Ricardo Joaquín Alfaro Jované

Ricardo Joaquín
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Estadista, escritor, jurisconsulto, historiador y lingüista, considerado como uno de los más importantes internacionalistas panameños del siglo XX
NombreRicardo Joaquín Alfaro Jované
Nacimiento20 de agosto de 1882
ciudad de Panamá
Fallecimiento1971
Panamá
NacionalidadBandera de Panamá Panamá
CiudadaníaPanameña
TítuloDoctor en Derecho y Ciencias Políticas
CónyugeDa. Amelia Cristina Lyons Orillac
HijosVíctor Ricardo, Hernán, Iván José, Rogelio Edwin, Amelia Victoria y Yolanda María Alfaro Lyons.
PadresD. Luis Ramón Alfaro y Doña Hortensia Jované
Obras destacadasVida del General Tomás Herrera

Ricardo Joaquín Alfaro Jované. Estadista, escritor, jurisconsulto, historiador y lingüista, considerado como uno de los más importantes internacionalistas panameños del siglo XX.

Sintesis biográfica

Niñez y juventud

Nació el 20 de agosto de 1882. Fue hijo de D. Luis Ramón Alfaro y doña Hortensia Jované. En Panamá, realizó estudios primarios en la escuela de San Vicente de Paúl, y secundarios, hasta 1898, en el colegio de los Escolapios, cuando ganó una beca para el Colegio Mayor Fernández Madrid, de la Universidad de Cartagena de Indias. Allí obtuvo su título de bachiller en 1900.

La Guerra de los Mil Días lo obligó a volver a Panamá, en donde prosiguió la carrera de Derecho, dirigido por la Asociación de Estudios Jurídicos, y como practicante de Leyes. Se recibió como doctor en Derecho y Ciencias Políticas en la Facultad Nacional de Derecho de Panamá, en 1918. El 28 de octubre de 1905, D. Ricardo J. Alfaro Jované contrajo matrimonio con Da. Amelia Cristina Lyons Orillac en Panamá. Tuvieron siete hijos: Víctor Ricardo, Hernán, Iván José, Rogelio Edwin, Amelia Victoria y Yolanda María Alfaro Lyons.

Actividad laboral y política

En aquellos primeros años de República, encontrar solución a los problemas que la organización del gobierno de Panamá demandaba fue su propósito. Para tales fines, se dedicó con ahínco y voluntad al estudio. Ejerció diversos cargos en momentos en que eran demandados sus servicios, y se distinguió en su desempeño, tanto a nivel nacional como internacional.

Tuvo a su cargo una treintena de funciones de alto nivel, además de representar a Panamá en diferentes cónclaves a nivel internacional. Entre los cargos que ocupó a nivel nacional se destacan los de Ministro de Relaciones Exteriores, Secretario de Gobierno y Justicia encargado, y Presidente de la República de Panamá en 1931. En los primeros años de la etapa republicana, como miembro de la Comisión Codificadora de la República, creó el Código Judicial de 1916 (Organización, Procedimiento Civil, Procedimiento Penal). En 1944 fue miembro de la Comisión Codificadora de Panamá y, en colaboración con José Dolores Moscote y Eduardo Chiari, preparó el anteproyecto de la Constitución Política de 1946.

En el plano internacional, fue Cónsul General de Panamá en Barcelona, España; Consejero de la Legación de Panamá en Estados Unidos; miembro de la Comisión Mixta de Juristas; Juez en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, agistrado y Vice-presidente de la Corte Internacional de Justicia de la Haya; Ministro Plenipotenciario en Washington; Representante de Panamá ante la ONU y OEA, entre otros. Por otra parte, en 1926 fue miembro principalísimo entre los fundadores de la Academia Panameña de la Lengua.

Colaboró en la definición y tipificación del acto de agresión y sus sanciones; en la codificación de los crímenes contra la paz y la seguridad humana; en la Doctrina de los Derechos fundamentales de los Estados y la Codificación del Derecho Internacional expuesta en la Academia de Derecho Internacional de La Haya. Como miembro de la Comisión que trabajó en la Declaración de Derechos Humanos Esenciales, presentó un Memorándum sobre enumeración y clasificación de los derechos individuales, que recogía un catálogo de cuarenta y cuatro derechos o libertades (1942).

Representó a Panamá en distintos cónclaves internacionales sobre temas que abordaban problemas relevantes de las relaciones internacionales, campo en el cual era experto por sus largos años de estudio e investigación en el campo del derecho público, privado e internacional. Asimismo, participó en eventos académicos en las Universidades de Harvard, Penssylvania, Filadelfia,Columbia y Nueva York, entre otras. En todos esos eventos fue orador de pensamiento profundo, humanista y demócrata.

