juan nombrado Calixto García, la Necrópolis de San Carlos y los pabellones de la Exposición de 1881. Por las dificultades (apatía, negligencia, falta de presupuesto), que tuvo que enfrentar al realizar su obra en beneficio de Matanzas, es una figura emblemática para el Patronato Pro Calles, del que la revista es órgano de expresión.

Las personalidades de otras esferas como la vida social, la economía, la política, el deporte,... no resultan importantes para la identidad matancera que la revista expone.

Hechos

Aunque esta categoría no es relevante en el contenido identitario de la revista, hay dos hechos significativos: la fundación de la ciudad y la Exposición de Matanzas de 1881. Buscar el origen como colectividad y el suceso sociocultural más importante del último cuarto del siglo XIX y darse a conocer, implica fortalecer a través de lo cognitivo la conciencia de mismidad, de compartir una historia y representaciones sociales comunes.

Instituciones

Las instituciones no constituyen un elemento significativo en el contenido identitario que la publicación divulga. Lógicamente, la que más sobresale es el Patronato Pro Calles, del que la revista es órgano de expresión, y con menor peso, hay referencias a La Empresa, El Ateneo, la Escuela Normal, la Escuela Provincial de Arte y Amigos de la Cultura Cubana.

Gestora de identidad matancera

Analizando los contenidos de la revista, se puede comprobar que el grupo gestor de la misma, que ha encargado su dirección al Historiador de la Ciudad, tiene una clara conciencia de cuáles son las representaciones sociales compartidas que han heredado, y esos aspectos, presentes en los matanceros con mayor o menor grado de conciencia y elaboración, son reforzados por la publicación.

La revista Mil brindó suficiente información para que los ciudadanos conocieran la historia de su urbe, pues sin el conocimiento no es posible la identificación, la formación de ideales comunes`y el sentimiento de pertenencia; favoreció que se tomara conciencia de ese pasado común, de esos elementos que por más de un siglo han tenido alta significación para los miembros de la ciudad, que son propios y a veces únicos de Matanzas, y que la distinguen y particularizan de otros pueblos.

Teniendo en cuenta que la identidad “también se construye, también es parte de obras, de proyectos y de elementos muy conscientes de grupos, de generaciones, de gentes, de personas, de sujetos, de individuos, etc”[4] se puede afirmar que el Patronato Pro Calles, a través de su revista Mil fue no sólo expresión de una identidad ya existente; sino también un factor constitutivo de identidad matancera. Y esa labor la realizó concretamente a través del urbanismo, que fue la razón de su existencia.

La revista forjó el sentimiento de identidad matancera no sólo mediante la dimensión cognitiva, dando a conocer el pasado; sino creando ideales y aspiraciones actuales comunes, trazando objetivos de participación colectiva que devolviera a Matanzas parte del esplendor que había conocido en el siglo XIX, para mejorar sus condiciones urbanas y su higiene y convertirla en un centro turístico, dadas las bellezas naturales excepcionales que tanto alabaron los viajeros decimonónicos.

El Patronato Pro Calles y su revista Mil resultaron factores constitutivos de la identidad matancera en esos años, porque, además, fueron capaces de crear proyectos comunes con los que se sintieron identificados todos los sectores sociales, y promovieron la participación de la totalidad de los pobladores. Esto transformó la conducta mortecina y la indiferencia de una ciudadanía hastiada y agotada por la negligencia y mediocridad gubernamentales, en una de compromiso y acción. Los proyectos de urbanización presentados por Mil crearon una movilización ciudadana que no se había dado nunca antes, unieron a los matanceros, despertaron el sentimiento de responsabilidad con respecto a la ciudad y su historia e incentivaron una praxis transformadora, con lo que pusieron de manifiesto la dimensión conductual del sentimiento de identidad.

En su época, Mil motivó el conocimiento y la reflexión sobre la historia de Matanzas, fijó los contenidos identitarios provenientes del pasado, actualizándolos en medio de la acción social, contribuyó a precisar la autoimagen del matancero, fomentó su autoestima, potenció su sentimiento de pertenencia a la ciudad y engendró una nueva conducta. Medio siglo después continúa –en los fondos de la Biblioteca Provincial Gener y Del Monte– brindando el tesoro de su información, una noción de quiénes somos y un legítimo orgullo por esta ciudad.

Referencias

  1. Uno de los nombres con los que los gestores del bienestar y progreso de la ciudad a través de Mil se autonominaban
  2. Mil, 1 enero de 1944, pp.14-15.
  3. Natural de Asturias, ocupó la plaza de Arquitecto municipal del Ayuntamiento de Matanzas por Real Orden de Isabel II de 27 de abril de 1867. Personalidad injustamente olvidada a pesar de sus singulares aportes a la arquitectura matancera.
  4. Cultura e Identidad Nacional: Memorias del encuentro “Cuba: Cultura e Identidad Nacional”, La Habana, 23 y 24 de junio de 1995, Ediciones Unión, Ciudad de La Habana, 1995, p. 69.

Fuentes