Otras funciones

Como historiador y biógrafo, Ricardo J. Alfaro legó la obra Vida del General Tomás Herrera, primer libro de historia que hace referencia al movimiento de secesión de 1840, en que Panamá logró desenvolverse durante trece meses como Estado Libre, antecedente de la independencia del 3 de noviembre de 1903.

En palabras de Diógenes de La Rosa, el movimiento de secesión de 1840 nos remite a las raíces de la nacionalidad panameña y el de 1903 es la concreción del Estado nacional. También presentó un estudio con motivo de la reunión de Presidentes de América celebrada en Panamá en 1955 sobre el Congreso de Panamá de 1826. Otra obra suya relevante es Historia Documentada de las negociaciones para la celebración del Tratado de 1926, una crítica a las interpretaciones unilaterales de Estados Unidos con respecto al Tratado del Canal Hay-Buneau Varilla.

En el texto, resulta de particular interés el Pliego de Cargos de Panamá a los Estados Unidos por la manera de aplicar éstos el Tratado en la Zona del Canal, porque establece las bases en que debían fundamentarse las nuevas relaciones entre Panamá y Estados Unidos, demandas que se hacen a Estados Unidos por atentar contra la soberanía de Panamá y que serían banderas del movimiento popular panameño en los siguientes cincuenta años de vida republicana, que servirían a la lucha reivindicatoria por la recuperación del Canal y la terminación del enclave colonial en la Zona del Canal.

También escribió Esbozos biográficos, El fideicomiso, El panamericanismo bolivariano y el actual, y Solución pacífica de los conflictos internacionales.

En el año 1931, el Dr. Alfaro organizó las elecciones nacionales de 1932, unas de las más transparentes en la historia, que llevaron a la presidencia al Dr.Harmodio Arias Madrid. En 1940 fue candidato a la presidencia, lo que le llevó a enfrentarse con el Dr. Arnulfo Arias Madrid, a cuyo triunfo se asiló en Estados Unidos.

Regresó a Panamá en 1944, tras el derrocamiento de aquél. Fue distinguido por diversos gobiernos del país, que lo designaron como asesor en las negociaciones que se desarrollaban con Estados Unidos sobre el Canal, correspondientes al Tratado Arias-Roosevelt y la suscripción del Tratado Remón-Eisenhower, en 1955, y los proyectos de tratados de 1967. En calidad de Ministro de Relaciones Exteriores, representó a su país en la Organización de las Naciones Unidas.

Llegó a ocupar las más altas dignidades tales como Delegado de Panamá a la Conferencia fundacional de las Naciones Unidas -celebrada en San Francisco, California, Estados Unidos de América-; Presidente del Comité de redacción del texto en español de la Carta de las Naciones Unidas, en abril de 1945; también como miembro de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, en 1948.

Fue distinguido por expertos internacionalistas del Derecho, y dejó huellas de su prolija producción y aportes a los más complejos quehaceres del derecho internacional. En 1945 fue nombrado doctor en Leyes, Honoris Causa, por la Universidad de California del Sur, de los Ángeles (EU).

Aportes en la educación

Hombre de ciencias, se desempeñó como profesor de Geografía e Historia en el Instituto Nacional y como catedrático de la Universidad de Panamá. Fue Profesor Extraordinario de Derecho Internacional (1948). Dada la clausura de la Facultad de Derecho desde 1906, promovió la creación de la Sociedad de Estudios Jurídicos, y se dedicó al cultivo de disciplinas filosóficas y de letras. Sobre la Escuela Nacional [[de Derecho, de la cual fue miembro fundador y catedrático de derecho civil entre 1917 y]] 1922, el Dr. Alfaro estimaba que su creación tenía gran importancia para el desarrollo cultural del país y para la institucionalidad del Estado Nacional.

En 1918 se le encomendó, junto a José Dolores Moscote, hacer los decretos orgánicos, planes de estudios y selección de los profesores de la Facultad Nacional de Derecho. Catedráticos asignados a la escuela y que contribuyeron a la consolidación de la nación panameña entonces, fueron: José Dolores Moscote, Harmodio Arias, Santiago de la Guardia Fábrega, Horacio Alfaro, Eusebio A. Morales y Julio J. Fábrega.

Característica de la personalidad

Una característica de la obra total del Dr. Alfaro es, precisamente, su observación de todos aquellos coetáneos que conformaron su entorno cultural. En Esbozos biográficos, libro escrito en 1968 y publicado en 1974 por la editora La Nación con prólogo de Rodrigo Miró, recoge, en la primera parte, personajes panameños y, en la segunda, personajes históricos no nacionales. Un homenaje, una despedida, la inauguración de un monumento son los motivos impulsores de esas semblanzas.

Sin embargo, de retrato en retrato se van tendiendo lazos que sirven para unificar las ideas. Por ejemplo, hay algo común en la visión que tiene Alfaro de Tomás Herrera, Justo Arosemena y Manuel Amador Guerrero, quienes ocupan los tres primeros esbozos biográficos: lo que cada uno de ellos pudo aportar a la emancipación de Panamá. En efecto, según escribe, la independencia fue para Herrera una aspiración; para don Justo Arosemena, una búsqueda mediante el genio político, y para don Manuel Amador Guerrero, un hecho consumado.

En general, hay una identificación del valor intrínseco de cada hombre biografiado y de la única mujer, dentro del espacio, del tiempo y de los acontecimientos vividos, que han sido ordenados con sumo cuidado. El libro Ante el ara de Bolívar, muestra al Dr. Alfaro como insigne bolivariano. Incluye ocho textos sobre Bolívar, publicados como homenaje póstumo por la Sociedad Bolivariana de Panamá, bajo el cuidado de D. Ernesto Castillero Reyes. Contiene, tras prólogo escrito por D. Manuel Roy, ocho ensayos sobre la figura del Bolívar, a cuya tarea libertadora y obra de estadista dedica el autor un análisis cuidadoso.

Su tesis parece ser que en la obra de Bolívar pueden reconocerse dos áreas fundamentales: pensamiento y acción. Ambas se manifiestan mediante hechos asombrosos. Al estadistaBolívar es posible conocerlo mediante la profundización de los protocolos del Tratado de 1826 o de la Carta de Jamaica, porque allí podrán reconocerse las ideas (e ideales) que marcaron su pensamiento: la unión hace la fuerza.

Ese pensamiento de Bolívar cristalizó en hechos de los cuales Panamá fue partícipe. Al hombre de acción, que es el Libertador, es posible conocerlo por sus hechos, a los que Alfaro denomina “epopeya gigantesca”. Como estadista imbuido por el liberalismo, el Dr.Alfaro defendió las libertades de culto, expresión, pensamiento, conciencia, reunión, asociación y tránsito, y la libertad del sufragio.

Humanista preclaro, legó también a las nuevas generaciones un Diccionario de Anglicismos, y trabajó sobre las nuevas preocupaciones que representaba la presencia de una cultura y lengua extrañas. Se pensaba en el inglés como un peligro que se cernía sobre el idioma constitucionalmente reconocido, el español.

Así, Alfaro contrasta la presencia en el Istmo de dos poblaciones: una de habla inglesa y otra hispana, y en este sentido, trabaja con el Dr. Baltasar Isaza Calderón en el Diccionario de Panameñismos. Según el pensamiento de la época, la población hispanohablante pugnaba por conservar las instituciones, la lengua, las costumbres y las modalidades que pregonaban su abolengo hispánico.

Distinciones

  • Legión de Honor de Francia – Tres Grados
  • Corona Italiana
  • Caballero Comendador de la Orden del Imperio Británico
  • Comendador de la Real Orden de “Isabel la Católica”
  • Orden del Águila Azteca, México
  • Orden de Boyacá, Colombia
  • Medalla de Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Historia, Madrid
  • Medalla de la Academia de Letras y Ciencias, Nápoles.
  • Medalla del Gobierno deFrancia, conferida con motivo de la Tercera Asamblea General de las Naciones Unidas, París.
  • Medalla de la Unión Iberoamericana, Madrid; Medalla “Octavio Méndez Pereira” de la Escuela de Diplomacia de la Universidad de Panamá, Panamá
  • Medalla de Oro de la Facultad Nacional de Derecho (premio en el Concurso Jurídico de 1919), Panamá.

Hoy, una de las vías más transitadas de la ciudad de Panamá, que conduce hasta el aeropuerto internacional de Tocumen, lleva el nombre del Dr. Ricardo J. Alfaro, y en los predios cercanos a El Dorado, existe un busto del insigne panameño.

El Círculo Lingüístico Ricardo J. Alfaro, dirigido por la Dra. Joaquina Pereira de Padilla en las décadas de 1970 y 1980, rindió tributo al nombre de Alfaro, el lexicógrafo. El Archivo Ricardo J. Alfaro tiene ordenadas y digitalizadas sus obras y documentos.

Fuente